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Authors: Paul Ekman

Tags: #Ensayo, Psicología

Como detectar mentiras en los niños (17 page)

BOOK: Como detectar mentiras en los niños
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Recientemente presenté una chica a uno de mis amigos y ocurrió que los dos se gustaron mucho. Aunque por alguna razón, la chica (de la que había sido buen amigo) la tomó conmigo y empezó a ser muy desagradable. Mi amigo y yo no estábamos seguros de por qué lo hacía, pero sabíamos que tenía que ver con la creciente relación entre mi amigo y ella. Aunque me hubiera gustado verles juntos, mi amigo sabía que eso impediría nuestra relación. Debido a ello, decidió olvidar a la chica porque pensó que mi amistad era más valiosa, algo por lo que le sigo estando agradecido.

Durante el curso pasado, un amigo de mi escuela llevó la infidelidad al extremo, engañando a su novia con ¡tres chicas! Es un poco difícil conseguir esconder algo así, pero durante semanas, antes de que su novia pudiera estar segura, él le mentía constantemente y negaba sus sospechas con mentiras. Cuando ésta se enteró, se acabó la relación y su novia no estaba precisamente contenta de que él le hubiera mentido sobre todo el asunto.

Las mentiras sociales que no tienen que ver con relaciones suelen implicar algún tipo de exclusión. Para los niños, es muy importante saber quién es tu amigo y quién tu enemigo, y existen muchos grupos sociales y pandillas (esto desaparece con la edad). Es inevitable que donde existen grupos y camarillas, algunos niños van a quedar fuera. Esto a menudo crea mentiras del tipo que se dicen para mantener a alguien alejado de un grupo.

Recuerdo un día hace algunos años cuando unos amigos y yo estábamos en el autobús haciendo planes para la fiesta de cumpleaños de Mike. De repente nos dimos cuenta de que alguien a quien Mike no quería invitar estaba de pie a nuestro lado. «¿Quién va a dar una fiesta de cumpleaños?», preguntó. Sin prácticamente ni un segundo de vacilación empecé a inventarme una mentira para salir del paso. «Ah, bueno, verás», empecé, «estábamos planeando cómo entrar sin ser invitados en la fiesta de cumpleaños de mi hermana, pero ahora hemos decidido que no funcionaría.» Esta mentira se me quedó en la cabeza porque más adelante la persona a quien mentí descubrió la fiesta y la mentira y sintió que yo le había traicionado. Cuando una mentira como ésa hace que alguien se sienta mal, ya no la puedo llamar mentira piadosa porque es algo más grave y por lo tanto, como en este caso, se debería llamar una mentira social.

Independientemente del hecho de que los adultos probablemente mienten más sobre relaciones de matrimonio, adulterio e hijos, los niños tienen más peso específico en las mentiras sociales, simplemente porque los niños tienen una vida social mucho más activa. Cuando los niños maduran y se convierten en adultos pierden a muchos de sus grupos o pandillas de la infancia. Los adultos todavía se preocupan un poco por sus amigos, pero la actitud general parece ser que los amigos van y vienen y uno siempre puede hacer amigos nuevos, así que no es necesario disgustarse por asuntos de amigos. Por otro lado, los niños en la escuela tienden a implicarse de manera muy fuerte en temas de amistades y de grupos. La parte principal de la vida de un adolescente es su condición social, cuántos amigos él o ella tiene, y si le dejan o no de lado muchas veces.

En un campamento de verano para familias al que fuimos recientemente, me di cuenta de que esto ocurría. Como era nuestro primer año, no conocíamos a nadie, y parecía que todos los demás hubieran ido allí durante años y que todos se conocían entre si. Como todos los campistas veteranos se conocían, tenían sus grupos. Eso era así tanto para los adultos como para los niños. La primera noche tanto mi hermana como yo nos sentimos un poco excluidos, porque no conocíamos a nadie y todos los demás se lo estaban pasando estupendamente de fiesta. A mis padres tampoco les iba mucho mejor, así que por curiosidad les pregunté si ellos también se sentían excluidos. Creo interesante comentar que a ellos no parecía importarles. Dijeron que no estaban preocupados por hacer amigos porque ya tenían muchos y que probablemente no volverían a ver más a ninguna de las personas que estaban allí. Además, se tenían el uno al otro, así que para ellos no era importante. Creo que éste es un buen ejemplo de la diferencia entre la reacción de un adulto y de un niño ante las mismas circunstancias sociales.

En cuanto a los preadolescentes, creo que entre cuarto y sexto curso empiezan a pensar en cómo encajan ellos socialmente en su grupo de semejantes. Las mentiras que se cuentan a esa edad temprana son menos graves, simplemente porque a esa edad (y antes) los niños todavía no comprenden todas las potenciales aplicaciones de las mentiras, y sus padres les dicen que no mientan. Yo creo que a esa edad sí existen las mentiras sociales, pero en menor grado porque los niños no son capaces de contar mentiras graves.

