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Authors: Adolfo Bioy Casares

Tags: #Otros, #Biografía, #Memorias

Descanso de caminantes (40 page)

BOOK: Descanso de caminantes
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Discípulo
.

Extraño efecto, mientras yo le explico

su cara se transforma en la de un mico
.

Obra maestra
. Libro cuyas torpezas olvidamos porque sus aciertos nos dejaron un buen recuerdo y porque tenemos en menos a muchos libros famosos y algo hay que admirar.

Sueño
. En el sueño yo frecuentaba, como lo hago en la vigilia, la librería Fray Mocho, que estaba en Córdoba, entre Talcahuano y Uruguay y realmente está en Sarmiento entre Callao y Riobamba. En el sueño, la librería era más grande y más desordenada.

Yo me sentaba a conversar como siempre con Leticia y Miguel, en el fondo, cerca de la pared de la derecha. En una zona espaciosa y un poco oscura, entre mis amigos y la pared de la izquierda, había tres caballos sueltos; mejor dicho, tres petizos zainos, no más grandes que un perro. Ustedes los conocen: de esos que ha logrado un estanciero de la provincia de Buenos Aires, de apellido italiano. En un día ulterior, pero en el mismo sueño, al cruzar la plaza Lavalle, encontré a los zainitos pastando en los canteros. Al verme, se pusieron detrás de mí, me siguieron cuando crucé Talcahuano y entraron conmigo en la librería. «Digan después —comenté con Leticia— que los animales no ponen atención y no tienen memoria. Estos caballitos no sólo me reconocieron; recordaban que venía a la librería». Leticia, Miguel y Marcos, el peruano, no me hacían caso; seguían hablando del nuevo gerente de planeta, que sabía mucho de economía, pero que de librería no sabe nada. Quiere que le paguen al contado los libros del servicio de novedades. Etcétera.

Buen viaje
.

¡Levanta amarras el
De mal en peor!

¡Pasajeros a bordo, por favor
!

Sueño en que soy casi espectador
. Unos amigos, padres de un chico y una chica, tienen un cuartito portátil, para meterlos cuando se portan mal o no estudian. El chico trae malas notas. Lo meten en el cuartito, cierran la puerta y oigo un disparo de arma de aire comprimido. Abren la puerta y sacan al chico, Tiene en la frente un palito con una especie de sopapa de goma en la punta, que se adhiere con ventosa. El chico está muerto. Los padres, que no parecen preocupados, viajan conmigo a Europa. Llevan a la chica y también el cuartito. En París, la chica se porta mal. Me anuncian que la van a meter en el cuartito. Yo les hago ver que van a matarla. No me escuchan.

«Es hombre de vastos recursos…» (la mujer abre los ojos) «…lexicográficos» (la mujer cierra los ojos).

Renuncia a morir
. Nos sacan del cine antes de que la función concluya.

Cuando supe que según Maquiavelo a la gente le duele más perder una propiedad que un ser querido, me dije enojado: «¿A qué gente? No a nosotros». Reflexioné, pasé revista mental a pérdidas de propiedades y de seres queridos y de pronto tuve una revelación: nos importó más el testamento de mi abuela
[19]
, que mi abuela.

Olor a
pachulí
(¿pachoulí?), decían con ligero disgusto mis padres y sus contemporáneos. Me pregunto si sería un perfume barato, poco prestigioso. Consulto a Abad de Santillán. No me equivocaba en la hipótesis.

Santoral
. ¡
Un santo, un santo
! San Anselmo. Italiano. Obispo de Canterbury. Desarrolló la ciencia de Dios mediante el método filosófico.
[20]
Murió en 1109.

Para el
Diccionario
. Verbo
rotundizar
que, según Pezzoni (hombre atinado, por lo general), puede usarse, aunque todavía no tenga el imprimatur académico.

Satisfacciones de una madre
. Transida de júbilo, soñó que se bañaba en el mar. Despertó empapada en la orina de su hija menor, que subrepticiamente se le había metido en la cama.

Baquet, presidente del club Francés, me dijo que su familia es oriunda de una aldea de los Pirineos, cercana a Luchon, de la que tradicionalmente son los alcaldes, por lo que se dice: «
Les Baquets sont maires de père en fils
», lo que significa
Los Baquets son alcaldes de padre en hijo
, pero que suena como «
Los Baquets son madres de padre en hijo
».

Fin de Fausto
. Diciendo «No quiero irme hasta que termine la función», consiguió que le renovaran tantas veces la juventud, que llegó vivo al fin del mundo. Aquello fue de veras terrorífico y entonces alguien le oyó quejarse por no haber muerto en su cama, en su casa, rodeado de su familia y con la seguridad de un orden que venía de épocas anteriores y que iba a seguir después.

Uno me dijo no deber nada a sus hijos porque les había dado (toqueteando a su mujer, ahí presente) el Milagro de la Vida.

Apuntes de hospital
.

