La inmortalidad (42 page)

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Authors: Milan Kundera

Tags: #Relato

BOOK: La inmortalidad
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—Juegas con el mundo como un niño melancólico sin hermanito.

¡Sí, ésa es la metáfora para Avenarius! ¡Llevo buscándola desde que lo conozco! ¡Por fin! Avenarius sonreía como un niño melancólico. Después dijo:

—No tengo hermanito pero te tengo a ti.

Se incorporó, yo también me incorporé y parecía que después de las últimas palabras de Avenarius no íbamos a tener más remedio que abrazarnos. Pero luego nos dimos cuenta de que estábamos en bañador y nos asustamos del contacto íntimo de nuestras barrigas desnudas. Desconcertados, nos reímos y nos fuimos al vestuario, en el que a través de los altavoces gritaba una aguda voz femenina acompañada de guitarras, de modo que ya no nos quedaron ganas de continuar la conversación. Entramos luego en el ascensor. Avenarius iba hasta el sótano, donde estaba aparcado su Mercedes y yo lo abandoné en la planta baja. Desde cinco carteles colgados en el vestíbulo me sonreían cinco caras distintas enseñando los mismos dientes. Temí que me mordieran y salí rápidamente a la calle.

La calzada estaba repleta de coches que hacían sonar sus bocinas ininterrumpidamente. Las motos subían a las aceras y avanzaban entre los peatones. Pensé en Agnes. Hace precisamente dos años que me la imaginé por primera vez mientras esperaba a Avenarius arriba, en la camilla del club. Ese había sido el motivo por el que había pedido la botella. Había terminado de escribir la novela y quería celebrarlo en el mismo sitio en el que había nacido su primera idea.

Los coches hacían sonar sus bocinas y se oían gritos de gente furiosa. En una situación igual que ésta había ansiado una vez Agnes comprarse un nomeolvides, una única flor de nomeolvides; había ansiado tenerlo ante los ojos como la última huella apenas visible de la belleza.

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