[21]
No tan viejas y marchitas hoy en día, quizás. Flashman, escribiendo en la
Pax Britannica
de los años eduardianos, no podía prever un tiempo en que las tribus del norte de Borneo recuperarían la práctica de los cazadores de cabezas que la ley británica intentó erradicar. El editor ha visto filas de cabezas relativamente recientes en una «casa de cabezas» en el río Rajang; los lugareños admiten que la mayoría eran
orang Japon
, de los japoneses invasores de la segunda guerra mundial, pero algunas de ellas podían ser de tribus indonesias que en aquella época (1966) estaban luchando contra las tropas británico-malayas en la rebelión comunista.
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[22]
Frank Marryat, hijo del novelista capitán Marryat, sirvió como oficial naval en las aguas del Extremo Oriente en la década de los cuarenta del siglo XIX, y confirmó la opinión de Flashman sobre la vida pusilánime y pacata de la sociedad de Singapur. «Poca hospitalidad, poca alegría... todo el mundo ansioso por afirmar su posición en la sociedad.» Su descripción de la ciudad, su gente, costumbres e instituciones se ajusta exactamente a la de Flashman. (Véase
Borneo and the Indian Archipelago
(1848) de F. S. Marryat, y para una gran riqueza de detalles,
An Anecdotal History of Old Times in Singapore
, de G. B. Buckley.)
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El armenio Catchick Moses y el chino Whampoa son dos de los grandes personajes del Singapur de aquellos años. Catchick era famoso no sólo como comerciante, sino también como jugador de billar y por sus excéntricos hábitos de afeitarse con la mano izquierda sin espejo mientras caminaba por la veranda. Contaba unos treinta y dos años cuando Flashman le conoció; hizo testamento a la edad de setenta y tres años, siete antes de su muerte, siguió el inusual procedimiento de enviárselo a sus hijos, para que pudieran arreglar amigablemente cualquier disputa entre ellos mientras él todavía estaba vivo. Whampoa era el más rico de la comunidad china, famoso por la suntuosidad de sus fiestas y por su lujosa mansión con puertas de marcos ovales y dorados. Su aspecto era como lo describe Flashman, con su túnica de seda negra y su vaso de jerez. (Véase Buckley y Marryat.)
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Como Flashman admitió más tarde, el nombre de James Brooke, rajá blanco de Sarawak y famoso aventurero, no significaba nada para él al oírlo por primera vez, lo cual no es sorprendente ya que la fama de aquel notable victoriano no había llegado todavía a su apogeo. Pero Flashman estaba muy impresionado, a pesar de todo, por la personalidad y apariencia de su rescatador, y su descripción concuerda exactamente con el famoso retrato de Brooke que se encuentra en la National Gallery, que capta toda su resolución y energía infatigable, así como un aire romántico que le convertía en el ideal del héroe victoriano. La pintura puede servir como portada para cualquier historia de aventuras para jóvenes del siglo XIX... y a veces lo hizo. Lo único que falta es la herida en la cara que menciona Flashman; Brooke la había recibido en una lucha con los piratas de Sumatra en Murdu el 12 de febrero de 1844, así que tal vez no estaba del todo cicatrizada cuando se conocieron.
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[25]
Aunque parece improbable que alguien, aunque sea un emocional victoriano, pudiera hablar con una prosa tan florida, podemos estar seguros de que al menos Brooke lo escribió, casi palabra por palabra. En su diario, por aquella época, consignaba sus emociones al oír que una dama europea había sido hecha prisionera por los piratas de Borneo, que pedían un rescate: «¡Una damisela cautiva! ¿No sugiere esto imágenes de ojos azules y rojizo cabello y blancura de jacinto? Y al final, es posible que en realidad se trate de una gorda y vieja dama holandesa! Pobre criatura, aunque sea vieja, y gorda, y poco agradable, y fea, es una cosa espantosa oír que le espera un destino tan cruel entre los salvajes!». Obviamente, no podía estar pensando en aquel momento en la señora Flashman.
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[26]
Henry Keppel (1809-1904) fue uno de los más importantes marinos de guerra del periodo victoriano. Experto en embarcaciones especializadas en guerras en los ríos, era conocido entre los dayaks como «el demonio de pelo rojo», y sirvió con Brooke en numerosos ataques contra los piratas del sur del mar de China. (Véanse sus libros,
Expedition to Borneo of HMS Dido
, 1846, y
A Visit to the Indian Archipelago in HMS Maeander
, 1853.) Más adelante se convirtió en almirante de la flota.
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[27]
Gran señor.
