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Authors: Adolfo Bioy Casares

Tags: #Otros, #Biografía, #Memorias

Descanso de caminantes (50 page)

BOOK: Descanso de caminantes
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«¿Vivir con mi madre? Pero si no la aguantan ni las cucarachas».

El antiguo amante y sus amigas
. Al verle ayer dijimos en coro: «¡Qué desteñido! ¡Qué encorvado!».

Primeros recuerdos
. Estar en la casa del Rincón Viejo, en Pardo, mirando un bolón de vidrio, que tenía adentro un diminuto hombre a caballo, de yeso. Mirar la luna y descubrir en ella al mismo hombre a caballo.

Otra con la luna: Estar con los hijos de Enrique Larreta, mayores que yo, mirando el paso de nubes por la luna. Yo anunciaba: «Ahora va a aparecer», «Ahora desaparece de nuevo», «Ahora va a aparecer». Los hijos de Larreta me decían: «Es admirable como adivinás». Yo creía que lo decían en serio, estaba maravillado con mi don de adivinar, recién descubierto.

En San Martín, un primo y yo habíamos pedido a los Reyes Magos caballos de madera. En la penumbra vi, desde la ventana de mi cuarto, la llegada del vagoncito de las tordillas, que al final de la tarde traía de Vicente Casares las provisiones, la correspondencia y las encomiendas, y sobresalían de las barandas de la caja de las cabezas tiesas, a medio envolver, de nuestros dos caballos.

Entre mis primeros recuerdos hay algunos bastantes vagos de situaciones de sueños muy vivos de mi ansiedad, de mi espanto y también de mi fascinación.

Sábado, 8 agosto 1987
. Trece años después de su estreno veo
L'Invenzione di Morel
que Emidio Greco filmó en Malta, con un tal Giulio Brogi, un inglés Steiner, Anna Karina y otros. Creo que mi falta de curiosidad no parecerá injustificada a quien vea el film. Al principio, cuando todo es posible, me embriagó un poco el «crédit» basada «en la novela homónima de Adolfo Bioy Casares». Muy pronto llegué a la conclusión de que, basado en un libro mío no tedioso habían hecho un film tedioso.

Me aseguraron que tengo aspecto de escritor y que mi casa confirma la idea de escritor «clásico» (?) que se hacen de mí. Dijo esto Ornella Arena, en La Biela, hoy martes 11 de agosto de 1987. Como yo nunca traté de disfrazarme de escritor, reflexiono. Es bastante raro que esta vida tan corta sea suficientemente larga para que una profesión como la de escritor, de repercusión física moderada, si la comparamos con la de boxeador o la de herrero, modele nuestro aspecto.

Es prodigioso lo poco que necesitan las mujeres para ver pruebas de amor en la conducta del hombre que las rehuye después de haberse acostado (una vez) con ellas.

Buena parte de los achaques provienen de tratamientos para prevenir o curar males. En lo que a mí respecta, el lumbago, de origen hereditario, fue muy empeorado por movimientos gimnásticos que debían mantener la elasticidad de mi cintura; atribuyo la sequedad de la piel, a cotidianas friegas de alcohol que durante años me di para insensibilizarla al frío; las alergias nasales fueron consecuencia de la operación de amígdalas; la tortícolis se volvió poco menos que permanente por exceso de rayos infrarrojos y por quiropraxia chambona (la magistral, del doctor Schnir, fue auténticamente curativa).

Idiomáticas. Hizo un buen casamiento
. Se casó con alguien «bien forrado» pecuniariamente.

Frases de
illo tempore
. «Pueden hacer lo que quieran, pero no me pidan que los invite a casa, porque sería avalar una situación irregular». La que no se mostraba dispuesta a dar su aval, una mujer casada, en la ocasión estaba conmigo en cama, en una amueblada de Mar del Plata.

A cierta edad, firmemente del buen lado, pero con incipiente, secreta, disposición para mudarse al otro.

Un día pensé: «En casa de Chao Che, ese hombre sería chino». Variante: «Si estuviera en casa de Chao Che, ese hombre sería chino».

Idiomáticas
.

No tener problemas
. Oído: «Se lo pido a Juancho. No va a tener ningún problema» (Hará lo que le pidamos).

Está desubicado, es un desubicado
. Por momentos se desubica: dícese de enfermos y viejos trascordados.

Bien forrado
. Rico.

Oído en el hospital
:

—Está con edema, pero bien.

—¡Perfecto!

La enfermedad ajena reprende; la propia golpea.

Una mente que funciona con lucidez, pero sin memoria, remeda la locura.

Letrero inútil
.

Por indicación médica se prohíbe las visitas
.

Nadie se considera visita; son todos amigos y parientes.

Frases lujosas
.

Nuestras mentes, ínfimas luciérnagas perdidas en la noche, tratan de alcanzar una visión exacta del cosmos.

O bien:

Los filósofos que tratan de lograr una clara noción del universo, no son más que precarias luciérnagas perdidas en la noche.

En este país vivimos al servicio de los servicios públicos.

