Tratado de ateología (27 page)

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Authors: Michel Onfray

BOOK: Tratado de ateología
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Encontramos los mismos defectos o casi los mismos en la monumental
Histoire de l'athéisme
de Georges Minois, Fayard, 1998, 671 páginas, sólo dos de ellas dedicadas a Freud. Además del uso abusivo del epíteto para calificar a los politeístas, deístas, cristianos heterodoxos —¡Epicuro, Rabelais, Hobbes, junto a Sade, Nietzsche y Sartre!—, la introducción en la que el autor intenta pensar el ateísmo merece pasarse por alto, y el resto del libro sólo vale por las fichas yuxtapuestas, a partir de las cuales podemos tener una idea de las posibles lecturas. La obra debe tomarse como una colección de fichas para clasificar...

2. DIOS HA MUERTO, ¿AH, SÍ?

Para verificar las condiciones del asesinato, Nietzsche, evidentemente, y el famoso párrafo 125 —«El insensato»— de
La gaya ciencia.
Léase igualmente
Ecce homo y El Anticristo.
Para retomar este tema de últimos cursos de bachillerato —«Dios ha muerto, entonces todo está permitido»—, véase Dostoievski,
Los hermanos Karamázov.

A falta de una buena historia del ateísmo, aún no escrita, pueden leerse dos tratados filosóficos sobre el tema: en primer lugar, Jacques-J. Natanson,
La mort de Dieu. Essai sur l'athéisme moderne,
PUF, 1975. El autor realiza una lectura clara e inteligente de las cuestiones relacionadas con el ateísmo, combinando información, análisis y comentario. Ocho páginas de bibliografía. Luego, con el mismo espíritu, Dominique Folschied,
L'esprit de l'athéisme et son destín,
LaTable Ronde, 1991. El autor hace un concienzudo análisis de Nietzsche y Dostoievski.

3. SOBRE LA ANTIFILOSOFÍA Y SUS OPOSITORES

La noción es aclarada en la única obra, me parece, dedicada a ese tema: Didier Masseau,
Les ennemies des philosophes. L'antiphilosophie au temps des Lumiéres,
Albin Michel. Jesuitas, jansenistas, apologistas, católicos, manifiestan en pleno siglo XVIII su odio a los filósofos —Rousseau, Voltaire, Diderot— y a la filosofía. La historiografía ha pulido este siglo para convertirlo en el de la Ilustración solamente, olvidando que existía de un lado la tradición cristiana, vengativa, militante y polémica, y del otro, los que yo llamaría los ultras de la filosofía —los ateos—, La Mettrie, d'Holbach, Helvetius, que los valores afianzados criticaban y combatían en nombre del deísmo... Veintisiete páginas de excelente bibliografía.

La
Doctrine curieuse
de Garasse es el primero en tratar el tema en el siglo anterior. Para comprobar que Vanini nunca fue ateo, sino más bien panteísta y cristiano, cf.
CEuvres philosophiques,
Adolphe Delahays, 1856, nunca reeditado en francés desde entonces... Trad. de X. Rousselot. Véase, igualmente, Emile Namer,
La vie et l'ceuvre dej. C. Vanini, Yún,
1980.

Para acompañar a la antifilosofía, cf. la compilación de textos realizada bajo la dirección de Patrick Graille y Mladen Kozul,
Discours antireligieux frangais du dix-huitiéme siècle. Du curé Meslier au marquis de Sade,
L'Harmattan, Les Presses de l'Université de Laval, 2003: una magnífica antología con reseñas de presentación indispensables. Un remedio para los enemigos de la filosofía de hoy y de siempre...