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[28]
La entusiasta descripción de Stuart de Brooke y sus aventuras es perfectamente fiel en sus detalles (véanse
The Raja of Sarawak
, de Gertrude L. Jacob, 1876,
The Life of Sir James Brooke
, de Spenser St. John, 1879, las propias cartas de Brooke y su diario, y otras fuentes de Borneo citadas en estas notas. También el Apéndice B). El único error se da por parte de Flashman y no tiene demasiada importancia: el nombre de Stuart era en realidad George Steward. Obviamente, Flashman había cometido de nuevo un error en el que ocasionalmente cae en sus memorias, y es confiar en sus oídos y no molestarse en comprobar la ortografía de los nombres propios.
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[29]
Angela Georgina Burdett-Coutts (1814-1906), «la heredera más rica de toda Inglaterra, disfrutaba de una fama... que sólo la superaba la de la reina Victoria». Dedicó su vida y la vasta fortuna heredada de su abuelo, el banquero Thomas Coutts, en incontables obras de caridad y buenas causas, patrocinando la construcción de escuelas, casas y hospitales, y proporcionando fondos para proyectos tan diversos como el alivio de la hambruna de Irlanda, becas universitarias, abrevaderos y exploraciones coloniales. Livingstone, Stanley y Brooke se contaban entre los pioneros a quienes ayudó. Fue la primera mujer en alcanzar el título de par por sus servicios públicos, y contaba entre sus amigos a Wellington, Faraday, Disraeli, Gladstone, Daniel Webster y Dickens, que le dedicó su obra
Martin Chuzzlewit
.
La combinación de su belleza, encanto e inmensa fortuna atrajo a innumerables pretendientes, pero ella no pareció sentir inclinación alguna hacia el matrimonio hasta que conoció a Brooke y «se enamoró locamente de él». Según la tradición, fue ella quien le propuso matrimonio a él y fue cortésmente rechazada (véase la nota siguiente), pero siguieron siendo buenos amigos. Se dijo que estuvo dispuesta a obtener el reconocimiento oficial de Sarawak. Finalmente se casó, ya sesentona, con el americano William Ashmead-Bartlett. Está enterrada en la abadía de Westminster. (Véanse
Raja Brooke and Baroness Burdett
-
Coutts, Letters
, editadas por Owen Rutter, y el
Dictionary of National Biography
.) La memoria de Flashman le ha traicionado en un pequeño detalle: es posible que hubiera conocido a la señorita Coutts, pero no en «Stratton Street», ella no residió allí hasta finales de la década de los cuarenta.
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La verdad acerca de la herida de Brooke en Birmania está lejos de resultar clara. Todo lo que podemos decir con certeza es que la recibió durante su servicio en el ejército bengalí en la campaña de Assam (1823-1825) al frente de una unidad de la caballería del país y recibió un disparo mientras cargaban contra una empalizada. Sus principales biógrafos, Gertrude Jacob y Spenser St. John, dicen que le hirieron en el pulmón; de acuerdo con la señora Jacob, no le extrajeron la bala hasta un año después, y fue conservada en un recipiente de cristal por la madre de Brooke. Por otra parte, Owen Rutter cita a John Dill Ross, cuyo padre conocía bien a Brooke, como una autoridad para la historia de que la herida fue en los genitales. Si esto es cierto, concuerda con el supuesto rechazo de Brooke a la señorita Burdett-Coutts, y con el hecho de que él nunca se casara.
Es posible también, por supuesto, que Jacob y St. John no conocieran la verdadera naturaleza de la herida de Brooke (aunque parece improbable en el caso de St. John, que era amigo íntimo de Brooke y secretario suyo en Sarawak), o que simplemente fueran delicados. Hay notas en sus biografías que pueden admitir diversas interpretaciones: St. John, por ejemplo, dice que durante la convalecencia de su herida, Brooke estaba «absorto en pensamientos melancólicos, y a menudo deseaba estar solo», pero esto no es necesariamente significativo... Cualquier hombre joven con una herida que hubiera terminado con su carrera militar podía sentirse abatido. Tanto Jacob como St. John, por otra parte, refieren que Brooke estuvo enamorado y brevemente comprometido (con la hija de un predicador de Bath) después de su herida, y St. John añade que «a partir de entonces él pareció haber renunciado a los halagos femeninos». Sería peligroso extraer conclusiones de tan problemáticas pruebas, o de lo que se conoce del carácter y la conducta de Brooke; Flashman; naturalmente, estaba dispuesto a creer lo peor.
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[31]
Cerbatana.