Novelas

La guerra y la paz, Sense and Sensibility, El Quijote, Robinson Crusoe, Tom Jones, A Sentimental Journey, El Vicario de Wakefield, Manon Lescaut, Genji Monogatari, El sueño del aposento rojo, Moby Dick, El primo Basilio, La cartuja de Parma, Adolphe, Old Wives Tale, The Adventures of Harry Richmond, La conciencia de Zeno, La isla del doctor Moreau, Cakes and Ale, A Passage to India, Chance, Du côté de chez Swann, Eugenie Grandet, La terre, Madame Bovary, La novia del hereje, Amalia, La octava maravilla, Fortunata y Jacinta
.

Escribir
. Dije que no sólo porque estoy convencido de que mi profesión es la mejor de todas (lo que puede considerarse un patético error muy generalizado, ya que lo comparte gente de las profesiones más diversas), sino porque la tengo por un seguro de felicidad, a todo el mundo le digo que escriba. Puntualicé:

—Mientras uno escribe se olvida de todo.

Vlady agregó:

—También se olvida de sí mismo.

Tal vez por esto último sea tan eficaz para olvidar cavilaciones y depresiones.

Vlady dijo que por lo general los escritores son floridos. Aun los que no lo son por escrito.

Patriotismo
. Durante una seguidilla de días hizo mucho frío en Buenos Aires. Yo sentía satisfacción patriótica. Un ejemplo: me dije, cuando Bruno Peloso, el jefe de Editori Riuniti, vuelva a Italia, dirá «hace frío en Buenos Aires». Esta satisfacción era predominante en mi ánimo, aunque la casa estuviera helada y yo tuviera que abreviar las horas de sueño, para bañarme antes de las siete (después, como toda la ciudad prendía estufas, cocinas y abría canillas de agua caliente, el gas y el agua caliente desaparecían). Esto me ayudará a comprender, me dije, a los que cifran su patriotismo en que los ferrocarriles, el teléfono, la nafta, la luz, el gas sean argentinos, aunque el servicio cueste lo que no vale y sea calamitoso. Cuando empecé a manejar, lo confieso, ponía nafta en los surtidores de YPF y no en los de Esso o Shell, porque me resultaban más simpáticos. Me resultaban más simpáticos porque los otros eran colorados o amarillos, y los de YPF, celestes y blancos, como la bandera argentina.

Soñé que había dos candidatos con muchas posibilidades de ganar el Premio Nobel: Borges y mi amigo, el escribano Francisco (Pancho Oliver). Lo ganó Oliver. Con Borges tratábamos de persuadirlo de que no se cometió una injusticia al acordarle el premio.

Memorabilia
. Entre Quintana y Avenida Alvear, por Ortiz, me cruzo con una chica que me dice: «iMi escritor preferido! ¡Chau y buena suerte!».

Los doctores
. Me pregunté por qué serán los médicos los doctores por antonomasia. Entre todos los técnicos, descuellan como los más desprovistos del saber necesario para el cumplimiento de las tareas que les corresponden. Por eso mismo, me dije. Porque no saben nada y porque debemos creer que saben, si queremos curarnos. De lo que no cabe la menor duda es de que el hombre siempre fue inteligente. A los médicos, a los doctores quiero decir, los visitamos para que tras auscultarnos con sagaz atención, confirmen los síntomas que sentimos y atestigüen objetivamente los procesos de la evolución y decadencia de nuestro cuerpo.

Creo que en una carta a Louise Colet, Flaubert dice: «Lo que es natural para mí, no lo es para otros: lo extraordinario, lo fantástico, el grito metafísico, mitológico». Después de
fantastique
, más le valiera morirse. Ni una ni otra
hurlade
le queda bien. Ni a él, ni a nadie.

Muy comprimida, la frase de Flaubert podría servir de epígrafe para los capítulos de la autobiografía que tratan de mis libros.

El viernes 4 de septiembre de 1987, en el garage de Callao 1995 conocí a Ochipinti, amigo de Palacios, actualmente supervisor de gerentes del Banco del Oeste y ex peluquero, en Alta Gracia. A su peluquería en más de una oportunidad fue mi padre, con un Gath y Chaves blanco en la cabeza… Me conmoví porque lo hubiera conocido a mi padre, valoré el precioso regalo del término Gath y Chaves, y por cortedad no me atreví a preguntarle qué significaba. Me imagino que serían esos chamberguitos de hilo blanco, que mi padre solía usar (fuera de Buenos Aires).

Silvina y la lengua
fr
ancesa
. Silvina conoce bien su francés. Sabía (yo, no) el significado de
mousse
. Sabía que en
pastoureau
(como en C
omplainte d'un pastoureau chretien
) no se pronuncia la s, pero que en
pastourelle
, sí.

Fui un hambriento que no debió nunca privarse de comida para no engordar.

La frase «Ya verás lo que es bueno» no anuncia nada bueno.

«Lo que yo quisiera hacer es un libro sobre nada» (Flaubert). Yo también muchas veces pensé que me gustaría escribir un libro así. No estoy seguro (para no decir no creo) que sea posible.

