Zombi: Guía de supervivencia (19 page)

BOOK: Zombi: Guía de supervivencia
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C. CONSIDERA EL DRENAJE

¿Por qué razón situar a tu equipo en un entorno hostil si se puede eliminar dicho entorno? Hazte esta pregunta: ¿Es posible simplemente vaciar la masa de agua? De ser así, aunque lleve más tiempo y esfuerzo que una caza submarina, hazlo sea como sea. Sin embargo, la mayoría de las veces esta no es una opción viable. Para eliminar la amenaza, tu equipo tendrá que seguirla hasta abajo.

D. ENCUENTRA A UN EXPERTO

¿Alguien en tu equipo tiene el título de submarinista? ¿Alguno de ellos ha llevado alguna vez el equipo de submarinismo? ¿Y los que simplemente han utilizado esnórqueles durante las vacaciones? Enviar a hombres y mujeres sin experiencia bajo agua podría matarlos a todos antes incluso de que contactarán con zombis. Ahogo, asfixia, narcosis de nitrógeno e hipotermia son sólo unos pocos de los numerosos modos en que los animales que respiran aire como nosotros pueden encontrar su destino bajo las olas. Si el tiempo lo permite, por ejemplo, si los zombis están arrinconados en una masa de agua rodeada de tierra, encuentra a alguien tanto para entrenar como para liderar tu equipo o incluso para emprender la misión él solo. Pero si crees que los zombis han caído dentro del río y pueden terminar cerca de otra ciudad muy pronto, esperar a los expertos no es una opción. Prepárate para zambullirte, pero prepárate para las consecuencias.

E. PREPARA TU EQUIPO

Al igual que con la guerra en tierra, el equipo y las armas correctas serán cruciales para tu supervivencia. La ayuda para respirar más común es la escafandra autónoma. Si no puedes disponer de una, se pueden improvisar compresores y mangueras de goma que pueden proporcionar un sustituto si no perfecto, útil. Se necesitan reflectores portátiles. Incluso en aguas cristalinas, los zombis pueden estar acechando en rincones ocultos y oscuros. El lanza arpones debería ser considerado siempre como un arma principal. Su capacidad para penetrar en los cráneos desde una distancia segura no es compartida por ninguna otra arma acuática. Otro artilugio potente es la pistola con arpón para submarinistas; básicamente se trata de una escopeta del calibre doce al final de un palo de metal. Sin embargo, ambas armas son raras en cualquier sitio, excepto en zonas costeras. En su ausencia, inténtalo con redes, anzuelos o arpones caseros.

F. ATAQUE INTEGRADO

No hay nada más aterrador que salir a la superficie tras rastrear bajo al agua para encontrarte con un montón de zombis esperándote en la barca. Trabaja siempre en concierto con unidades en la superficie. Si tu equipo consiste en diez personas, lleva cinco bajo el agua y deja al resto en el tejado. Esto permitirá un rescate rápido si la corriente de la batalla da la vuelta. Un grupo en la superficie puede ayudar también a explorar, matar y pedir refuerzos a tierra firme. Como regla general en toda estrategia de combate, cuanto más peligroso es el entorno, más apoyo se necesita.

G. OBSERVA LA VIDA SALVAJE

Ya hemos establecido que los pájaros y los animales pueden señalar la proximidad de zombis. Lo mismo es cierto con los peces. Se ha demostrado que la fauna marina puede detectar incluso rastros diminutos de carne infectada con Solanum cuando se desprende flotando del cuerpo de un zombi. Una vez lo han hecho huyen de la zona constante e inmediatamente. Los cazadores submarinos siempre han informado sobre zonas completamente desprovistas de peces justo antes de encontrarse con un zombi submarino.

H. FORMAS DE MATAR

No descartes ninguna de estas tácticas como fantásticas o poco fiables. Por muy ridículas que puedan sonar algunas, todas han sido repetidamente probadas en el combate contra los zombis bajo agua. Y todas obtuvieron un éxito notable.