El casi primer ateo —Cristovao Ferreira— escribió
La super-cherie dévoilée.
El texto de unas treinta páginas ha sido presentado, laboriosamente, por Jacques Proust, un universitario lo suficientemente pretencioso como para incluir su nombre en la portada de la obra que tradujo con una tal Mariana del mismo apellido, de modo que aparenta ser el autor del libro, en el que no aparece el nombre de Ferreira en ninguna parte... ¡Honesto, elegante! Subtítulo del libro:
Une réfutation du catholicisme au Japon au XVII
e
siècle.
En vez de
au Japón
(«del Japón»),
dans le Japon
(«en el Japón»), hubiese permitido pasar un poco por alto la pluma universitaria, pero bueno... Publicado por Chandeigne. La bibliografía contiene, evidentemente, todos los artículos del endiablado tándem...

4. CALLOS BURGUESES Y TRIPAS CATÓLICAS

Es conocida la célebre frase del abad Meslier, en la que deseaba que todos los nobles fuesen ahorcados con las tripas de los curas... La frase se encuentra en las
CEuvres,
de Jean Meslier, tres volúmenes, ed. Anthropos, 1970. Para quienes no se animen ante las dos mil páginas, hay un compendio bien hecho bajo el título
Mémoire,
Exils, 2000. El ineludible trabajo, probablemente insuperable, de Maurice Dommanget,
Le curé Meslier. Athée, communiste et révolutionnaire sous Louis XIV,
Juillard, 1965, hace un resumen de todo lo que hay que saber sobre la obra de un auténtico filósofo, evidentemente descartado por la historiografía clásica, pues incluye todo lo que puede desagradar: su odio a Dios, al cristianismo, al idealismo, al ideal ascético, y su elogio de la libertad, el hedonismo y la vida mundana. Para los amantes de los resúmenes, véase Marc Bredel,
Jean Meslier l'enragé. Prétre athée et révolutionnaire sous Louis XIV,
Ballano, 1983. El plagio casi íntegro del subtítulo de Dommanget expresa, sin duda, lo que el segundo le debe al primero...

Del mismo excelente Dommanget, véase la biografía intelectual crítica,
Sylvain Maréchal. «L'homme sans Dieu». Vie et ceuvre du Manifesté des égaux, y
también el
Dictionnaire des athées,
Spartacus, 1950. Hay allí un resumen insuperable sobre un pensador que ha desaparecido, también él, de la circulación intelectual contemporánea.

5. LOS COMPINCHES DE D'HOLBACH

¡Divino d'Holbach! Gracias a la feliz determinación de Jean-Pierre Jackson —que hace excelentes trabajos de editor en todo lo que toca...—, disponemos de una edición de sus
CEuvres philosophiques.
Ediciones Alive ha publicado tres volúmenes monumentales:
Le christianisme dévoilé, La contagión sacréey
la
Théologie portative,
en el tomo 1; el
Essai sur les pré-jugés,
le
Systeme de la Nature,
y la increíble
Histoire critique de Jésus-Christ,
en el tomo 2; y, en el tomo 3, el
Tableau de saints, Le bon sens,
la
Politique naturelle
y la
Ethocratie,
¡indispensables para los cursos de enseñanza del ateísmo! La pasión atea de este filósofo es considerable. Pulveriza los melindres deístas de Rousseau, las comedias anticlericales de Voltaire, defensor de la religión para el pueblo, y las dudas de Diderot sobre Dios.

Una selección de textos en un volumen inhallable, por René Hubert,
Holbach et ses antis,
André Depeuc, editor, en una colección anticristiana que editaron también Gourmont y Jules de Gaultier sobre Nietzsche. Luego, de Pierre Naville,
Holbach et la philosophie scientifique au XVIIf siécle,
Gallimard, 1967. La reedición de algunas obras del filósofo en la excelente colección Corpus de Fayard ha permitido realizar una recopilación de contribuciones de la revista
Corpus
sobre Holbach.

