Zombi: Guía de supervivencia (15 page)

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1. BOSQUES TEMPLADOS

La densidad de muchos árboles altos aumenta la ocultación. El ruido de animales, o su ausencia, puede alerta de peligros inminentes. La tierra blanda servirá para amortiguar tus pasos. Ocasionalmente fuente de alimentos naturales (nueces, frutas, pescado, caza, etc.) complementaran y ampliaran tus raciones empaquetadas. Dormir en las ramas de un gran árbol le permitirá un descanso nocturno seguro. Una irritante desventaja viene de la cubierta de arriba. Si escuchas un helicóptero sobrevolando, no serás capaz de lanzar una señal rápidamente. Incluso si la tripulación te ve, necesitaran una gran área despejada para aterrizar. Puede ser frustrante escuchar pero ser incapaz de ver una posible salvación volando encima de tu cabeza.

2. LLANURAS

Amplios espacios abiertos permite a los zombies ver a grandes distancias. Si es posible, evítalos. Si no, esté siempre alerta con los no muertos. Asegúrate de verlos antes de que ellos te vean. Lánzate al suelo inmediatamente. Espera a que pasen. Si es necesario moverse, arrástrese. No te levantes hasta que se haya despejado la zona de peligroso.

3. CAMPOS

Para la ocultación, nada mejor que cultivos altos. La pregunta es: ¿Funciona como una ventaja para ti o para los zombies? El ruido será un factor crítico. Paseándote a través de cultivos secos crearás suficiente ruido como para atraer zombies de muy lejos. Incluso estando verdes, atravesándolos lentamente, escucha atentamente, y estate listo para un combate cercano en cualquier momento.

4. COLINAS

Viajar por terrenos con ondulaciones limitará tu visibilidad. Si es posible, evita los terrenos altos. Ve por los valles. Vigila las cimas de las colinas que haya alrededor por si un zombi inesperado pudiera verte. Los terrenos altos pueden ser útiles para orientarte, confirmar tu ruta y confirmar la localización de los zombis de la zona. Acércate a los terrenos altos con extrema precaución. Viaja agachado, sobre tu estómago, con los ojos preparados para avistar una figura encorvada y los oídos alerta para ese gemido característico.

5. PANTANOS

Si es posible, evita cuanto puedas los terrenos húmedos. El ruido del chapoteo del agua impide cualquier posibilidad de ser sigiloso. La fauna venenosa y depredadora supone la misma amenaza que los zombis. El barro blando te impedirá que avances, especialmente si llevas una mochila pesada. Quédate siempre en terreno firme y seco. Si es necesario, camina sólo a través de las aguas menos profundas. Vigila las ondas o cualquier movimiento bajo la superficie. Un zombi podría haberse hundido en el barro blando y haberse quedado atrapado por debajo del nivel del agua. Observa con atención las pisadas y los cadáveres de animales. Al igual que en los bosques, escucha la fauna. Su presencia física también actuará como mecanismo alerta previa. Cientos de animales diferentes y especies de pájaros viven en este ecosistema. La sola amenaza de depredadores grandes sería suficiente para acallarlos a todos. Si te encuentras en mitad de un pantano y de repente no oyes absolutamente nada, sabrás que los no muertos se acercan.

6. TUNDRA

El entorno subártico es el lugar más amable con el hombre de la Tierra. Las largas noches de invierno son seguras para viajar, porque las temperaturas extremadamente bajas congelan a los zombis al momento. Las largas jornadas de verano hacen que los humanos, que dependemos del sentido de la vista, nos pongamos a la misma altura que nuestros perseguidores con omnisentidos, los no muertos. Esto nos permite emplear más tiempo en el viaje. De manera irónica, el crepúsculo subártico también ha demostrado ser de ayuda para poder dormir de manera más profunda y relajada. Los refugiados que duermen por la noche han contado en muchas ocasiones la habilidad que hay que poseer para descansar realmente sin temer que una multitud pútrida les ataque desde la oscuridad.

7. DESIERTO

Detrás, de las zonas urbanas, las zonas cálidas y áridas pueden ser los sitios más peligrosos de la Tierra. Incluso sin la amenaza de zombis, la deshidratación o la insolación pueden matar a un hombre sano en varias horas. El mejor modo de evitar estas regiones letales es, obviamente, viajar de noche. Desafortunadamente, esto será imposible, porque desplazarse de noche es altamente desalentador durante un brote. El viaje ocupará tres horas después del amanecer y tres horas antes de que anochezca.

Debemos pasar las horas del día más soleadas y cálidas quietos y protegiéndonos del sol. Usa las horas de total oscuridad para descansar. Esto ralentizará tu travesía pero reduce enormemente el riesgo de ataque. En este terreno más que en cualquier otro, asegúrate de que llevas suficiente agua para el largo viaje o de que sabes exactamente dónde conseguirla. Si puedes, evita completamente los desiertos. Nunca olvides que este entorno puede matarte tan fácilmente como cualquier muerto andante.