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[32]
Fuera cual fuese la opinión que Brooke le mereciera a Flashman, éste ha relatado con toda honestidad el ambiente que rodeaba al rajá blanco y su tertulia. La descripción de los muebles y la vida diaria de The Grove, las cenas formales, la recepción de peticionarios, incluso su interés por la jardinería, su gusto por los sillones confortables y los periódicos de casa, y su excéntrico hábito de jugar a pídola se confirman a través de otras fuentes. Mucho más importante es que prácticamente todas las opiniones que él expresó en presencia de Flashman, a través de su narración, se encuentran en otros lugares de los propios escritos de Brooke. Su visión de los pueblos nativos, la piratería, el futuro de Borneo, los misioneros, el desarrollo colonial, la religión y la ética, los honores y las condecoraciones, las ambiciones personales y los gustos privados... toda la filosofía de este hombre notable, de hecho, está contenida extensamente en sus diarios y cartas, y su conversación tal como fue registrada por Flashman lo refleja adecuadamente, incluso con idénticas palabras. El estilo de su charla parece ser que fue como el de sus escritos, brillante, confiado, animado y altamente obstinado (véanse los escritos de Brooke tal como aparecen citados en St. John, Jacob
et al.
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[33]
«Demonios del bosque», es decir, los que usan el
sumpitan
.
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[34]
Brooke había escrito estas palabras textualmente en su diario sólo unos pocos días antes.
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[35]
Aquí se han borrado completamente un par de líneas en el manuscrito, sin duda para eliminar alguna referencia poco halagüeña a la tercera hermana de lady Flashman, Grizel de Rothschild, que preparó este diario para su edición.
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[36]
Charles Johnson (1829-1917) era sobrino de Brooke, y se convirtió en el segundo rajá blanco a la muerte de su tío en 1868. Tomó el sobrenombre de Brooke, reinó durante casi cincuenta años, extendió las fronteras de Sarawak y se ganó una alta reputación como hombre luchador y gobernador justo. A pesar de su procedencia, era un colonialista con una visión inusualmente clara, que predijo a principios de este siglo el final del imperio y la ascendencia de nuevos poderes orientales como China y Rusia.
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[37]
. Ajedrez malayo, una variante interesante del juego en la que el rey puede hacer el mismo movimiento que los caballos cuando le dan jaque.
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[38]
W. E. Gladstone fue uno de los políticos liberales que presionaron para que se presentaran cargos contra Brooke por sus acciones crueles, ilegales y excesivas contra los piratas de Borneo. St. John comenta desabridamente: «Las simpatías de James Brooke estaban con las víctimas, Gladstone con los piratas». (Véase el artículo de Gladstone en «Piratería en Borneo y las operaciones de 1849».)
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[39]
Una excelente descripción de un prao pirata de mar. Estos barcos, de más de veinte metros de largo, pesadamente armados con cañones y llevando cientos de hombres, eran el azote de las Indias Orientales hasta bien entrado el siglo XIX. Navegando a veces en flotas de cientos desde los grandes nidos de piratas de las Filipinas y el norte de Borneo, hacían presas en alta mar y en ciudades costeras también en busca de esclavos y botín, y desafiaban las fuerzas navales de Gran Bretaña y Holanda.
Aunque la piratería era general en las islas, las principales asociaciones eran los Balagnini, subvencionados por los príncipes de Borneo a cambio de esclavos y tesoros; los errantes Maluku de Halmahera en las Malucas; los dayaks marinos de los ríos Seribas y Skrang que estaban especializados en cortar cabezas; y los más temidos de todos, los piratas Lanun o Illanun, «los piratas del lago», de Mindanao, cuyos praos podían hacer travesías de tres años y que operaban en el gran mercado de esclavos de Sulú. Aunque la mayoría de los jefes piratas eran de las islas, algunos de ellos, como el amigo de Flashman, Sahib Suleiman Usman, eran árabes mestizos... Usman se tenía por especialmente detestable porque no tenía escrúpulos en reducir a sus propios compañeros árabes a la esclavitud, pero era extremadamente poderoso como jefe de una fuerte confederación de piratas del norte de Borneo, y también a través de su matrimonio con la hija del sultán de Sulú. (Véase Brooke, Marryat, Keppel, Mundy y F. J. Morehead,
History of Malaya
, vol. II.)
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[40]
Té del desayuno.
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[41]
«Jersey» debe de referirse seguramente a «New Jersey», donde se fabricó el revólver calibre 40 de cinco disparos y que se cargaba por el cañón. Era conocido como Colt Paterson entre 1836 y 1842. Algunas de estas pistolas tenían cañones de un pie de largo.
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[42]
Decididamente Flashman se equivoca. Si fueron ejecutados algunos piratas en Linga —y no hay pruebas que lo demuestren, aunque los métodos de ejecución que describe Flashman eran comunes entre los dayaks— Makota no podía estar entre ellos, porque estaba con los piratas en Patusan al día siguiente.
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