El incendio de Alejandría (26 page)

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Authors: Jean-Pierre Luminet

Tags: #Histórico, #Divulgación científica

BOOK: El incendio de Alejandría
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Fausto, rechazando el pequeño escabel que pone a sus pies un mozo de establo, salta de un brinco a la calzada entablada y cierra a sus espaldas la portezuela del carruaje que ostenta las armas del obispo de Warmie. Da varios pasos hacia la morada de su hermano, luego su colosal silueta, algo encorvada, se detiene. Sin volverse, levanta un brazo que parece inmenso, agita la mano en señal de despedida, muy en alto hacia el cielo, como si quisiera arrancar el Sol, y suelta con voz fuerte:

—¡La paz sea contigo, Nicolás Copérnico!

POSTFACIO

Acabáis de leer una novela y no un ensayo histórico. Esta es la razón por la que no citaré las (numerosas) fuentes que he consultado ni daré bibliografía. Rindo homenaje, sin embargo, al libro de Luciano Canfora,
La Véritable Histoire de la bibliothèque d’Alexandrie
(Desjonquères, 1986), que me inspiró mucho.

Algunos lectores curiosos se preguntarán, a pesar de todo, qué parte pertenece a la realidad y cuál a la ficción novelesca. Los siguientes apéndices les están destinados. Las biografías de los sabios y los eruditos resumen aquéllas que pueden encontrarse en todas las buenas enciclopedias. El cuadro sinóptico de los reyes y los sabios permite situar el paralelismo cronológico entre los acontecimientos políticos y los personajes. Por lo que se refiere a las «notas eruditas», destinadas a los aficionados a la geometría y a la astronomía, explicitan algunos de los grandes descubrimientos llevados a cabo por los sabios alejandrinos. (Véanse Anexos).

Aparte de esos pocos jalones reconocidos por (casi) todos los historiadores, hay que recordar que ninguna «verdad» histórica sobre esos antiguos tiempos ha sido firmemente establecida. Los relatos referentes a la Biblioteca de Alejandría y a los personajes que con ella tuvieron que ver son numerosísimos, aunque en su mayoría son testimonios tardíos. Además, los historiadores del pasado estaban muy influidos por las ideologías, hasta el punto de que su modo de contar la historia no tenía la objetividad que en el presente se exige a los historiadores: ciertos enemigos de Roma acusaron a César de haber incendiado la Biblioteca, mientras que otros atribuyeron el espantoso crimen a los árabes, a los bizantinos o a los cristianos.

Tan dudosa realidad histórica deja cierta libertad al novelista… ¡Libertad que he aprovechado ampliamente! ¿Existieron realmente los personajes de la novela? La respuesta es sí, salvo esa Hipatia del siglo
VII
que, en mi relato, tiene mucho que ver en la decisión final del emir Amr. Pero no es seguro que el filósofo cristiano Juan Filopon, infatigable comentarista de Aristóteles muy conocido por historiadores y filólogos, viviese todavía durante la conquista de Alejandría y pudiera dialogar con Amr, como afirma Ibn al-Kifti (1172-1248) en su
Historia de los sabios
. Según otras fuentes, Amr habría mantenido algunas entrevistas con un tal Juan, patriarca jacobita de Siria, entrevistas en las que habría participado también un médico judío, Filareto. Teniendo en cuenta las imprecisiones históricas, decidí basarme en la versión «romántica» de al-Kifti, poniendo en escena al muy venerable y auténtico Filopon. Por lo que se refiere al judío Filareto, le he dado el nombre de Rhazes, en homenaje a un gran médico persa que vivió un siglo antes de estos acontecimientos.

Por lo que se refiere a los sabios, eruditos y filósofos, no me he privado de inventar, de cabo a rabo, algunos episodios de su vida. Por si me sirve de disculpa, debo decir que se ignora prácticamente todo sobre la biografía de Euclides, Hiparco y Claudio Tolomeo. Sólo sus magníficas obras permanecen, al menos en parte, y eso basta para hacerlos inmortales.

Finalmente, me he recreado vinculando entre sí a algunos personajes, basándome en simples concordancias de fechas y lugares. Por ejemplo, aunque parece cierto que Aristarco de Samos fue acusado de herejía por haber afirmado que la Tierra gira alrededor del Sol, el hecho de que fuera defendido por Arquímedes en persona es pura ficción. Del mismo modo, el encuentro entre el futuro emperador Marco Aurelio y el astrólogo Claudio Tolomeo es imaginario aunque, si nos fijamos en las fechas, habría podido producirse durante la visita que hizo a Egipto el cónsul romano.