6. EL HIDROTERAPEUTA NEUMÁTICO

La ausencia de la obra de Feuerbach en el mercado filosófico es igualmente escandalosa. Aparte de la captación de herencia y recuperación de Louis Althusser, traductor de
Manifestes philosophiques. Textes choisis (1839-1845),
PUF, luego 10/18 en 1960, o las de su epígono Jean-Pierre Osier, a quien le debemos la versión francesa de
L'essence du christianisme,
Maspero, 1982, no encontramos otras cosas, con la excepción de la traducción de J. Roy, fechada en 1865, de un volumen titulado
La religión,
de
L'essence de la religión
(1845),
Mort et immortalité
(1830),
Pensées diverses y Remarques,
Vrin, 1987. Recientemente,
Pensées sur la mort et l'immortalité,
Cerf, trad. de Ch. Berner, 1991.

Sobre Feuerbach, no hay mucho: de Henri Arvon —el autor del pésimo librito de la colección «Que sais-je?» sobre el ateísmo...—,
Ludwig Feuerbach ou la transformation du sacre,
PUF, 1957, y más sintéticamente, con una selección de textos, del mismo autor,
Feuerbach,
PUF, 1964. Alexis Philonenko ha escrito un resumen sobre
La Jeunesse de Feuerbach (1828-1841). Introduction a ses pensées fundamentales,
Vrin, 1990; apreciaríamos el mismo trabajo titánico sobre los treinta últimos años del filósofo... Jean Salem nos introduce brevemente en esa etapa de la vida del filósofo, en
Une lecture frivole des écritures. «L'Essence du christianisme» de Ludwig Feuerbach,
Enere Marine, 2003.

7. SOBRE UNA EPISTEME JUDEOCRISTIANA

Foucault perfecciona la noción de episteme en
Las palabras y las cosas
en 1966. En
Dits et écrits,
tomo II, afirma: «Los fenómenos de relación entre las ciencias o entre los diferentes discursos científicos son los que constituyen lo que yo llamo la episteme de una época». Resulta obvio que sólo se puede captar el detalle de una episteme en términos arqueológicos, en un campo muy improbable. Al hablar de un cuerpo cristiano en
Féeries anatomiques,
propuse una vía para abordar la cuestión de la episteme a partir del cuerpo occidental. Sobre este tema, véanse Nicolás Martin y Antoine Spire,
Dieu aime-t-il les malades? Les religions monothéistes face a la maladie,
Anne Carriére, 2004, para comprobar la considerable impregnación de la ideología judeocristiana en los temas de la salud, la enfermedad y, por desgracia, la bioética. Los detalles de la posición cristiana sobre la salud pueden encontrarse en
Charte des personnels de la santé,
cuyo autor es el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Servicios de Salud y el editor, la Ciudad del Vaticano, 1995; resulta deprimente comprobar como nuestra bioética retrocede, incluso regresiona, debido a las posiciones retrógradas de la Iglesia, defendidas por laicos empapados en agua bendita...

Sobre el derecho y su formateo judeocristiano, establecí mi posición en «Pour en finir avec le jugement des hommes», en
L'archipel des cometes,
Grasset.

8. ¡ATEÍSMO CRISTIANO!

André Comte-Sponville no rechaza mi fórmula pero prefiere «ateo fiel». Explica lo que entiende por eso en
A-t-on encore besoin d'une religión?,
Les Editions de l'Atelier, 2003. «Soy ateo puesto que no creo en ningún dios, pero fiel porque me reconozco como parte de determinada tradición, de determinada historia y de sus valores judeocristianos (o greco-judeocristianos), que son los nuestros», p. 58. Asimismo, Luc Ferry rechaza la posición atea y opta por la agnóstica, más prudente en todo. Véase
L'homme-Dieu,
Grasset. Este tropismo cristiano más claramente asumido se encuentra, en la filosofía contemporánea, en Michel Henry y Giovanni Vattimo. El primero aborda el cristianismo como fenomenólogo, en
Incarnation,
Seuil, 2000,
Paroles du Christ,
Seuil, 2004, y
C'est moi la vérité. Pour une philosophie du christianisme,
Seuil, 1996. El segundo, como hermeneuta... Véase
Espérer croire,
Seuil, 1998 y
Aprés la chrétienté,
Calmann-Lévy, 2004. O cómo tirar la Biblia al agua lustral de
El ser y el tiempo
para obtener una solución —en el sentido químico— milagrosa...

