Nadie lo conoce (35 page)

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Authors: Mari Jungstedt

Tags: #Intriga, Policíaco

BOOK: Nadie lo conoce
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Tras la detención de los dos hermanos en la granja de Hall, se habían descubierto una serie de hechos. Se comprobó que Staffan Mellgren pertenecía al reducido grupo dirigido por Aron Bjarke que practicaba una forma extrema de chamanismo y culto a los dioses Ases. La policía había conseguido a lo largo de la semana ponerse en contacto con los doce miembros. La pequeña asociación sólo existía en la cabeza de sus integrantes: no había ninguna página web, ningún papel ni ningún registro. Quizá por eso habían conseguido mantenerlo en secreto. Se habían dedicado a una forma secreta de adoración a los dioses donde la ofrenda de la sangre de diferentes animales era algo normal. Sin embargo, el resto de los miembros desconocían la existencia de sangre humana. Algunos de ellos sufrieron una fuerte conmoción al enterarse de que quizá habían bebido la sangre de uno de sus antiguos componentes, Staffan Mellgren.

En el interrogatorio se supo que el asesinato de Martina Flochten lo causó supuestamente la polémica por los planes de construcción del complejo hotelero en Högklint, el lugar más sagrado de la secta. Cuando se hizo público el proyecto surgió un conflicto entre el líder, Aron Bjarke, y Staffan Mellgren, que al parecer era el segundo hombre fuerte del grupo.

Bjarke deseaba emplear métodos drásticos para parar el proyecto, algo a lo que Mellgren se opuso con el apoyo del resto de los miembros, lo cual produjo un cisma. Al parecer Bjarke no logró abandonar esa idea, al contrario, se fue reafirmando en ella. Cuando Martina, la hija de Patrick Flochten, inició una relación amorosa con Staffan Mellgren, Bjarke vio la posibilidad de vengarse de los dos.

Knutas había hablado con Agneta Larsvik, quien estaba convencida de que el examen psiquiátrico confirmaría que los dos hermanos padecían un trastorno psíquico grave. Según ella, Aron había manipulado a Eskil para que participara en los asesinatos. Este no habría sido capaz de cometer aquellos crímenes por iniciativa propia. Para la acusación eso no tenía importancia, los dos hermanos debían ser considerados culpables.

En los interrogatorios realizados a lo largo de la semana anterior se había ido esclareciendo la infancia de los hermanos. Ambos habían tenido una niñez difícil, con problemas de adaptación y acoso escolar. Los padres eran profundamente cristianos e impusieron en la casa reglas muy severas para todo. Si alguno de los niños infringía las reglas o cometía algún error, se le castigaba duramente. La violencia física era tan habitual como el maltrato psicológico.

Habían conseguido a duras penas acabar la escuela. A Aron le fue mejor que a Eskil, porque se le daban mejor los estudios y porque era más extrovertido. El hecho de que fuera agraciado lo ayudó más de lo que él mismo suponía. Aron siguió estudiando y se fue a la universidad, a Estocolmo, donde entró en contacto con los seguidores de los antiguos dioses. El interés por la mitología nórdica creció a la par que su interés por la arqueología. Sus creencias se fueron afianzando con los años y durante su estancia en Estocolmo se cambió el apellido por uno con mayores connotaciones nórdicas. Cuando regresó a Gotland encontró algunos correligionarios en la universidad y con el tiempo crearon aquel reducido grupo fanático, que se mantenía completamente alejado de otras asociaciones dedicadas al culto a los dioses nórdicos.

Aron despertó el interés de su hermano mayor por las antiguas divinidades. Su hermano seguía viviendo en la casa paterna, aunque tenía más de cincuenta años. Eskil estaba muy influido por sus padres y seguía absolutamente sujeto a sus normas cuando Aron regresó. A través de su participación en las reuniones del grupo, Eskil inició un proceso de emancipación. A lo largo de todos aquellos años había buscado refugio en los objetos con los que trabajaba y a través de ellos se había puesto en contacto con el mundo de los espíritus. Empezaba a tener problemas para distinguir lo que era real de lo que no lo era. Comenzó a considerar los objetos como de su propiedad. En sus ratos libres, cuando no tenía que ayudar a sus padres en los trabajos de la granja, pasaba muchas horas frente al ordenador y con el tiempo encontró un mercado para sus reliquias arqueológicas. Con el tiempo empezó a vender las piezas y le iba realmente bien. De vez en cuando iba a Estocolmo para reunirse con su contacto. Ganaba bastante dinero con los robos y empleaba el dinero sobre todo en la granja.

