Zombi: Guía de supervivencia (21 page)

BOOK: Zombi: Guía de supervivencia
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6. CONOCE TU POSICIÓN:
Cuando llegue el momento de huir, no llenes el jeep simplemente, te dirijas al norte y esperes encontrar algún rincón seguro en el Yukon. Cuando planeas escapar de los muertos vivientes, especialmente a un lugar no habitado del mundo, debes saber exactamente hacia donde te diriges. Dedica tiempo a estudiar los mapas más actualizados. Los mapas más antiguos pueden no tener listadas carreteras, tuberías, puestos fronterizos y otro tipo de estructuras. Cuando elijas un destino, asegúrate de contestar las siguientes preguntas:

A. ¿Es remoto, al menos a varios cientos de kilómetros de toda civilización?

B. ¿Tiene una fuente de agua fresca no sólo para ti, sino también para cualquier animal que decidas llevar? Recuerda que necesitarás agua para multitud de propósitos, incluyendo beber, lavarte, cocinar y cultivar.

C. ¿Tiene la capacidad para producir alimentos? ¿El terreno es lo bastante bueno para cultivar? ¿Qué hay del pasto para los animales y la pesca? ¿Producirá el forraje una subsistencia consistente y suficiente sin agotarse?

D. ¿Tiene defensas naturales de algún tipo? ¿Está en lo alto de una cima alta o rodeado de acantilados o ríos? Durante el ataque de los muertos vivientes o bandidos humanos, ¿el terreno te ayudaría a ti o a tu enemigo?

E. ¿Cuáles son sus recursos naturales? ¿Hay materiales para construir como madera, piedra o metal? ¿Qué hay de combustibles como el carbón, el petróleo, la turba o, de nuevo, la madera? ¿Cuánto material de construcción necesitarías llevar contigo para construir el complejo? ¿De la flora local, cuánta tiene propiedades medicinales?

Todas estas preguntas deben responderse antes incluso de empezar a considerar un refugio permanente. Los materiales de construcción y las defensas naturales son negociables. ¡La comida, el agua y la distancia extrema, no! Sin alguno de estos tres elementos esenciales, comprometes seriamente tu supervivencia a largo plazo. Cuando elijas un nuevo hogar, haz una lista con al menos cinco emplazamientos posibles. Visítalos todos, preferiblemente en la estación más dura. Acampa al menos una semana entera con el equipo básico y sin contacto alguno con el exterior. Sólo entonces deberías tomar una decisión sobre el que satisface mejor tus necesidades.

7. CONVIÉRTETE EN UN EXPERTO:
Investiga a conciencia tu nuevo hogar potencial. Lee cada libro, cada artículo, cada frase escrita sobre él. Examina todos los mapas y fotografías. El tipo de terreno que elijas tendrá sus propios manuales de supervivencia específicos. Cómpralos y estúdiatelos todos. Además, estudia los relatos de los primeros indígenas que vivieron en entornos similares. De nuevo, visita el lugar muchas veces y en todas las estaciones. Por lo menos pasa varias semanas allí, explorando y acampando en cada sector. Intenta conocer cada árbol y roca; cada duna de arena o témpano de hielo. Calcula la forma más eficiente de producir alimento (ganadería, pesca, caza, recolecta) y cuántos humanos puede soportar la tierra con este método. La respuesta será vital para elegir el tamaño de tu grupo. Si es legalmente viable, adquiere el terreno. Esto te permitirá (si los recursos lo hacen) empezar a construir una vivienda de verdad. Puede que no sea tu domicilio permanente, pero sí sería al menos un lugar donde poder refugiarte durante la construcción del futuro complejo. Si es pequeño y práctico, debería servir como cobertizo para almacenar antes las provisiones. Si es grande y cómodo, podría servir como una segunda casa o un lugar donde escaparte durante las vacaciones. Durante la Guerra Fría, mucha gente construyó residencias de vacaciones que también servían como posibles vías de escape del holocausto nuclear. Familiarízate con la población más cercana. Si hablan otra lengua, apréndela, así como las costumbres locales y la historia de la zona. El conocimiento y la experiencia deberían complementar todo lo que has aprendido en los libros sobre el entorno. Nunca le digas a los vecinos por qué estás allí. (Más sobre esto después.)

