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Authors: Martin Gardner

Tags: #Ciencia, Ensayo

¿Tení­an Ombligo Adan y Eva? (31 page)

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En 1990, el Centro de Ciencias Fronterizas patrocinó un congreso sobre homeopatía en Baden-Baden (Alemania). Entre los oradores figuraba Jacques Benveniste, un homeópata francés cuyos trabajos sobre «agua con memoria» habían sido totalmente desacreditados uno o dos años antes. [Cuando el INSERM, la agencia francesa de investigación médica, cerró el laboratorio de Benveniste, éste abrió su propio Laboratorio Biológico Digital al sur de París. Hace poco aseguró haber transmitido «recuerdos del agua» por Internet, utilizando el correo electrónico. Y ha demandado a dos ganadores del premio Nobel, el físico Georges Charpak y el biólogo Francois Jacob, y también al físico Claude Hennion, por escribir cosas desagradables sobre él. Para más información sobre la disparatadísima investigación homeopática de Benveniste, ver el capítulo 4 de mi libro
On the Wild Side
(Prometheus, 1992)].

Nancy Kolenda escribe que el congreso «culminó con la unánime decisión de seguir adelante en una cooperación global para promover la investigación homeopática».

También a Beverly Rubik le entusiasma la homeopatía. Su artículo sobre «Frontiers of Homeopathic Research» («Fronteras de la investigación homeopática») apareció en el vol. 2, n.° 1 de
Frontier Perspectives
(1991). Bruns, que fue el que me dio a conocer esta estrafalaria revista, decía en una carta que había escuchado una conferencia de Rubik en una reunión regional de la Asociación Americana de Profesores de Física. Su conmovedora defensa de los poderes psíquicos incluía el relato de su experiencia con «mujeres magnéticas» rusas que suspendían objetos metálicos en sus frentes y pechos. Rubik mostró diapositivas de ella misma con una cuchara pegada a la cabeza. A Bruns le asombró que nadie del público se riera ni hiciera comentarios jocosos.

Ya está bien de homeopatía. Considerar que su resurgimiento actual es una ciencia fronteriza es como llamar ciencia fronteriza al resurgimiento de la frenología o la quiromancia. Se ha dicho que todo el que crea actualmente en la frenología debería hacerse examinar la cabeza. Lo mismo se puede decir de los actuales entusiastas de la homeopatía, que son incapaces de distinguir una cura de un efecto placebo.

He aquí otros campos de la paraciencia presentados de manera favorable en el número de otoño/invierno de 1998 de
Frontier Perspectives:

En «¿Es consciente de su entorno la materia muerta?», Peter Graneau argumenta que todas las partículas de materia son conscientes de las demás partículas, por muy alejadas que estén. Opina que la física de Newton es superior a la de Einstein, y dice que la ceguera de los científicos convencionales actuales es comparable a la ceguera de los profesores italianos que se negaron a aceptar el experimento de Galileo, en el que dejó caer dos pesos diferentes desde la torre de Pisa. Graneau no sabe que dicho experimento nunca se llevó a cabo.

Dan Kenner, acupuntor, defiende los miles de remedios a base de hierbas que se venden en las tiendas orientales. No dice que en las tiendas de la India las hierbas son muy diferentes de las que hay en las de China o Japón. Kenner introduce una palabra que era nueva para mí, «nosología». No es el estudio de la nariz, sino la ciencia que clasifica las enfermedades. La homeopatía, nos explica Kenner, es un ejemplo de «nosología empírica»; es decir, una manera de clasificar las enfermedades basada en una investigación concienzuda.

Roger Taylor reseña favorablemente —dice que es «una joya de la ciencia»— un libro publicado por su propio autor, titulado
Waves in Dark Matter
. El autor, O. Ed Wagner, ha realizado experimentos que demuestran que estas ondas, no detectadas anteriormente, son las responsables de lo que él llama «la hasta ahora inexplicada capacidad» de los árboles para hacer subir agua por sus troncos. Un biofísico chino, añade Taylor, ha realizado trabajos que parecen indicar que estas evasivas ondas W desempeñan un papel en la distribución de los puntos de acupuntura en el cuerpo humano. «Sin duda, se ha abierto un nuevo e importante capítulo en la ciencia de la vida», concluye Taylor. Otro libro reseñado ensalza los grandes efectos beneficiosos del té verde en la inhibición del cáncer, la caries dental y otras dolencias.

El artículo más gracioso de la revista es «On the Nature of Tarot» («Sobre la naturaleza del Tarot»), por Inna Semetsky, presentada como miembro del Colegio de Profesores de la Universidad de Columbia. Semetsky defiende la validez de las lecturas de cartas del Tarot. El practicante utiliza la ordenación al azar de las cartas barajadas para sintonizar con campos que Semetsky relaciona con el «orden implícito» de David Bohm, los arquetipos de Jung y el concepto de sincronía, el principio de incertidumbre de Heisenberg y el karma. Además de las tres dimensiones del espacio y de la dimensión del tiempo, existe una quinta dimensión consistente en la conciencia. Como el tiempo es un «parámetro» de este quinto campo, esto permite a los lectores de Tarot conectar con el «subconsciente colectivo» de Jung, que forma parte del quinto campo, y enterarse de sucesos futuros. Semetsky pide que se introduzca el Tarot en las profesiones relacionadas con la salud mental.