9. PERMANENCIA DE LA ESCOLÁSTICA

Aunque no son ateos, sino francamente cristianos, vale la pena leer tanto a Jean-Luc Marion,
Dieu sans l'étre,
PUF, 2002, como a René Girard,
Je vois Satán tom-ber comme l'éclair...,
Grasset, 1999. Luego, dentro de la tradición judía atravesada de filosofía rusa, italiana, española, francesa, pero sobre todo no alemana, léase a Vladimir Jankélévitch,
Traite des ver-tus,
mil quinientas páginas en varios volúmenes:
Le sérieux de l'in-tention, Les vertus et l'amour, L'innocence et la méchamete.
De la misma tradición, pero esta vez mezclada con la fenomenología heideggeriana, Emmanuel Levinas,
Autrement qu'étre ou au-delá de l'essence,
Nijhoff, 1974. De donde surge que más vale el amor que la guerra, el coraje que la cobardía, el perdón que el rencor, el Otro que Uno mismo. Perfecto en teoría.

Monoteísmos
1. EL PRECIO DE LOS LIBROS ÚNICOS

Teóricamente, los tres monoteísmos se presentan como la única religión del libro único, pero de hecho estos libros únicos son numerosos... La prestigiosa biblioteca de La Pléiade de Gallimard ha tomado una extraña decisión: edita esas obras en una encuademación gris ratón mientras que publica los texto antiguos en verde... ¿Por qué no encuaderna en el mismo color que las obras de Homero, Platón y Agustín, la Biblia, el Corán, los
Ecrits intertestamentaires
o los
Ecrits apocryphes chrétiens
Porque son exclusivamente textos históricos...

He utilizado la Biblia de Émile Osty y Joseph Trinquet, de Seuil. Con respecto a la edición en tres volúmenes de La Pléiade, aquélla tiene el mérito de intercalar títulos en el texto, lo que facilita las referencias. En cambio, el sistema de notas y llamadas no tiene verdadera utilidad... El Corán es el de La Pléiade, traducción de D. Masson, en versión algo islamófila. El sistema de notas merece revisión, por las mismas razones...

Acerca de la historicidad de la Biblia: Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman,
La Bible dévoilée,
Gallimard, proporcionan información histórica sobre el taller de confección mitológica que fue ese libro. Otras obras básicas:
Le Pentateuque,
traducción ecuménica, Cerf, Société Biblique Francaise. Y el
Talmud. Traite Pessahim,
traducido por Israel Salzer, Gallimard, Folio. Hace falta una auténtica edición crítica y atea de todos estos libros.

No es pérdida de tiempo tampoco leer el
Catéchisme de l'Egli-se catholique,
Mame et Plon... ¡Persistencia y permanencia de las mitologías heredadas de los tiempos antiguos de hace más de mil años! Para quienes quieran familiarizarse con la angeología, una vista completa de aquel mundo caduco, véase a Seudo-Denys, el Aeropagita,
CEuvres completes,
trad. de Maurice de Gandillac, Aubier. Y, síntesis magistral,
Les anges,
de Philippe Faure, Cerf, Fides. Sobre los lugares donde habitan: Soubhi el-Saleh,
La vie future selon le Coran,
Vrin.

2. LIBROS SOBRE LOS LIBROS ÚNICOS

Las librerías y bibliotecas rebosan de libros religiosos. Su abundancia es sólo comparable a la ausencia de obras dedicadas al ateísmo. Los tiempos pasan, esas secciones se multiplican en las librerías, no lejos de las que elogian la
New Age,
la autoayuda, la astrología, el budismo, el tarot y otras manifestaciones de lo irracional (léase al pasar la obra de Adorno sobre los horóscopos,
Des étoiles a la terre,
trad. Gilíes Berton, Exils, en la que varios análisis ayudan a comprender la creencia religiosa).

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