—Dan la mejor atención médica. Algo que el paciente aceptará porque se lo dicen, aunque no tenga criterio para apreciado, tal vez hasta que sea demasiado tarde. Lo que sí podrá apreciar en seguida es que el lugar es inhóspito, el trato jerárquico (él está en situación de esclavo) y la comida dudosamente comestible.

—Hay que desconfiar de los personajes rodeados por un prestigio especial y que alegan una vocación: sacerdotes, maestros, enfermeras, médicos, madres
anche
: hay entre ellos mucho embaucador.

—Unidad coronaria. Ponen al paciente bajo la lupa del cuidado médico. A los médicos no les molesta que ante sus ojos, o cerca de sus orejas, la gente defeque, tosa, vomite, se queje, ronque agónicamente y muera. Al pobre diablo que por cuidados médicos alejan de la muerte, lo arriman por ese vecindario aterrador. ¿O quieren los médicos que siquiera en nuestras últimas horas de vida adquiramos la indiferencia al dolor, etcétera, que los vuelve a ellos tan superiores?

—No se aceptan visitas, para que las conversaciones no molesten. Las conversaciones de médicos, enfermeras, personal de limpieza, no molestan. Los portazos, tampoco. Luz eléctrica encendida de pronto, menos aún.

—El humo del cigarrillo de los médicos no perjudica la salud de nadie.

—Consiste el médico en un guardapolvo blanco, un estetoscopio y una jerga.

—El paciente está al servicio de la comunidad. Su cuerpo, mientras vive, es un mapa que el médico exhibe a sus alumnos; ya muerto, el paciente se multiplicará en piezas de repuesto, que provocarán el rechazo y la muerte de otros infelices.

—Vamos hacia la proletarización de la medicina, sin beneficio alguno para los proletarios.

Santoral
. Santo Domingo de la Calzada. Dedicó su vida al servicio de los peregrinos que se encaminaban a Santiago de Compostela. Construyó una calzada en una de las regiones más agrestes, por donde iban los romeros (peregrinos que van a santuarios, con bordón y esclavina) y, ayudado por los vecinos, construyó un puente sobre el río Oja. Murió el 12 de mayo de 1109, nonagenario. Por su fama de santidad se le atribuyeron infinidad de milagros «siendo el más conocido el del gallo y de la gallina que, al mostrarse llenos de vida, aunque ya aderezados para la cena del juez, sirvieron de prueba, por intermedio del santo, de la inocencia de un joven recién ahorcado, pero que aún respiraba, quien así salvó la vida» (Extractado del santoral de
La Prensa
, 12/5/85; lo que va entre comillas es transcripción
verbatim
).

En casa de la señora trabajaban dos hermanas, la una de cocinera, la otra de mucama. Un día anunciaron que iban a retirarse. La señora les mejoró el sueldo. Un tiempo después, insistieron. Ella consultó con su marido, quien estuvo de acuerdo en darles un nuevo aumento, pero agregó: «No es bastante. No vamos a encontrar otras muchachas tan buenas» y compró un aparato de televisión, que les puso en el cuarto. Así continuó la relación entre esas empleadas, que de tanto en tanto manifestaban el deseo de irse, y ese matrimonio que las retenía con aumentos de sueldos y otras atenciones, hasta la noche en que las muchachas huyeron de la casa, dejando una cariñosa carta de despedida, con la dirección donde podrían encontrarlas si algo faltaba en la casa.

Mientras declaro a un periodista que recuerdo a mi colegio, el Instituto Libre, como una cárcel y a muchos de mis profesores como sádicos de notable mediocridad intelectual, me nombran presidente honorario de una sociedad de ex alumnos del Instituto Libre.

Me cuenta mi secretario que su marido escribió un artículo acerca de la cuestión del Beagle, cuya publicación propuso a un Ruiz Moreno, que dirige una revista de asuntos de Derecho Internacional. A pocos días de aceptarlo, Ruiz Moreno llamó a Horacio, porque «tenía que hablarlo». Horacio fue a la entrevista, convencido de que tendría que oír alguna explicación de por qué el artículo no aparecía. Con alguna sorpresa y bastante alivio oyó esta frase:

—Me encantaría, y te agradecería muchísimo, que en algún párrafo de tu artículo citaras a mi padre.

Satisfizo el pedido, no sin trabajo, porque no sabía dónde meter alguna cita de Isidoro Ruiz Moreno.

Días después fueron a una conferencia sobre
Bermejo y el pensamiento de Alberdi
. Entre los académicos presentes estaba Isidoro Ruiz Moreno, única autoridad que citó el conferencista.

Mi secretaria se informó de que para este viejo las citas son como el alimento endovenoso que da por gotas a los enfermos.

Mi amigo Ayala escribe un artículo sobre las perplejidades del reconocimiento póstumo. Señala que Cortázar lo tiene, sin haberlo buscado. No así, Mallea y Murena. Que Cortázar lo tenga no me asombra. Fue un verdadero escritor. Escribía agradablemente, con inteligencia, con encanto y, por si esto no bastara, cuenta con el apoyo de la izquierda política. Que Mallea y que Murena estén olvidados no me extraña tampoco. Fueron personas agradables, pero escritores torpes, «negados» diría. ¿Por qué no estando ellos para tener en cuenta, la gente va a leerlos? Otro tanto pasa con Larreta y un día pasará con Marechal, cuando no haya razones peronistas para admirarlo, y con un Alberto y un Ernesto y el aburridísimo Molinari, ¿mostrará devotos la posteridad?