8. CIUDAD

Como hemos dicho anteriormente, las zonas con alta densidad de población deberían evitarse por todos los medios cuando te desplazas. Dentro de sus límites será un remolino de caos incalificable. ¿Te imaginas a un gran número de personas, pongamos medio millón, haciendo lo que ven más conveniente en una ciudad sin agua corriente, electricidad, teléfonos, reparto de comida, atención médica, recogida de basura, control de incendios o fuerzas del estado? Ahora añádele miles de criaturas humanoides carnívoras rondando por las calles ensangrentadas. Imagina medio millón de seres humanos asustados, frenéticos, frustrados, luchando por sus vidas. Posiblemente no exista un campo de batalla convencional, ni disturbios, ni un ataque normal dentro del orden social que pueda prepararte para la pesadilla que supone una ciudad sitiada por los muertos vivientes. Si debes olvidar todo sentido común y viajar a través de una zona urbana, las siguientes reglas mejorarán (ya que no garantizarán de ninguna manera) tus posibilidades de sobrevivir:

A. ¡CONOCE LA ZONA!

Esta regla nos obliga a reiterarnos, porque en ningún lugar mejor que en las zonas urbanas resulta tan vital. ¿Cómo de grande es la ciudad en la que entras? ¿Cómo de anchas son sus carreteras? ¿Dónde se encuentran los cuellos de botella, como puentes o túneles? ¿Dónde hay callejones sin salida y callejas? ¿Hay fábricas, plantas químicas u otros lugares que almacenen materiales peligrosos? ¿Dónde se encuentran las construcciones que pueden suponer un obstáculo? ¿Hay apartamentos, zonas abiertas como campos de juego y parques que puedan reducir el tiempo del viaje? ¿Dónde están los hospitales, las comisarías, las iglesias y cualquier otro edificio adonde los zombis se puedan sentir atraídos por humanos que se esconden? Un mapa de la ciudad sería esencial y una guía adicional incluso mejor, pero el conocimiento de primera mano es el mejor.

B. NUNCA USES VEHÍCULOS DE CUATRO RUEDAS

Las probabilidades de encontrar una calle con el paso abierto de un extremo de la ciudad al otro son prácticamente inexistentes. A menos que tengas acceso a información actualizada de manera constante sobre cada carretera, ni siquiera te plantees intentar encontrar una con tu coche, camión o todo terreno. Una motocicleta te permitirá bordear las carreteras bloqueadas. Sin embargo, el ruido cancela esta ventaja. Viajar a pie o en bicicleta le ofrece la ventaja de la velocidad, el sigilo y la versatilidad en este laberinto de hormigón.

C. UTILIZA LAS AUTOPISTAS

Si el brote ha pasado de la batalla activa a la infestación total, la carretera más segura será la autopista. Desde los años 50, se han construido autopistas entre todas las ciudades medianas y grandes de Estados Unidos. El diseño suele ser recto, disminuyendo la duración del viaje. Largas secciones están delineadas con alambradas altas o suspendidas por encima del suelo, lo que hace casi imposible que te alcancen los gules. Si logran encontrar una entrada o rompen las alambradas, todavía tendrás la rapidez para marcharte conduciendo (en bicicleta o motocicleta) o simplemente corriendo. De nuevo, los vehículos de cuatro ruedas no son una opción, porque no cabe duda de que todas las autopistas estarán bloqueadas por vehículos parados. Muchos de ellos contendrán zombis: humanos a quienes mordieron y que intentaban huir de la ciudad, pero que acabaron sucumbiendo a sus heridas y resucitando mientras aún tenían el cinturón de seguridad puesto en sus asientos. Examina cada vehículo antes de acercarte y ten cuidado con los que tienen las ventanas abiertas o rotas. Ten el machete en la mano por si aparece de repente una mano que se aterra a ti. Sé extremadamente cauteloso cuando uses armas de fuego, silenciadas o de otra forma. Recuerda que estás caminando por un campo de minas de tanques de gasolina llenos o a medio llenar. Una bala descarriada o una simple chispa y los muertos vivientes serán el menor de tus problemas.

D. PERMANECE SOBRE EL SUELO

Las bocas de tormenta, el metro, las alcantarillas y otro tipo de estructuras por debajo del suelo pueden protegerte de las hordas que hay encima. Sin embargo, al igual que en las autopistas, corres el riesgo de que te arrinconen zombis que acechaban la zona. A diferencia de las autopistas, no tienes el lujo de saltar por encima de un muro o saltar desde un viaducto. Si hay confrontación puede que no haya lugar adonde correr. Viajar por debajo del suelo también asegura la oscuridad continua y podrían atacarte en cualquier momento. La acústica de la mayoría de los túneles es mucho mejor que la que encuentras por encima del nivel del suelo.

Aunque esto no permite a los zombis determinar tu posición exacta, producirá una reacción en cadena a través de los pasajes subterráneos. A menos que seas un experto conocedor del sistema (a menos que hayas ayudado a diseñarlo, a construirlo o a mantenerlo) ni siquiera te acerques a estos lugares.

