Read Vacaciones con papá Online
Authors: Dora Heldt
—A mí tampoco es que me hiciera gracia. —Asintió con la cabeza mirando a su tía—. Y cuando encima uno ve lo bien que lo hacen otros, resulta de lo más frustrante. Carsten, Kalli, lo vuestro sí que fue para quitarse el sombrero.
Mi padre se echó hacia adelante.
—Aunque tú también fuiste muy torpe. Podrías haber venido a hablar conmigo.
Me atraganté.
—Papá, eso no te lo crees ni tú. Con lo convencido que estabas de todo.
—Bah, eso sólo fue el histerismo de Gisbert, ya se sabe cómo es la prensa… Por cierto, ¿dónde está?
Gesa volvió del bufet con unos platos llenos a rebosar.
—Aquí tenéis lo que queda. Gisbert ha ido a llevar a casa a Suse. Probablemente le guste.
Dorothea sonrió.
—¿En moto? Pobrecita.
Sentí la mano de Johann en mi rodilla y acerqué la pierna. Al parecer, mi padre percibió el movimiento.
—Dime, Hubert, ¿tu hijo puede mantener a mi hija?
—Papá, por favor.
Me sonrojé, y Johann se limitó a reír. Mi padre le dirigió una mirada de desaprobación.
—Esto no tiene ninguna gracia. Hay que preguntar. Por cierto, no sé qué te propones, pero te advierto que pienso pasar aquí una semana más de vacaciones con mi hija. Para una mujer es importante mantener una relación estable con su padre. Podéis veros de vez en cuando, pero espero que te queden claras cuáles son las prioridades.
—Desde luego. —Johann sostuvo la mirada de mi padre—. Por cierto, Cuqui, ¿le has contado a tu hermano que quieres comprarte aquí una casa?
El padre de Johann levantó la cabeza sorprendido.
—¿En serio?
—Sí. —Margarete asintió—. Estoy completamente enamorada de esta isla, y creo que la familia ha de estar junta en la vejez. Y dado que ahora estás aquí a menudo, es una buena idea. Ya le he echado el ojo a una, muy bonita, pero necesita unos cuantos arreglos.
Kalli se inclinó.
—¿Dónde está?
—A la vuelta de la esquina. Al lado de la casa amarilla de ahí delante. Quería pasarme otra vez. Está deshabitada, pero, como os he dicho, necesita una reforma integral.
Mi padre apuró el champán y se estremeció.
—No sé qué le veis a esta cosa, a mí me da acidez. Tengo que mover las piernas. Dígame, Margarete, ¿quiere que vayamos a echarle un vistazo a la casa?
Ella consultó el reloj.
—¿Por qué no? Ahora está el propietario.
—Bien. —Mi padre se levantó—. Onno, Kalli, Carsten, vamos. Veremos qué es lo que hay que hacer.
Margarete cogió su bolso y se puso en pie. Los cuatro hombres le cedieron el paso.
A mitad de camino, mi padre se volvió.
—Por si nos entretenemos y ya os habéis ido, te quiero a las diez en casa, Christine.
—¡Papá!
—Heinz…
—Bueno, vale, pero no llegues muy tarde, que en seguida me preocupo. Y luego duermo mal. Bueno, que os divirtáis.
Tenía los ojos de Terence Hill.
Norderney, 30 de junio
Hola, mamá:
Éstas son las fotos de la inauguración. Se pueden decir muchas cosas de Gisbert von Meyer, pero la verdad es que sus tomas son muy buenas. Te he anotado al dorso quién es quién para que puedas poner cara a las historias. Por cierto, mi preferida es una en la que papá le regala a Marleen la red de pesca usada. No te pierdas las caras que ponen. ¡Menudo ejercicio de contención! Me alegro mucho de que vengas el miércoles, Hanna me ha dicho que irá a buscarte, que cogeréis el ferry de las 14.15, así que yo iré a recogeros al puerto. Papá ha anunciado que no piensa trabajar todos los días en la casa de Margarete, quiere enseñarte la isla él mismo; Kalli se iría por las ramas. De momento está pintando las paredes de amarillo claro, él cree que es color champán, pero a Margarete le gusta de todas formas. O por lo menos eso dice, es de lo más agradable. Yo estoy estupendamente, voy a la playa todos los días, aunque papá insiste en que cenemos juntos, me refiero a él, Kalli, Onno, Carsten, Hubert, Theda, Marleen, Dorothea, Nils, Johann y yo. Le ha cogido el gusto.
Bueno, pues hasta el miércoles.
