Zombi: Guía de supervivencia (9 page)

BOOK: Zombi: Guía de supervivencia
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1. ARMADURA DE PLACAS DE ACERO

Podría definirse como la armadura clásica. El término en sí evoca imágenes de caballeros aparentemente invencibles vestidos de pies a cabeza de acero reluciente. Con tanta protección, ¿no sería uno capaz de deambular entre grupos de no muertos, provocándoles sin peligro o repercusión? En realidad, la armadura medieval estándar no es en absoluto invulnerable. Las partes de piel y metal que mantienen el numeroso número de piezas unidas pueden ser reventadas por las manos persistentes de un sujeto, sin mencionar si se trata de un grupo entero. Incluso intactos, los trajes de acero son pesados, incómodos, sofocantes, deshidratadores y ruidosos en extremo. Si es posible, estúdialos y ponte una armadura de verdad, y practica luchando al menos contra un atacante (simulado). Verás que en el mejor de los casos es una experiencia incómoda, intolerable en el peor. Ahora imagina a cinco, diez, cincuenta atacantes, todos acercándose hacia tu posición, aferrándose a las placas, lanzándolas en todas direcciones. Sin la velocidad para correr más que ellos o la agilidad para evitarlos, o siquiera la visibilidad para golpearles, casi seguro que terminarás convirtiéndote en comida en lata.

2. COTA DE MALLAS

Si vas vestido de la cabeza a los pies, este tipo de armadura más simple, en realidad, te aporta alguna protección de los mordiscos de los zombis. Los dientes son incapaces de penetrar entre sus eslabones, de modo que evita la infección. Su flexibilidad permite mayor movilidad y velocidad; el no cubrir la cara permite una mayor visibilidad. Su propia naturaleza (al contrario que las placas sólidas) permite que la piel traspire y por lo tanto evita la deshidratación y el sobrecalentamiento. Sin embargo, también tiene muchos inconvenientes. A menos que hayas entrenado con esta armadura durante años, tu eficacia en el combate se ve impedida. El peso, además, puede aumentar la extenuación. La incomodidad puede provocar una distracción no deseada, algo que debe evitarse en la batalla. Aunque la cota de malla puede protegerte de la infección, la presión de la mordedura de un zombi puede bastar para romperte los huesos, desgarrar los músculos o rasgar la carne por debajo de la cota. Al igual que la armadura, el tintineo de tantos eslabones señalará a cualquiera de los zombis cercanos que la presa ha llegado. A menos que quieras que noten tu presencia, olvídate de esta idea. Como nota práctica, si eliges la cota de malla, ¡asegúrate de que tiene la calidad suficiente para utilizarla en la batalla! Muchas de las armaduras medievales o antiguas que se fabrican en la actualidad se destinan a la decoración y como vestuario en espectáculos. Por este motivo, las más baratas permiten su uso en los espectáculos. Cuando adquieras una cota de malla, asegúrate siempre, mediante inspección y un examen cuidadoso, de que son resistentes a la mordedura de un zombi.

3. TRAJE DE COTA DE MALLA ANTITIBURONES

Aunque se diseñaron para proteger de las mordeduras de los tiburones, este bodi de malla puede aguantar la dentadura de zombi ma s dura. Hecho de acero o titan io de alta resistencia, procura el doble de protección que la cota de malla con la mitad de peso. El ruido, sin embargo, sigue siendo un factor a tener en cuenta, así como l a incomodidad y la disminución de velocidad y agilidad. Los trajes antitiburones pueden ser útiles si se cazan zombis debajo del agua. (Véase «Batallas submarinas», pp. 1X4-193.)

4. CASCOS

Este tipo de armadura resultaría de inestimable valor para los gules, sólo si supiesen lo suficiente para ponérselos. Para los humanos, no tienen ningún propósito más que dificultar la visibilidad. A menos que luches en una zona en obras donde el casco es indispensable, evita esta pérdida de espacio incómoda.

5. CHALECO ANTIBALAS

Casi todos los mordiscos durante el combate con un zombi se producen en las extremidades, de modo que estas otras armaduras para el torso son una pérdida de tiempo absoluto. Uno debe considerar el chaleco de balas sólo en una situación caótica en la que existe la posibilidad de ser disparado por tu propia gente.

Incluso en esta situación, el francotirador que te confunda con un zombi probablemente intentará darte un tiro en la cabeza.

6. PROTECTORES DE KEVLAR

Hace pocos años, las fuerzas de la ley empezaron a equipar a los oficiales con este material ligero y extremadamente fuerte. Cuanto más grueso es, más duras son las placas que se usan en los chalecos para parar las balas; una versión más fina y más flexible se emplea, por ejemplo, para parar cuchillos o al perro guardián de turno. Esta nueva versión, si cubre la zona inferior de las piernas y el antebrazo, puede ayudar a reducir el riesgo de recibir una mordedura de zombi en combates en espacios reducidos. Si adquieres protectores de kevlar, asegúrate de llevarlos sólo durante la batalla, y ¡no dejes que por ponértelos se apodere de ti una falsa valentía que no posees! En el pasado, muchos humanos creyeron que el kevlar u otro tipo de armaduras para el cuerpo les daban carta blanca para tomar riesgos innecesarios. No hay ninguna armadura en el mundo que pueda proteger a un humano de esta clase de estupidez. Como afirmamos antes, tu objetivo es sobrevivir, única y exclusivamente sobrevivir, y nunca ser un héroe. La fanfarria en el combate es la forma más segura de ponerte en peligro a ti y a aquellos que te acompañen.