8. PLANEA TU RUTA:
Sigue las reglas relacionadas con este apartado de «Huyendo». Luego multiplícalas por cien. No sólo te enfrentarás a peligros como carreteras cortadas y barreras naturales, sino que cruzarás un territorio abarrotado de zombis, bandidos y todos los elementos caóticos de una sociedad desintegrada. ¡Y todo esto es antes de que se declare el estado de emergencia! Una vez que eso ocurre, todos tus problemas anteriores palidecerán ante la amenaza de tu propio ejército. A diferencia de huir simplemente de una zona infestada de zombis, no tendrás el lujo de elegir entre una variedad de destinos posibles. Sólo puede haber uno y tendrás que llegar hasta él para sobrevivir. Como ya se ha afirmado antes muchas veces: ¡Los planes de avance nunca pueden darse por garantizados! Debería incluso ser un factor para elegir tu localización. Por ejemplo, un oasis remoto en mitad del desierto del Sahara suena genial, pero ¿cómo llegarás hasta allí si las líneas aéreas dejan de funcionar? Incluso una isla a varias millas de la costa podría parecerte tan lejana como el Sahara si no tuvieras una barca, todas las lecciones aprendidas en «Huyendo» se aplicarán a este escenario. Lo que no cubre es la perspectiva internacional. ¿Y si, digamos, compras un terreno en los bosques de Siberia y las líneas aéreas aún funcionan, pero Rusia ha cerrado sus fronteras? Esto no significa que no deberías escoger un lugar en Siberia, pero asegúrate de que has preparado los medios (legales o no) para entrar en el país.

9. ¡PLANES B, C, D, E!:
¿Y si tu primer medio de transporte no funciona? ¿Y si la carretera o la vía fluvial están bloqueados? ¿Y si descubres que los zombis, los bandidos, el ejército u otros refugiados han invadido tu refugio seguro? ¿Y si cien cosas más van mal? Ten planes de apoyo. Planea los posibles peligros de tu camino y desarrolla formas individuales y hechas a medida para contrarrestarlos. Alterna vehículos, rutas, incluso una zona segura de apoyo que aunque puede que no sea tan perfecta o esté tan preparada como la primera, al menos te mantendrá con vida el tiempo suficiente para inventar una nueva estrategia.

10. HAZ UNA LISTA CON TU EQUIPO Y PREPÁRATE PARA IR DE COMPRAS:
Cualquier manual sobre cómo sobrevivir a las catástrofes que sea competente debería enumerar todo lo que necesitarás para empezar una nueva vida. Mantén siempre tres listas detalladas y actualizadas:

1. Lo que necesitas incondicionalmente para sobrevivir.

2. El equipo para ayudar a construir y ampliar tu vivienda y sus alrededores. 3. Si no todas las comodidades del hogar, al menos lo más parecido. Si las finanzas lo permiten, adquiere todos tus artículos inmediatamente. Si no puedes, debes saber dónde comprarlos. Comprueba los precios y dónde localizarlos con frecuencia. Sígueles el rastro a los proveedores que cambian de dirección y localiza sustitutos para los que cierran el negocio. Ten siempre al menos dos opciones alternativas en caso de que tu principal proveedor se quede sin la mercancía. Asegúrate de que los proveedores se encuentran a varias horas de distancia en coche como mucho. No dependas de los catálogos o de las compras on-line. Lo que se conoce como transporte «exprés» es bastante informal en circunstancias normales. ¿Cómo sería en situación de emergencia? Guarda toda esta información con la lista. Ajústala consecuentemente. Ten siempre una reserva de dinero en efectivo para cosas esenciales (la cantidad total dependerá de los precios de tu equipo). Incluso antes de que la situación dé un giro en espiral y esté fuera de control, los cheques y las tarjetas de crédito no tienen ni punto de comparación con la comodidad del papel moneda.

