El Mundo Amarillo (11 page)

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Authors: Albert Espinosa

BOOK: El Mundo Amarillo
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Cada uno debe ser capaz de buscar los amarillos cuando los necesite, pero no se trata de lanzarse a la calle como un loco a buscar un amarillo sino que los amarillos aparecen o te los cruzas cuando lo necesitas.

De ahí que cada persona sólo tenga 23. Sé que 23 te parecerán pocos pero creo que es el número exacto. Siempre he pensado en el poder del 23, creo que es un número mágico. La sangre tarda 23 segundos en recorrer el cuerpo humano, la columna vertebral tiene 23 discos, a Julio César le apuñalaron 23 veces. El sexo de una persona tiene que ver con el cromosoma 23 y cada hombre y mujer aportan al niño 23 cromosomas.

Realmente el 23 es alucinante. Pero no son estas razones las que me llevaron a creer que el 23 es básico en la vida sino porque yo también tuve una relación con ese número: perdí mi pierna un 23 de abril. Y sin duda comencé a creer lo que mucha gente dice, que el 23 tiene que ver con muchas vidas y que si te preguntas un número exacto de algo en este mundo, seguro que es el 23. Es un número que la naturaleza ama.

Así que yo creo en este número, en su potencial positivo. Estoy absolutamente convencido de que el 23 es un número mágico, un número que trae suerte. Curiosamente, también hay 23 descubrimientos en este libro.

Así que seguimos con la premisa de que sólo hay 23 amarillos en el mundo. ¿Cómo se encuentran? ¿Debo buscarlos poco a poco para que me duren toda la vida?

La respuesta de cómo buscarlos tiene que ver con uno mismo. Debes buscarlos cuando los necesites. Cómo encontrarlos tiene que ver con lo que yo denomino las marcas.

Las marcas o trazas son la forma de reconocer a un amarillo. Pondré un ejemplo: tengo un gran amigo que vive en Colombia, en Cali. Yo nunca he estado en Colombia, él nunca ha estado en Barcelona. Pero hace seis años nos conocimos en un chat de cojos; a él le falta una pierna y a mí también. Yo creo que alguien deseaba que nos conociéramos, nos marcó y nos soltó en dos parajes del mundo. La forma de conocernos fue esa marca, que era como una casualidad, un azar o una señal de que teníamos que encontrarnos. Cuando hablo de alguien no hablo de ningún dios, ni de ningún ser, hablo de la naturaleza, del orden de la naturaleza.

Pues con los amarillos pasa igual: alguien marcó 23 amarillos para que tú los encuentres. Así que debes ejercitarte para encontrar cuáles son tus marcas, porque no son las mismas para cada uno de nosotros.

Podría dejarlo ahí, como uno de esos secretos que no se desvelan. Hace poco estuvo en Barcelona Shyamalan, el director de El sexto sentido, y dijo que iba a contar un secreto, algo que no sabía nadie y que nos entregaba a nosotros. Todos nos acercamos, lo escuchamos con suma atención. Nos quería contar el secreto de su éxito, cómo hizo El sexto sentido y por qué después de dos fracasos sabía que su tercera película sería un éxito.

Todo el auditorio estaba conmocionado, deseábamos saber la respuesta. Y nos dijo: «Decidí ver películas de directores que sólo hubieran tenido un éxito en su carrera. Vi esas películas y encontré ocho denominadores comunes, que son los que me sirvieron para crear El sexto sentido».

No contó más, no te miento. Era un secreto que te obligaba a pensar, creo que no hay nada peor. Todo el mundo se quedó defraudado; conocer un secreto no debe obligar a reflexionar. Pero quizá era lo que deseaba Night Shyamalan. Yo comencé a ver las películas que comentó y saqué mis ocho conclusiones, aunque no sé si son las suyas. Y con el tiempo agradecí que no nos lo dijera todo porque si no tan sólo le hubiéramos copiado y repetido. Cada uno debe extraer sus denominadores, sus conclusiones.

Así que yo te contaré la forma de encontrar las marcas pero luego debes ser tú quien trabaje para que sean una realidad. Para que sean algo tangible.

Todo lo referente a la forma de encontrar amarillos tiene que ver con la belleza. Siempre he creído que la belleza es algo sin sentido, caótico. Lo que a uno le parece bello a otro puede parecerle horrible. La belleza es relativa. ¿Por qué la gente se siente atraída por una forma de cráneo, por un tipo de cuerpo, por una manera de hablar, por una forma de mirar, por una forma de no mirar? Jamás lo he comprendido, es algo que me fascina. Puedes estar en una sala con cinco mil personas y podrías decir quiénes son bellos, quiénes poseen belleza de acuerdo a tu canon. Pero esa belleza tiene diferentes bifurcaciones; está lo bello en sentido poético, lo bello en sentido sexual y lo bello en sentido amarillo.