7. ROPAS AJUSTADAS Y PELO CORTO

Personajes fríos y duros demostraron que cuando luchas contra los muertos vivientes, nada ha salvado mejor a las víctimas que la ropa sencilla, ajustada y el pelo muy corto. Hay una cosa simple, y es que los gules atacan intentando agarrar a las víctimas, tirando de ellos y mordiéndoles después. La lógica nos dicta que cuanto menos material ofrezca una persona para que lo aferren, mayores serán sus posibilidades de sobrevivir. La ropa holgada, con bolsillos, correas o cualquier cosa que cuelgue libremente, será un mango al alcance de las garras de los zombis. Cualquiera que haya trabajado en fábricas o con algún tipo de maquinaria pesada te dirá la importancia que tiene no llevar nunca algo que cuelgue. La ropa ajustada, obviamente dentro de los límites de la comodidad, ayuda a eliminar este peligro. El pelo puede suponer una amenaza similar. En muchas ocasiones, han capturado a las víctimas e incluso las han arrastrado del pelo llevándolas a un final truculento. Recogerte el pelo antes de un conflicto podría servir temporalmente. Sin embargo, un corte de pelo corto, de dos centímetros o más corto, es ideal para el combate cuerpo a cuerpo.

DEFENDIENDO

La historia de Yahya Bey, un inmigrante turco del Reino Unido, describe un ataque en su pueblo natal, Oltu. Según Bey, un enjambre de zombis descendió desde las colinas más cercanas en mitad de la noche. Los que no fueron devorados, huyeron a sus casas, a la mezquita y a la comisaría del pueblo. A algunos les venció el pánico al entrar en este último lugar mientras que un incendio accidental mataba a todo el que había dentro. Mucha gente, a falta de tiempo y materiales para parapetarse tras todas las puertas y ventanas, fueron invadidos por los no muertos. Otros muchos que sufrieron mordeduras, buscaron refugio en la casa del médico del pueblo. Mientras el doctor intentaba ocuparse de los pacientes, estos murieron y a continuación resucitaron. Bey, un niño de seis años, se las ingenió para subir al tejado de su casa. Se quedó allí la mayor parte de la noche y, luego, cuando empezó a amanecer, fue de tejado en tejado hasta que llegó a campo abierto. Aunque nadie de los pueblos vecinos creyó su historia, enviaron un pelotón de búsqueda para buscar a los merodeadores. Este grupo encontró un Oltu en ruinas, todos los edificios estaban quemados, destrozados o destruidos. Los cadáveres a medio comer ensuciaban las calles desiertas. Rastrearon huellas, lo suficiente para determinar que se trataba de un grupo bastante numeroso, siguieron una pista de pisadas cada vez más escasas pero más rápidas hacia las montañas. Ningún grupo fue descubierto nunca. ¿Cuál es la protección perfecta contra los no muertos? Con sinceridad, no hay ninguna. La defensa no es tan simple como la seguridad física. Suponiendo que te las arregles para encontrar, construir o modificar una estructura donde guarecerte acorralado de las amenazas externas, ¿qué harás entonces? Los zombis no se van y punto. No se sabe cuánto tardarían en rescatarte ¿Cómo sobrevivirías? El hambre, la sed, las dolencias y muchos otros factores se han llevado tantas vidas como los muertos andantes. El asedio, la forma a la que nuestros antepasados se enfrentaban cuando sus castillos y pueblos eran rodeados por el enemigo, es a lo que te enfrentarás cuando los muertos caminen de nuevo. La seguridad física es sólo una parte de la ecuación. Para estar completamente preparado, debes tener unos conocimientos de trabajo para la supervivencia estacionaria. En un mundo interdependiente, este arte se olvidó hace tiempo. Mira alrededor de tu casa. ¿Cuántas cosas se han fabricado a diez, quince, incluso a cientos de kilómetros de tu casa? Nuestro modo de vida, particularmente como miembros de la nación industrializada más rica del mundo, requiere un entramado delicado de transporte y comunicación para subsistir. Haz desaparecer ese entramado y quedamos reducidos a un estándar de vida reminiscente de la Europa Medieval. Aquellos que comprenden esto y se preparan para una existencia como esa tienen más posibilidades de sobrevivir. Esta sección muestra cómo crear una fortaleza y cómo vivir dentro de sus límites.