11. CONSTRUYE DEFENSAS:
Nada es más importante que aquellas estructuras que ayudan a protegerte. Una vez que has situado a tu grupo en un rincón tranquilo de la naturaleza, empieza a fortalecerlo de inmediato. Nunca sabes cuándo un zombi ocasional acabará por casualidad en tu campamento, atrayendo a otros con sus gemidos.

Formula planes detallados para vuestra defensa. Las instalaciones deberían ser exploradas y los materiales de construcción comprados o elegidos en el terreno.

Todo, incluyendo los materiales de construcción, herramientas y provisiones, deberían estar en su sitio cuando llegues, de modo que no quede nada más por hacer que construir. Recuerda: Tus defensas deben protegerte no sólo de los zombis, sino también de los bandidos. Recuerda, además, que los atacantes humanos tendrán, al menos al principio, armas de fuego y quizá explosivos. Si consiguen romper tus defensas, ten siempre una posición de retirada preparada. Esta defensa secundaria podría ser una casa fortificada, una cueva o incluso otro muro. Mantenla preparada para la acción. Una posición de retirada fácil podría suponer el momento decisivo en una batalla que, sin ella, sería desesperada.

12. PLANIFICA UNA VÍA DE ESCAPE:
¿Y si durante un ataque rompen tus defensas? Asegúrate de que todos saben dónde se encuentra la vía de escape y de que puedan llegar allí por ellos mismos. Cerciórate de que las provisiones de emergencia y las armas están empaquetadas y preparadas en todo momento. Elige un punto de reunión para tu grupo cuando huyáis, un lugar donde reagruparos si os dispersan, durante un ataque. Abandonar tu nuevo hogar no será ni psicológica, ni emocionalmente fácil, en especial después de todo el tiempo y la energía puestos en construirlo. En todo el mundo, las personas que viven en situaciones precarias te dirán lo duro que esto puede ser. Por muy unido que acabes estando a este lugar que ahora llamas hogar, siempre será mejor abandonarlo y correr que morir defendiéndolo. También deberías elegir un emplazamiento alternativo antes de llegar a tu nuevo hogar. Debe estar lo bastante lejos para que los zombis y los atracadores no puedan seguirte el rastro de un lugar a otro. También debe estar lo bastante cerca para que sea posible realizar una expedición por tierra en las condiciones más duras (nunca sabes cuándo tendrás que abandonar la primera base). De nuevo, debes haberla elegido antes del brote. Explorar en busca de un nuevo hogar o cualquier otra cosa después del brote no será fácil (ver la siguiente sección).

13. HAZ GUARDIAS:
Una vez que estás instalado, las defensas están construidas, las viviendas levantadas, las cosechas plantadas y el trabajo repartido, de ningún modo deberías relajarte del todo. Los vigías deberían estar apostados todo el tiempo. Camúflalos y equípalos con un modo fiable para alertar a los demás. Asegúrate de que los medios de alarma no alertarán a los atacantes también. Designa un perímetro de seguridad fuera de tus defensas fijas. Haz que se patrulle durante el día y la noche. Las personas que se aventuren a salir del recinto nunca deberían ir solas y jamás desarmadas. Los que estén dentro del campamento deberían encontrarse siempre a varios segundos del almacén de las armas, preparados para la batalla en caso de que se produzca un ataque.