Recuerdo una vez en quinto cuando unos amigos y yo llamamos por teléfono a una chica y uno de nosotros le pidió que fuera su novia. Ella dijo que no y nos colgó, pero el lunes siguiente en la escuela dijimos a todo el mundo que había dicho que sí. El propósito de nuestra mentira era ponerla en ridículo. Aunque lo recuerdo como una broma infantil, cuando ocurrió nos pareció la cosa más divertida del mundo hacer que esa chica quedara en ridículo debido a nuestra mentira.

MENTIRAS RELACIONADAS CON LA AUTORIDAD

La mayor diferencia entre las mentiras de los adultos y las de los niños es cuando se trata de mentir a figuras de autoridad. Una vez más, la razón por la cual mienten los niños en esta situación viene del hecho de que los niños se meten más en situaciones de este tipo que los adultos. Para un niño, prácticamente todos los adultos son figuras de autoridad, de una manera u otra. Para un adulto, lo que suele caracterizar a una persona con autoridad es una categoría financiera, de negocios o social más alta. Para un niño, normalmente se trata de la edad: la autoridad tiene más edad que tú.

La razón por la cual las relaciones que implican autoridad están relacionadas con la mentira es que generalmente este tipo de relaciones implica un gran escrutinio del lado inferior de la relación por parte del superior. Debido a que se cuestiona gran parte de lo que hace la parte inferior de la relación, se la vigila y es regulada por la parte superior, y la oportunidad de mentir surge con frecuencia. La parte inferior miente sobre lo que ha hecho y la parte superior (aunque con menor frecuencia) miente para pacificar a la parte inferior o para crear un incentivo para que la parte inferior cumpla con un deber, sea el que sea.

Otra razón habitual por la que los adultos mienten a los niños es para encubrir algo o para que los niños no se enteren de algo que según ellos son demasiado pequeños para saber o que no deberían saber. Éste es un tipo de mentira protectora.

Un amigo mío iba a quedarse una noche solo en casa. Sus padres estaban preocupados por si iba a traer amigos a casa —cosa que no le permitían y que él hizo sin permiso la última vez que le dejaron solo en casa— así que se inventaron una mentira para tenerle controlado. Le dijeron que le habían pedido a la vecina de al lado que le vigilara y que, si traía amigos a casa, ella lo sabría y se lo diría a los padres. El niño sabía que no podía hacer nada, así que siguió las normas de los padres. Salió esa noche y volvió solo a casa. Después de un rato, se dio cuenta de que el perro de la familia no estaba. Tras buscar durante media hora y no encontrar al perro, decidió llamar a alguien y preguntar qué debía hacer. Sus padres le habían dicho que llamara a la policía en caso de emergencia, pero no creyó que el tema fuera suficientemente importante, así que decidió llamar a la vecina de al lado, la que sus padres habían dicho que estaría en casa. Salió el contestador automático y ¡resultó ser que ella estaba en el lago Tahoe! Encontró luego al perro con otro vecino, pero se sintió traicionado por sus padres porque le habían mentido para controlarle.

¿Por qué este tema de las relaciones con la autoridad tiene tanta importancia en las mentiras infantiles? Porque las dos relaciones principales de autoridad que tienen los niños son la de padres/hijos y profesor/estudiante. Estas dos relaciones, en especial la de padres/hijo, crean más situaciones en las que los niños mienten que todas las demás juntas. Los adultos tienen relaciones similares, pero esa cosa de las relaciones con la autoridad disminuye a medida que una persona va cumpliendo años. Puede que los adultos todavía tengan que tratar con sus padres, pero eso genera muchas menos mentiras a esa edad porque les ven menos y viven separados. Esta situación también podría dar pie a mentiras, porque sería difícil para los padres descubrir si el hijo miente, pero el menor contacto eliminaría todas las mentiras que resultan del contacto diario.

El otro tipo de relación con la autoridad, la de profesor/estudiante, también disminuye con la edad. Para un adulto, se transforma en la relación jefe/empleado. En ambas relaciones el individuo está tratando con alguien que le podría hacer la vida más fácil o más difícil. Esto solo ya crea una relación superior/inferior, y en el caso de los niños está el añadido de la diferencia de edad. La relación jefe/empleado tiene ese aspecto de superior/inferior, pero el factor edad desaparece casi por completo porque la relación jefe/empleado se da entre dos personas adultas.

MENTIRAS A LOS PADRES

¿Por qué los niños mienten tanto a sus padres? Principalmente porque los padres siempre desean el bienestar de sus hijos y por ello están siempre vigilando lo que hacen. Muchas veces los niños intentan ocultar algo, algo que les traería problemas. Creo que la mayor parte de mentiras que se cuentan a los padres tienen la intención de evitar un castigo o un sermón. Lo que están intentando ocultar podría ser cualquier cosa merecedora de castigo. Naturalmente este tipo de mentiras a menudo tiene que ver con drogas, sexo, o haberse metido en líos. Aunque probablemente las mentiras más habituales sean sobre la escuela. Esto es así porque todos los niños tienen que pasar por ella y es muy importante saber cómo le irá al niño en la vida; evidentemente, los padres estarán muy preocupados y tendrán muchas preguntas. Esto crea una situación estupenda para la mentira porque muchas veces el contacto limitado que los padres tienen con la escuela hará imposible que puedan refutar lo que el niño les cuenta.

