Read Border of a Dream: Selected Poems of Antonio Machado (Spanish Edition) Online
Authors: Antonio Machado
1
By the flowering sierra
the broad sea bubbles.
In my honeycomb of bees
are tiny grains of salt.
2
Beside the black water.
Smell of sea and jasmines.
Málaga night.
3
Spring has come.
No one knows how.
4
Spring has come.
White hallelujahs
from the flowering brambles.
5
Full moon, full moon,
so round, so wholly round
on this tranquil March night,
radiant honeycomb
labored by white bees.
6
Castilian night,
the song is spoken,
or, better, unspoken.
When all are asleep
I’ll go to the window.
7
Sing, sing in clear rhyme,
the almond tree in green leaf
and the double willow by the river.
Sing of the brown oak,
the branch cut by the ax
and the flower no one sees.
The white blossom
of the pear in the orchard,
pink blossom of the peach.
And the smell
the damp wind pulls out
of the blossoming beans.
8
The fountain and the four
acacia trees in bloom
in the little square.
The sun no longer burning.
Cheerful twilight!
Sing, nightingale.
At the same hour
ticking in my heart.
9
White inn,
a traveler’s small room
with my shadow!
10
The Roman aqueduct
(a voice from my land sings)
and our love for each other.
Sweetheart, what resolve!
11
For words of love
a bit of exaggeration
feels good.
12
In Santo Domingo,
37
high mass.
Though they called me
a heretic and mason,
praying with you,
what devotion!
13
At the fiesta on the green meadow
a flute and drum.
A shepherd came in gold sandals
and his flowery crook.
I descended the mountain
only to dance with her.
I will climb back up the mountain.
In the garden trees
there is a nightingale
who sings night and day,
who sings to the moon and sun.
Hoarse from singing
the girl will come to the garden
and cut a rose.
Among the black oaks
there is a stone fountain
and a tiny earthen jug
that never gets full.
Through the oaks
she will come back
when the white moon is out.
14
With you in Valonsadero
at the fiesta of Saint John’s Eve.
Tomorrow on the pampas
on the other side of the sea.
Keep faith with me,
I will come back.
Tomorrow I’ll be a pampero
38
and my heart will disappear
to the banks of the high Duero.
15
Women, while you dance
in a circle, sing:
Now meadows are green,
now gallant spring is here.
On the bank of the river,
among the black oaks
we saw his silver sandals dazzling.
Now meadows are green,
now gallant spring is here.
37
Antonio and Leonor lived near this church in Soria.
38
One who lives on the pampas.
Canción de mozas
1
Molinero es mi amante,
tiene un molino
bajo los pinos verdes,
cerca del río.
Niñas, cantad:
“Por las tierras de Soria
yo quisiera pasar.”
2
Por las tierras de Soria
va mi pastor.
¡Si yo fuera una encina
sobre un alcor!
Para la siesta,
si yo fuera una encina
sombra le diera.
3
Colmenero es mi amante,
y, en su abejar,
abejicas de oro
vienen y van.
De tu colmena,
colmenero del alma,
yo colmenera.
4
En las sierras de Soria,
azul y nieve,
leñador es mi amante
de pinos verdes.
¡Quién fuera el águila
para ver a mi dueño
cortando ramás!
5
Hortelano es mi amante,
tiene su huerto,
en la tierra de Soria,
cerca del Duero.
¡Linda hortelana!
Llevaré saya verde,
monjil de grana.
6
A la orilla del Duero,
lindas peonzas,
bailad, coloraditas
como amapolas.
¡Ay, garabí!...
Bailad, suene la flauta
y el tamboril.
Young women songs
1
The miller is my lover.
He has a mill
below the green pines
near the river.
Women, sing:
“Through Sorian country
I want to go.”
2
Though Sorian country
my shepherd goes.
If I were an oak
on a hill!
For his siesta,
if I were an oak
I’d shade him.
3
A honeycomb is my lover,
and in his hive
tiny bees of gold
come and go.
Out of honeycomb,
honeycomb of the soul,
I the beekeeper.
4
In the Sorian sierra
blue and snow.
The woodcutter is my lover
of green pines.
Who could be the eagle
watching my master
cutting logs?
5
The gardener is my lover.
He has a garden
in the Sorian country
near the Duero.
Beautiful gardener!
I will wear a green skirt
grape-colored like a nun.
6
On the bank of the Duero,
lovely farm girls,
dance in red splashes
like poppies.
O in colors!
Dance. Sound the flute
and drum.
A José Ortega y Gasset
1
El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo parque te ve.
2
Para dialogar,
preguntad primero;
después... escuchad.
3
Todo narcisismo
es un vicio feo,
y ya viejo vicio.
4
Mas busca en tu espejo al otro,
al otro que va contigo.
5
Entre el vivir y el soñar
hay una tercera cosa.
Adivínala.
6
Ese tu Narciso
ya no se ve en el espejo
porque es el espejo mismo.
