Roxana, o la cortesana afortunada (45 page)

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Authors: Daniel Defoe

Tags: #Clásico

BOOK: Roxana, o la cortesana afortunada
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Amy les había dicho muchas veces que no era su madre, sino la doncella que los había abandonado en casa de su tía, y que ella y su madre se habían ido a las Indias Orientales a hacer fortuna y habían tenido tanta suerte que su madre se había enriquecido mucho, y ella misma se había casado, aunque luego se había quedado viuda y había decidido volver a Inglaterra, donde su madre le había pedido que buscase a sus hijos e hiciera por ellos lo que había hecho. Ahora había decidido volver a las Indias, pero antes había recibido instrucciones de su madre para que fuese generosa con ellos por última vez y les entregase dos mil libras a condición de que fuesen sobrios, se casaran honorablemente y no se comportasen como granujas.

Yo había decidido ocuparme de la familia que tanto había cuidado de mis hijos y así se lo había hecho saber por mediación de Amy, quien había obligado a mis hijas a prometer que se someterían a la autoridad de aquel buen hombre y le obedecerían como a un padre y consejero que se había comprometido a tratarlas y cuidarlas como si fueran sus propias hijas. Y, a fin de garantizarles a él y a su mujer una vejez confortable, le había ordenado que depositase otras dos mil libras en el banco y se cerciorase de que cobrasen de por vida los intereses, que ascendían a ciento veinte libras anuales, y de que a su muerte pasaran a mis hijas. Amy lo había dispuesto todo con tanta habilidad que nada de lo que hizo me complació más. El caso es que dejó a mis hijas con su antiguo benefactor y lo preparó todo para reunirse conmigo en Holanda (y no en las Indias Orientales como ellos imaginaban), y ésa era la situación cuando aquella desdichada de la que tanto he hablado dio al traste, como se ha dicho, con todos nuestros planes y, haciendo gala de una testarudez inmune a cualquier tipo de ruegos o amenazas, empezó a acosarme hasta llevarme casi al borde del abismo y, con toda probabilidad, habría acabado por desenmascararme si el violento apasionamiento de Amy no lo hubiera impedido por un abominable procedimiento que yo desconocía, aunque ahora no tengo tiempo de entrar en más detalles.

No obstante, yo no podía marcharme sin resolver aquel asunto, como había amenazado con hacer Amy, y por culpa de la locura de una hija permitir que la otra se muriese de hambre o dejar de recompensar a aquella familia. En una palabra, encargué a mi fiel amiga cuáquera que completara mis proyectos, y le conté lo mínimo que necesitaba saber para cumplir lo que les había prometido Amy.

Con dicho propósito, lo primero que hice fue entregarle el dinero para que fuese a ver a aquel hombre tan honrado y a su mujer y lo arreglara todo con ellos. Les explicó que la señora Amy, que había actuado siempre en nombre de la madre de las niñas, se había visto obligada a volver a las Indias antes de tenerlo todo dispuesto por culpa de la obstinación de la otra hija y, aunque había dejado instrucciones respecto a los demás, no había dicho nada con respecto a ella, por lo que, en todo caso, habría que esperar a recibir nuevas noticias.

No necesito decir con qué diligencia actuó mi nueva ayudante, quien además invitó varias veces a su casa al anciano, a su mujer y a mi otra hija, y así, como yo me alojaba en su casa, tuve oportunidad de verla, cosa que no hacía desde que era una niña.

El día que los vi me vestí al estilo cuáquero y hasta tal punto parecía una cuáquera que, sin haberme visto antes, habrían sido incapaces de imaginar que pudiera ser otra cosa que una cuáquera auténtica, pues había aprendido incluso su forma de hablar.

No tengo tiempo para relatar aquí la sorpresa que me llevé al ver a mi niña y cómo se conmovieron mis afectos, así como la lucha terrible que tuve que librar en mi interior para contenerme y no decirle quién era, ni para explicar el enorme parecido que guardaba conmigo, aunque ella era mucho más hermosa, y la dulzura y la modestia con que se comportaba, y que me decidieron a hacer por ella más de lo que había convenido con Amy.

Baste con decir que, una vez resuelto aquel asunto, no había nada que me impidiese embarcar, a no ser la ausencia de mi antigua confidente. De todos modos, no desesperé de recibir noticias suyas y le dejé instrucciones a la cuáquera para que se las entregara en caso de que volviera a verla y en las que le ordenaba explícitamente dejar el asunto de Spitalfie1ds en manos de mi amiga tal como yo había decidido, y le decía que podía volver conmigo siempre que le demostrase de forma irrefutable a mi amiga cuáquera que no había asesinado a mi hija, pues, si lo había hecho, no volvería a verla jamás. No obstante lo cual, volvió sin darle ninguna explicación a mi amiga ni informarla de que tuviera intención de hacerlo.

No añadiré más, salvo que tras mi llegada a Holanda con mi marido y su hijo, me presenté en aquel país con todo el fasto y el boato apropiados a mi nueva condición, tal como ya he explicado.