Un amigo mío tenía problemas en la escuela con una asignatura. Después de ver lo mal que le iba por el informe del primer trimestre, sus padres se enfadaron mucho. Amenazaron con castigarle y retirarle sus privilegios si las notas no mejoraban. Los padres dijeron que si el próximo boletín de notas no mostraba ninguna mejora, le castigarían bien. Pero incluso con las amenazas de sus padres, siguió sacando malos resultados. Finalmente llegó la época de las notas y él sabía que iban a ser malas. Sus padres realmente pensaban que estaba mejorando porque cada vez que le preguntaban por la clase, él mentía y decía que le iba bien. Se llegó a preocupar tanto de lo que sus padres le harían que robó la hoja con las puntuaciones de esa clase, falsificó una nota mejor e interceptó el informe real. Cuando sus padres vieron la nota, se pusieron muy contentos e incluso le premiaron. He perdido el contacto con este amigo, pero supongo que más tarde o más temprano sus padres descubrirán la falsificación y siento pena por él al pensar qué pasará entonces. Debido a que las mentiras diarias se habían ido amontonando, se vio forzado a correr el riesgo de meterse en problemas mucho más graves de los que hubiera tenido si no hubiera falsificado la nota.

Además, yo creo que los niños mienten por otras cosas por las que no se les castigaría porque quieren mantener una cierta intimidad. Hay cosas que los niños quieren reservarse, por ejemplo cosas que les turban, otras de las que se sienten avergonzados y otras que simplemente no quieren que los padres sepan. Sé perfectamente que la mayoría de niños no les cuenta gran cosa a sus padres sobre sus relaciones con el sexo contrario. Ello se debe normalmente al hecho de que los niños se sentirían turbados o avergonzados de hablar con sus padres de estos temas, así que lo evitan mintiendo Durante mucho tiempo yo no les dije a mis padres lo que hacemos en nuestras fiestas. No es porque pensara que me iban a castigar, simplemente quería evitar sermones y no me apetecía contarles la verdad.

MENTIRAS A LOS PROFESORES

Muchas de las razones por las cuales las niños mienten a los profesores son las mismas por las cuales mienten a los padres, pero existen algunas diferencias porque la relación que tienen con los padres es distinta. Hay que tratar con los padres constantemente, y estarán allí gran parte de su vida, así que si pierdes su confianza podrías tener que vivir con eso mucho tiempo. Los profesores, por otro lado, sólo están contigo de un trimestre a cuatro años, así que se les cuenta otro tipo de mentiras. Al contrario que con los padres, a quienes ves constantemente, solamente ves al profesor una vez al día en la escuela, y generalmente los niños intentan causar una mejor impresión durante la clase porque te ponen nota basándose en tu actuación de cuarenta minutos una vez al día.

Creo que la mayoría de niños están menos dispuestos a mentir a un profesor que a los padres, porque es más difícil hablar con los profesores si te descubren y, al fin y al cabo, el profesor es el responsable de ponerte nota, lo que le confiere a él o a ella mucho poder. No obstante, como los profesores siempre están vigilando a sus estudiantes (como los padres vigilan a sus hijos) siempre existirá algún engaño por parte de los niños debido a la relación de superior/inferior que surge entre estudiantes y profesores.

Evidentemente, las razones principales por las cuales los niños mienten a los profesores están relacionadas con temas escolares. Por ejemplo mentiras sobre los deberes, copiar en un examen y trabajos realizados en la escuela. También se miente mucho sobre temas de puntualidad, comportamiento en la escuela y fuera de ella. Todos estos tipos de mentira hacen que en la escuela se mienta bastante.

Yo personalmente nunca hago trampa en los exámenes. Es demasiado arriesgado, te podrían llegar a expulsar de la escuela. Pero sí lo he hecho, como casi todo el mundo, en algunos cuestionarios porque sé que no son importantes y que no me van a castigar si me descubren.

Se podría dar la vuelta al tema y mirarlo desde otra perspectiva. La gente podría pensar que los niños serían menos reticentes a mentir a los profesores que a los padres porque las consecuencias sólo durarían el tiempo que el estudiante mantiene una relación con el profesor, cosa muy distinta a la relación con los padres, que puede durar hasta su muerte. Yo no creo que esto sea así. Si un niño le miente al profesor, se podría ver reflejado en las notas, que afectan a la vida futura del niño. No obstante, con los padres se puede volver a ganar el respeto y el niño tiene mucho más tiempo para enmendarse.

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