7
¿Siglo nuevo? ¿Todavía
llamea la misma fragua?
¿Corre todavía el agua
por el cauce que tenía?
8
Hoy es siempre todavía.
9
Sol en Aries. Mi ventana
está abierta al aire frío.
—¡Oh rumor de agua lejana!—.
La tarde despierta al río.
10
En el viejo caserío
—¡oh anchas torres con cigüeñas!—
enmudece el son gregario,
y en el campo solitario
suena el agua entre las peñas.
11
Como otra vez, mi atención
está del agua cautiva;
pero del agua en la viva
roca de mi corazón.
12
¿Sabes, cuando el agua suena,
si es agua de cumbre o valle,
de plaza, jardín o huerta?
13
Encuentro lo que no busco:
las hojas del toronjil
huelen a limón maduro.
14
Nunca traces tu frontera,
ni cuides de tu perfil;
todo eso es cosa de fuera.
15
Busca a tu complementario,
que marcha siempre contigo,
y suele ser tu contrario.
16
Si vino la primavera,
volad a las flores;
no chupéis cera.
17
En mi soledad
he vista cosas muy claras,
que no son verdad.
18
Buena es el agua y la sed;
buena es la sombra y el sol;
la miel de flor de romero,
la miel de campo sin flor.
19
A la vera del camino
hay una fuente de piedra,
y un cantarillo de barro
—gluglú—que nadie se lleva.
20
Adivina adivinanza,
qué quieren decir la fuente,
el cantarillo y el agua.
21
...Pero yo he vista beber
hasta en los charcos del suelo.
Caprichos tiene la sed.
22
Sólo quede un símbolo:
quod elixum est ne asato.
No aséis lo que está cocido.
23
Canta, canta, canta.
junto a su tomate,
el grillo en su jaula.
24
Despacito y buena letra:
el hacer las cosas bien
importa más que el hacerlas.
25
Sin embargo...
¡Ah!, sin embargo,
importa avivar los remos,
dijo el caracol al galgo.
26
¡Ya hay hombres activos!
Soñaba la charca
con sus mosquitos.
27
¡Oh calavera vacía!
¡Y pensar que todo era
dentro de ti, calavera!,
otra Pandolfo decía.
28
Cantores, dejad
palmas y jaleo
para los demás.
29
Despertad, cantores:
acaben los ecos,
empiecen las voces.
30
Mas no busquéis disonancias;
porque, al fin, nada disuena,
siempre al son que tocan bailan.
31
Luchador superfluo,
ayer lo más noble,
mañana lo más plebeyo.
32
Camorrista, boxeador,
zúrratelas con el viento.
33
Sin embargo...
¡Oh!, sin embargo,
queda fetiche que aguarda
ofrenda de puñetazos.
34
O
rinnovarsi
o
perire...
No me suena bien
Navigare è necessario...
Mejor:¡vivir para ver!
35
Ya maduró un nuevo cero,
que tendrá su devoción:
un ente de acción tan huero
como un ente de razón.
36
No es el yo fundamental
eso que busca el poeta,
sino el tú esencial.
37
Viejo como el mundo es
—dijo un doctor—, olvidado,
por sabido, y enterrado
cual la momia de Ramsés.
38
Mas el doctor no sabía
que hoy es siempre todavía.
39
Busca en tu prójimo espejo;
pero no para afeitarte,
ni para teñirte el pelo.
40
Los ojos por que suspiras,
sábelo bien.
los ojos en que te miras
son ojos porque te ven.
41
—Ya se oyen palabras viejas.
—Pues aguzad las orejas.
42
Enseña el Cristo: a tu prójimo
amarás como a ti mismo,
mas nunca olvides que es otro.
43
Dijo otra verdad:
busca el tú que nunca es tuyo
ni puede serlo jamás.
44
No desdeñéis la palabra;
el mundo es ruidoso y mudo,
poetas, sólo Dios habla.
45
¿Todo para los demás?
Mancebo, llena tu jarro,
que ya te la beberán.
46
Se miente más de la cuenta
por falta de fantasía:
también la verdad se inventa.
47
Autores, la escena acaba
con un dogma de teatro:
En el principio era la máscara.
48
Será el peor de los malos
bribón que olvide
su vocación de diablo.
49
¿Dijiste media verdad?
Dirán que mientes dos veces
si dices la otra mitad.
50
Con el tú de mi canción
no te aludo, compañero;
ese tú soy yo.
51
Demos tiempo al tiempo:
para que el vaso rebose
hay que llenarlo primero.
52
Hora de mi corazón:
la hora de una esperanza
y una desesperación.
53
Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar.
54
Le tiembla al cantar la voz.
Ya no le silban sus coplas,
que silba su corazón.
55
Ya hubo quien pensó:
Cogito ergo non sum.
¡Qué exageración!
56
Conversación de gitanos:
—¿Cómo vamos, compadrito?
—Dando vueltas al atajo.
57
Algunos desesperados
sólo se curan con soga;
otros con siete palabras:
la fe se ha puesto de moda.