En resumen, establecer la lista precisa de lo que es «verdadero» y lo que es «inventado» sería tan enojoso como prosaico. Diré simplemente que, teniendo en cuenta los elementos históricos de los que disponía, he procurado siempre ser plausible en la invención novelesca.

ANEXOS
Personajes

Personajes principales

  • Amr ibn al-As
    (muerto en 663).

    Compañero de Mahoma y conquistador de Egipto. En 640 derrotó a las tropas bizantinas en Heliópolis y en 642 tomó Alejandría.

  • Juan Filopon
    (siglo
    VI
    ).

    Gramático y filósofo cristiano. Exégeta de la Biblia, profesó el «concordismo» afirmando que la ciencia no contradice las enseñanzas de los textos sagrados, siempre que éstos sean correctamente interpretados.

  • Rhazes o Al-Razi
    (siglos
    IX
    -
    X
    ).

    Médico de origen persa de finales del siglo
    IX
    , renombrado clínico, fue el primero que describió la viruela.

  • Hipatia
    (sobrina nieta de Filopon). Personaje ficticio.
  • Omar Abú Hafsa ibn al-Jattab
    (581-644).

    Nacido en La Meca, se opuso primero a Mahoma antes de ser un activísimo converso. Al morir el Profeta, favoreció en 632 la elección de Abú Bakr al califato, algo que le fue reprochado por los chiíes, para quienes el califato correspondía al yerno de Mahoma, Alí. Abú le designó luego como sucesor. Durante sus diez años de califato, entre 634 y 644, el islam obtuvo una definitiva victoria sobre los imperios vecinos. Omar murió asesinado por un esclavo liberto.

Sabios y eruditos

  • Eudoxo de Cnido
    (hacia 406-355 a. C.).

    Alumno de Platón, astrónomo y matemático, fue el primero en aplicarse al problema cosmológico planteado por su maestro: encontrar un sistema de movimientos circulares que explicase el aparente movimiento de los planetas. Aprovechó sus observaciones astronómicas para determinar las latitudes de Cnido (en Caria) y Heliópolis (en Egipto). Le debemos también una evaluación precisa del año: 365 días y cuarto. Es autor de un tratado de geografía, acompañado sin duda de un mapa, y de un tratado sobre las estrellas.

  • Aristóteles
    (384-322 a. C.).

    Alumno de Platón, perpetuó el modelo de la Academia fundando en Atenas una escuela filosófica y científica, el Liceo. Su obra, que abarca todos los saberes, tuvo un considerable impacto no sólo entre los intelectuales sino también entre los actores de la historia: Aristóteles fue el preceptor de Alejandro Magno a partir de 343. Sus tratados técnicos marcan el nacimiento de la ciencia griega.

  • Demetrio de Palero
    (hacia 350-283 a. C.).

    Alumno del Liceo de Aristóteles. Gobernó Atenas entre 317 y 307, favoreciendo el desarrollo del Liceo. Expulsado, se refugió junto a Tolomeo I Soter en Alejandría, donde fue el impulsor del Museo y de la Biblioteca. Tolomeo II Filadelfo le hizo caer en desgracia.

  • Zenodoto de Efeso
    (hacia 320-240 a. C).

    Primer director de la Biblioteca de Alejandría. Elaboró la primera edición crítica de los poemas de Homero.

  • Arato de Solos
    (hacia 315-240 a. C.).

    Poeta griego nacido en Solos (Cilicia), muerto en Macedonia. Vivió mucho tiempo en Atenas, donde siguió estudios de matemáticas, astronomía, filosofía y literatura. Es autor del célebre
    Fenómenos
    , un poema sobre las constelaciones extraído de un tratado de Eudoxo, que influyó durante muchos siglos en la literatura astronómica.

  • Euclides
    (siglo
    III
    a. C.).