Cada uno tenía su propia manera de tapar los agujeros de su infancia, la falta de cariño, apoyo y consuelo paternos. Pero necesitaron algo más para llenar ese doloroso vacío y así fue como empezó todo. Probablemente el incendio en el que murieron los padres fue el factor desencadenante, al menos ésa era la teoría de Knutas.

El fiscal Birger Smittenberg pensaba que había motivos suficientes para reabrir la investigación. A la luz de los actos violentos del verano se podía sospechar que los hermanos también eran los autores del incendio que causó la muerte de sus padres.

Knutas dejó a un lado el último informe. Abandonó las dependencias policiales y se fue caminando bajo la lluvia. Lo esperaba una semana en la casa de veraneo con la familia antes de que sus hijos empezaran las clases. Luego se quedaría solo en la casita, donde se iba a dedicar a trabajos de carpintería y a pescar, eso era lo que más le gustaba. Cuando se encontraba a mitad de camino hacia casa se oscureció el cielo y oyó truenos a lo lejos sobre el mar.

De alguna manera creyó que era lo que necesitaba.

Agradecimientos

E
sta historia ha sido inventada en su totalidad. Cualquier parecido entre los personajes de la novela y personas reales es pura casualidad. A veces me he tomado la libertad de cambiar algunas cosas para favorecer la narración de la historia. Por ejemplo, he cerrado la redacción local de la
Sveriges Television
en Gotland y he trasladado el seguimiento informativo de Gotland a Estocolmo. Dicho sea con todos los respetos para los informativos regionales de la Televisión Sueca,
Östnytt
, y para el Centro Territorial de Gotland, ubicado en Visby.

Los ambientes se describen en el libro prácticamente como son en la realidad, con algunas pocas excepciones.

Ante todo, quiero darle las gracias a mi marido, el periodista Cenneth Niklasson, por su apoyo, lectura crítica y buenas ideas.

Muchas gracias también a:

Gösta Svensson, antiguo comisario de la policía de Visby, por su inestimable ayuda en lo relativo al trabajo policial.

Olle Hoffman, arqueólogo, por sus ganas de compartir conmigo su fascinante trabajo y sus conocimientos.

Mikaela Säfvenberg, arqueóloga y guía turística.

Martin Csatlos, de la Unidad del Instituto Forense de Solna.

Johan Gardelius y Bo Ekedahl, técnicos criminalistas de la policía de Visby.

Håkan Onsjö, veterinario.

Ulf Asgård, psiquiatra.

Marie y Göthe Modin, directores del Hotel Warfsholm. A mis primeros lectores por sus valiosos comentarios: Lena Allerstam, periodista de la Televisión Sueca, SVT. Bosse Jungstedt, mi hermano, y Kerstin Jungstedt, mi cuñada.

Lilian Andersson, editora de Bonnier Utbildning. Anna-Maja Persson, periodista de la Televisión Sueca, SVT.

A mi editor, Jonas Axelsson, y a mi editora, Ulrika Åkerlund.

Y por último, y muy especialmente, a mis hijos Rebecka y Sebastian por la enorme paciencia que han tenido mientras su madre escribía.

MARI JUNGSTEDT

MARI JUNGSTEDT, (Estocolmo, 1962). Se ha consolidado como una de las autoras de más éxito de la novela negra escandinava. Licenciada en periodismo, trabajó durante diez años en la televisión sueca. La serie protagonizada por el comisario Anders Knutas y el periodista Johan Berg se ha publicado en más de quince países y dos de sus títulos han sido adaptados al cine.

NOTAS

[1]
Es una festividad que se celebra en la noche del 30 de abril al 1 de mayo en algunas regiones de Europa central y septentrional. La tradición, probablemente vikinga, señala esta fecha como de transición del invierno a la primavera. Se conmemora encendiendo hogueras para renovar con el humo a los pueblos y a sus habitantes
(N. de la T.)
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