58
Creí mi hogar apagado,
y revolví la ceniza...
Me quemé la mano.
59
¡Reventó de risa!
¡Un hombre tan serio!
...Nadie lo diría.
60
Que se divida el trabajo:
los malos unten la flecha;
los buenos tiendan el arco.
61
Como don San Tob,
se tiñe las canas,
y con más razón.
62
Por dar al viento trabajo.
cosía con hilo doble
las hojas secas del árbol.
63
Sentía los cuatro vientos,
en la encrucijada
de su pensamiento.
64
¿Conoces los invisibles
hiladores de los sueños?
Son dos: la verde esperanza
y el torvo miedo.
Apuesta tienen de quién
hile más y más ligero,
ella, su copo dorado;
él, su copo negro.
Con el hilo que nos dan
tejemos, cuando tejemos.
65
Siembra la malva:
pero no la comas,
dijo Pitágoras.
Responde al hachazo
—ha dicho el Buda ¡y el Cristo!—
con tu aroma, como el sándalo.
Bueno es recordar
las palabras viejas
que han de volver a sonar.
66
Poned atención:
un corazón solitario
no es un corazón.
67
Abejas, cantores,
no a la miel, sino a las flores.
68
Todo necio
confunde valor y precio.
69
Lo ha visto pasar en sueños...
Buen cazador de sí mismo,
siempre en acecho.
70
Cazó a su hombre malo,
el de los días azules,
siempre cabizbajo.
71
Da doble luz a tu verso,
para leído de frente
y al sesgo.
72
Más no te importe si rueda
y pasa de mano en mano:
del oro se hace moneda.
73
De un
Arte de Bien Comer,
primera lección:
No has de coger la cuchara
con el tenedor.
74
Señor San Jerónimo,
suelte usted la piedra
con que se machaca.
Me pegó con ella.
75
Conversación de gitanos:
—Para rodear,
toma la calle de en medio;
nunca llegarás.
76
El tono lo da la lengua,
ni más alto ni más bajo;
sólo acompáñate de ella.
77
¡Tartarín en Koenigsberg!
Con el puño en la mejilla,
todo lo llegó a saber.
78
Crisolad oro en copela,
y burilad lira y arco
no en joya, sino en moneda.
79
Del romance castellano
no busques la sal castiza;
mejor que romance viejo,
poeta, cantar de niñas.
Déjale lo que no puedes
quitarle: su melodía
de cantar que canta y cuenta
un ayer que es todavía.
80
Concepto mondo y lirondo
suele ser cáscara hueca;
puede ser caldera al rojo.
81
Si vivir es bueno,
es mejor soñar,
y mejor que todo,
madre, despertar.
82
No el sol, sino la campana,
cuando te despierta, es
lo mejor de la mañana.
83
¡Qué gracia! En la Hesperia triste,
promontorio occidental,
en este cansino rabo
de Europa, par desollar,
y en una ciudad antigua,
chiquita coma un dedal,
¡el hombrecillo que fuma
y piensa, y ríe al pensar:
cayeron las altas torres;
en un basurero están
la corona de Guillermo,
la testa de Nicolás!
Baeza, 1919
84
Entre las brevas soy blando;
entre las rocas, de piedra.
¡Malo!
85
¿Tu verdad? No, la Verdad,
y yen conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.
86
Tengo a mis amigos
en mi soledad;
cuando estoy con ellos
¡qué lejos están!
87
¡Oh Guadalquivir!
Te vi en Cazorla nacer;
hoy, en Sanlúcar morir.
Un borbollón de agua clara,
debajo de un pino verde,
eras tú, qué bien sonabas!
Como yo, cerca del mar,
río de barro salobre,
¿sueñas con tu manantial?
88
El pensamiento barroco
pinta virutas de fuego,
hincha y complica el decoro.
89
Sin embargo...
—Oh, sin embargo,
hay siempre un ascua de veras
en su incendio de teatro.
90
¿Ya de su color se avergüenzan
las hojas de la albahaca,
salvias y alhucemas?
91
Siempre en alto, siempre en alto,
¿Renovación? Desde arriba.
Dijo la cucaña al árbol.
92
Dijo el árbol: Teme al hacha,
palo clavado en el suelo:
contigo la poda es tala.
93
¿Cuál es la verdad? ¿Eı río
que fluye y pasa
donde el barco y barquero
son también ondas del agua?
¿O este soñar del marino
siempre con ribera y ancla?
94
Sin embargo...
—Oh, sin embargo, hay siempre un ascua de veras
en su incendio de teatro.
95
Pero tampoco es razón
desdeñar
consejo que es confesión.
96
¿Ya sientes la savia nueva?
Cuida, arbolillo,
que nadie lo sepa.
97
Cuida de que no se entere
la cucaña seca
de tus ojos verdes.
98
Tu profecía, poeta.
—Mañana hablarán los mudos:
el corazón y la piedra.
99
—¿Mas el arte?...
—Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.