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Authors: Adolfo Bioy Casares

Tags: #Otros, #Biografía, #Memorias

Descanso de caminantes (32 page)

BOOK: Descanso de caminantes
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Modismo inglés. To call someone names
.
I like when you call me names
: cuando me insultas, me injurias. Origen: ofender, denostar llamando a uno por
nicknames
, sobrenombres, o aun por epítetos ofensivos.

Dicho francés:
C'est du pareil au même
.

Idiomáticas
.
Darle a uno la loca
. Dícese para significar que cedió a los impulsos del momento, que hizo lo que tenía ganas, aunque no fuera lo más juicioso. «Me dio la loca y me vine en taxi». «Me dio la loca y me fui a Carhué».

Noche del 16 al 17 octubre
1983
. Creíamos que Marta, que estaba en Pardo, vendría esa noche a Buenos Aires. En la mitad de la noche, en mi sueño, Marta me grita desde lejos la pregunta: «¿Puedo quedarme en Pardo?». Después de un instante de vacilación, a gritos contesto «Bueno». A la mañana me entero de que Marta postergó su regreso a Buenos Aires hasta la noche siguiente.

Octubre 1983
. Los países parecen ómnibus manejados por irresponsables que eligen el itinerario y el destino (o meta). Los demás habitantes viajamos como pasajeros: mejor dicho, como hacienda que va en camiones-jaula al mercado de Liniers. Sin hacerme ninguna ilusión acerca de los conductores, me avine a mi papel de pasajero: por supuesto, no debo quejarme. No aspiré nunca al puesto de conductor, por la convicción de que no sería feliz negando, contrariando, entristeciendo, defraudando: lo que en casi todos los actos de gobierno parece inevitable. Además, no me creo capaz de mandar a la gente ni de organizar a un país. No dudo de que tendría conciencia de mis ineptitudes y que sufriría. De todos modos, el grado de ineptitud de quienes manejan nuestro ómnibus me asombra un poco.

Algunos relatos míos me gustaron más que otros, pero ninguno de mis escritos me deslumbró. Emidio Greco, Hugo, Paolantonio, Tevar, el pobre Luna, Bapsy, no tuvieron la menor duda acerca de la perfección de sus trabajos; sin embargo Greco no es tonto y Bapsy fue y Hugo es inteligente. Creo que soy menos chambón que ellos y que estoy más descontento de mis logros.

Nombres de puestos, en Vicente Casares (San Martín en Cañuelas): La Rodetona (por la puestera), El Elefante (por la marca del silo). En Rincón Viejo: El pájaro hombre; Los perales; El asesinado. Hay en Rincón Viejo una laguna del Sastre; había otra de Les Clanes.

«Saque el almuerzo, Antonio», decía mi abuela al mucamo, para pedir que lo sirviera.

Hasta 1930, en la tienda Les Trois Quartiers de París había un ascensor hidráulico, que la ascensorista hacía subir mediante un fuerte tirón de una cuerda.

A la realidad, nada le importa las buenas causas. Los otros días, un vecino me abrazó en la calle y me dijo: «Ánimo Bioy. Va a ganar (en las próximas elecciones) Alfonsín». Me atreví a preguntarle por qué iba a ganar Alfonsín. «Porque si gana el peronismo —contestó— el país está frito». Se me cayó el alma a los pies; por un instante había creído que mi amigo disponía de mejores razones para su pronóstico. La indiferencia de la realidad por el bien y el mal incluye casi todo, aun nuestro cuerpo; pero no la mente. El cuerpo con la mayor soltura puede entregarse a la multiplicación de células indebidas y condenarse a muerte. La mente, que desea nuestra salvación, no basta; si bastara yo sé que no me llegaría nunca el último momento.

Vecinos (Países
). A nadie odiamos como a los vecinos. Consiga que un francés admita una palabra en elogio de suizos o de belgas, sin contar, desde luego, con su tradicional odio por alemanes e ingleses. Los escoceses, los irlandeses, los galeses, no quieren a los ingleses. Los españoles y los portugueses se desprecian mutuamente. Argentinos y chilenos, argentinos y brasileros por cierto no se quieren y con dolor en el alma sé de argentinos que no quieren a los orientales (perdón, a los uruguayos) y me han hablado de uruguayos que no nos quieren nada.

Sueño
. Después de cuarenta años, todavía sueño con mi perro. Estaba en la estancia y alguien me dijo que en el pueblo de Pardo lo vio a Ayax. Cuando iba para Pardo desperté.

Otro sueño
. Soñé que me encontraba con mi amiga, como yo en lo alto de una escalera caracol. Caíamos escaleras abajo. Yo caía sobre mi amiga, no sentía dolor alguno y estaba a punto de reír, pero me contuve porque vi la cara de la gorda, descompuesta por el dolor: la pobre no tenía debajo un colchón de carne humana que amortiguara los golpes contra los duros escalones.