1. Disparar desde un escondite:
Sustituye un lanza arpones por un rifle y el agua por el aire, y se trata básicamente de la misma táctica. Como el lanza arpones requiere menos distancia que un rifle, el submarinista se encontrará en grave peligro. Si fallas el primer tiro, ¡nunca recargues en ese mismo sitio! Nada hasta una distancia segura, carga otro arpón y luego enfrenta de nuevo tu objetivo.

2. Pesca submarina:
Esta se utiliza si resulta muy complicado un tiro en la cabeza. Ata una cuerda metálica al final del arpón y apunta hacia la cavidad torácica. Una vez que hayas atravesado al zombi, tu equipo de superficie puede arrastrarlo hacia arriba para deshacerse de él. Ten en cuenta que estos zombis aún tienen la capacidad para atacar. Si es posible, intenta dispararle en la cabeza con un rifle en cuanto surja a la superficie. Esto requerirá una gran coordinación entre un submarinista y el equipo de la superficie. Un antiguo desastre acabó con un equipo imprudente arrastrando lo que ellos creían que era un zombi destruido. El submarinista incompetente que estaba bajo agua no pudo oír sus gritos.

3. Lanzar y recoger:
Ata un arpón a un trozo de cuerda. Úsalo para atravesar al zombi objetivo y entonces que tu equipo de la superficie lo suba. Las barcas o los ganchos de carnicero, si los fijas en la parte final del arpón, disminuyen las posibilidades de perder tu objetivo durante el ascenso. Si el agua es suficientemente clara y poco profunda, el proceso de arponeo se podría llevar a cabo por completo a bordo de la barca. De nuevo, al igual que en la pesca submarina, el gul rebobinado debe ser eliminado antes de que se acerque lo suficiente para golpear.

4. Enredar:
equipos de la superficie serán tu principal fuente de ataque, con los submarinistas actuando sólo como exploradores. Las redes de pesca o de carga deberían dejarse caer sobre el zombi objetivo y entonces ser usadas para llevarlo a la superficie. Una de las ventajas más importantes de utilizar la red es que los zombis que arrastras abordo deberían estar demasiado enredados para arremeter contra ti. Por supuesto, la palabra «deberían» es una palabra muy peligrosa. Más de un cazador resultó gravemente herido por los zombis que «deberían» haber muerto fácilmente.

I. REGLAS ESPECÍFICAS

Piensa en las masas de agua como si fueran diferentes tipos de terreno. Cada uno tendrá su propio conjunto de condiciones y puede ser tan diferente de otro como un desierto lo es de un pantano. Lo único que estas masas de agua tienen en común es el H20 que las cubre. Ya tienes un enemigo mortal al que enfrentarte. No hagas otro.

1. Ríos:
Las corrientes constantes pueden ser tanto una bendición como una maldición. Dependiendo de la fuerza de sus corrientes, un río puede desplazar a algunos o a todos los zombis muy lejos de la zona infestada inicial. Gules que cayeron en el Misisipi cerca de Winona (Minnesota) podrían ser fácilmente arrastrados en una semana al centro de Nueva Orleans. Esto crea un sentido de urgencia que no se da en los estanques rodeados de tierra. A ser posible, instala redes en los puntos más estrechos. Contrólalos con cuidado y ten extrema cautela cuando envíes a submarinistas a investigar. Una corriente fuerte podría arrastrarlos hasta los brazos anhelantes y las fauces abiertas de sus objetivos.

2. Lagos y estanques:
Como están rodeados de tierra (por lo general), hay pocas probabilidades para los zombis de escapar de un lago o un estanque. Cualquier no muerto que deambule de vuelta a la orilla podría ser avistado y abatido. Los que permanezcan sumergidos al final serán pescados y destruidos. La ausencia de cualquier corriente los hace una localización ideal para submarinistas. Los lagos y los estanques que se congelan presentan un problema multigeneracional. Si se congelan completamente, los que estén sumergidos quedarán sepultados durante el invierno, haciendo casi imposible encontrarlos. Si se congela únicamente la superficie, los zombis todavía pueden merodear por las profundidades oscuras del agua.