La belleza lleva camuflada la marca amarilla. ¿No te ha pasado nunca que veas entre una multitud a alguien a quien no puedes quitarle el ojo? Pero no tiene nada que ver con la sexualidad, no querrías acostarte con esa persona sino que llena un vacío en tu mundo. Crees que te comprende, que podríais ser amigos, que hay una energía común. Luego la persona desaparece y la olvidas. No perdura mucho en tu memoria, es como si su marcha no te creara tristeza, fuera algo que se acepta. Eso es parte del mundo amarillo; los amarillos se marchan y no crean tristeza. Y eso ocurre aunque no los conozcas.

Por lo tanto lo fundamental es poder diferenciar, extraer de la belleza las marcas que tienen que ver con los amarillos.

¿Cómo hacerlo? Voy a contarte mi método, el que yo utilicé para discernir las marcas de mis amarillos. Aunque no lograrás dar con todas, cada día das con más. Las apuntas, las corroboras y sobre todo las aplicas en los amarillos que ya posees. Son la comprobación de que son marcas.

El método en formato lista sería el siguiente:

1. Debes intentar comprender qué es la belleza para ti. Encontrar tus cánones de belleza y apuntarlos. Tienen que estar relacionados con personas que sólo verlas te llaman mucho la atención.

No deben ser sólo físicos, sino también sonoros, relacionados con los colores, con los objetos, con todo lo que tú crees que es bello.

Ejemplos hay miles. Si para ti la belleza tiene que ver con toallas blancas, apúntalo. Si tiene que ver con un corte de pelo, apúntalo. Si tiene que ver con el olor de una chaqueta de pana, apúntalo. Si tiene que ver con la forma en que se ven los ojos y la boca dentro de un casco de moto, también. Quizá has dado con algo tan extraño que realmente sea una traza amarilla. Las marcas amarillas acostumbran a ser complicadas y rebuscadas.

2. Una vez tengas la lista que, para ir bien, debería tener 100 items, debes comenzar a eliminar los que tengan que ver con la belleza sexual o amorosa.

Me explico. Todo lo que relaciones con sexo o con amor no cuenta. Seguramente habrás apuntado la forma en que tiene una persona los labios, pero seguramente eso tendrá connotaciones sexuales; no hablará de la belleza amarilla sino de la belleza sexual.

Pero debes tener cuidado, porque a veces puedes eliminar una característica que te parece sexual y en realidad es amarilla. Esas cosas pasan pero lo que debes hacer es aceptar el error, porque tarde o temprano se subsana y te das cuenta de ello.

Esto no es una ciencia, no debes volverte loco buscando y eliminando, sino que tienes que divertirte en esta búsqueda. Siempre tienes que divertirte, porque no hay ninguna verdad absoluta, tan sólo verdades relativas. Las equivocaciones son posibles y hay que aceptarlas.

Seguramente, de la lista de 100, quitarás alrededor de 77 características relacionadas con la belleza sexual o amorosa, así que quedarán 23.

3. Nuevamente 23, lo sé. Pues bien, esos 23 datos de belleza que no has podido eliminar, esos 23 datos que no sabes por qué pero que te parecen bellos son la base para comenzar a trabajar. Debes tener el radar encendido y cuando descubras como mínimo 3 de esas marcas en una persona puede haber una posibilidad remota de que sea un amarillo. Si son 9, la posibilidad deja de ser remota y comienza a ser una certeza. Si supera las 13, debes hablar con esa persona, porque seguramente será un amarillo. Si cumple los 23, bingo, lo tienes. Puedes dejarlo escapar si no lo necesitas en ese momento o hablar con esa persona si lo deseas o ves que te necesita.

Lo que debes recordar es que una cosa es encontrar al amarillo y otra cosa hablar con él.

Recuerda que los encontrarás, pero que no debes malgastarlos. No abundan y tienen fecha de caducidad. Así que tú mismo.

4. Y si decides hablar con esa persona, ¿qué pasará? Comenzará una relación amarilla que perdurará el tiempo que tenga que perdurar; puede durar horas, meses o años. Y cuando acabe hará que te sientas mejor, pero seguramente también te modificará. Y al modificarte, modificará tus marcas, tu interior.

5. Y nuevamente, cada dos años, más o menos, debes volver a buscar tus marcas. Cada dos años, la belleza amarilla se modifica debido al contacto con un amarillo. Así que te recomiendo que bianualmente busques las marcas.

Descubrirás que 15 o 16 continúan igual pero 8 o 7 se modifican. Es importante buscarlas para no equivocarse.

Sé que el trabajo es arduo, y que ahora tienes dudas. ¿Esas marcas pertenecen a la belleza amarilla, a la belleza sexual o a la belleza amorosa

La forma mejor para comprobarlo es recortar fotos que veas y que te llamen la atención; fotos de personas en revistas, en periódicos, imágenes de internet. También idiomas con acentos que te llamen la atención. Olores que no puedas quitarte de la cabeza y te parezcan bellos. Imágenes que han perdurado en tu memoria.

Hay que hacer un recorrido mental por todo lo que nos parece bello. No centrarnos sólo en las personas sino en los lugares, en épocas de nuestra vida, en sentimientos y en sensaciones. Hay que rastrear mucho.

