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Authors: Bernard Werber

Tags: #Ciencia, Fantasía, Intriga

El día de las hormigas (29 page)

BOOK: El día de las hormigas
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Es imposible, piensa inmediatamente 24. ¡A los dioses no se les puede vencer! Sin embargo, sigue preguntando en el camino y se entera de lo necesario para quedar convencida de que ha habido un encuentro. Pero ¿en qué circunstancias y con qué resultado?

Ella no estaba allí. No ha podido ver a sus dioses, y, lo que es peor, no ha podido entregarles el capullo de la misión Mercurio. ¡Malditos sean su atolondramiento y su perpetua falta de sentido de la orientación!

Divisa a un jabalí en su camino. Caminará mucho más deprisa que ella. Obsesionada por su deseo de reunirse con sus hermanas rojas y, quién sabe, de acercarse a los Dedos, se le sube a una pata. No tiene que esperar mucho tiempo antes de que el jabalí empiece a correr. El problema es que él tuerce hacia el Norte, y ella se ve obligada a saltar en marcha.

Tiene suerte. Aparece una ardilla, cuya piel parásita inmediatamente. La ardilla va hacia el Nordeste, pero el veloz roedor se detiene bruscamente en la copa de un árbol y la hormiga tiene que saltar para llegar cuanto antes al suelo.

Sigue haciendo camino, cierto, pero sigue sola. No se encuentra bien, pero debe serenarse: cree en los Dedos, dioses omnipotentes. Pues bien, debe invocarles, para que ellos la guíen hacia la cruzada y hacia ellos mismos.

¡Oh Dedos, no me abandonéis en este mundo espantoso. Haced que encuentre a mis hermanas!

Repliega las antenas, como para contactar mejor con sus amos. Es en ese momento cuando percibe detrás de ella un olor de lo más familiar.

¡Tú!

24 siente la mayor de las alegrías.

103, que había salido en busca de información sobre Askolein, la Colmena de oro, se tranquiliza a la vista del capullo. También se alegra al encontrar a la joven rebelde deísta.

¿No has perdido el capullo de mariposa?

Ella le muestra el precioso recipiente y ambas se unen al resto del grupo.

97. Enciclopedia

CUESTIÓN DE ESPACIO-TIEMPO:
Alrededor de un átomo se encuentran varias órbitas de electrones, algunas muy cerca del núcleo, otras mucho más alejadas.

Si un suceso exterior fuerza a uno de esos electrones a cambiar de órbita, inmediatamente se produce una emisión de energía en forma de luz, de calor, de irradiación.

Desplazar un electrón de una capa baja para llevarlo a una capa más alta es como poner a un tuerto en el país de los ciegos. Irradia, impresiona, se convierte en el rey. Y a la inversa, un electrón de órbita alta desplazado a una órbita más baja tendrá la apariencia de un perfecto imbécil.

El Universo entero está construido de forma análoga, como una lasaña. Espacios-tiempo diferentes se codean, dispuestos en capas superpuestas. Algunos son rápidos y complejos, otros lentos y primarios.

Encontramos esta organización estratificada en todos los niveles de la existencia. Así, una hormiga muy inteligente y desenvuelta, proyectada en el universo humano, no es más que un animal torpe y temeroso. Un humano ignorante y estúpido, lanzado a un hormiguero, se convierte en un dios omnipotente. Ello no impide que la hormiga que ha entrado en contacto con los humanos haya aprendido mucho de esa experiencia. De regreso entre sus congéneres, su conocimiento del espacio-tiempo superior le dará un poder seguro sobre todas sus semejantes.

Un buen medio de progresar es haber conocido el estadio de paria en la dimensión superior, para volver luego a su dimensión de origen.

Edmond Wells

Enciclopedia del saber relativo y absoluto,
tomo II

98. Nuestras amigas las moscas

Cuando llega al claro de los Dedos donde ahora acampan las cruzadas, 24 se empeña en no creer que sus hermanas rojas hayan matado a un dios. Delante de 103 sostiene que habrán confundido a otro animal gigante con un Dedo.

Y si, de cualquier modo, se trataba de un Dedo, es posible que éste haya fingido que moría. Habrá querido atestiguar de esta manera su reacción, medir el grado de su fervor. Con su fama de ingenuidad, 24 asesta el golpe de gracia: si el Dedo ha muerto, ¿dónde está el cadáver?

103 parece sentir cierto apuro, nada más. Afirma haber recorrido uno en todos los sentidos y poseer ahora una idea mucho más precisa de la cuestión.

Mientras le emite todo esto a 24, la idea germina en sus cerebros: ¿por qué no redactar una feromona memoria sobre los Dedos? Toma un poco de saliva e inscribe en ella.

Feromona:
Zoología.

Tema:
Los Dedos.

Salivadora:
103.683.

Fecha año:
100.000.667.

