El libro de los cinco anillos (6 page)

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Authors: Miyamoto Musashi

BOOK: El libro de los cinco anillos
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Una vez que habéis aprendido a acercaros de esta manera, podéis proyectar al adversario varios metros hacia atrás. Es incluso posible golpear a un adversario con tanta fuerza que éste muera.

Esto exige un total entrenamiento y práctica.

Tres clases de parada

Cuando atacáis a un adversario, para parar el golpe de su sable, haciendo como si quisierais herirlo en los ojos, desviáis su sable hacia vuestra derecha con vuestro sable, parando así el ataque.

También existe lo que se llama la parada de apuñalamiento. Haciendo como si quisierais apuñalar al adversario en el ojo derecho, con la intención de cortar su cuello, paráis el golpe del sable del adversario con una estocada de apuñalamiento.

Igualmente, cuando un adversario ataca y vosotros os acercáis con un sable corto, sin prestar mucha atención a parar el ataque con el sable, os acercáis a él como si quisierais golpear su rostro con vuestra mano izquierda.

Éstas son las tres clases de parada. Esto es algo que exige un completo entrenamiento y práctica.

Apuñalar la cara

Cuando estáis igualados con un adversario, es esencial conservar en mente apuñalarles la cara con la punta de vuestro sable en los intervalos que existen entre los golpes del sable de vuestro adversario y vuestros propios golpes. Cuando tenéis la intención de apuñalar la cara de vuestro adversario, éste intentará poner el cuerpo y su rostro fuera de alcance. Cuando lográis que vuestro adversario haya retrocedido, habéis conseguido varias ventajas de las que os podéis servir para ganar. Debéis trabajar esto cuidadosamente.

En medio de la batalla cuando un adversario intente ponerse fuera de alcance, ya habéis ganado. Por ello es imprescindible no olvidar la táctica de «apuñalar la cara». Esto debe cultivarse en el transcurso de la práctica de las artes marciales.

Apuñalar el corazón

Apuñalar el corazón se utiliza cuando se combate en un lugar donde no hay espacio para hacer movimientos cortantes de sable por encima de la cabeza hacia los lados, de forma que apuñaláis al adversario. Para hacer fallar el sable del adversario, tenéis que dirigir la parte montante de vuestro sable directamente hacia vuestro adversario, haciéndolo retroceder un poco, de forma que el sable no se descentre y se pueda hundir en su pecho.

Este movimiento es especialmente útil cuando estáis cansados o cuando vuestro sable no corta. Es imprescindible discernir cada caso de una forma experta.

El grito

Dos clases de gritos (
katsu
y
totsu
) se utilizan cuando lanzáis un ataque para vencer a un adversario y éste responde; surgiendo desde abajo como si fuerais a apuñalar al adversario, ejecutáis un contraataque.

En cualquier caso, lanzáis los dos gritos sucesiva y rápidamente. La idea consiste en apuñalar hacia arriba con un
katsu
y después golpear con un
totsu
.

Este movimiento puede utilizarse siempre en un duelo. La forma de alcanzar ambos gritos es elevando la punta del sable en el sentido de apuñalar y entonces golpear inmediatamente mientras se eleva el sable. El ritmo debe practicarse bien y examinado atentamente.

La parada con golpe

Cuando intercambiáis golpes con un adversario en un duelo y golpeáis en el sable del adversario con vuestro propio sable cuando él golpea, a esto se le llama la parada con golpe. La idea de parar con un golpe no es la de golpear muy fuerte, ni la de sostener o bloquear; respondiendo al ataque del sable del adversario, asestáis un golpe en el sable que golpea e inmediatamente atacáis al adversario.

Es esencial ser el primero en golpear. Si el ritmo de vuestro ataque de parada es correcto, por poderoso que sea el golpe de vuestro adversario, mientras que tengáis intención mantenida de golpear, no se inclinará la punta de vuestro sable. Esto debe aprenderse con la práctica y examinarse cuidadosamente.

Una posición contra muchos adversarios

Una posición contra muchos adversarios se presenta cuando el individuo lucha solo contra un grupo. Manejando tanto el sable largo como el sable corto, lo mantenéis a la izquierda y a la derecha extendiéndolos horizontalmente. La idea es que si los adversarios os llegan de los cuatro costados, los obliguéis a situarse en un solo lugar.