    Uno de los más grandes matemáticos de la historia. Su vida es desconocida. Al parecer enseñó en Alejandría bajo Tolomeo I Soter, entre 323 y 285. La culminación de su obra la constituyen los
    Elementos
    , una amplia síntesis de las matemáticas de la época clásica en forma de manual, que presenta un conjunto de postulados y definiciones metódicas. Contiene en especial el famoso «quinto postulado», según el cual, por un punto del plano sólo se puede trazar una única paralela a una recta dada.

  • Herófilo de Calcedonia
    (hacia 330-250 a. C.).

    Uno de los grandes médicos de la Antigüedad. Tras haber estudiado en Atenas, desarrolló su carrera médica en el seno del Museo de Alejandría, durante el reinado de Tolomeo I Soter. Fue el primero que practicó disecciones animales y humanas, incluso vivisecciones con condenados a muerte. Descubrió la circulación de la sangre y el papel del corazón, formuló la primera descripción anatómica del cerebro y los ovarios, enseñó obstetricia y la extracción de los dientes.

  • Aristilo y Timocaris
    (siglo
    III
    a. C.).

    Astrónomos contemporáneos de Euclides, que midieron en Alejandría las longitudes de algunas estrellas brillantes. Sus datos, analizados por Hiparco 150 años más tarde, permitieron a éste descubrir la precesión de los equinoccios.

  • Aristarco de Samos
    (hacia 310-230 a. C.).

    Originario de la isla de Samos, ejerció en Alejandría durante un período que se sitúa entre Euclides y Arquímedes. Inventó un método que permitía calcular las distancias relativas de la Tierra al Sol y a la Luna. Precursor de Copérnico, fue el primero en entrever la rotación de la Tierra sobre su eje y su revolución en torno al Sol, y fue acusado de herejía.

  • Cleantes de Aso
    (hacia 331-232 a. C.).

    Filósofo griego de tendencia estoica, alumno de Zenón de Elea, autor de un
    Himno a Zeus
    . Ejerció de acusador de Aristarco de Samos durante el proceso de éste por herejía.

  • Calímaco de Cirene
    (hacia 310-240 a. C.).

    Poeta y gramático en la Biblioteca de Alejandría durante el reinado de Tolomeo II Filadelfo. Uno de los mejores representantes de la poesía alejandrina, es autor de
    La cabellera de Berenice
    .

  • Arquímedes
    (287-212 a. C.).

    Nacido y muerto en Siracusa, hijo del astrónomo Fidias, Arquímedes fue uno de los primeros sabios de la Antigüedad que aplicó las teorías del movimiento, inventadas por los geómetras y los astrónomos, a la construcción de aparatos mecánicos. Entre sus descubrimientos figuran la palanca y el tornillo de Arquímedes, que permite hacer subir el agua con una manivela. Atraído por el fulgor de Alejandría, hizo al menos un viaje a Egipto y mantuvo correspondencia con sabios como Conón de Samos, Dositeo y Eratóstenes, a quien dirigió su testamento. Arquímedes puso su talento al servicio de la ciudad de Siracusa, para la que construyó temibles máquinas de guerra. Fue muerto por un soldado durante el asedio de la ciudad por los romanos.

  • Conón de Samos
    (hacia 280-220 a. C.).

    Nacido en Samos, astrónomo de la corte de Tolomeo III Evergetes. Fue amigo de Arquímedes, con quien intercambió ideas matemáticas. Autor de siete libros de astronomía, informes de eclipses, de un tratado de los cónicos, al parecer inventó la espiral de Arquímedes y dio su nombre a una constelación.

  • Apolonio de Rodas
    (hacia 295-230 a. C.).

    Poeta y gramático alejandrino, alumno de Calímaco, es autor de la epopeya
    Las Argonáuticas
    .

  • Eratóstenes de Cirene
    (hacia 284-192 a. C.).

    Sabio universal. Nacido en Cirene (Libia), estudió en Alejandría y Atenas y se convirtió luego en director de la Biblioteca de Alejandría. Polivalente, se dedicó a la geometría y a los números primos, midió la inclinación del eje de rotación terrestre y recopiló un catálogo de estrellas. Realizó mapas geográficos y una medición sorprendentemente precisa de la circunferencia terrestre.

  • Apolonio de Pérgamo
    (hacia 262-200 a. C.).

    Matemático y astrónomo vinculado a la escuela de Euclides, autor de una obra fundamental sobre las secciones cónicas.

  • Aristófanes de Bizancio
    (hacia 257-180 a. C.).

