Zombi: Guía de supervivencia

BOOK: Zombi: Guía de supervivencia
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¡No seas imprudente con el mayor bien que posees: la vida! Este libro será la clave para sobrevivir a las hordas de no muertos que podrían estar acechándote en este preciso momento sin que lo supieras. Zombi: Guía de supervivencia ofrece una protección completa gracias a consejos comprobados para salvaguardarte a ti y a tus seres queridos de los muertos vivientes. Este es un libro que podría salvarte la vida. Max Brooks vive en Nueva York, pero está preparado para mudarse a un lugar más remoto y defendible cuando el momento lo requiera. Su reciente Guerra Mundial zombi, ha sido aclamada por el experto en zombis Simon Pegg como una obra «absolutamente indispensable».

Max Brooks

Zombi: Guía de supervivencia

ePUB v1.2

Siwan
21.09.12

Título original:
The Zombie Survival Guide

Max Brooks, septiembre de 2003.

Traducción: Helena Bosch Íñiguez y Lius Gámez

Editor original: Siwan (v1.0 a v1.1)

Corrección de erratas: Vaklam0555 y Elbeni

ePub base v2.0

INTRODUCCIÓN

Los muertos están entre nosotros. Zombis, gules -sin importar su etiqueta-, estos sonámbulos suponen la mayor amenaza para la humanidad, aparte de la humanidad en sí misma. Llamarlos a ellos depredadores y a nosotros presas sería impreciso. Son una plaga, y la raza humana su huésped. Las víctimas afortunadas son devoradas: sus huesos roídos hasta quedar limpios, su carne consumida. Los que no son tan afortunados pasan a formar parte del grupo de los atacantes, transformándose en monstruos pútridos y carnívoros. Como todos pensamos, una guerra convencional resultaría inútil con estas criaturas. La ciencia para acabar con la vida, desarrollada y perfeccionada desde el principio de nuestra existencia, no puede protegernos de un enemigo cuya vida no puede terminar. ¿Significa esto que los muertos vivientes son invencibles? No. ¿Se puede acabar con estas criaturas? Sí. La ignorancia es el aliado más fuerte de los no muertos; el conocimiento, su enemigo más mortal. Por eso se ha escrito este libro: para proporcionar el conocimiento necesario para sobrevivir a estas bestias infrahumanas.

Sobrevivir es la palabra clave que hay que recordar —ni la victoria, ni la conquista—, únicamente sobrevivir.

Con este libro no vas a aprender a ser un cazador de zombis profesional. Aquel que desee dedicar su vida a tal profesión debería buscar en otra parte. Este libro no está escrito para la policía, los militares o cualquier otra corporación gubernamental. Estas organizaciones, si deciden admitirlo y prepararse para la amenaza, tendrán acceso a recursos mucho más sofisticados de los que utilizarán los particulares. Por ellos se ha escrito esta guía de supervivencia: particulares, personas que no disponen de mucho tiempo y recursos pero que, sin embargo, se niegan a convertirse en víctimas.

Por supuesto, se necesitarán otras muchas habilidades (instinto de supervivencia, liderazgo, incluso primeros auxilios) en cualquier encuentro con un muerto viviente. No se incluyen en este trabajo porque se pueden encontrar en textos convencionales. El sentido común te dirá lo que debes estudiar como complemento a este manual. Además, se han omitido todas las materias que no se refieren directamente a los muertos vivientes.

Con este libro aprenderás a reconocer a tu enemigo, a elegir las armas adecuadas, las técnicas para acabar con ellos y todo sobre la preparación y la improvisación cuando estés defendiendo, huyendo y atacando. También se hablará de la posibilidad de que llegue el Día del Juicio Final, en el que los muertos vivientes reemplazarían a la humanidad como especie dominante del planeta.