Cuando distinguís el orden en el que os atacan los adversarios, ocuparos de aquellos que van en vanguardia primero; manteniendo un ojo sobre toda la situación, y determinando las posiciones desde las que los adversarios lanzan sus ataques, blandiendo ambos sables al mismo tiempo sin que interfieran entre sí, es erróneo esperar. La idea consiste en adoptar inmediatamente la posición de alerta con ambos sables preparados a los lados cuando un adversario avanza, para bloquearlo con un poderoso ataque, dominarlo y después volverse al próximo adversario que llega y partirlo por la mitad.

Intentad reunir a vuestros adversarios en una sola línea cuando parecen estar retrocediendo, y atacad con fuerza sin permitir un momento de descanso.

Será difícil avanzar si os limitáis a atacar a vuestros adversarios en masa. Entonces, una vez más, si pensáis vencerlos uno tras otro a medida que van llegando, tendréis una sensación de espera y dificultades en vuestro avance. Se trata de ganar sintiendo los ritmos de los adversarios y sabiendo dónde fallan.

Si tenéis de vez en cuando un grupo de practicantes y aprendéis cómo arrinconarlos, es posible dominar a un adversario, a diez, o incluso a veinte, si se mantiene la paz de espíritu, esto exige una total práctica y consideración.

La ventaja en el duelo

La ventaja en el duelo significa comprender cómo obtener la victoria utilizando el sable largo según las leyes de las artes marciales. Esto no puede ser escrito con detalle; uno debe darse cuenta de cómo ganar por medio de la práctica. Ésta es la utilización del sable largo que revela la verdadera ciencia de las artes marciales; es transmitida verbalmente.

El golpe único

Esto significa obtener la victoria con certeza mediante la precisión de un solo golpe. Esto no puede comprenderse son aprender bien las artes marciales. Si practicáis este golpe convenientemente, dominaréis las artes marciales y esto será una forma de alcanzar la victoria a voluntad. Estudiadlo cuidadosamente.

El estado de penetración directa

El espíritu de penetración directa es algo que se transmite cuando uno recibe la verdadera vía de la escuela de los Dos Sables. Es esencial practicar bien, así como entrenar el cuerpo en esta ciencia militar. Esto se transmite verbalmente.

Epílogo

Lo expuesto anteriormente es una explicación general de las artes de la esgrima de mi escuela, que he recogido en este manuscrito.

En la ciencia militar, la forma de aprender cómo empuñar el sable largo y obtener la victoria sobre los demás empieza con la utilización de las cinco técnicas convencionales para aprender las cinco clases de guardia, y después aprender cómo manejar un sable largo y obtener una libertad total de movimientos, agudizando el espíritu para discernir los ritmos de la vía y poder tomar por sí mismo el sable. Cuando sois capaces de mover el cuerpo y los pies según vuestra voluntad, le ganáis a una persona y después a otra, y así llegáis a discernir lo que es bueno y lo que es malo en las artes marciales.

Estudiando y practicando cada aspecto de este libro, luchando contra otros adversarios, paulatinamente comprendéis los principios de esta ciencia; manteniéndola en vuestro espíritu continuamente, sin una sensación de apresuramiento, aprendiendo sus virtudes siempre que surja la oportunidad, aceptando combatir con cualquier clase de adversario en los duelos, aprendiendo el corazón de la ciencia, aunque sea un camino de 1.600 kilómetros, dais un paso cada vez.

Pensando pausadamente, comprendiendo que es obligación de los guerreros practicar esta ciencia, decidid que hoy venceréis el yo del día anterior, y que mañana ganaréis a aquellos que tienen menos capacidad, y posteriormente venceréis a aquellos que tienen más capacidad. Practicando de acuerdo con este libro, debéis tomar la decisión de no dejar que vuestra mente se distraiga.

Por muchos adversarios que venzáis, mientras hagáis algo en contra del entrenamiento, no estaréis en la verdadera vía. Cuando este principio llega al espíritu, entendéis cómo vencer incluso a docenas de adversarios por vosotros mismos. Una vez que lo hacéis, también sois capaces de captar los principios de la ciencia militar individual o a gran escala por medio del poder del conocimiento del arte del sable.

Esto es algo que exige una total consideración, con mil días de práctica para el entrenamiento y diez mil días de práctica para refinarlo.

El Manuscrito del Fuego

En la ciencia militar de la escuela de los Dos Sables se piensa en el combate como en un fuego. Las cuestiones concernientes a la victoria y a la derrota en la batalla se consideran como algo que pertenece al Manuscrito del Fuego y por ello están escritas aquí.