Sueño
. Llego a un cuarto donde hay mucha gente. Todos tienen máscaras de lobo. Me miro en el espejo. Yo también tengo máscara de lobo.

Plan de gobierno
. Por el sacrificio de cada individuo, el tedio de todos.

Idiomáticas. Biaba
. Argentinismo antiguo. Trompeadura, golpiza, castigo, derrota.

El peluquero, tenorio bien dispuesto, me refirió que en el restaurant conoció a una viuda no muy joven, de cara agradable, de ojos maravillosos, de ojos distinguidos, rápida en la conversación, extraordinariamente culta. Cuando llegó el momento de levantarse de la mesa, le preguntó si aceptaba una galantería. Contestó ella que sí. Entonces le dijo: «Estoy seguro de que usted fue linda».

Bathos
. «Hombre de prodigiosa cultura, héroe civil, ingeniero agrónomo» (oído en un homenaje).

Idiomáticas. Por ahí
(
léase por ay
). A lo mejor, tal vez. «El hombre está de lo más satisfecho, y por ay revienta». «Siempre fue de Boca, y por ay cambió» (
Reflexiones del porteño medio
, II, 321). «Por ay cantaba Garay»: dícese de una cosa que se vale con otra.

Oído, a una señora vieja, sentada con varias contemporáneas suyas, dos filas delante de mí, en una cinematógrafo: «Por una vez que me invitan, aprovecho».

El amante
. La señora me dijo que su amigo se acuesta siempre con ella, cuando el marido viaja, lo que es raro, o cuando sospecha que el marido la engaña, cosa que no es frecuente.

«No es partícipe», explicación usada por primero por «no participa» y, finalmente, por «no es partidario». Viene de tal vez de no es partícipe de tal opinión o bandería.

Momento grato en un principio, que inaugura un futuro de alarmas: cuando nuestra amante nos revela que llegó a la convicción de que la queremos de verdad ¡y tanto más que el marido!

10 diciembre 1983
. Reflexión en el umbral de una nueva era. Primer día del gobierno elegido por el pueblo. Esperanza y escepticismo. Esperanza, no sólo porque se acabó un sistema autoritario, inescrupuloso, criminal y porque nos hemos salvado de los peronistas, que también son autoritarios e inescrupulosos, sino porque en toda su campaña el presidente electo apeló únicamente a la Constitución y a los mejores sentimientos de los hombres. Escepticismo, porque el partido radical tuvo ya tres pésimos gobiernos, dos de Yrigoyen y uno de Illia. Es verdad que también tuvo un gobierno excelente, el de Alvear, que las nuevas autoridades omiten, o parecen omitir, de la tradición partidaria.

Illo tempore
. La farmacopea familiar en mi infancia incluía la tintura de yodo, como desinfectante indispensable. Cuando se aplicaba a una herida, convenía soplar para atemperar el escozor. Para heridas, también se usaba el agua oxigenada. La maravilla curativa era de frecuente y variada aplicación. La tos se curaba con pastillas Valda.

El Hierroquina Bisleri se bebía por entonces. O por lo menos era frecuente en los avisos.

Cuando había que limpiar un traje se mandaba al Aqua Pratt (Tintorería Pratt). Un tango lo dice:

Espuntá la lira

y cortate el pelo

y a ese traje reo

lo mandás al Agua Pratt
.

Idiomáticas
.
Cusifai
. El coso, el tipo. Persona, despectivamente. Úsase en los dos géneros: el o la cusifai. Peyrou solía usar la palabra.

Diciembre 1983
. En favor de los votamos todos los que no querían represión peronista ni represión militar. Ahora compartimos la alegría, el alivio del triunfo —nadie niega que es agradable vivir en libertad— pero tal vez en un futuro no lejano un buen número de los que hoy nos acompañan nos dejen para emprender la represión de todos los que no piensan como ellos.

Los argentinos, aun los que no hablan como gringos, a veces anuncian pero a la italiana, con acento agudo.

Illo tempore
. Contra las moscas: Tangle Foot, láminas recubiertas de una substancia pegajosa, con apariencia de miel. Más lindas, pero de menor eficiencia, eran unas chapas con margaritas pintadas, que se suponía mataban las moscas. En el comedor de los sirvientes, en Vicente Casares, en el centro de la mesa, los comensales tenían una rumorosa jaula para moscas, de alambre tejido.

A veces me pregunto si los dolores morales no son un lujo de los que no conocen el verdadero dolor.