3. Pantanos:
Estos son, con mucho, los lugares más frustrantes para una caza submarina. Las aguas turbias hacen que sea casi imposible el submarinismo. El fondo plagado de raíces confunde los resonadores. En la mayoría de los casos, los fondos poco profundos hacen fácil para un zombi simplemente alcanzar y agarrar a un cazador o volcar su barca. Cazar en grupos grandes usando continuamente reflectores y varas de dragado es el único método de probada eficacia para rastrear este entorno. Tras una de estas campañas arduas, sabrás el motivo por el que tantos cuentos de terror tienen su origen en un pantano.

4. Océanos:
A no ser que la zona en cuestión sea un puerto u otra zona semicerrada, olvídate de cualquier cacería con éxito en mar abierto. Simplemente hay demasiado espacio para un rastreo real, con profundidades más allá del alcance de cualquiera excepto de los sumergibles más caros y escasos. Tan problemático como esto es para una caza agresiva, la amenaza que presentan los no muertos que se encuentran bajo el mar probablemente resultará insignificante. La mayoría simplemente deambularán por el lecho oceánico, sin volver a ver jamás tierra seca hasta que finalmente se descompongan por completo. Esto no quiere decir, sin embargo, que deba ignorarse la amenaza. Una vez que se confirma que los zombis han sido arrastrados al mar, determina las corrientes marinas en esa zona y si —y dónde— podrían desplazar a los no muertos cerca de tierra. Todos los habitantes de la costa deberían ser advertidos y debería mantenerse un sistema de vigilancia durante algún tiempo tras esto. Por poco probable que parezca, en ocasiones se han visto zombis durante los meses de oleaje después de un brote y en playas a cientos de kilómetros. Así que asumamos que has seguido todas estas instrucciones correctamente. La batalla ha terminado, el área es segura, se ha llorado a las víctimas, los zombis se han quemado, etc. Con un poco de suerte, será la última vez que tengas que golpear carne muerta. Pero ¿y si no es así? ¿Y si tu lucha ha sido sólo un pequeño escenario de una guerra mayor, total, entre los vivos y los muertos? ¿Y si, Dios no lo quiera, es una guerra que la humanidad pierde?

VIVIR EN UN MUNDO NO MUERTO

¿Y si lo impensable ha ocurrido? ¿Si las hordas han crecido lo suficiente para dominar el planeta entero? Se trataría de un brote de clase 4 o del brote del Día del Juicio Final, en el que la humanidad estaría al borde de la extinción. ¿Improbable? Sí. ¿Imposible? No. Cualquier gobierno no es más que una colección de seres humanos; seres humanos tan temerosos, estrechos de miras, arrogantes, de mentes cerradas y, por lo general, incompetentes como el resto de personas. ¿Por qué estarían dispuestos a reconocer y manejar un ataque de cadáveres andantes y sedientos de sangre cuando la mayoría de la humanidad no 1o está? Por supuesto, uno podría argumentar que una lógica así podría surgir al enfrentar brotes de clase 1 o incluso de clase 2, pero la amenaza que suponen incluso varios cientos de zombis podría ser suficiente para impulsar a nuestros líderes a entrar en acción. ¿Cómo podrían no hacerlo? ¿Cómo podrían los que están en el poder, especialmente en una era moderna y progresista como la nuestra, ignorar la propagación de una enfermedad mortal hasta que alcanzara proporciones de plaga? Simplemente fíjate en la respuesta de los gobiernos del mundo a la epidemia del sida y tendrás tu respuesta. ¿Y si las autoridades reconocieran la amenaza por lo que es, pero no fueran capaces de controlarla? La recesión económica masiva, la guerra mundial, el descontento social o las catástrofes naturales fácilmente podrían distraer los recursos del gobierno de un brote que crece por momentos. Incluso en las condiciones perfectas, enfrentarse a un ataque de clase 2 es extremadamente difícil. Imagina tratar de poner en cuarentena una ciudad tan grande como Chicago o Los Angeles. De los millones de personas que tratan de escapar, ¿cuántos habrían sido mordidos ya propagando la infección más allá de la zona en cuarentena?