Byron dijo alguna vez que una carta que recibió de una lectora para él valía más que un diploma de Heidelberg. Parafraseándolo, yo diría que una afirmación de Flora Ledesma, que trabajó de mucama desde el 63 hasta el 69 en esta casa, vale más, para mí, que los premios y los honores recibidos. Una de las dueñas de la librería Letras, en cuya casa ahora trabaja y trabajó Flora antes de venir a la nuestra, le dijo a Vlady:

—Lo más importante para Flora, en toda su vida, fue haberlo conocido a Bioy.

Si en seis o siete años de vivir en la misma casa no me desacredité ante ella puedo sentirme conforme.

Cosas que me gustan
. El agua. El pan. Mucho después la papa. El té chino, pero no demasiado ahumado. El agua de colonia extra-dry de Guerlain (antes la Jean-Marie Farina de Roget Gallet, influyó favorablemente la historia romántica del robo de la fórmula).

En el Jockey
. Me señala a un individuo muy horrible y me dice: «Nunca trabajó ni pudo entender por qué la gente se afana trabajando». Ahora la realidad le da la razón. Los otros días me dijo: «Todos estos, que van corriendo a la City, ¿sabés a qué van? Van a quebrar. Salió así, porque en esos días quebraron varias agencias financieras. Lo llamaban el Pez Piloto, porque mientras esperaba que su padre muriera para heredar, armaba programas a tiburones que le tiraban unos mangos por el servicio. O tal vez les cobrara a las mujeres. A la noche nos reuníamos amigos en el viejo bar de La Biela y entre ellos estaba el Pez piloto. A la madrugada solía pasar por Junín, con libros, bajo el brazo, Carlitos, su hermano, que preparaba con un amigo las materias de Derecho que iba a rendir en la facultad. El comentario del Pez Piloto siempre era el mismo: 'Pobre Carlitos. Sólo a él se le ocurre andar a estas horas con libros debajo del brazo'».

Al rato me saludó un señor que dijo tener ochenta y tantos años y que parecía lleno de vitalidad. Me explicaron que era el padre del Pez Piloto. Mi amigo me aseguró que no había preparado el «número».

Leo en el
Times Literary Supplement
del 11 al 17 de septiembre de 1987: «Para el ambicioso burgués (de Francia, en el siglo XVIII) el ideal de vivir noblemente incluía la tenencia de una o dos amantes».

Oído en la calle
. Un transeúnte dice a otro:

—Si esta situación continúa, ¿me podés decir para qué vivimos?

Sospecho que no podría aunque la situación cambiara.

Idiomáticas. Trompezar
, por
tropezar
, error de rústicos, hoy (13 de octubre de 1987) «actualizado» en esta casa.

Idiomáticas. Espíritu de contradicción
. «Es el espíritu de contradicción», decíase (en tiempos de mi niñez y de mi juventud) de personas muy discutidoras.

Murió Daniel Bengoa, amigo de Silvina. Homosexual bastante culto, muy amanerado, que pedía aclaración sobre afirmaciones como «Lindo día» («¿A usted le parece?» —preguntaba—. «¿Por qué?»). Era joven. Eligió (muy bien) los textos para
Páginas de ABC elegidas por el autor
(yo, por descreer de todo proyecto, no me daba el trabajo de elegirlas). En una ocasión viajó en taxi, con Jorge Cruz, a Pompeya (en la ciudad de Buenos Aires). «A medida que nos alejábamos del Barrio Norte», explicaba, «la gente se volvía más chica y más fea». Enfermo de Sida, murió atropellado por un automóvil. Silvina fue una de las personas que invitó al entierro, en el aviso publicado en
La Nación
. El pobre Bengoa fue la primera persona enferma de Sida que he conocido; quiero decir, conocido mío, de cuya enfermedad tuve noticia.

Recuerda: Interpretar el carácter del prójimo por sus actos es casi tan inseguro como adivinar el futuro por el vuelo de los pájaros.

Lo mandó a pasear
. Lo mandó al diablo, a la m.

Durante cuarenta años viví noblemente, es decir con dos queridas, en yuntas que se renovaban cada tantos años.

Antigua farmacopea argentina
. Viejos avisos.

Tome Suseguina y déjese de toser
(la gente decía:
de joder
).

Otro perro
. En la embajada alguien me saluda: «Buenas noches, señor» y de pronto ríe, me estrecha entre los brazos y exclama: «¡Adolfo! Soy Sabato, Jorge Sabato. Cuando yo era chico, vos y Silvina me regalaron un perro Collie… Fui con mis padres a Córdoba y yo salía a caminar por las sierras con el perro. ¡Éramos tan amigos! Cuando volvimos a Buenos Aires, el perro no se hallaba y murió. Para mí esa muerte fue muy dolorosa. No quise nunca tener otro perro». Yo sentí que al amparo de ese collie nuestra amistad con Jorge Sabato era muy natural y muy profunda, aunque no guardara ningún recuerdo del episodio del regalo. Tampoco Silvina lo recordaba.

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