Saludos de parte de todos,
Christine
PS: Es posible que papá se quede una semana más, dice que quieren dejarlo todo listo. Que, sin él, Margarete estaría perdida. Que tú lo entenderás.
Me gustaría darles las gracias a Helga Lübben y a Gila Hass por su ayuda y por esas noches en los bares de Norderney, a Marion Bluhm por sus creativos paseos por la playa, al doctor Rainer Moritz por un café musical en el Literaturhaus, al famoso guía Rudi Schmidt por todas sus historias de Sylt, a Fernando Aco, Jürgen Fiedler, Mathias Gross, Heinz Gumpelmayr, Petra Heuckeroth, Josef Kager, Leo Lang, Heinz Marti, Michael Messer, Ulrike Raapke, Andrea Roos, Heinz-Andrea Spychiger, Christoph Viering y, muy en particular, a Claus Keller, a Joachim Jessen y a la agencia literaria Thomas Schlück, a todo el equipo editorial, a Michael Muselmann y, una vez más, a Silvia Schmid.
Dora Heldt
Los títulos de los capítulos de este libro son en realidad
hits
musicales alemanes. Como no queríamos dejar al lector español sin la oportunidad de bucear en los gustos musicales de Heinz, a continuación ofrecemos una relación de las canciones y los autores que aparecen en la novela:
Nachts ging das Telefon
(Por la noche sonó el teléfono). Hilde Seipp
O mein Papa
(Ay, mi padre). Lys Assia
Es fährt ein Zug nach Nirgendwo
(Sale un tren a ninguna parte). Christian Anders
Reif für die Insel
(Listos para la isla). Peter Cornelius
So ein Mann
(Menudo hombre). Margot Werner
Jetzt geht die Party richtig los
(Ahora empieza de verdad la fiesta). Séverine
Ein Freund, ein guter Freund
(Un amigo, un buen amigo). H. Rühmann, W. Fritsch y O. Karlweis
Schöner fremder Mann
(Un forastero atractivo). Connie Francis
Pa"0eas rasck die Badehose ein
(Mete el bañador en la maleta). Connie Froboess
Dann kamst du
(Entonces llegaste tú). Vicky Leandros
Keine ruhige Minute
(Ni un minuto de paz). Reinhard Mey
Rette mich
(Sálvame). Nena
Ich brech die Herzen der stolzesten Fraun
(Les rompo el corazón a las mujeres más orgullosas). H. Rühmann y P. Kuhn
Eine neue Liebe ist wie ein neues Leben
(Un nuevo amor es como una vida nueva). Jürgen Marcus
Es liegt was in der Luft
(Algo flota en el aire). M. Baptiste y B. Buhlan
Die kleine Kneipe
(La tasquita). Peter Alexander
Möwe, du fliegst in die Heimat
(Gaviota, vuelas a casa). Magda Hain
Er ist wieder da
(Ahí está otra vez). Marion Maerz
Herz aus Glas
(Corazón de cristal). Münchener Freiheit
Nichts haut mich um, aber du!
(Nada me sorprende salvo tú). Daliah Lavi
Schau mir noch mal in die Augen
(Mírame otra vez a los ojos). Gerhard Wendland
Liebeskummer lohnt sich nicht
(No vale la pena llorar por amor). Siw Malmkvist
Jeder Weg hat mal ein Ende
(Todo camino tiene un final). Marianne Rosenberg
Kriminal-Tango
(Tango criminal). Ralf Bendix
Junge, komm bald wieder
(Hijo, vuelve pronto). Freddy Quinn
Ich glaub, es geht schon wieder los
(Creo que todo vuelve a empezar). Roland Kaiser
Dankeschön
(Gracias). Bert Kaempfert
Dora Heldt es el seudónimo de Bärbel Schmidt (Sylt, 1961). Trabaja como agente comercial editorial desde 1992, ocupación que combina con la escritura. Por temor a poner en peligro su puesto de trabajo, decidió firmar su primera novela con el nombre de su abuela, Dora Heldt. El libro fue un gran éxito y desde entonces se ha convertido en una de las autoras alemanas más importantes. Es autora de Ausgeliebt, Unzertrennlich, Vacaciones con papá (Planeta, 2011) y No se lo digas a papá (de próxima publicación en Editorial Planeta). Vive en Hamburgo.
[1]
Pequeño establecimiento en el que se sirven principalmente productos lácteos.
[N. de la T.]
[2]
Conocido trío musical femenino alemán, originalmente un cuarteto. En sus actuaciones se hacían acompañar de cuatro caniches blancos.
[N. de la T.]