Lusitania es único en la galaxia, un planeta donde coexisten tres especies inteligentes: los pequeninos, los humanos y la Reina Colmena y sus insectores. El planeta ha sido condenado por el Consejo Estelar a causa de la descolada, el virus letal para los humanos e imprescindible para la biología de los pequeninos. Gracias a que Jane, la inteligencia artificial aliada de Ender, ha hecho posible un misterioso viaje más allá del universo, Ender ha creado dos nuevos seres, verdaderos «hijos de la mente» de Ender, que se unen a él en la difícil lucha por salvar Lusitania.
Una especulación sobre el ser y la conciencia que no rehúye reflexionar sobre la religión, la política y el poder.
Orson Scott Card
Hijos de la mente
Saga de Ender / 4
ePUB v1.0
jtv_3002.11.12
Título original:
Children of the Mind
Orson Scott Card, 01/10/1997.
Traducción: Rafael Marín Trechera
Editor original: jtv_30 (v1.0 a v1.0)
ePub base v2.0
A Barbara Bova leo
cuya perseverancia, sabiduría y empatía
hacen de ella una gran agente
y una amiga aún mejor.
Debo decir que es una verdadera satisfacción presentar esta novela con la que se cierra el ciclo de Ender, el más popular de la ciencia ficción moderna. He de reconocer que debo mucho a la serie de Ender y, en general, a la obra de Orson Scott Card.
A finales de 1986, cuando se creó Ediciones B y me encargaron que me ocupara de la serie de ciencia ficción, descubrí con sorpresa que EL JUEGO DE ENDER, aparecida en inglés en 1985, todavía no tenía editor en España. Me sigue pareciendo algo sorprendente, pero debo decir que me apresuré a aprovecharme de la situación.
Ganadora de los premios Hugo y Nebula, EL JUEGO DE ENDER tenía una continuación, ya aparecida en 1986, también llamada a obtener los premios mayores de la ciencia ficción mundial. Se trata de LA VOZ DE LOS MUERTOS, que en 1987 no sólo obtuvo el Hugo y el Nebula, sino también el Locus. En toda la historia de la ciencia ficción, Card ha sido el primer autor que ha obtenido esos premios en dos años consecutivos.
A principios de 1987, sin saber que LA VOZ DE LOS MUERTOS obtendría esos galardones y sentaría ese insólito precedente, lo cierto es que la lectura de EL JUEGO DE ENDER y LA VOZ DE LOS MUERTOS no me dejaron indiferente. Otros editores de colección, tal vez influenciados por el tono de cierta crítica de la que hablaremos más tarde, habían «desaprovechado» el fenómeno Ender. Yo no estaba dispuesto a incurrir en el mismo error.
Cuando en abril de 1987 Ediciones B lanzó su serie de ciencia ficción, entonces en el seno de la colección de bolsillo Libro Amigo, había tres títulos preparados: EL JUEGO DE ENDER de Card, Los LENGUAJES DE PAO de Jack Vance y EL PLANETA DE SHAKESPEARE de Clifford D. Simak. Tal vez con una cierta arrogancia insistí en que la colección empezara precisamente con la novela del «novato» Card, pese al mayor renombre y atractivo popular de Vance y Simak. Incluso creo recordar que hice depender de este punto mi continuidad como editor de ciencia ficción. Así de seguro estaba de la calidad e interés de esas novelas de Card.
Fue un acierto y, si debo ser sincero, me temo que todavía vivo de los beneficios de tal decisión. Como no podía ser menos, EL JUEGO DE ENDER se convirtió en un gran éxito. Antes de seis meses, en octubre de 1987 (algo prácticamente insólito en la ciencia ficción publicada en España) se reeditó en Libro Amigo, y Ediciones B aceptó desde entonces, ya sin ninguna duda, mi calidad de experto. Incluso me doblaron los emolumentos…
Por ello, cuando en marzo de 1988, tras diecisiete novelas en Libro Amigo, se decidió resucitar la vieja colección NOVA de Editorial Bruguera, no me costó nada que LA VOZ DE LOS MUERTOS fuera el número 1 de esa nueva serie. Incluso, cuando en diciembre de 1988 hizo falta otra reedición de EL JUEGO DE ENDER, me empeñé en que apareciera en NOVA como el insólito número 0 de la colección. Lo logré.