No descartes ningún apartado de este libro por suponer que se trata de un drama hipotético. Cada mínimo detalle de conocimiento ha sido reunido con gran esfuerzo y experiencia. Los datos históricos, los experimentos en laboratorios, la investigación de campo y los relatos de los testigos oculares (entre los que se incluye el autor) han servido para crear este libro. Incluso el escenario del Día del Juicio Final es una extrapolación de los acontecimientos ocurridos en la vida real. Muchos de los casos reales están recogidos en el capítulo de brotes registrados. Estudiándolos probaremos que cada lección que aprendemos con este libro se basa en hechos históricos.

Dicho esto, el conocimiento es sólo una parte de la lucha por la supervivencia. El resto depende de ti. Tu elección personal y tus ganas de vivir resultarán primordiales cuando los muertos comiencen a atacarnos. Si no cuentas con eso, nada te protegerá. En la última página de este libro, hazte una pregunta: ¿Qué harías? ¿Terminar tu existencia con actitud pasiva o levantarte y gritar: «¡No acabarás conmigo! ¡Sobreviviré!»? Eso depende de ti.

NOTA DEL AUTOR

Como este libro lo ha escrito un ciudadano de Estados Unidos, las páginas contienen referencias específicas a aspectos muy americanos. No cabe duda de que ejemplos que reflejan la adoración cultural hacia los automóviles o las pistolas resultarán extraños, incluso inútiles en relación a la crisis internacional. Es cierto que algunos ejemplos estadounidenses no podrán aplicarse, pero las lecciones que esconden tras ellos ¡sí! La filosofía de este libro nunca ha sido estrictamente estadounidense. Las tácticas y estrategias se aplican a aquellos humanos preocupados por sobrevivir en cualquier lugar, independientemente de la nacionalidad o el emplazamiento.

La amenaza zombi es en verdad una amenaza internacional. Los ciudadanos de Europa occidental y de las islas británicas cuentan con una densa población, carecen de crímenes violentos (relativamente) y han vivido casi dos generaciones de paz, estabilidad y prosperidad económica; pero quizá ahora son más vulnerables a los muertos vivientes que en cualquier otro momento de la historia. El que crea que el Parlamento Europeo puede resolver un ataque zombi con la misma facilidad que soluciona una huelga de camioneros haría bien en estudiar la última vez que una plaga llegó a aquellas tierras. Un brote podría empezar con cinco zombis en Andalucía y en tres semanas haber llegado a miles en el Distrito de los Lagos en Inglaterra.

Asimismo, ciudadanos de países geográficamente tan aislados como Australia y Nueva Zelanda están en grave peligro de dejarse llevar por un falso sentimiento de seguridad. Como veremos en posteriores temas, que incluyen una colección de ataques registrados, la distancia física nunca supone un impedimento. Los residentes de estos países deberían velar por la seguridad de las zonas extensas con baja densidad de población. En teoría esto es correcto, ya que la zona austral y meridional de los Alpes podría proporcionar una protección adecuada, pero: ¿Cómo llegar allí? ¿Cómo vivir? ¿Qué harías si te encontraras allí con zombis? Este libro lo puedes aplicar tanto si eres de Glasgow como de Ciudad del Cabo, de Dublín o de Hobart. Ha llegado la hora de dejar aparte nuestras fronteras artificiales y unirnos contra la amenaza común de la extinción. Este no es tiempo para el estéril y obsoleto nacionalismo. Los muertos vivientes se ciernen sobre nosotros en todo el mundo y como un solo mundo podremos sobrevivir.

LOS NO MUERTOS: MITO Y REALIDAD

Nace de la tumba, su cuerpo es el hogar de los gusanos y la mugre. No hay vida en sus ojos, no hay calidez en su piel, su pecho no se mueve. Su alma, tan vacía y oscura como el cielo nocturno. Se ríe de la espada, escupe a la flecha, porque no dañarán su carne. Hasta la eternidad caminará por la Tierra, olisqueando la dulce sangre de los vivos, obsequiándose con los huesos de los condenados. Cuidado, porque es el muerto viviente.

TEXTO HINDÚ DESCONOCIDO, CIRCA 1000 A.C.