Allí, tras unos años de prosperidad y aparente felicidad, sufrí, al igual que Amy, una serie de terribles calamidades que fueron la justa contrapartida de nuestros buenos tiempos. El castigo del cielo siguió al daño que le hicimos a la pobre chica y volví a caer tan bajo que mi arrepentimiento pareció consecuencia de mi desgracia, igual que ésta lo era de mi crimen.

FIN

Daniel Defoe (Londres, 1660-Moorfields, actual Reino Unido, 1731) Escritor inglés. Abandonó la carrera eclesiástica para dedicarse al comercio, primero en una empresa textil, hasta 1692, y luego en otra de ladrillos, actividades que propiciaron frecuentes viajes por Europa. En 1695 entró a formar parte del gobierno, y en 1701 obtuvo cierto éxito con
El verdadero inglés
, novela en la que atacaba los prejuicios nacionales en defensa de su admirado rey Guillermo III, de origen holandés.

Al año siguiente publicó el libelo
El medio más eficaz para con los disidentes
, siendo acusado de blasfemo, multado y condenado a una pena que finalmente no cumplió, aunque, al parecer, a cambio debió de trabajar para el gobierno como agente secreto bajo la protección de Robert Harley. Tras fracasar en sus negocios, trabajó como periodista para el progubernamental
The Review
.

En 1719 publicó su primera obra de ficción,
Vida y extraordinarias y portentosas aventuras de Robinsón Crusoe de York
, obra con la que obtuvo una gran popularidad, basada en parte en la historia real del marino Alexander Selkirk, abandonado en la isla de Más a Tierra (hoy Juan Fernández), en el Pacífico.

En 1722 publicó Fortunas y adversidades de la famosa
Moll Flanders
, considerada la primera gran novela social de la literatura inglesa, centrada en la vida de una prostituta. Ese mismo año aparecieron
El coronel Jack
y
Diario del año de la peste
, prototipo del reportaje periodístico; durante mucho tiempo se creyó que no se trataba de una novela, sino de un verdadero diario. En 1727 publicó El
perfecto comerciante inglés
, y poco antes de morir un «manual» para evitar robos callejeros.

Notas

[1]
Estúpido u obstinado.
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[2]
Alusión a unos versos del poeta inglés John Dryden (1631-1700) tomados de su obra
Cymon and Iphigenia, from Boccace
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[3]
Job 2:11-13.
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[4]
Lamentaciones 2:20.
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[5]
Proverbios 19:17. (cita aproximada)
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[6]
1 Juan 3:17.
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[7]
Génesis 30:1-8.
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[8]
Leadenhall era un mercado de la City londinense especializado en la venta de carne, aves, cuero y lana, que desapareció en el incendio de 1666.
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[9]
Moneda española más o menos equivalente al luis de oro francés.
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[10]
Ahora levantaos.
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[11]
¡La bebida!
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[12]
Es decir, las acciones humanas en contraposición a las de Dios considerado la causa primera.
<<

[13]
Bridewell era un antiguo palacio real junto al Támesis, que fue reconvertido en prisión y hospicio en el siglo XVI. Con el tiempo llegó a convertirse en un nombre genérico para referirse a las prisiones donde se cumplían condenas de corta duración.
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[14]
Éxodo 21:35.
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[15]
Los alrededores de la Casa de la Moneda eran un santuario donde no podía arrestarse a los acreedores.
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[16]
Es decir, de forma descuidada.
<<

[17]
La ley impedía ajusticiar a una mujer embarazada.
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[18]
Las parroquias podían poner trabas al traslado de una mujer embarazada, sobre todo si era pobre, porque llegado el caso podían tener que ocuparse de mantener al niño.
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[19]
Galanes.
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[20]
En las obras teatrales del siglo XVIII, el nombre de Roxana era un nombre genérico para las reinas orientales.
<<

[21]
Es decir, que pertenecían a la Orden de la Jarretera, la principal orden de caballería inglesa.
<<

[22]
Es decir, del Rey.
<<

[23]
Esclarecimiento, dilucidación.
<<

[24]
Debe de tratarse de un error de Defoe, pues al principio de la historia no se habla en ningún momento de este personaje.
<<

[25]
Zona de la City londinense, cercana a la Torre de Londres.
<<

[26]
Enmienda honorable.
<<

[27]
Exageración.
<<

[28]
Denominación popular del Royal Hospital of St. Mary of Bethlehem, la primera institución inglesa creada para el cuidado y confinamiento de los enfermos mentales.
<<

[29]
Tres de las cárceles londinenses donde se encerraba a los morosos.
<<

[30]
Daniel 5:1-31.
<<

[31]
Mateo 6:19.
<<

[32]
Proverbios 7:23.
<<

[33]
Roxana alude al caso de Mary Carleton, una famosa estafadora que se hizo pasar por una acaudalada aristócrata alemana y acabó sus días en la horca. Tras su muerte, se hizo muy popular una obra de teatro inspirada en su vida y titulada The German Princess.
<<

[34]
Como se verá más adelante, la mujer del capitán y la hija de Roxana se llamaban «hermana».
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