Más tarde, cuando en 1991 apareció en inglés ENDER EL XENOCIDA, aguardé hasta mayo de 1992 para que esta tercera novela de la serie de Ender fuera el número 50 de NOVA. Hoy, tras haber ocupado los números 1 y 50 de NOVA, el ciclo de Ender se cierra precisamente con el número 100 de la colección, como primera muestra del inevitable cambio de diseño que el simple paso del tiempo parece exigir en el agitado y competitivo mundo editorial.
No me molesta reconocer lo mucho que NOVA debe a Orson Scott Card y a su serie de Ender. Y todavía sigo extrañándome del error de apreciación que otros editores españoles de ciencia ficción cometieron en 1986 con la obra de Orson Scott Card. Aunque es fácil comprenderles: al parecer, el hecho de que Card fuera mormón suscitó no pocas críticas en el mundillo de la ciencia ficción norteamericana. En aquel entonces estaba de moda el ciberpunk más que obras como las de Card, en las que la afectividad, los sentimientos y, en definitiva, la moral dictaban el sentido y el propósito de la trama y del comportamiento de unos personajes a menudo entrañables.
Eran unas críticas injustas y, lo más grave, erróneas.
Afortunadamente, yo no me guío sólo por las críticas. Prefiero opinar por mí mismo y fiarme de mí valoración como lector. Este criterio apliqué con Card y posteriormente con autores como Bujold Y Sheffield, también algo vapuleados por la crítica, pero que me han hecho disfrutar con la lectura de sus novelas. Aunque sea de forma distinta a como lo hace Card que, es inevitable decirlo, no tiene parangón.
Card, de hecho, es uno de los nuevos autores de la ciencia ficción americana que surgieron con mayor fuerza a mediados de los años ochenta precisamente con obras como EL JUEGO DE ENDER y su saga. Su obra se caracteriza por la importancia que concede a los sentimientos y a las emociones de sus personajes cuidadosamente delineados, y sus argumentos tienen también gran intensidad emotiva. Una arriesgada novedad en la época del nacimiento del presunto fenómeno ciberpunk. Sin llegar a predicar, Card es un autor que aborda los temas de tipo moral y ético con una intensa poesía lírica,
Por ello, a mediados de los ochenta, EL JUEGO DE ENDER representaba una novedad clara y, en cierto modo, un desafío. El tema central de dicha novela (tal y como aparece en una visión superficial de su lectura) es un cliché ya viejo en la ciencia ficción: la formación militar de un cadete espacial. Pero el tratamiento resulta radicalmente distinto del que se había hecho clásico en manos de autores como Heinlein (TROPAS DEL ESPACIO) o Harrison (BILL, HÉROE GALÁCTICO), por poner algunos de los ejemplos que acuden más rapidamente a la memoria. Al analizar la formación de la mentalidad de un líder, Card rehúye el esquema clásico de tipo autoritario y centra el tema en la capacidad empática para comprender y dirigir los recursos, sobre todo los humanos, que un buen líder debe manejar con soltura. Se trata, por lo tanto, de una novela que, aun atendiendo a los detalles de la formación militar y estratégica, se recrea en el componente psicológico de la formación de la personalidad del joven Ender.
Pero Card, tras el éxito indudable de EL JUEGO DE ENDER, decidió cambiar de registro. Lo que confiere su carácter excepcional a LA VOZ DE LOS MUERTOS es la riqueza del tratamiento de los personajes y la profunda humanidad de los mismos. Aunque el elemento científico (principalmente la biología) está presente deforma más acentuada que en anteriores obras de Card, LA VOZ DE LOS MUERTOS se centra sobre todo en las personas, alcanzando grados de emotividad francamente sorprendentes. Esta vez la temática es múltiple: por una parte el aspecto religioso, ético y moral tan querido para Card, y por otra la especulación científica y tecnológica, además del siempre interesante problema de la relación entre dos especies inteligentes.
