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Authors: Joaquín M. Barrero

Detrás de la Lluvia (51 page)

BOOK: Detrás de la Lluvia
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Salieron al exterior de la cueva. Comieron las provisiones mientras contemplaban el paisaje inédito. El techo de estrellas estaba tan próximo que inducía a la imaginación.

—Fíjate —dijo Jesús—. Pudiera pasarse una red desde un avión y llenarla con ellas.

La claridad les permitía ver la lejanía con toda nitidez. No se apreciaba un solo movimiento humano ni animal en todo el confín. Ni una luz, ni una presencia, ni un ruido ajeno al sutilizado de la tierra. Parecía el albor del mundo antes de que lo habitara el hombre, pensó José Manuel.

—Es como estar en el fin del mundo —dijo Jesús, estremecido, coincidiendo casi con su amigo en la desusada impresión.

—Sí.

—Nuestros padres experimentarían lo mismo durante aquellas largas búsquedas.

—No. Ellos estuvieron en pleno verano. Seguramente habría vacas por ahí delante y algún pastor que les diera charla. Tendrían fuego y candiles. No pudieron sentir esta belleza, como tampoco nosotros la sentimos cuando estuvimos aquí. Lo de ahora es irrepetible. La primera vez que disfrutamos de esta grandeza.

—Y la última —profetizó Jesús con tono de queja.

Eligieron un lugar dentro de la cueva para descansar, cerca de la entrada. La cabaña no era un sitio seguro por si había rondas de la Guardia Civil, además de que se había transformado en un habitáculo inhóspito. Se arrebujaron en sus chaquetones e intentaron dormir, despreocupados del despertar. Pero no había tregua en el silencio, lo que les impedía conciliar el sueño. Sus oídos habían dejado de sentir la sensación que produce el vacío de sonidos, y todos los recuerdos de la niñez les cayeron encima junto al convencimiento de que jamás volverían a esos parajes.

—¿Sabes una cosa? —susurró Jesús.

—Dime.

—Muchas veces he soñado con este momento. Me lo he imaginado durante los tiempos desesperados.

—Supongo que te refieres a los años bélicos.

—Sí, y antes.

—Dime una cosa. Si hubiéramos podido conseguir el oro en esos años, ¿qué camino habrías seguido? ¿Hubieras desistido de luchar en el lado que elegiste?

—Claro que no.

—Entonces puedes celebrar la forma en que ha ocurrido. Lo hubieras perdido todo porque tus bienes fueron incautados. Ahora no tendrías nada.

Jesús permitió que el silencio se colara entre ellos.

—Llegué a dudar de ti —añadió, al cabo.

—Lo sé. No te preocupes. También yo tuve siempre dudas de mí mismo.

Pasaron el día guarecidos en la cueva, atisbando el horizonte de vez en cuando. Ni a larga distancia se veía a nadie. Agotaron los alimentos y el agua. Tardaba mucho en llegar la segunda noche pero lo tenían asumido. No tuvieron tropiezos en la vuelta nocturna, bajo el parpadeo de los lejanos soles. Los morrales no pesaban excesivamente, unos veinticinco kilos cada uno. Para que las monedas no sonaran al moverse las habían envuelto con sus camisetas. En Campomanes subieron por separado en el expreso procedente de Madrid. Dos horas más tarde pasaban por el control aduanero de El Musel.

En menos de cuarenta y ocho horas habían hecho las paces con sus deberes, culminando una tarea mucho tiempo pendiente. Esperaban que no fuera demasiado tarde y que mereciera la pena. Y ello sólo lo sabrían cuando pudieran negociar con expertos en antigüedades.

A los dos días el barco se despegó del muelle. Los dos amigos no pudieron sustraerse de contemplar cómo el puerto iba quedando atrás. José Manuel miró la huella que el vapor dejaba en el mar. Las aguas estaban agitadas y el surco desaparecía rápidamente. Le pareció una señal. Como si todo su yo anterior estuviera desapareciendo también en ese remolino y ello fuera la promesa de una nueva vida.

Agradecimientos

Álvarez Fernández, Anita; vecina de Espinedo, Lena, Asturias.

Arias Gil, Leandro; maestro de la República y sindicalista de la CNT. En la memoria.

Barrero Menéndez, Marcelo; minero en mina asturiana durante treinta años. En la memoria.

Beheran García, Teófilo; empleado del Ayuntamiento de Madrid y vecino de la estación de Atocha desde los años veinte.

Correa Fernández, Florencio; del Laboratorio Central de Balística Forense.

Correa Pérez, Roberto; médico pediatra de Ponferrada, León.

De la Fuente Álvaro, Saulo; del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid.

Feito Álvarez, José Manuel; poeta, ecónomo de Santo Domingo de Miranda, Avilés, y antiguo alumno del seminario de Valdediós, Asturias.

Fernández López, Eli; encargada de la Oficina Municipal de Turismo de Villablino, León.

Fernández Rodríguez, Manuel; sacerdote que estuvo en los seminarios de Valdediós, Tapia de Casariego y Covadonga, como alumno y luego como padre espiritual, antes de pasar a párroco en San José de Pumarín de Oviedo.

Flores Rodríguez, Carlos; legionario y soldado de la División Azul. En la memoria.

Fuentes Lázaro, Jesús; escritor, licenciado en Humanidades y antiguo alumno del Seminario de Toledo.

García Cuetos, Mónica; bibliotecaria responsable del Departamento de Documentación del Museo de la Siderurgia de Asturias, Sama de Langreo.

García Ramírez, José Manuel; militar, encargado de la Biblioteca de la Escuela de Guerra.

Gil Gandarillas, Alejandra; jefa del Servicio del Archivo General del Ministerio del Interior.

González Álvarez, José Manuel; industrial, nacido en Carraluz, Lena, Asturias, y actual presidente de la Asociación de Vecinos de esa población.

González García, David; técnico de Información Turística de Lena, Asturias.

Gutiérrez González, Pablo; inspector de la Brigada Central de Escoltas de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana.

Hidalgo Expósito, Emilio; de la Hermandad y Fundación de la División Azul.

Hidalgo Girón, Antonio; aparejador e investigador de la historia y la geografía de España.

Menéndez Folgoso, Julián; maquinista de Renfe del Depósito de Madrid. En el recuerdo.

Momparler Sánchez, Juan; oficial de la Unidad Central de Protección de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana.

Moreno Antón, Victoriano; subjefe de División de Renfe en la rama de Movimiento.

Reta Orzanco, Gregorio; hermano de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl.

Rodríguez González, Armando; responsable de Comunicación e Imagen de la Autoridad Portuaria de Gijón.

Rodríguez Suárez, Carlos; periodista y cronista aficionado de Oviedo, Gijón y otros lugares de Asturias.

Ros Espinosa, Francisco; factor de la Renfe. En el recuerdo.

Sánchez Caravaca, Nuria; licenciada en Criminología y grafóloga diplomada.

Tomás Soto, Eva Esther; responsable de la Oficina Municipal de Turismo de Águilas, Murcia.

Quiero expresar mi agradecimiento sincero por las personas arriba citadas que desinteresadamente y con la mayor de las simpatías escucharon mis preguntas y me ilustraron sobre puntos que necesitaba reforzar. A todos ellos mis mejores deseos.

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