La proliferación de homosexuales vuelve incómoda la amistad entre los hombres y pondrá dificultades a quienes pretendan contar la historia de dos amigos en novelas, en comedias o en películas. ¿Ya se examinó con suspicacia psicoanalítica a Virgilio y Dante, a Quijote y Sancho, a Martín Fierro y al sargento Cruz, a Sherlock Colmes y al doctor Watson, a Johnson y Boswell, a Kim y su gurú, al Gordo y al Flaco y también (¿por qué no?) a los tres mosqueteros, que fueron cuatro?

26 mayo 1985
. En
Estampas de tango
de Francisco García Jiménez Elía leo con algún orgullo que en la docena de bataclanas que en 1930 llegaron en gira hasta París, estuvo Haydée Bozán.

¿Una conversación franca sobre mala literatura? Eso es abrir la Caja de Pandora. Para señalar algo en que todo el mundo está de acuerdo —por ejemplo, que no pocos best-sellers americanos son mala literatura— no es necesario coraje ni revelación puede servir de mucho; pero si el tema es la mala literatura habría que señalar lo que pasa por excelente y no lo es. En la categoría caben libros de Gracián, de Joyce, de Ezra Pound, de tantos otros buenos escritores, de no pocos amigos.

Me contó Quiveo que en su cátedra Mariano Castex decía: «Aquí se aprende a mover el vientre» y que «eso era el pilar de la salud». Aunque no venga al caso, recordaré que Lucio García, discípulo de Julio Méndez, aborrecía a Castex.

A propósito de la inundación de Buenos Aires, del 30 de marzo, quisiera averiguar cuándo fue la que se describe en el
Libro extraño
del doctor Sicardi. Con Borges ausente, no tengo a quién recurrir; fuera de él y de mí, ¿quién se acuerda del
Libro extraño
?

Por mucho que me desagrade me parezco a mi tocayo ilustre y a su autor. El sentido de la fugacidad de la vida me induce a tomar cualquier compromiso. Me digo: lo que deseamos que dure, no dura ¿por qué durará lo molesto? Quizá no dure mucho, pero la vida dura

Recuerdo una vez que salimos con Drago a pasear a Ayax. En Montevideo, entre Quintana y Uruguay, le hablé de mis amores con Silvina y le dije: «Bueno, si hay que casarse me casaré, y todo pasará, porque todo pasa». Hoy, en el último tramo de la vida, todavía estoy casado. La vida es tan corta que dura menos que el efecto de un arranque de impaciencia.

Vivir
. Lamentaba el haber tirado la vida por la ventana. No sabía que vivir consiste en tirar la vida por la ventana.

Prójima
.

De lo que siento y pienso no se entera
.

Tiene el alma y la mente de madera
.

Leo en una
Enciclopedia de la Literatura Argentina
: «Manuel Gálvez, uno de los escritores más discutidos de nuestro país». Si Manuel Gálvez es el tema de nuestras discusiones, ¿qué puede esperarse de la inteligencia y del nivel intelectual de este país?

Un tipo de imbecilidad
. La del que no puede cerrar las puertas (las deja entrecerradas) y tampoco puede cerrar del todo una canilla ni la tapa de rosca de un tubo.

La palabra es más vigorosa que la realidad
. De chico me sorprendían las derrotas del invencible boxeador Fulano y de Paddock, el hombre más rápido del mundo.

Adèle-Clotilde Domecq, hija de Pierre Domecq, socio del padre de Ruskin, fue el primer amor de Ruskin. Esta experiencia debió de ocurrir en 1836, cuando Ruskin tenía 17 años. Nunca la olvidó. Adèle-Clotilde se había reído de él, cruelmente.

Con la mente en los pies
. Elitistas perversos que al dedillo conocen los nombres de los dedos de las manos y, no lo creerás, olímpicamente ignoran los nombres de los dedos de los pies.

Dificultad extraña
. Fácilmente jabono y enjuago los dedos del pie izquierdo, empezando por el chiquito y concluyendo en el gordo; en sentido opuesto, la tarea es difícil.

Si quiere vivir tranquilo, recuerde a Hernández, dedíquese a solterear, no provoque formaciones de vida doliente, llámese amantes o hijos, unas y otros, por vocación, domiciliados en el quiosco de las quejas. El día en que usted flaquee, lo acometerán con odio atrasado y lo encerrarán en un asilo para viejos y locos y, por fin, lo olvidarán.

¿Soy? Fui. Tengo ex amantes, una ex mujer; ex casas; un ex auto, el Citroën; soy un ex viajero, ex tenista, ex estanciero, ex jinete, ex deportista, ex amante.

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