    Gramático y crítico, sucesor de Zenodoto, dirigió el Museo y la Biblioteca de Alejandría hacia 195.

  • Aristarco de Samotracia
    (hacia 220-143 a. C.).

    Alumno y sucesor de Aristófanes de Bizancio. Autor del
    Canon alejandrino
    , una clasificación por orden de mérito de las obras literarias griegas, y de trabajos críticos sobre Hornero.

  • Hiparco de Nicea
    (hacia 180-125 a. C.).

    Astrónomo nacido en Nicea (hoy Iznik, Turquía), muerto en Rodas. Sus trabajos se conocen gracias a Tolomeo. Fundador de la astronomía de posición, estableció tablas precisas de los movimientos de la Luna y el Sol, descubrió la precesión de los equinoccios y realizó el primer catálogo de estrellas, clasificándolas por magnitudes según su brillo. Puso también las bases de la trigonometría esférica e inventó la proyección estereográfica para la cartografía.

  • Hipsiclés de Alejandría
    (hacia 180-120 a. C.).

    Matemático, autor de un complemento a los
    Elementos
    de Euclides donde trata del modo de inscribir los sólidos regulares en una esfera. Astrónomo, fue el primero que dividió el Zodíaco en 360 grados.

  • Posidonio de Rodas
    (hacia 135-51 a. C.).

    Escritor griego, fundó una escuela de filosofía en Rodas, donde tuvo entre sus alumnos a Cicerón y Pompeyo.

  • Estrabón
    (hacia 58 a. C. - 25 d. C.).

    Geógrafo. Visitó una parte del Imperio romano y dio una descripción de Alejandría y de su Museo. Su
    Geografía
    contiene elementos tomados de las obras de Eratóstenes, Hiparco y Posidonio.

  • Filón de Alejandría
    (entre 13 y 29 a. C. - 50 d. C.).

    Filósofo judío de la diáspora griega, nacido y muerto en Alejandría. Comenzó a demostrar la complementariedad del pensamiento bíblico y las doctrinas filosóficas helenísticas, especialmente la de Platón. Ejerció una fuerte influencia sobre los Padres de la Iglesia, en especial sobre los de la escuela de Alejandría.

  • Séneca
    (hacia 4 a. C. - 65 d. C.).

    Filósofo latino. Formado en la escuela estoica, hizo una apología del ascetismo y de la renuncia a los bienes terrenales. Autor de las
    Consolaciones
    , de tratados morales, de las
    Cuestiones naturales
    . Preceptor de Nerón, éste le ordenó que se cortara las venas.

  • Epicteto
    (hacia 50-130).

    Esclavo manumitido por Nerón, se convirtió a la filosofía estoica y dio entonces lecciones públicas. Expulsado con los demás filósofos estoicos de Roma por Domiciano, en el año 94.

  • Herón de Alejandría
    (siglo
    I
    ).

    Matemático y mecánico al que se atribuye el invento de varias máquinas, entre ellas una fuente de chorros de agua propulsados por aire comprimido. Sus
    Pneumáticos
    detallan numerosas máquinas y «robots» que remedan las acciones humanas y funcionan de acuerdo con los principios de la hidráulica.

  • Menelao de Alejandría
    (hacia 70-130).

    Matemático, autor de un tratado sobre los triángulos esféricos y sus aplicaciones en astronomía.

  • Marino de Tiro
    (fines del siglo
    I
    ).

    Matemático y geógrafo, su obra sólo es conocida a través de la de Tolomeo, que utilizó sus trabajos para elaborar su propia
    Geografía
    .

  • Claudio Tolomeo
    (hacia 85-165).

    Sabio universal, nacido en Tolemaida (Tebaida), muerto en Canope. Nada se conoce de su vida, salvo que hizo observaciones astronómicas en Alejandría durante los años 127-141, pero su abundante obra marca la cima de la ciencia de la Antigüedad. Es autor de la
    Composición matemática
    o
    Gran sintaxis
    , más conocida con el nombre de
    Almagesto
    , que siguió siendo la obra de referencia de la astronomía hasta Copérnico y Kepler, en el siglo
    XVI
    . Expuso en ella su sistema del mundo, un modelo matemático que se ajustaba a las observaciones astronómicas. En su
    Geografía
    describió los métodos de proyección y trazó los primeros mapas precisos. Del resto de sus obras destacan un tratado fundamental de astrología, conocido con el nombre de
    Tetrabiblon
    , y los
    Harmónicos
    , sobre la teoría matemática de los sonidos.