En defensa de la bigamia
. No hablo por lo que me pasa ahora, que estoy viejo y ya no atraigo a las mujeres; hablo por la experiencia de toda la vida. El que tiene a una sola mujer, probablemente a través del comportamiento deja que ésta intuya la situación y se condena a desatenciones, descuidos, abandonos, postergaciones. Parecería que la mujer sólo ama para conseguir sucesivamente al hombre, al marido, al testador, para desalojar a una rival o para atarnos por la procreación. Alguna vez, un poco harto de una vida de malabarista con algo de prestidigitador, en la que alternaba dos mujeres que se ignoraban (una se llamaba «lunes, miércoles y viernes»; la otra, «martes, jueves y sábados»; el domingo, para descansar), a las que sumaba una siempre renovada de ocasionales oficiantes, me dije: «Basta de engaños. Ahora tengo una mujer que me gusta. Voy a darme enteramente a ella. Voy a conocer el verdadero amor». Conocí días vacíos, algunos embustes y muchas postergaciones; recordé entonces que ya había vivido situaciones análogas. Cuando introduje en mi vida a una segunda concubina, todo mejoró: hasta los amores.

No lo negaré: tiene sus inconvenientes la bigamia. El mayor, sin duda, es que lleva tiempo. Por eso el famoso chiste del viejito encierra una irrebatible verdad. Cuando le preguntaron cómo hacía para dejar satisfechas a tantas mujeres, contestó: «Me compré una bicicleta». En efecto: superada la dificultad provocada por la insoslayable realidad del tiempo, todo son ventajas.

Después de pasar revista a mis largos amores recapacito: me debe gustar mucho la sociedad de las mujeres para no estar convencido de que más vale olvidarlas.

Párrafo subrayado (cuando descubría la literatura, a los doce años) en un diálogo de Vives: «Beatriz [a uno que no quiere levantarse]: —Ésta es tu primera canción de la mañana, y bien antigua. Abriré las dos ventanas, la de madera y la de vidrio, para que el sol de la mañana te dé en los ojos. Levantaos, levantaos».

No sé por qué eso me gustaría tanto. Quizá por algo que tiene poco que ver con su mérito literario. La celebración de la mañana, de la luz de la mañana que me parecía que entraba en mi vida por esa ventana abierta.

Dichos con Tata y batata
.

Va Tata al baile (para que se entienda: Batata al baile;
batata
no es aquí
tubérculo
, sino
vergüenza
, perturbación del tímido).

No te fiés, Batata
,

ni de tu tata
.

Tata, padre o abuelo. A mi abuelo materno, yo le «decía» tatita; a mi abuela materna, Mamita o Mamama; a mis abuelos paternos, Gran Papá y Gran Mamá. Pongo «decía» entre comillas, porque va en sentido de «me refería» para mi abuelo materno y mi abuela materna; ambos muertos cuando yo nací. Mis nietos me llaman
Tata
.

La fe, en que se apoyan las religiones, nace de la necesidad de tener alguien, o algo, a quien pedir mercedes. La parte de creencia, en ella es variable, imprecisa y cuenta poco.

Una señora amiga los otros días fue a misa a pedir su ascenso en el escalafón, de la categoría 017 a la 021, aunque reconocía, según dijo, que las personas como ella, incrédulas, que raramente van a misa, tienen mala suerte y no consiguen ascensos. Con cierto orgullo y mal disimulada exasperación me leyó una carta de su hijo, que está en Europa, la quiere mucho y es católico practicante. La frase que la molestó tanto decía: «En todas mis oraciones pido a Dios que te dé fe».

Me pregunté por qué no fui nunca verdaderamente amigo de Victoria Ocampo. Mis padres la querían mucho y eso me predispuso en su favor. Admití, alguna vez, que
Sur
era importante y pude creer que el material de lectura tenía su parte en el agrado que me producían el papel muy blanco, la tipografía nítida y la elegante composición (estoy hablando, es claro, de los primeros números). Sé que Victoria era una buena persona, sin duda partidaria del bien… Decir que era mandona, ególatra, vanidosa nos es faltar a la verdad; pero sin duda uno sobrelleva a mucha gente así. ¿Entonces? Creo que hoy encontré la respuesta. Victoria ofrecía amistad y protección a cambio de acatamiento. Naturalmente no esclavizaba a nadie. En su casa, los amigos tenían toda la libertad de pupilos de los últimos años de un colegio. Porque esto era así, el grupo de Villa Victoria siempre me pareció un poco ridículo. La reina y sus acólitos o bufones.

Victoria
. Imposible confundirla con
Vidorria
. Ofrecía su amistad contra nuestra libertad.

Pocos libros más útiles que el
Diccionario infernal
de Colin de Plancy.

Helena Garro negaba (ay de mí) el
Anónimo sevillano
.

Después de ver el filme de Fellini sobre Casanova, pienso que de algún modo yo he sido un Casanova de segunda o aun de intermedia.

La película sobre Casanova es triste. La vida de Casanova, como la de todo el mundo, consistió en nacer, copular y morir. En su caso, tal destino parece particularmente patético, porque él a todo el mundo aseguraba que había hecho muchas cosas importantes; nadie lo escuchaba.

He sabido por Casanova que los antiguos pintaban a Venus bizca.

Wakefield
.

I. Burone me contó de alguien que, siguiendo a una muchacha, se fue de la casa. Dos años después, una noche, a la hora de comer, volvió. Entregó a su mujer un envoltorio:

—Traje esto —dijo.

Era una pizza.

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