¿Cómo mantienen bajos los precios? Bueno, no pagan mucho a los empleados de sus tiendas
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y recortan sus prestaciones sociales cada vez que pueden. De lo que se trata es de
externalizar los costes
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. Esto significa que el coste real de producir las cosas no se refleja en los precios. En otras palabras, no estamos pagando realmente por lo que compramos.
Estaba pensando en esto el otro día. Iba caminando hacia el trabajo y quería escuchar las noticias, así que fui a una tienda Radio Shack a comprar una radio. Encontré esta pequeña y bonita radio color verde a 4 dólares con 99 centavos. Estaba esperando en la fila para pagar y me pregunté ¿cómo es posible que 4.99 dólares reflejen el coste de producir esta radio y ponerla en mis manos?
El metal probablemente fue sacado de minas en Sudáfrica, el petróleo probablemente fue extraído en Irak, los plásticos debieron fabricarse en China, y el producto final quizás fue ensamblado por una niña de 15 años en una maquiladora
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en México.
4,99 dólares ni siquiera alcanzarían para pagar el alquiler del espacio que ocupó en el estante de la tienda hasta que llegué yo, ni una parte del salario del empleado que me ayudó a elegirlo, ni el coste de los múltiples transportes por barco o camión de cada una de las partes de esta radio. Así es como me di cuenta de que yo no pagué por la radio.
Pero entonces ¿quién lo hizo? Bien. Estas personas pagaron con la pérdida de su base de recursos naturales.
Estas personas pagaron con la pérdida de su aire limpio, con una mayor incidencia de asma y cáncer. Los niños en el Congo pagaron con su futuro – el 30% de los niños en distintas partes del Congo han tenido que abandonar la escuela para trabajar en las minas de coltán
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, un metal que nosotros necesitamos para nuestros aparatos electrónicos baratos y desechables.
Estas personas pagaron, incluso, para hacerse cargo de su propio seguro médico
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. A lo largo de este sistema, todos ellos contribuyeron para que yo pudiera comprar esta radio por 4.99 dólares. Y ninguna de estas contribuciones está registrada en ningún libro de contabilidad. A eso me refiero cuando digo que los empresarios externalizan los verdaderos costes de producción.
Y esto nos lleva a la flecha dorada del consumo.
Éste es el corazón del sistema, el motor que lo mueve. Y es tan importante, que proteger esta flecha se ha convertido en la prioridad principal de estos individuos.
Por eso, después del 11 de septiembre, cuando nuestro país estaba en estado de
shock
y el presidente Bush pudo haber sugerido muchas medidas apropiadas, como ponernos de luto, orar o tener esperanza. NO. Nos propuso comprar
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. ¡¿COMPRAR?!
Nos hemos convertido en una nación de consumidores. Nuestra principal identidad se ha convertido en la de ser consumidores, no madres, maestros o agricultores, sino consumidores. La principal forma en que nuestro valor se mide y se demuestra es por nuestra contribución a esta flecha, por cuánto consumimos. ¡Y vaya si consumimos!
Compramos y compramos y compramos. Mantenemos el flujo de los materiales. ¡Y cómo fluyen!