Entre los destacados creyentes en la percepción extrasensorial, la psicoquinesis y la precognición (algunos ya fallecidos) que han participado en los congresos del centro y/o han colaborado en su revista figuran Brian Josephson, Rupert Sheldrake, Andrija Puharich (autor de un libro sobre Uri Geller), Robert Jahn y su asistente psíquica Brenda Dunne, Glenn Oids, Willis Harmon, Helmut Schmidt, Ramakrishna Rao, Harold Puthoff, Stephen Braude, David Griffin, Fred Wolfe y otros muchos.

Otra prueba de que la Universidad de Temple se está deslizando hacia lo absurdo tiene que ver con los ovnis. Entre el profesorado de Temple, como profesor asociado de historia, figura David Jacobs, uno de los más enérgicos defensores en nuestro país de la realidad de las abducciones humanas por extraterrestres. Su primer libro,
The UFO Controversy in América
(Indiana University Press, 1975), es una versión ampliada de su tesis doctoral en la Universidad de Wisconsin. Su segundo libro sobre ovnis,
Secret Life
, (Simon & Schuster, 1992), está dedicado a casos de abducciones narrados por sus protagonistas. Su último libro,
The Threat
(también de Simon & Schuster), se publicó a principios de este año. El título «doctor» aparece junto al nombre de Jacobs en la portada y en la parte superior de cada página par, un claro desahogo del ego del autor.

Aunque Jacobs no ha estudiado psicología, psiquiatría ni hipnoterapia, utiliza hipnotismo para inducir a sus pacientes (que son ya más de setecientos) a desarrollar intensos recuerdos de espantosas abducciones, aunque muchos de los pacientes no tenían tales recuerdos antes de ser hipnotizados. Jacobs está convencido de que cinco millones de norteamericanos han sido secuestrados al menos una vez por extraterrestres. Según Jacobs, una paciente, que trabajaba en una tienda, había sufrido cien abducciones en un solo año, ¡un promedio de una cada tres días! Al reseñista del
New York Times
, Joe Queenan, le gustaría saber cómo consiguió la mujer conservar su empleo.

Los pacientes de Jacobs revelan de manera habitual increíbles abusos sexuales. Los extraterrestres extraen semen a los hombres y óvulos a las mujeres, y los utilizan para producir una raza de híbridos con los que pretenden apoderarse de la Tierra dentro de poco. Jacobs dice que «desea desesperadamente» que esto no sea cierto, pero que ahora «teme por el futuro» de sus hijos. Jacobs no sabe con certeza de dónde vienen los extraterrestres, pero cree que pueden venir de un planeta lejano. Se comunican entre ellos y con los humanos por telepatía. Cualquiera pensaría que Jacobs vería con simpatía a otros investigadores de los ovnis que utilizan hipnosis para revivir recuerdos de abducciones. Pues no. Por ejemplo, considera que John Mack, el bochornoso psiquiatra de Harvard que también ha escrito un libro sobre abducciones por ovnis, es un incompetente y un crédulo. En cuanto a Philip Klass, el principal desenmascarador de la ovnimanía en este país, Jacobs se niega incluso a hablar con él.

Los híbridos que caminan entre nosotros son diabólicamente astutos en cuestión de pasar desapercibidos. Tienen el mismo aspecto que nosotros y se visten exactamente igual. Para confundirnos aun más, los extraterrestres implantan falsos recuerdos en las cabezas de los abducidos, para que cuando regresen a la Tierra la policía crea que están locos porque dicen haber visto a Jesús, a la Virgen María, a Abraham Lincoln y a otros personajes famosos.

Estos falsos recuerdos se crean mediante una técnica llamada «mindscan» (exploración mental), una palabra inventada por Jacobs. Nunca se le ha ocurrido que también él está utilizando una modalidad de esa técnica con sus pacientes.

«Si algún defecto tiene
The Threat
—escribió Joe Queenan en su reseña del
New York Times
(10 de enero de 1998)—, es que no explica por qué los extraterrestres parecen abducir siempre a personas que nadie conoce. […] [Jacobs] tampoco informa al lector de por qué estas criaturas aparentemente omnipotentes nunca le han pillado a él. A lo mejor es que el señor Jacobs sí que ha sido abducido, le han lavado el cerebro y le han engañado para que escriba este libro, con el propósito específico de lograr que una editorial respetable haga el idiota y que los cazadores de ovnis parezcan aun más ridículos».

