Su carrera nunca tuvo sentido. Mahoma nació de miembros empobrecidos de una familia dirigente de La Meca. Como quiera que La Meca era cruce de caminos del mundo, hogar de la piedra mágica llamada la Caaba, gran ciudad comercial, centro de las rutas de caravanas y no muy saludable, los niños eran enviados al desierto, a que fueran criados por los beduinos. De ese modo, Mahoma fue alimentado y obtuvo fortaleza y salud de la leche de madres nómadas y experimentadas. Atendió a las ovejas y no tardó en ser contratado por una viuda rica como jefe de sus caravanas. Viajó a todas las partes del mundo oriental, habló con muchos hombres de diversas creencias y observó el declive de la cristiandad en sectas que guerreaban las unas contra las otras. Cuando tenía veintiocho años, Khadija, la viuda, lo miró con favor y se casó con él. El padre de ella se hubiera opuesto a ese matrimonio, así que ella lo emborrachó y logró que diera la bendición paterna. Durante los doce años siguientes, Mahoma vivió como un rico comerciante, respetado y muy astuto. Luego empezó a deambular por el desierto, y un buen día regresó con el primer verso del Corán, y le dijo a Khadija que el arcángel Gabriel se le había aparecido y le había dicho que él iba a ser el Mensajero de Dios.
El Corán, la palabra revelada por Dios, fue lo más cercano a un milagro que Mahoma hizo en toda su vida. No había sido poeta; no tenía el don de la palabra. Y, sin embargo, los versos del Corán, tal y como él los recibió y los recitó con toda fidelidad, eran mejores que cualesquiera versos que los poetas profesionales de las tribus pudieran producir. Eso fue un verdadero milagro para los árabes. Para ellos, el don de la palabra era el mayor don, el poeta era todopoderoso. Además, el Corán decía que todos los hombres eran iguales ante Dios, que el mundo debía ser un estado democrático, el Islam. Esta herejía política, más el deseo de Mahoma de destruir los 360 ídolos existentes en la plaza de la Caaba, fue lo que le ganó el destierro. Los ídolos atraían a las tribus del desierto a La Meca, y eso significaba comercio. Así que los hombres de negocios de La Meca, los capitalistas, de los que él mismo había formado parte, se echaron sobre Mahoma. Entonces se retiró al desierto y demandó la soberanía sobre el mundo entero.
El auge del Islam comenzó. Del desierto surgió una llamarada que no se extinguiría: un ejército democrático luchando como una unidad y preparado a morir sin pestañear.
Mahoma había invitado a judíos y a cristianos a unírsele, porque él no estaba creando una nueva religión. Estaba llamando a todos aquellos que creían en un solo Dios a unirse en una sola fe. Si los judíos y los cristianos hubieran aceptado su invitación, el Islam hubiese conquistado el mundo entero. Pero no fue así. Ni siquiera aceptaron la innovación de Mahoma de introducir la guerra humana. Cuando los ejércitos del profeta entraron en Jerusalén, no mataron a una sola persona a causa de su fe. En cambio, cuando los cruzados entraron en la Ciudad Santa, varios siglos más tarde, no le fue perdonada la vida a ningún musulmán, fuera hombre, mujer o niño. Los cristianos, no obstante, aceptaron una idea musulmana: el lugar de aprendizaje, la universidad.
El noveno paso hacia la riqueza
El poder es esencial para el éxito en la acumulación de riqueza.
Los planes son inertes e inútiles si no se dispone del poder suficiente para transformarlos en acción. Este capítulo describirá el método mediante el que un individuo puede obtener y aplicar poder.
Es posible definir el poder como
conocimiento organizado e inteligentemente dirigido
. El poder, tal y como se utiliza el término aquí, se refiere al esfuerzo organizado, suficiente para permitir a un individuo transformar el deseo en su equivalente monetario.
El esfuerzo organizado se produce a través de la coordinación del esfuerzo de dos o más personas, que trabajan para alcanzar un fin determinado, en un espíritu de armonía.
¡El poder es necesario para lograr la acumulación de dinero! ¡Y también para conservar el dinero una vez ha sido adquirido!
Averigüemos cómo se puede adquirir el poder. Si el poder es
conocimiento organizado
, examinemos las fuentes del conocimiento.