1)
Los Dedos existen.

2)
Los Dedos son vulnerables. Se les puede matar con veneno de abeja.

Notas sobre la segunda observación:

a)
Tal vez haya otras formas de matar a los Dedos, pero en este día sólo el veneno de abeja se ha mostrado eficaz.

b)
Se necesitará una enorme cantidad de veneno de abeja si se quiere matar a todos los Dedos.

c)
Los Dedos siguen siendo, sin embargo, muy difíciles de matar.

3)
Los Dedos son mucho mayores de lo que nuestros ojos pueden captar de ellos.

4)
Los Dedos son calientes.

5)
Los Dedos están cubiertos de una capa de fibra vegetal. Como una piel artificial coloreada. Esa piel no sangra cuando se la traspasa con la mandíbula. Sólo sangra la piel inferior.

Alza las antenas para reunir sus recuerdos y luego deglute:

6)
Los Dedos tienen un olor muy fuerte, que no se parece a nada conocido.

Divisa un grupo de moscas que forman círculo alrededor de un charco rojo oscuro.

7)
Los Dedos tienen la sangre roja, como los pájaros.

La gota de sangre está atrayendo a una multitud de moscas que zumban.

8)
Si los Dedos son…

Realmente, es imposible trabajar en tales condiciones. Las moscas están en pleno banquete. Ni siquiera se oye. 103 debe interrumpir su tarea e intentar dispersar a las carroñeras.

Pero, bien pensado, las moscas pueden ser útiles a la cruzada.

99. Enciclopedia

REGALO:
Entre las moscas verdes, la hembra devora al macho durante el acoplamiento. Las emociones le abren el apetito y la primera cabeza que ve a su lado le parece un desayuno excelente. Pero, aunque el macho quiere hacer el amor, lo que no quiere es morir masticado por su dama. Por eso, para evitar esa situación corneilliana, para tener el Eros sin el Tánatos, el macho mosca verde ha encontrado una estratagema. Lleva un trozo de alimento como «regalo». De este modo, cuando a la señora mosca verde le entra el hambre, puede degustar un trozo de comida y su compañero copular sin peligro. En una especie más evolucionada todavía, el macho lleva su carne de insecto empaquetada en un capullo transparente, ganando de este modo una cantidad preciosa de tiempo.

Una tercera especie de mosca ha extraído las consecuencias del hecho de que el tiempo de apertura del regalo contaba más, desde el punto de vista del macho, que la calidad del regalo mismo. En esta tercera especie el capullo de envoltura es espeso, voluminoso, y… está vacío. Mientras la hembra descubre la superchería, el macho ha dado por concluido su asunto.

Pero cada uno reajusta su comportamiento. Entre las moscas de tipo EMPSIS, por ejemplo, la hembra agita el capullo para verificar que no está vacío… Pero también en este caso hay engaño. El macho previsor llena el paquete-regalo con sus propios excrementos, lo bastante pesados para poder pasar por trozos de comida.

Edmond Wells

Enciclopedia del saber relativo y absoluto,
tomo II

100. Laetitia se escapa

Una vez en la cárcel, el comisario Méliés pidió ver a Laetitia Wells. Le preguntó al director.

—¿Cómo reacciona a su encarcelamiento?

—De ninguna manera. No reacciona.

—¿Qué quiere decir?

—Desde que está aquí, duerme. No ha comido nada, no ha bebido ni un trago de agua. No se ha movido. Duerme y nada puede despertarla.

—¿Cuánto tiempo hace que duerme?

—Setenta y dos horas.

Jacques Méliés no esperaba esa reacción. Por regla general las mujeres que detenía lloraban, lanzaban gritos de rabia, pero en ningún caso dormían.

Sonó el teléfono.

—Es para usted —dijo el director.

Era el inspector Cahuzacq.

—Jefe, estoy con el forense y hay un problema. Resulta que, de las hormigas de la periodista, ya no queda ni una que se mueva. ¿Qué te parece?

—Creo, creo… Creo que están hibernando, eso es todo.

—¿En pleno mes de agosto? —dijo sorprendido el inspector.

—¡Pues claro! —Respondió Méliés con total seguridad—. ¿Émile? Dile al forense que pasaré dentro de un rato.

Jacques Méliés colgó, con la cara pálida.

—Laetitia Wells y sus hormigas están hibernando.

—¿Cómo dice?

—Sí, lo estudié en biología. Cuando hace frío, cuando llueve, cuando su reina ha desaparecido, los insectos cesan toda su actividad y aminoran su ritmo cardíaco, hasta el sueño o hasta la muerte.

Los dos hombres corrieron a través de la cárcel hasta la celda de Laetitia. Pronto se tranquilizaron. De los labios de la joven salía un suave ronquido. Méliés le cogió la muñeca y comprobó que el pulso era… algo lento. La sacudió hasta despertarla.