¿Pero los grandes océanos que bañan la mayor parte de nuestro planeta no podrían salvamos? ¿Las personas que viven en Europa, Africa, Asia y Australia no podrían estar a salvo de un brote infeccioso en América del Norte? Quizá. Esto es asumiendo que todas las fronteras están cerradas, ha cesado el tráfico aéreo y todos los gobiernos del planeta son conscientes de la situación y trabajan para parar el brote. Aun así, con las filas de los no muertos ya en decenas de millones, ¿es posible imaginar todos los aparatos de vuelo que lleven a un pasajero infectado, todos los barcos que lleven a un tripulante infectado? ¿Es posible patrullar cada centímetro de las costas en busca de un gul que surja del agua? Llegados a este punto, lamentablemente, la respuesta es no. El tiempo está del lado de los no muertos. Con el paso de los días, sus filas aumentarían, haciendo más difícil la contención y la exterminación. A diferencia de sus homólogos humanos, un ejército de zombis es completamente independiente del apoyo. No necesitan comida, munición o atención médica. No sufrirían de baja moral, cansancio de batalla o falta de liderazgo. No sucumbirán al pánico, a la deserción o a la rebelión total. Al igual que el virus que les dio la vida, esta fuerza de no muertos continuará creciendo, extendiéndose a través del cuerpo de este planeta hasta que no quede nada que devorar. ¿A dónde irías? ¿Qué harías?

EL MUNDO NO MUERTO

Si triunfan los muertos vivientes, el mundo degeneraría en el caos absoluto. Se evaporaría toda clase de orden social. Los que se encontraran en el poder, además de sus familias y compañeros, se esconderían en bunkeres y áreas de seguridad alrededor del país. Seguros en estos refugios, construidos en un principio para la Guerra Fría, sobrevivirían. Tal vez mantengan la fachada de la estructura de mando del gobierno. Tal vez esté disponible la tecnología para comunicarse con otras agencias o incluso con otros líderes mundiales protegidos. Sin embargo, a efectos prácticos, no serían más que un gobierno en el exilio. Con el colapso total de la ley y el orden, pequeños grupos de personas emergerían para afirmar su autoridad. Saqueadores, bandidos y gamberros se aprovecharían de los supervivientes, cogiendo lo que quisieran y permitiéndose cualquier placer que encontraran. Al final de toda civilización es común celebrar una última fiesta masiva. Por muy perverso que suene, orgías de personas que creen que este día es su último día brotan por todo el país.

Lo que quedara de la policía y las fuerzas militares serviría como protección para el gobierno que estuviera escondido, desertaría en un intento de salvar a sus familias o degenerarían ellos mismos en bandidos. Un colapso total en la comunicación y el transporte se extendería por el globo. Las ciudades aisladas se convertirían en campos de batalla abiertos, con grupos dispersos de ciudadanos que pelearían por defender zonas de barricadas tanto de los gules como de humanos renegados. Las máquinas abandonadas finalmente se estropearían o, en algunos casos, explotarían. Son habituales la fundición de los reactores y otros accidentes industriales contaminando el medio con productos químicos tóxicos. En las afueras se desarrollarían rápidamente los zombis. Al no quedar humanos en las ciudades, los no muertos se desplegarían en abanico en busca de la presa. Las casas de las afueras y los barrios residenciales serían completamente destruidos mientras sus habitantes huyen, intentan permanecer y luchar o esperan desamparados a que los rodeen las multitudes de hombres caídos. La masacre no sólo se limitaría a los humanos: el aire se llenaría de los alaridos de los animales de granja que estarían atrapados en los corrales o incluso de las mascotas que intentaran defender a sus amos con valentía.

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