Al final de EL JUEGO DE ENDER se narra cómo Ender, xenocida de los insectores, enseña a la especie humana a amar al Hegemon (su propio hermano Peter) y a la Reina Colmena (la superviviente de los insectores). En LA VOZ DE LOS MUERTOS Ender debe lograr que se acepte a los pequeninos de Lusitania, cuya biología depende del virus de la descolada, letal para los humanos.
Debo decir que, aun a sabiendas del mayor poder de arraigo en el público lector de EL JUEGO DE ENDER, definitivamente LA VOZ DE LOS MUERTOS es, para mí, la más brillante de esas dos primeras novelas del ciclo de Ender. En LA VOZ DE LOS MUERTOS Card afronta un complejo tour de force de personajes (Novinha y sus hijos) en cuyas complejas relaciones afectivas debe encajar el joven Ender. Y junto a ello y a los pequeninos, la descolada y toda la parafernalia afectiva que rodea a un xenocida como Ender, nos encontramos con esa nueva religión de los Portavoces de los Muertos, que actúan como sacerdotes para quienes no creen en ningún dios y sin embargo creen en los valores humanos. Y por si ello fuera poco, está Jane, la inteligencia artificial nacida del nexo de ansibles que comunican la galaxia. ¿ Cómo podía no haberme gustado LA VOZ DE LOS MUERTOS? ¿ Cómo podía no gustar a un lector inteligente y libre de opinar por sí mismo?
ENDER EL XENOCIDA es otra cosa. Tal y como quedan las cosas al final de LA VOZ DE LOS MUERTOS, Lusitania es único en la galaxia. Un planeta donde coexisten las tres especies inteligentes conocidas: los «cerdis» o pequeninos que evolucionaron en el mismo planeta; los humanos, que llegaron como colonizadores; y la Reina Colmena y sus insectores, traídos por el joven Ender unos años atrás. El planeta ha sido condenado por el Consejo Estelar a causa de la descolada, el virus letal para los humanos e imprescindible para la biología de los pequeninos. Jane, la inteligencia artificial aliada de Ender y nacida del nexo de ansibles que comunican la galaxia, logra salvar Lusitania interfiriendo con la Flota Estelar y creando un sorprendente misterio a escala galáctica. Con esta situación arranca ENDER EL XENOCIDA escrito en 1991, varios años después de las dos primeras novelas.
Mientras Valentine, la hermana de Ender, acude a reunirse con él en Lusitania, en el planeta Sendero, con una cultura derivada de la antigua China, la niña Qing-jao debe descubrir la causa de la desaparición de la Flota Estelar Su prodigiosa inteligencia le permite resolver el enigma, y ello pone en peligro la misma existencia de Jane y la supervivencia de las tres especies inteligentes conocidas. La intervención de Ender se hace de nuevo imprescindible.
La idea central de ENDER EL XENOCIDA parece proceder de un viejo proyecto de Card sobre el concepto de los «filotes». Una idea que en 1977 no se atrevió a abordar, posiblemente por falta de experiencia como narrador. Una experiencia de la que, años después, hace sobrada gala en ENDER EL XENOCIDA, uniendo la vieja idea de los filotes a la riqueza de personajes de la saga de Ender, con alguna brillante incorporación como es el planeta Sendero y su cultura de raíces chinas.
La idea de los filotes es en realidad un complemento, en cierta forma filosófico, al tema del viaje a velocidades ultralumínicas. Por primera vez en su carrera, Card abordaba un tema de «idea» en la línea de la más clásica y tradicional ciencia ficción aunque, como no podía ser menos, incluso ese tema se desarrolla desde esa particular óptica que caracteriza la obra de Card.