Para empezar, las gentes piensan en los principios de la ventaja en las artes marciales con una mente estrecha. Algunos saben cómo aprovecharse de un golpecito en el pecho, utilizando las puntas de los dedos, otros saben cómo ganar sirviéndose de un abanico mediante un movimiento a tiempo del antebrazo. Utilizando igualmente un sable de bambú o algo parecido, parecen aprender la ventaja menor de la velocidad, entrenando sus manos y pies de esta forma, concentrándose en el intento de aprovecharse de un poco más de velocidad.

En lo que respecta a mi ciencia militar, he distinguido los principios de la vida y de la muerte a través de numerosos duelos en los que he puesto mi vida en peligro, aprendiendo la ciencia del sable, llegando a conocer la fuerza y la debilidad de los golpes del sable del adversario, comprendiendo las diversas utilizaciones del filo y del envés de éste y practicando cómo matar a los adversarios. En el transcurso de esta acción, nunca me ocurrieron percances tontos. Especialmente cuando uno se halla en pleno combate con armadura, uno no piensa en pequeñas cosas.

Además, luchar solo contra cinco o diez personas en duelos a vida o muerte y encontrar una forma segura de vencerlos es el meollo de mi ciencia militar. Así, ¿cuál es la diferencia entre la lógica de alguien quien vence a diez personas y la de mil personas que vencen a cien mil? A esto hay que prestarle una auténtica consideración.

Sin embargo, es imposible reunir a mil o diez mil personas para practicar cada día con el objeto de aprender esta ciencia. Aunque os estéis ejercitando solos con un sable, descubrid el conocimiento y las tácticas de todos los adversarios, conoced sus movimientos fuertes y débiles, averiguad cómo vencer a cada cual por medio del conocimiento y del carácter de la ciencia militar, y os convertiréis en maestros de esta vía.

¿Quién podría en el mundo alcanzar la penetración directa de mi ciencia militar? Entrenándose y depurando la técnica día y noche con la determinación de llegar posteriormente a su perfección, luego de perfeccionada, uno llega a una libertad excepcional, logra maravillas y llega a estar dotado de poderes inconcebibles de penetración. Es así como la ley cósmica se cumple a través de las artes marciales.

La posición física

Al dirigir la situación de la posición física, existe lo que se conoce como situarse de espaldas al sol. Esto significa que tomáis una posición con el sol detrás de vosotros. Si la situación no os permite mantener al sol a vuestra espalda, entonces debéis luchar por mantenerlo a vuestra derecha.

Esto también es válido para los combates a puerta cerrada, en los que debéis mantener la luz a vuestra espalda o a vuestra derecha. Es deseable asegurarse de que no hay nada que se interponga en vuestro camino a vuestra espalda, y de que hay mucho espacio a vuestra izquierda, tomando una posición de tal forma que el espacio más estrecho quede a vuestra derecha.

Del mismo modo por la noche, cuando podéis ver a vuestros adversarios, tomad vuestra posición con los fuegos a vuestra espalda y las luces a vuestra derecha, como se ha dicho anteriormente.

Con el objeto de «mirar desde arriba al enemigo», entended que debéis tomar vuestra posición en el terreno más elevado, incluso aunque sea sólo ligeramente más elevado. En sitios cerrados, el lugar de honor debe considerarse el lugar más elevado.

De cualquier forma, cuando se trata de la batalla, la idea es empujar a los adversarios hacia vuestra izquierda. Es esencial asegurarse de que los obstáculos quedan a espaldas de vuestros adversarios, después forzadlos hacia él de cualquier forma que podáis.

Cuando conseguís que los adversarios retrocedan hacia el obstáculo, para impedirles que vean la situación, atacad sin pausa de forma que no puedan mirar alrededor. Esto de no dejar a los adversarios observar la situación se aplica también en sitios cerrados, cuando estáis empujándolos hacia pórticos, columnas, puertas, puertas corredizas, balaustradas, pilares u otros obstáculos.

En cualquier caso, la dirección en la que acorraláis a los adversarios debe ser hacia lugares en los que el apoyo de sus pies sea malo o donde haya algún obstáculo a uno de los dos lados. Utilizad cualquier ventaja del terreno que podáis, concentrándonos en aprovecharos de la situación. Esto es algo que requiere una reflexión y una práctica cuidadosa y total.

Tres maneras de tomar la iniciativa

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