Read La dulce envenenadora Online
Authors: Arto Paasilinna
El final de la luna de miel lo pasaron en la casita de Harmisto, Siuntio, que Linnea había decidido no vender, ya que los sinvergüenzas que la habían empujado a deshacerse de ella habían emprendido durante aquel verano el camino al más allá.
La ayudante de cocina Raija Lasanen fue contratada como asistenta y ayudante de consulta del doctor y la señora Kivistö, los cuales, además, la hicieron beneficiaria absoluta de su testamento, de tal modo que tras la muerte de los ancianos, Raikuli se convirtió en una de las damas más destacadas de la sociedad de Helsinski.
El ingeniero forestal Sevander y la enfermera Vähä-Ruottila continuaron con su aventura, aunque sólo durante sus viajes por el extranjero, que se multiplicaron tras el nombramiento de Sevander como director internacional de marketing del departamento de Pasta de Papel y Derivados de la empresa forestal Rauma-Repola.
Oiva Särjessalo se hizo famoso por las cartas al director que le publicaban en los periódicos. Su principal idea era que había que fundar en los suburbios de Helsinki lo que el denominaba «ciudades de los muchachos», destinadas a acoger a los jóvenes más desfavorecidos de las afueras. Särjessalo, conocido por su rigurosa sobriedad, exigía el apoyo de toda la sociedad para su misión benéfica de salvar a las víctimas de la violencia familiar, al tratarse de una empresa de gran envergadura que necesitaba continuidad y tesón para ser llevada a buen puerto.
El capitán de corbeta Anastás Troitalev se jubiló, por diversas razones, poco después de entregar a Linnea. En la ceremonia de su cese en el cargo, le fue otorgada la Cruz al Valor de Primera Clase de la Armada Roja, la cual cambió por una dacha en buen estado —la misma, por cierto, que había acogido entre sus paredes los amoríos del pintor Ilia Repin y más tarde de Otto Ville Kuusinen—. Con el tiempo, el capitán de corbeta se convirtió en un ferviente admirador de Repin y en gran conocedor de su obra. Sin embargo, nunca llegó a sentir un gran interés por la historia política de los estados fronterizos.
Una vez en el infierno, Pertti Lahtela, Jari Fagerström y Kauko Nyyssönen se pusieron en contacto. Las condiciones de vida en su nueva morada eran realmente execrables: el trío de golfos se veía obligado a llevar a cabo tareas agotadoras, trabajos forzados y monótonos, a veces incluso más allá de todo límite razonable, y todo ello a pesar de sus firmes convicciones acerca de la inutilidad de trabajar.
Amargados y sedientos de venganza, fundaron una hermandad infernal mientras esperaban la muerte de la coronela Linnea Ravaska y el posible reencuentro con ella. Deseaban de todo corazón que Linnea no consiguiese escapárseles al Paraíso y librarse de sus represalias.
Pero las oraciones de los tres sinvergüenzas fueron escuchadas. Llegada su hora, también la coronela Ravaska fue enviada al Infierno, destino habitual de todos los pueblos de origen finlandés por los siglos de los siglos, amén.
La venganza de la hermandad, sin embargo, no llegó a cumplirse, ya que en el Infierno y ejerciendo de guardaespaldas de Linnea se encontraban ya el doctor Jaakko Kivistö y el coronel Rainer Ravaska, así como su viejo amigo del alma: Belcebú en persona.
Unos auténticos caballeros, los tres… Y una dama es una dama, incluso en el Infierno.
Arto Paasilinna, nacido en Kittila en 1942, ex guardabosque, ex periodista, ex poeta, es un autor de extraordinario éxito en Finlandia y también en sus numerosas traducciones por su humor original y su capacidad de contar de la manera más cómica las historias más desconcertantes. Sin duda, un autor que crea adicción.
"La razón primordial de tanto éxito (de Paasilinna) es que son novelas indudablemente divertidas, pero no por ello insustanciales; su sentido de lo cómico recuerda, de alguna manera, el cine mudo, en concreto la actitud impasible de Buster Keaton frente a la tontería: un humor muy serio, que se sirve de la parodia para revelar la chifladura tanto de los estrafalarios como de los que se avienen a la mas cruda normalidad... Delicioso suicidio en grupo tal vez sea una de sus narraciones mas corrosivas" (Francisco Solano, El País).
[1]
Bonete o falsa colmenilla (
Gyromistra esculenta
): esta seta es considerada comestible, aunque contiene una toxina, la giromitrina, que es sensible a la desecación y soluble en agua (N. de la T.)
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