Read El castillo de Llyr Online
Authors: Lloyd Alexander
Tags: #Aventuras, Fantástico, Infantil y juvenil
El grupo de viajeros se preparó para abandonar la orilla. Achren, que había acabado consintiendo en acompañarles hasta Caer Dallben, caminaba lentamente, sumida en sus propios pensamientos, mientras Llyan no paraba de corretear y jugar con el bardo y Kaw se divertía haciendo piruetas por el cielo.
Eilonwy se había acercado un momento hasta donde rompían las olas. Taran, que la había seguido, permaneció inmóvil mientras ella observaba el movimiento de las aguas.
—Pensé que debía echarle una última mirada a Caer Colur —dijo Eilonwy—, sólo para acordarme del sitio en que está. O, para ser más exactos, del sitio en que ya no está… Casi me da pena que haya desaparecido. Aparte de Caer Dallben, fue el único hogar que he conocido.
—Cuando te encuentres sana y salva en Dinas Rhydnant me marcharé de Mona —dijo Taran—. Tenía la esperanza de que quizá, después de todo lo que te ha sucedido…, pensé que quizá volvieras con nosotros. Pero Gwydion está seguro de que Dallben quería que te quedaras aquí. Supongo que tiene razón. Casi me parece oír a Dallben: que te rescaten no tiene nada que ver con que te eduquen.
Eilonwy guardó silencio durante unos segundos y luego se volvió hacia Taran y dijo:
—Cuando estaba en Caer Colur me acordé de otra cosa: Dallben dijo que llega un momento en el cual debemos ser más de lo que somos. Quizá sea cierto que convertirse en una joven dama tenga más importancia que ser una hechicera, no lo sé… Tal vez se refería a eso. Tendré que descubrirlo por mí misma.
»Por lo tanto, si he de aprender a comportarme como una joven dama, y suponiendo que haya alguna diferencia entre eso y lo que ya soy ahora —siguió diciendo Eilonwy—, intentaré aprender dos veces más de prisa que esas gallinas tontas de Dinas Rhydnant y así podré volver a casa el doble de rápido, porque ahora Caer Dallben es mi único hogar…
»Oh, ¿qué es esto? —exclamó Eilonwy—. ¡El mar nos ha hecho un regalo! Se arrodilló en la arena y de entre las olas extrajo un objeto cubierto de algas. Lo limpió y Taran pudo ver que se trataba de un antiguo cuerno de batalla, con la punta y la embocadura incrustadas de plata.
Eilonwy lo sostuvo en sus manos, contemplándolo con expresión pensativa.
—Es cuanto queda de Caer Colur —dijo, sonriendo con tristeza—. No tengo ni idea de para qué puede servir ahora, y nunca lo sabré. Pero si prometes no olvidarme hasta que nos encontremos de nuevo, yo prometo no olvidarme de ti. Y este cuerno servirá como prenda de mi promesa.
—Pues claro que te lo prometo —le dijo Taran, y no supo qué otra cosa añadir—. Pero ¿qué prenda puedo darte yo? No tengo ninguna, aparte de mi palabra.
—¿La palabra de un Ayudante de Porquerizo? —le preguntó Eilonwy—. Creo que servirá. Anda, toma el cuerno. Dar regalos es mucho más agradable que decir adiós.
—Pero tenemos que decirnos adiós —replicó Taran—. Ya sabes que el rey Rhuddlum y la reina Teleria quieren que te cases con el príncipe Rhun.
—¡Oh, claro! —exclamó Eilonwy—. Bueno, pues te aseguro que no lo conseguirán. Eso de que la gente tome decisiones por ti tiene su límite, ¿no te parece? Rhun ha mejorado mucho, desde luego; creo que este viaje es lo mejor que le ha ocurrido en toda su existencia, y algún día hasta es posible que llegue a convertirse en un rey bastante respetable. Pero en cuanto a casarme con él… — No llegó a completar la frase. Le miró—. ¿Acaso pensaste seriamente ni por un momento que yo…? Taran de Caer Dallben —exclamó con voz irritada, echando chispas por los ojos—, ¡no pienso volver a dirigirte la palabra!
»Al menos —se apresuró a añadir—, no durante cierto tiempo.
Lloyd Alexander(1924), nació en Filadelfia y, después de servir en el Servicio de Inteligencia durante la segunda guerra mundial, completó sus estudios en Francia, en la Sorbona de París. Casado con una parisina, volvió a Filadelfia y desempeño diversos trabajos relacionados con el mundo editorial hasta establecer su carrera como escritor. Ha publicado diversas obras de ensayo y ficción entre las que figuran las
Crónicas de Prydain
, compuestas por
The Book of Three
(1964),
The Black Cauldron
(1965),
The Castle of Llyr
(1966),
Taran Wanderer
(1967) y
The High King
(1968).
[1]
Gusano, en inglés, es
maggot
, de donde el autor establece un juego de palabras intraducible. (N. del T.)
<<