Ya lo dijo Night: para entender el secreto hay que trabajar mucho. Pero vale la pena. Hay que trabajar, pero el mundo amarillo vale la pena.

Sé que quizá algunos conceptos no te han quedado claros. Así que en el siguiente capítulo hay una batería de preguntas sobre los amarillos donde espero que esté la que te ronda por la cabeza.

Batería de preguntas amarillas

Me gustan los ordenadores. Por algún motivo congenio con ellos. Me gusta saber que cuando algo no funciona puedes apagar y encender de nuevo el ordenador; es una solución mágica.

Creo que no estaría mal que ocurriera lo mismo con las personas, que cuando no entendieras a alguien, cuando algo fuera realmente extraño, pudieras reiniciar a esa persona, apagarla y encenderla de nuevo.

Eso sería lo primero que aportaría a nuestro mundo; lo segundo sería el icono «deshacer» de los procesadores de texto como el Word. Me parece una función maravillosa. Si te equivocas y clicas deshacer, esa flecha que gira, vuelve a aparecer lo último que habías hecho.

No sé cuántas veces al día pulsaríamos el deshacer. Estoy seguro de que una media de cien o doscientas veces al día. Jamás nos parecería que tomamos la decisión adecuada.

¿Y si el deshacer funcionase retroactivamente? Estoy seguro de que mucha gente querría volver a sus veinte años y no hacer tal cosa, o a los quince y no hacer tal otra, o a los ocho… Incluso quizá hasta cuando nació, y no nacer.

La tercera cosa que me gusta es ese apartado que hay en todos los programas de «dudas que puede tener con este programa». Suelen ser dudas que ha tenido mucha gente, y los programadores, que ya lo saben, las incluyen en el mismo programa. Me gusta cuando encuentro mi duda en el archivo de ayuda, porque sé que resolveré mi problema. Pero ¿sabes?, también me alegra cuando no la encuentro porque me da la sensación de que no soy tan previsible como ellos creen. Me gusta que mis dudas sean extrañas, sorprendentes y sobre todo nuevas. Me hace sentir vivo.

Así que en la batería de preguntas sobre los amarillos no sufras si no está la tuya. Eso significa que estás vivo, muy vivo. Y seguro que encuentras la respuesta.

1. ¿Puede un familiar ser amarillo?

Claro que puede. Los hermanos son nuestros primeros posibles amarillos, los principales candidatos. De pequeño duermes con ellos si compartes habitación. Te abrazas, te acaricias. Son y pueden ser amarillos.

En el caso de padres y madres también es posible, pero es menos probable. Pero seguro que hay casos.

Debes recordar que cualquier persona es susceptible de ser amarillo.

2. ¿Los amarillos pueden transformarse en amigos o en una relación de amor o sexo?

Todo en la vida puede transformarse. Yo lo denomino perder color o intensificar el color. A veces se vuelven amarillo débil y se transforman en amigos. A veces cogen un color naranja y se transforman en amantes o en amores.

Tanto tú como tu amarillo decidiréis lo que queréis ser. Lo que es seguro es que luego no hay marcha atrás. Cuando el amarillo se intensifica o se decolora, nunca más vuelve a ser amarillo.

Así que piénsatelo bien.

3. ¿Y si descubro que alguien es mi amarillo pero esa persona no cree en los amarillos? ¿Debo decírselo?

Bueno, los amarillos son cosa de dos. Con esto quiero decir que tú eres amarillo de alguien si esa persona es amarilla tuya. No es posible que alguien sea amarillo tuyo y tú no signifiques nada para la otra persona; la relación es biyectiva.

Ya dije que esto no sería fácil. También puede ocurrir que alguien no quiera ser tu amarillo (o porque no cree en ello o porque no te considera amarillo); entonces debes dejar que se marche, olvidarlo, quizá no era el momento para tener a ese amarillo.

En la vida hay que saber decir no y aceptar los «noes». Ya vendrán otros tiempos. Además, ¿quién sabe?, quizá te habías equivocado y no era un amarillo.

4. ¿De qué hablas con un amarillo?

No he querido querido tratar esta cuestión antes porque yo creo que cada persona debe hablar de lo que quiera con su amarillo. No tienen por qué ser cosas muy profundas, pueden ser conversaciones banales pero que a uno le hacen sentirse muy bien.

La necesidad de encontrar un amarillo no es para tener conversaciones complicadas que arreglen el mundo o tu mundo sino que de alguna manera esas personas den sentido a tu vida. Armonizan tu lucha interna, te dan paz.

Tampoco he querido hablar mucho de ello para no condicionarte, para que no pienses que tienes que hablar de determinado tema. Los temas surgirán, no te preocupes. Vienen con los amarillos.

Yo creo que todo el mundo tiene su círculo de personas con las que puede hablar de todo, con las que se siente bien, a las que les une algo especial. Ésos son ejemplos de amigos que deberían convertirse en amarillos inmediatamente.

5. Si yo soy un chico ¿tendré más amarillos chicos o chicas?

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