Laetitia entreabrió sus ojos violeta, pareció sentir alguna dificultad para analizar la situación y por fin reconoció al comisario. Volvió a dormirse con una sonrisa. Méliés prefirió ignorar provisionalmente los sentimientos encontrados que le agitaban.

Se volvió hacia el director de la cárcel.

—Ya verá usted cómo mañana por la mañana, pedirá el desayuno. Si quiere apostar…

Bajo la piel frágil de sus párpados, los ojos violeta giraban de izquierda a derecha y de arriba abajo, como para seguir mejor las peripecias de un sueño. Era extraño. Laetitia estaba como hundida en el mundo onírico.

101. Propaganda

Veréis lo sencillo que es.

23 empieza así su arenga. Está instalada en una hondonada excavada en una roca de gres, con 24 a su lado. Tiene enfrente una escuadra de treinta y tres hormigas.

Primero había pensado celebrar sus reuniones de propaganda en el interior mismo del campamento viviente, luego renunció por prudencia: allí dentro las paredes tenían antenas.

23 se levanta sobre cuatro patas.

Los Dedos nos han creado y puesto en la Tierra para que les sirvamos. Nos observan y nosotras debemos velar para no disgustarles porque pueden castigarnos. Nosotras les servimos y ellos a cambio nos dan una parte de su poder.

La mayor parte de la audiencia está formada por hormigas víctimas de los cestodos del pájaro carpintero negro bombardero. Sea porque no tienen mucho que perder, sea porque buscan consuelo en su propia ruina, lo cierto es que las albinas responden a los argumentos deístas. Desconcertadas a menudo, escépticas a veces, a todas les gustaría creer en un mundo superior después de la muerte.

Hay que decir que las pobres albinas lo pasan mal. Vencidas poco a poco por una languidez mórbida que las obliga a arrastrarse a la cola de la procesión, tienen perfecto derecho a hacerse preguntas sobre el sentido de la existencia. A veces, se retrasan mucho y se convierten en presas fáciles de los depredadores más variados.

Sin embargo, cualquier soldado que viese a una enferma atacada no vacilaría en volar en su ayuda. La solidaridad mirmeceana no exceptúa a nadie, y con mayor motivo en el seno de una empresa como la primera cruzada.

Sea como fuere, el mensaje deísta seduce y encuentra antenas complacientes, incluso entre las no heridas. Y no deja de ser extraño que las hormigas reunidas en el hueco de la hondonada de gres olviden que si han dejado su ciudad ha sido para exterminar a aquellos a los que ahora están a punto de adorar.

De cualquier modo se dejan oír algunas objeciones, preguntas que podrían plantear problemas. Pero 23 tiene su respuesta completamente preparada:

Lo importante es acercarse a los Dedos. De lo demás, no os preocupéis de nada. Los Dedos son dioses y son inmortales.

¿Qué responder a esto? Una exploradora roja levanta su antena:

¿Por qué no emiten nada los Dedos para indicarnos lo que debemos hacer, minuto a minuto?

Los Dedos nos hablan, asegura 23. En el Bel-o-kan estamos en contacto permanente con los Dedos.

Una artillera:

¿Qué hay que hacer para hablar con los dioses?

Respuesta:

Hay que pensar en ellos con mucha fuerza. Los dioses llaman a eso «oración». Cualquier oración emitida desde donde sea es oída por los dioses.

Una hormiga blanca lanza una feromona teñida de desesperanza:

¿Pueden curamos los Dedos de los cestodos?

Los Dedos lo pueden todo.

Entonces una soldado pregunta:

Puesto que la Manada nos ordena matar a todos los Dedos, ¿qué debemos hacer?

23 mira de reojo a la soldado y agita tranquilamente sus tallos sensitivos.

Nada. No haremos nada. Permaneceremos al margen y observaremos. No hemos de temer nada por los dioses. Los dioses son omnipotentes. Basta con que difundáis la palabra del doctor Livingstone. Debemos ser cada vez más numerosas en nuestras reuniones. Con prudencia. Y sobre todo, oremos.

Para la mayoría, aquélla es la primera vez que tienen un comportamiento rebelde hacia la Manada. Y les parece muy excitante. Incluso aunque los Dedos no existan.

102. Enciclopedia

DIOS:
Dios, por definición, es omnipresente y omnipotente. Si existe, está en todas partes y puede hacerlo todo. Pero si puede hacerlo todo, ¿es capaz también de generar un mundo del que él esté ausente y donde no pueda hacer nada?

Edmond Wells

Enciclopedia del saber relativo y absoluto,
tomo II

103. Askolein, la Colmena de oro

Ocho vertical. Ocho invertido. Ocho en espiral. Ocho.

Se paran.

Doble ocho. Cambio de ángulo en relación al sol.

BOOK: El día de las hormigas
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