El conocimiento puede ser adquirido a partir de cualquiera de las fuentes antes citadas, y convertido en poder mediante la organización de ese mismo conocimiento en planes definidos, y expresando esos planes en términos de acción.
El examen de estas tres grandes fuentes de conocimiento pone ya de manifiesto la dificultad con la que se encontrará todo individuo que dependa exclusivamente de sus únicos esfuerzos a la hora de reunir el conocimiento y expresarlo a través de planes definidos en términos de acción. Si sus planes son amplios, y si contemplan amplias proporciones, debe inducir, en general, a otros a cooperar con él, antes de poder inyectar el necesario elemento de poder en ellos.
El
equipo de trabajo
puede ser definido como:
coordinación de conocimiento y esfuerzo, en un espíritu de armonía, entre dos o más personas, para el logro de un propósito definido
.
Ningún individuo tendrá un gran poder sin tener el
equipo de trabajo
a su disposición.
En un capítulo anterior ya se han dado instrucciones para la creación de planes para el propósito de transformar el deseo en su equivalente monetario. Si usted lleva a cabo esas instrucciones con perseverancia e inteligencia, y utiliza la discriminación en la selección del
equipo de trabajo
, su objetivo estará medio alcanzado, incluso antes de que empiece a darse cuenta de ello.
Así pues, para que comprenda las potencialidades intangibles del poder de que dispone mediante un
equipo de trabajo
adecuadamente selecciona do, explicaremos aquí las dos características del. principio del
equipo de trabajo
, una de las cuales es de naturaleza económica, y la otra, de naturaleza psíquica. La característica económica resulta evidente. Cualquier persona podrá conseguir ventajas económicas rodeándose del asesoramiento, el consejo y la cooperación de un grupo de personas dispuestas a prestarle una ayuda honesta, en un espíritu de perfecta armonía. Esta forma de alianza cooperativa ha sido el fundamento de casi todas las grandes fortunas. Su comprensión de esta gran verdad puede llegar a determinar definitivamente su estatus financiero.
La fase psíquica del principio del
equipo de trabajo
es mucho más difícil de captar.
Quizás usted pueda admitir una sugerencia significativa a partir de la siguiente afirmación:
No hay dos mentes que se unan sin crear por ello una tercera fuerza invisible e intangible que puede enlazar con una tercera mente
.
La mente humana es una forma de energía, una parte de la cual es de naturaleza espiritual. Cuando las mentes de dos personas se coordinan en un espíritu de armonía, las unidades espirituales de energía de cada mente forman una afinidad, que constituye la fase
psíquica
del
equipo de trabajo
.
Hace ya más de cincuenta años, Andrew Carnegie fue el primero en llamar mi atención sobre el principio del
equipo de trabajo
, o más bien sobre la característica económica del mismo. El descubrimiento de este principio fue el responsable de la elección del trabajo de mi vida.
El
equipo de trabajo
del señor Carnegie estaba compuesto por unos cincuenta hombres, de los que él se supo rodear con el propósito definido de fabricar y vender acero. Él atribuía toda su fortuna al poder acumulado a través de ese
equipo de trabajo
.
Si se analiza la historia de cualquier hombre que haya acumulado una gran fortuna, y las de muchos de aquellos que han acumulado fortunas modestas, se descubrirá que todos ellos han empleado conciente o inconscientemente el principio del
equipo de trabajo
.
¡No se puede acumular ningún gran poder por medio de ningún otro principio!
El cerebro del hombre es comparable con una batería eléctrica. Es un hecho bien conocido que un grupo de baterías eléctricas proporcionarán más energía que una sola de ellas. También es un hecho bien conocido que toda batería individual proporcionará energía en proporción al número y capacidad de las células que contiene.
El cerebro funciona de una forma similar. Esto explica el hecho de que algunos cerebros sean más eficientes que otros, y conduce a la siguiente e importan te afirmación: un grupo de cerebros coordinados (o conectados) en un espíritu de armonía proporcionarán más energía de pensamiento que un solo cerebro, del mismo modo que un grupo de baterías eléctricas proporcionarán más energía que una sola batería.