Aparte de los libros y artículos de Klass, el desbaratamiento más potente y más divertido del tema ovni en los últimos tiempos ha sido un artículo de Frederick Crews en
The New York Review of Books
(25 de junio de 1998), titulado «The Mindsnatchers» («Los ladrones de mentes»). En él comenta tres libros sobre ovnis, uno de los cuales es
The Threat
, de Jacobs. Tal como explica Crews, Jacobs, al igual que John Mack y otros, vive en la feliz ignorancia de lo fácil que es fabricar falsos recuerdos. Por suerte, estos recuerdos son menos perniciosos que los falsos recuerdos de abusos sexuales perpetrados por adultos humanos. Ya se han dado casos de padres, madres y profesores inocentes que han pasado años en la cárcel, algunos de ellos condenados a cadena perpetua, sobre la única base de recuerdos fabricados de abusos sexuales, relatados dramáticamente ante los tribunales por niños y adultos con el cerebro lavado por terapeutas fanáticos.

Crews cita el siguiente párrafo en el que Jacobs cuenta los recuerdos de una paciente a la que llama «Beverly»:

Entonces los híbridos le dijeron a Beverly que podían tomar su cuerpo siempre que quisieran, y que ella era siempre vulnerable y nunca estaría a salvo. Un híbrido la violó y otro la obligó a hacerle una felación. La pellizcaron, le retorcieron la piel y la golpearon sin dejar marcas. Le metieron una vela apagada en la vagina. Después le dijeron que había sido la culpable de la abducción de sus propios hijos. […] En otra ocasión, los híbridos le hicieron ver a su hija de seis años entrando en una habitación llena de híbridos desnudos con los penes en erección; le hicieron creer que su hija iba a ser violada por todos ellos.

Sin duda, causa asombro que un profesor de historia aparentemente cuerdo pueda creer unas invenciones tan obvias y conservar su empleo en una importante universidad. Temple incluso le permite a Jacobs impartir un curso periódico sobre ufología. Hay una sola cosa elogiosa que se puede decir de
Frontier Perspectives
. Todavía no ha publicado ningún artículo de Jacobs ni, que yo sepa, reseñado ninguno de sus ridículos libros.

Addendum

Mi columna sobre la Universidad de Temple generó más cartas que ninguna otra columna reproducida en este libro. Comentaré brevemente las cartas que se publicaron en el
Skeptical Inquirer
, seguidas por mis respuestas.

El geólogo Mark Wilson llamaba la atención sobre la promoción que se hace en Temple del afrocentrismo extremo. El profesor Molefi Kete Asante, director del Departamento de Estudios Africanos de la universidad, asegura que los egipcios eran negros y que los griegos les robaron su cultura. Wilson dice que esto es falsificar la historia y cree que se están sacrificando conocimientos sólidos en aras de una «conciencia racial mal entendida», pensada para aumentar la autoestima de los norteamericanos de raza negra.

Nancy Kolenda, directora de Centro de Ciencias Fronterizas de Temple, insistió en que yo no había entendido la misión del centro. Citó a varios distinguidos científicos que forman parte de los consejos asesor y editorial del centro. Inna Semetsky se quejó de que yo no había dado ninguna razón para negar la eficacia de las lecturas de cartas del Tarot.

La eminente bióloga Lynn Margulis acudió en mi defensa, describiendo una mala experiencia que tuvo con el centro. El físico Gary Posner reforzó mi mala opinión sobre lo que dice Jacobs de los ovnis. Dan Kenner defendió su artículo. Estaba especialmente indignado por mi ataque a la homeopatía. De manera similar, Peter Graneau defendió su artículo, en el que vapuleaba la teoría de la relatividad.

Mi respuesta a estas cartas fue la siguiente:

Sería muy conveniente que el Centro Temple de Ciencias Fronterizas tuviera un director que fuera científico. La directora Nancy Kolenda, que es contable, es completamente incapaz de distinguir entre ciencia fronteriza respetable y ciencia disparatada.

Publicar artículos que defienden la homeopatía, la radiestesia, la lectura de cartas del Tarot y la idea de que las enfermedades físicas son ilusiones mentales, no es muy diferente de publicar artículos a favor de la quiromancia, la frenología, la numerología y la enloquecida cosmología de Velikovsky.

Es una gran vergüenza para una universidad distinguida y para sus científicos que el presidente del consejo de administración de Temple despilfarre cada año 100.000 dólares en un centro y una revista que no contribuyen absolutamente nada al progreso de la ciencia.

Inna Semetsky está molesta porque dije que su defensa de las lecturas del Tarot me parecía «graciosa», sin dar mis razones para rechazar semejante método de adivinación. No pienso malgastar espacio tratando de «refutar» la lectura de las cartas del Tarot, que es como intentar refutar la quiromancia o la lectura de hojas de té.

La carta de la señora Semetsky, con todas sus referencias a la física moderna, es aun más graciosa que su artículo. Sin embargo, que una revista que se jacta de discutir cuestiones en las «fronteras» de la investigación científica publique su artículo, no es gracioso sino triste.

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