ZOM-BI: [Góm.bi] sust. también ZOM-BIS pl. /. Un cadáver viviente que se alimenta de la carne de los humanos. 2. Un hechizo vudú para revivir a los muertos. 3. Un dios serpiente vudú. 4. Alguien que se mueve y actúa con aturdimiento, «como un zombi». [Palabra originaria del Africa occidental.]

¿Qué es un zombi? ¿Cómo se crean? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y cuáles sus puntos débiles? ¿Qué necesitan? ¿Cuáles son sus deseos? ¿Por qué son tan hostiles con los humanos? Antes de hablar sobre las técnicas de supervivencia, debes conocer aquello a lo que intentas sobrevivir.

Debemos empezar separando los hechos reales de la ficción. Los muertos andantes no son ni obra de la magia negra, ni tampoco de una fuerza sobrenatural.

Tienen su origen en un virus conocido como Solanum, palabra latina utilizada por Jan Vanderhaven, el primero en descubrir esta enfermedad.

SOLANUM: EL VIRUS

El Solanum funciona viajando dentro del sistema sanguíneo, desde el punto de entrada inicial hasta el cerebro. De un modo que aún no se ha llegado a comprender del todo, el virus usa las células del lóbulo frontal para la replicación y las destruye en el proceso. Durante este periodo, cesan todas las funciones del cuerpo. Cuando se para el corazón, se da por muerto al sujeto infectado. El cerebro, sin embargo, continúa vivo pero inactivo, mientras el virus muta las células y las convierte en un órgano completamente nuevo. La particularidad más decisiva de este nuevo órgano es su independencia del oxígeno. Si eliminamos la necesidad de este elemento tan importante, el cerebro de los no muertos puede utilizar, pero no depende de él en ninguna medida, el complejo mecanismo de apoyo del cuerpo humano. Una vez completada la mutación, este nuevo órgano reanima el cuerpo convirtiéndolo en una forma que guarda poco parecido (fisiológicamente hablando) con el cadáver original. Algunas de las funciones corporales continúan siendo constantes, otras operan de manera diferente y las restantes se inhabilitan para siempre. Este nuevo organismo es un zombi, un miembro de los muertos vivientes.

1. ORIGEN

Desgraciadamente, las investigaciones intensivas aún no han encontrado ningún ejemplo aislado de Solanum en la naturaleza. Los resultados obtenidos al analizar la tierra, el agua y el aire de todos los ecosistemas en todo el mundo, incluyendo la fauna y la flora, han sido negativos. Mientras escribo este libro, la investigación continúa.

2. SÍNTOMAS

La relación de horas que aparece a continuación esboza el proceso de conversión de un humano infectado (varias horas arriba o abajo, dependiendo de la persona):

Hora 1: Dolor y decoloración (marrón-morado) de la zona infectada. La herida se coagula inmediatamente (dado que la infección proviene de una herida).

Hora 5: Fiebre (37-39° C), convulsiones, demencia leve, vómitos, dolor intenso en las articulaciones.

Hora 8: Entumecimiento de las extremidades y del área infectada, aumento de la fiebre (39-41° C), aumento de la demencia, pérdida de la coordinación muscular.

Hora 11: Parálisis de la zona inferior del cuerpo, entumecimiento general, disminución de la frecuencia cardiaca.

Hora 16: Coma.

Hora 20: Parada cardiaca. Actividad cerebral nula.

Hora 23: Resurrección.

3. TRANSFERENCIA

El Solanum es cien por cien contagioso y cien por cien letal. Afortunadamente para la raza humana, el virus no se transmite ni por el agua ni por el aire. No se conoce ningún contagio del virus en humanos por medio de los elementos de la naturaleza. La infección sólo puede darse a través del contacto directo de fluidos. La mordedura de un zombi, a pesar de que es la forma de transferencia más conocida, no es, en absoluto, la única. Hay humanos que se han infectado por rozar una herida abierta contra otra de un zombi o al ser salpicados con sus restos después de una explosión. El desenlace que conlleva la ingesta de carne infectada (suponiendo que la persona no tenga ninguna llaga abierta en la boca), más que la infección, suele ser la muerte permanente. Se ha comprobado que la carne infectada es altamente tóxica.

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