14. PERMANECE ESCONDIDO:
Aunque la topografía de tu emplazamiento debería disminuir las posibilidades de ser descubierto, nunca sabes cuándo un zombi o un asaltante se aventurará cerca de tu campamento. Asegúrate de que no pueden verse luces por la noche. Asegúrate de que el humo de las hogueras se apaga antes de que amanezca. Si los elementos naturales de la zona no son suficientes para camuflar el complejo, hazlo de manera artificial. Practica la disciplina del ruido a todas horas del día y de la noche. Grita sólo cuando sea necesario. Aisla los edificios comunes de modo que la música, la conversación y otros sonidos no se escapen. Durante una construcción nueva y el mantenimiento diario, sitúa exploradores adicionales en los límites exteriores del alcance potencial de ruido. Recuerda que el sonido más efímero puede llevárselo el viento y revelar tu posición. Determina siempre la dirección en la que sopla el viento, o bien en la dirección donde pueda haber habitantes (la dirección de la que viniste), o bien a través de una zona que consideras segura (una masa de agua muy grande, un desierto extenso, etc.). Si tu fuente de energía es ruidosa (ej.: un generador de combustible fósil), asegúrate de que está aislada y de que la usas con moderación. Tal estado de vigilancia constante puede resultar difícil al principio. Conforme pasa el tiempo, se convertirá en segunda naturaleza. Se ha vivido de este modo durante siglos desde la Europa medieval a las estepas de Asia central. La mayor parte de la historia de la humanidad ha sido la historia de pequeñas islas de orden en un océano de caos, la gente luchando por sobrevivir con la amenaza constante de la invasión cerniéndose sobre sus cabezas. Si pudieron sobrevivir de este modo durante innumerables generaciones, entonces, con un poco de práctica, tú también podrás.

15. PERMANECE AISLADO:
No dejes que la curiosidad te venza bajo ninguna circunstancia. Incluso un explorador experto, muy entrenado en el arte del sigilo, puede conducir por accidente a multitud de zombis al complejo. Si los bandoleros capturan y torturan a uno de tus exploradores los bandidos pueden averiguar tu posición. Más allá de la amenaza dramática de los zombis o los bandidos, siempre existe el riesgo de que un explorador contraiga alguna enfermedad común e infecte al resto de la población (con pocas medicinas a tu disposición, una epidemia de cualquier clase puede resultar devastadora). Quedarse en el mismo sitio no quiere decir que ignores lo que pasa en el mundo exterior. Las radios solares o con dinamos son el medio seguro e ideal para reunir información. Pero ¡sólo escucha! Transmitir revelará tu posición a cualquiera que tenga el equipo de radiogoniometría más primitivo. Por mucho que confíes en los miembros de tu grupo, no sería mala idea guardar todos los transmisores, bengalas y otros dispositivos de advertencia en un armario y bajo llave. Un momento de debilidad podría condenar tu existencia por completo. El entrenamiento como líder será la mejor instrucción sobre cómo manejar un asunto tan delicado.

CLASES DE TERRENO

Examina un mapa mundial y encuentra el mejor terreno y el clima más templado. Ahora añádele la población más densa que puedas y verás el combate perfecto. Los primeros humanos sabían qué buscar cuando comenzaron a construir comunidades: tiempo moderado, un terreno fértil, gran cantidad de agua fresca y abundancia de recursos naturales. Los sitios que cumplían estas condiciones se convirtieron en los primeros centros de humanidad, expandiéndose hasta llegar a ser los centros modernos de población que conocemos hoy. Es este modo de pensar, un proceso de pensamiento perfectamente lógico, el que tendrás que abandonar por completo cuando elijas tu nuevo hogar. Vuelve al mapa. Digamos que encuentras un lugar que parece atractivo inmediatamente. Lo más probable es que varios millones de personas pensarán lo mismo cuando llegue el momento de huir. Combate este pensamiento con el lema más duro es más seguro, y para estar lo más seguro posible tendrás que encontrar los lugares más duros y extremos en la Tierra. Tendrás que encontrar una zona que parezca tan poco atractiva, tan inhóspita, que lo último que querrías hacer es llamarlo hogar. La siguiente lista de entornos naturales tiene la intención de ayudarte a tomar una decisión informada. Los textos adicionales te darán una información más detallada en relación a los patrones meteorológicos exactos, los alimentos disponibles, el agua, los recursos naturales y demás. Lo que esta sección demuestra es cómo se relacionan con todos los factores asociados con un mundo no muerto.

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