A través de esta metáfora se hace evidente que el principio del
equipo de trabajo
contiene el secreto del poder obtenido por hombres que se saben rodear de otras personas con cerebro.
De ello se desprende otra afirmación que nos conducirá a una comprensión más exacta de la fase psíquica del principio del
equipo de trabajo
: cuando un grupo de cerebros individuales se coordina y funciona en armonía, la energía generada incrementada por esa alianza se transforma en algo que está a disposición de cada uno de los cerebros individuales que forman parte del grupo.
Es un hecho bien conocido que Henry Ford empezó su carrera empresarial con el obstáculo de la pobreza, la falta de erudición y la ignorancia. También es un hecho bien conocido que en el inconcebible corto término de diez años, el señor Ford logró superar esos tres obstáculos, y que veinticinco años más tarde se había convertido en uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. Si relacionamos con este hecho el conocimiento adicional de que los progresos más rápidos del señor Ford se hicieron patentes a partir del momento en que se convirtió en amigo personal de Thomas A. Edison, empezaremos a comprender cuál puede ser la influencia de una mente sobre la otra. Avancemos un paso más, y consideremos el hecho de que los logros más extraordinarios del señor Ford empezaron a producirse tras haber conocido a Harvey Firestone, John Burroughs y Luther Burbank (cada uno de los cuales era un hombre de gran capacidad cerebral), y habremos encontrado nuevas pruebas de que el poder se puede producir mediante la amistosa alianza de las mentes.
Los hombres participan de la naturaleza y los hábitos y el poder de pensamiento de aquellos con quienes se asocian en un espíritu de simpatía y armonía. A través de su asociación con Edison, Burbank, Burroughs y Firestone, el señor Ford añadió al poder de su propio cerebro la suma y la sustancia de la inteligencia, la experiencia, el conocimiento y las fuerzas espirituales de esos cuatro hombres. Es más, se apropió y utilizó el principio del
equipo de trabajo
a través de los métodos de procedimiento descritos en este libro.
¡Y ese mismo principio también está disponible para usted!
Ya hemos mencionado antes al Mahatma Gandhi.
Estudiemos ahora el método por el que obtuvo su enorme poder. Eso es algo que es posible explicar con pocas palabras. Obtuvo poder al haber sabido inducir a más de doscientos millones de personas para que se coordinaran, física y mentalmente, en un espíritu de armonía para alcanzar un propósito definido.
En resumen, Gandhi logró un verdadero milagro, pues eso es lo que sucede cuando se consigue que doscientos millones de personas se vean inducidas —no forzadas— a cooperar en un espíritu de armonía. Si usted duda de que eso sea un milagro, intente inducir a dos personas, sean las que fueren, a que cooperen en un espíritu de armonía durante cualquier período de tiempo prolongado.
Toda persona que dirige una empresa sabe muy bien lo difícil que resulta que los empleados trabajen juntos en un espíritu parecido, aunque sólo sea remotamente, a la armonía.
La lista de las fuentes principales de las que se puede obtener poder está encabezada, como ya hemos visto, por la Inteligencia Infinita. Cuando dos o más personas se coordinan en un espíritu de armonía, y trabajan juntas para alcanzar un objetivo definido, se sitúan a sí mismas, por medio de esa alianza, en posición de absorber poder directamente de la gran reserva universal de la Inteligencia Infinita. Se trata de la mayor fuente de poder que existe. Es la fuente hacia la que el genio y todos los grandes líderes se vuelve (tanto si ellos son conscientes de ese hecho, como si no).
Las otras dos grandes fuentes de las que es posible obtener el conocimiento, necesario para la acumulación de poder, no son ni más ni menos fiables que los cinco sentidos del hombre. Y todos sabemos que los sentidos no siempre son fiables.
En capítulos posteriores se describirán adecuadamente los métodos mediante los que se puede contactar con mayor facilidad con la Inteligencia Infinita.
Éste no es ningún curso de religión. Ninguno de los principios fundamentales descritos en este libro debería interpretarse como algo que tiene la intención de interferir con los hábitos religiosos de cualquier persona, ya sea de forma directa o indirecta. Este libro tiene el exclusivo propósito de instruir al lector acerca de cómo transformar el propósito definido del deseo de obtener dinero en su equivalente monetario.