  • Claudio Galeno
    (131-201).

    Médico nacido en Pérgamo, muerto en Roma. Hijo de arquitecto, prosiguió sus estudios en Alejandría y luego conquistó por su saber la capital del Imperio romano, donde fue médico de Marco Aurelio. Sus disecciones de animales le permitieron hacer importantes descubrimientos anatómicos sobre el sistema nervioso y el corazón. Redactó gran número de tratados, buena parte de los cuales ardió en el incendio de su biblioteca, en 192, y luego se encargó de reescribirlos. Punto culminante de la medicina griega, su obra fue imprescindible para dicha materia hasta mediados del siglo
    XVII
    .

  • Diofante
    (mediados del siglo
    II
    - mediados del siglo
    III
    aprox.).

    Matemático de la escuela de Alejandría cuya vida es muy poco conocida. Su obra,
    Las aritméticas
    , constituye el apogeo del álgebra griega y ejerció considerable influencia sobre el desarrollo de las matemáticas árabes.

  • Papo de Alejandría
    (hacia 290-350).

    El último de los grandes geómetras griegos. Su obra más importante es una
    Colección matemática
    en ocho libros.

  • Teón de Alejandría
    (hacia 335-395).

    Profesor de matemáticas y de astronomía, director general del Museo de Alejandría. Hizo comentarios sobre el
    Almagesto
    de Tolomeo, sobre las obras de Euclides y sobre las teorías que mezclaban astronomía y música. Padre de Hipatia.

  • Hipatia de Alejandría
    (hacia 370-415).

    Matemática, astrónoma y filósofa de la escuela platónica, nacida y muerta en Alejandría. Primera mártir de la intolerancia religiosa contra la ciencia. Sus obras (perdidas todas ellas) incluían un
    Canon astronómico
    , un comentario a la
    Aritmética
    de Diofante, un comentario al
    Tratado de los cónicos
    de Apolonio de Pérgamo, y editó el tercer libro de los
    Comentarios sobre el Almagesto de Tolomeo
    de su padre Teón. Sólo subsisten algunas cartas que Sinesio dirigió a Hipatia, pidiéndole consejo para la construcción de un astrolabio y un hidroscopio.

  • Sinesio
    (hacia 370-415).

    Filósofo griego natural de Cirene. Discípulo de Hipatia, se convirtió al cristianismo y fue nombrado obispo de Tolemaida. Intentó conciliar el platonismo con el cristianismo. Dejó escritos sobre los sueños, sobre las funciones de un astrolabio, cartas a Hipatia.

  • Simplicio
    (hacia 500).

    Historiador y filósofo neoplatónico que trabajó en Alejandría. Comentarista de Aristóteles y Epicteto, intentó conciliar los pensamientos de Platón y de Aristóteles al tiempo que se oponía al cristianismo.

  • Juan Fausto
    (hacia 1480-1540).

    Médico y astrólogo alemán. Numerosas obras literarias y musicales, tomaron como protagonista a este personaje, hasta el punto de hacerlo legendario.

  • Nicolás Copérnico
    (1473-1543).

    Astrónomo polaco nacido en Torún, muerto en Frauenburg. Tras estudiar matemáticas, astronomía, medicina y derecho en Cracovia y en Bolonia, fue nombrado canónigo de Frauenburg. Consagró su tiempo libre a la astronomía y se interesó, a partir de 1507, por la cuestión de los movimientos planetarios.

    Señaló el hecho de que el sistema geocéntrico no permitía predecir correctamente los movimientos. Abandonando la teoría de Tolomeo, Copérnico recuperó las ideas de Aristarco de Samos según las cuales la Tierra no ocupa el centro del Universo sino que gira alrededor del Sol, como los demás planetas. Copérnico explicó también el movimiento diurno de las estrellas por la rotación terrestre. Publicó sus teorías en Núremberg, justo antes de su muerte, en mayo de 1543, en su
    De Revolutionibus orbium caelestis
    . Esta nueva concepción, corroborada el siguiente siglo por los trabajos de Kepler y Galileo, contribuyó a que la cosmología se independizara de la teología.

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