LA RESIDENCIA PRIVADA (DEFENDER TU CASA)

Para los conflictos de clase 1, los hogares de la mayoría de la gente aportan la protección adecuada. No hay necesidad de escapar de la Ciudad o el pueblo en cuanto oyes que los muertos han resucitado. De hecho, esto es bastante desalentador. En las primeras horas de un ataque zombi, la mayor parte de la población intentará escapar desesperadamente. Las carreteras se convertirán en una masa de vehículos parados y gente aterrorizada, una situación que está cargada de posibilidades de violencia. Hasta que los vivos destruyan a los muertos, o los muertos invadan a los vivos, intentar huir sólo añadirá más cuerpos a la anarquía. Así que carga tus armas, prepárate para pelear, pero sigue donde estés, sigue seguro, sigue alerta. ¿Y qué mejor lugar para hacerlo que en la comodidad de tu propia casa?

1. PREPARACIÓN. PARTE I: LA CASA

Antes de que los muertos se levanten, antes de que el caos y la carnicería comiencen, algunos propietarios pensarán que ellos están más protegidos que sus vecinos. Aunque ninguna casa se ha construido nunca con el propósito de defenderse de los zombis, existen varios diseños que han demostrado ser, de manera admirable, seguros. Si tu casa no está estructuralmente preparada para un ataque zombi, pueden emplearse varias medidas para fortificarla.

A. EXCEPCIONES

Las casas elevadas, como las que se ven en playas y a lo largo de ríos y en otras zonas elevadas al nivel del agua, se construyeron así principalmente para evitar ser arrastradas por las inundaciones. Sólo su altura impide un ataque convencional. Las puertas y ventanas pueden dejarse abiertas y sin entablar. La entrada principal y una o dos escaleras exteriores podrían ser bloqueadas mediante barreras o incluso destruirlas cuando la alarma sonara, Seguro en esta plataforma levantada, el tiempo de supervivencia podría determinarse únicamente por la cantidad de provisiones que el propietario tuviera almacenadas.

Existe otra vivienda de gran protección que fue construida para combatir una fuerza tan persistente y tan mortal como un ejército de no muertos: las casas a prueba de tornados, que en la actualidad se están construyendo en el corazón de Estados Unidos y están diseñadas para resistir ciclones leves o moderados. Su disposición consiste en muros de cemento armado, puertas de acero reforzado y persianas de acero ocultas con esmero tras cortinas normales. Estos domicilios podrían soportar brotes tanto de clase 1 como de clase 2.

B. MODIFICACIONES EN LAS CASAS.

Asegurar una casa contra los no muertos se parece a asegurarla de los vivos. Una diferencia es la popular alarma antirrobo. Muchos de nosotros dormimos más tranquilos por la noche porque nuestras alarmas están activadas y funcionan. Pero ¿qué hace este aparato además de enviar una señal a una fuerza de seguridad privada o de policía? ¿Y si estas fuerzas no llegan? ¿Y si están ocupados con otras batallas? ¿Y si les han ordenado proteger zonas consideradas más importantes? ¿Y si ya no existen y han desaparecido dentro de los estómagos de los gules? En estos casos es cuando se requieren medios directos de defensa.

Las barras de seguridad en puertas y ventanas pararán a un grupo de zombis durante un periodo de tiempo limitado. La experiencia ha probado que sólo tres muertos andantes pueden echarlas abajo en menos de veinticuatro horas.

El vidrio templado de seguridad evita que entren rompiéndolo, pero se puede sacar su hoja a la fuerza. Se puede fijar con facilidad instalando marcos de cemento armado y acero. Sin embargo, el dinero que te costaría reemplazar cada ventana en una casa normal podría y debería gastarse en comprar o construir una de las dos casas de las que hemos hablado antes: las elevadas y las que son a prueba de tornados.

Una buena alambrada de tela metálica de tres metros de altura puede aguantar docenas de zombis durante semanas, incluso meses, suponiendo que su número permanezca dentro de la clase 1. Un muro de hormigón de tres metros de altura, reforzado con barras de acero y unido con cemento armado, es la barrera más segura tanto para brotes de clase 1 como de clase 2. Las leyes de la zona puede que prohíban un muro tan alto, pero no lo descartes. (Consúltalo con la junta de tu ciudad.) Aunque se sabe que los zombis (en raras ocasiones) pueden elevarse sobre obstáculos de una altura de dos metros, esto no ha ocurrido en masa. Varias personas (bien armadas y con buena comunicación) pueden mantener un muro de dos metros de altura (no fácilmente, pero CON seguridad) tanto tiempo como resista el grupo.

La puerta debe ser de acero o de hierro forjado, sólida a ser posible. Debe abrirse hacia un lado, no hacia fuera y hacia adentro. Reforzarla es tan simple como aparcar tu coche contra ella. Los motores eléctricos hacen más fácil la apertura pero te dejarían atrapado en un apagón o una avería.

Como comentamos antes, un muro de cemento armado de tres metros sólo aportaría una protección adecuada en los brotes de clase 1 y de clase 2. En los brotes de clase 3, un número suficiente de zombis puede, y lo hará, escalar subiéndose los unos sobre los otros hasta formar una rampa de no muertos por encima de tu muro.

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