E. VIGILA EL FUEGO AMIGO

Incluso si una ciudad o parte de ella ha sido declarada «invadida» (completamente tomada por zombis), todavía puede haber focos de humanidad. Sin duda, estos supervivientes primero dispararán y, a continuación, identificarán a sus atacantes. Para evitar el fuego amigo, estate atento a las aglomeraciones de zombis. Esto podría indicarte que aún no ha terminado la batalla. Atención también a los montones de cuerpos muertos. Podrían señalar la zona de disparo de un francotirador desde una fortaleza cercana, escucha los disparos, intenta determinar su localización y dales un amplio margen. Mira y escucha otras señales tales como el humo, las luces en las ventanas, las voces de humanos o el sonido de maquinaria. De nuevo, vigila los cuerpos. Montones de cadáveres, especialmente aquellos que miran hacia una dirección concreta, denotan que los no muertos intentaron por una razón en especial alcanzar un objetivo. El hecho de que mueran en el mismo lugar puede significar que un francotirador bien entrenado les disparó uno a uno desde una distancia fijada. Si sientes que estás cerca de los humanos, no intentes comunicarte con ellos. Hacer ruidos para que te reconozcan o gritar «¡No dispares!» por el camino atraería únicamente a los no muertos.

F. ENTRA AL AMANECER Y SAL AL ANOCHECER

A menos que la ciudad sea demasiado grande para atravesarla de día, nunca te pares o descanses dentro de sus límites. Como se ha dicho antes, los riesgos que se sufren viajando de noche por los campos se multiplican por cien en una ciudad. Si entras en una ciudad con sólo unas horas de luz, retírate de vuelta al campo. Si te encuentras cerca de los límites de una ciudad a pocos minutos de la puesta del sol, sigue avanzando hasta que estés seguro antes de parar a acampar. Es la única ocasión en que viajar de noche puede aceptarse. El campo durante la noche siempre es más seguro (relativamente) que la ciudad durante las horas de más luz.

G. DUERME CON UNA VÍA DE ESCAPE

Algunas ciudades pueden ser logísticamente imposibles de cruzar en un día. En especial ahora, con la extensión y la función de relleno de las ciudades (el desarrollo de terreno entre dos cascos urbanos), se hace más complicado definir los límites de una ciudad. En estos casos, será necesario encontrar un lugar adecuado para dormir o, al menos, descansar para el día siguiente. Busca edificios, preferiblemente de cuatro plantas como máximo, situados cerca (pero sin tocarse) uno de otro. Un edificio con azotea y con una sola entrada es el mejor refugio temporal. Primero, asegúrate de que puedes saltar de forma segura desde una azotea a otra. Segundo, sella la puerta de tu azotea. Si es imposible, haz una barrera con objetos que hagan el mayor ruido posible en caso de romperse. Tercero, ten siempre un plan de escape a largo plazo y otro a corto plazo. Si los zombis entran en la azotea, tienes el tiempo justo de despertarte y saltar a la azotea siguiente, posiblemente a la que sigue a esta y finalmente hacerlo a la calle. ¿Y entonces qué? Sin un plan de escape a largo plazo, lo único que habrás hecho es saltar al consabido fuego.

MEDIOS DE TRANSPORTE ALTERNATIVOS

1. POR AIRE

Las estadísticas han mostrado que volar es el modo más seguro de viajar. Cuando escapas de un área infestada, esto no puede ser más cierto. El tiempo de ruta se reduce a minutos. El terreno y otras barreras físicas se convierten en insignificantes. La necesidad de alimento, provisiones, prácticamente todas las lecciones de este capítulo, se desvanecen cuando vuelas alto muy por encima de las cabezas de una plaga de gules. Sin embargo, Viajar por aire tiene sus inconvenientes. Dependiendo del tipo de aparato de vuelo y de las condiciones en cuestión, estas desventajas pueden anular cualquier beneficio de desplazarse por el aire.

A. APARATO DE VUELO DE ALA FIJA

Para la velocidad y la accesibilidad, nada supera al avión estándar, si asumimos que al menos una persona de tu grupo sabe pilotar uno. La gasolina puede ser, literalmente, una cuestión de vida o muerte. Si el viaje requiere una parada para repostar, asegúrate de que sabes su localización exacta y puedes garantizar un aterrizaje seguro. En las primeras etapas de los brotes, muchos particulares cogieron sus aviones privados sin saber en absoluto a donde se dirigían. Muchos se estrellaron mientras otros intentaban repostar en áreas infestadas. En un caso, un ex piloto acrobático dirigió el avión hacia una zona fuera de peligro, se le acabó el combustible e intentó salvarse saltando en paracaídas. Para cuando tocó tierra, todos los zombis a dieciséis kilómetros a la redonda habían visto estrellarse el avión y se iban acercando lentamente a su posición. (El resultado fue contado por otro piloto.) Los hidroaviones anulan este peligro potencial (siempre que permanezcas sobre el agua). Sin embargo, un aterrizaje forzoso en mitad de un lago o de un océano puede ponerte a salvo de los gules pero no de la naturaleza. Lee los relatos sobre pilotos de la Segunda Guerra Mundial que pasaron semanas en botes salvavidas después de ser derribados y puede que quieras pensártelo dos veces antes de subir en tu pájaro anfibio.

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