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Authors: Juan Rodolfo Wilcock

Tags: #Fantástico, Otros

La sinagoga de los iconoclastas (8 page)

BOOK: La sinagoga de los iconoclastas
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Lo contrario de un canal es realmente un túnel, como el que ya en aquella época unía —o casi— Francia con Inglaterra; de modo mucho más económico, Bélouin había concebido raíles, cuidadosamente tendidos sobre el fondo marino, y un tren que corría —o resbalaba, o navegaba— encima, sin paradas por supuesto, ni siquiera para aprovisionarse de agua. Operación ésta que en el fondo del mar parecía, incluso ante los ojos posibilistas del entusiasta inventor, como paradójicamente problemática.

Ningún lugar más idóneo que el Báltico para tan veloz red de comunicación; de no ser porque el Báltico aún no pertenecía —o ya no pertenecía— a Francia, aunque una fuerte dinastía de una de sus orillas llevase el nombre de Bernardotte, y otra, si bien por breve tiempo, hubiese llevado el de Valois. Bélouin daba por supuesto, sin embargo, que al prestigioso Gobierno francés no podía resultarle excesivamente difícil obtener una especie de derecho de prelación y de protección sobre el inútil fondo de aquellos mares, por otra parte feos, neblinosos, fríos y en cierto modo aún por colonizar.

Una vía férrea submarina de Petroburgo a Kiel, otra de Dantzig a Estocolmo, y ya estaba hecha la cruz de Lorena, a título de reconfirmación de la hasta demasiado confirmada capacidad de expansión del genio francés. Pero éste era el aspecto a largo plazo del Proyecto; respecto al futuro inmediato, se imponían desde entonces con el carisma de la inevitabilidad los trazados Calais-Dover, Le Havre-Southampton, y bajando al Mediterráneo el abanico Marsella-Barcelona, Marsella-Argel y Marsella-Génova, además de una eventual línea de deporte o caza mayor Bastia-Civitavecchia
(Réseau Bélouin: Premier Projet de Chemin de Fer sous la Mer,
Antoine Amédée Bélouin, Limoges, 1897).

En su manual de vías férreas sumergidas, Bélouin admite con tanta claridad como generosidad su absoluta incompetencia técnico-científica en los diferentes sectores de problemas planteados por su proyecto (en realidad, era profesor de latín y griego en un instituto de provincias), pero no tiene la menor duda de que, confiados a los expertos, la mayor parte de dichos problemas se resolverán, por decirlo de algún modo, por sí solos: «El progreso de la ciencia moderna», manifiesta, «ha sido tan vertiginoso en estos últimos años, que si bien por una parte ya no existe un Cicerón capaz de abarcar por su cuenta el entero acervo de conocimientos, por otra se puede decir perfectamente que no queda distante la hora en que, gracias al esfuerzo conjunto de los bravos científicos
(preux savants)
de hoy, todos los problemas pasados y presentes del hombre quedarán resueltos, lo que nos allanará el camino para plantear, exponer y arreglar los problemas del futuro».

La alusión a Cicerón en este contexto no hace más que aumentar la originalidad del autor del proyecto, el cual, poco propenso a la puntillosidad técnica de su coetáneo inventor de fábulas Julio Verne, delega prudentemente a los expertos la tarea de resolver, entre tantas otras, las siguientes cuestiones: espesor de las paredes acorazadas de los vagones estancos, sometidos a las notables presiones de los fondos marinos; presión interior del aire en dichos vagones; regular funcionamiento de una locomotora de vapor en el fondo del océano; iluminación (con los medios de 1897); colocación de las vías sobre el limo marino; trabajos de nivelamiento, puentes sobre los abismos y trabajos análogos, declives escarpadísimos de las líneas costeras; paso de los vehículos de la zona seca a la húmeda y viceversa; indicación de peligros; salvamento en caso de accidentes de mayor o menor relevancia; resistencia del agua al movimiento; corrientes; emergencias de carácter técnico, como por ejemplo agotamiento del carbón; comunicación entre un vagón y otro, etc.

En cambio, Bélouin describe minuciosamente los asientos, los retretes, las dobles ventanas de los vagones; los cuales serán construidos en forma de obús, más por motivos balísticos que hidrodinámicos. Describe el servicio de vigilancia, buenas costumbres y moral, tanto dentro del convoy como en la aduana de salida y de llegada; la calefacción, mediante dobles paneles de cobre rellenados de bolas de antracita encendidas en el momento de la partida; el espolón de la locomotora, que tendrá forma de tiburón o más exactamente de pez espada
(narval).
Prevé un vagón más blindado que los demás, defendido con abundantes carabinas, para el transporte de piedras preciosas, lingotes de oro y documentos de Estado; prevé compartimentos especiales para el transporte de cadáveres, y otros para religiosos. Y para terminar prevé, como consecuencia indirecta de estos cosmopolitas contactos submarinos, una mayor hermandad entre las naciones, bajo el signo luminoso e inagotable del ingenio francés.

ARMANDO APRILE

Armando Aprile tuvo la consistencia de un fantasma.

No ha quedado nada de él, salvo un nombre que parece falso y una dirección que no era la suya, en un folleto que apareció un día por las calles de Roma. Efímero utopista, propuso al mundo un orden, pero a lo que parece el mundo lo rechazó. El folleto decía lo siguiente:

ATENCIÓN — MENSAJE MUY IMPORTANTE — Fecha de lanzamiento 1-12-1968 — Juro que haré respetar las siguientes leyes, siempre que el Pueblo mundial se una a mí llevando como reconocimiento: el reloj en la muñeca derecha: o bien una doble AA impresa en una parte visible de la persona o sobre las ropas. El pañuelo para la nariz: verde. Uniforme, único color: blanco o bien azul; zapatos negros en caso de luto; la bandera, blanca y/o azul.

Estas leyes sirven para crear la igualdad de paga, dividida en seis categorías: Mayor paga a los primeros 36 Dirigentes del mundo. Segunda paga: a los segundos 36 mil Dirigentes del Mundo. Tercera paga: a los Jueces. Cuarta paga: a los Científicos, Doctores, Comisarios, Ingenieros, Abogados, Generales, en cualquier caso hasta el grado de Brigadier de Carabineros, a todos los del Espectáculo y del Deporte, etcétera. Quinta paga: al Cuerpo de Aduanas, Marina, Carabineros, Policía, Estudiantes, Soldados, Empleados, etcétera. Sexta paga: a los Niños desde su nacimiento hasta los doce años y a los Presos condenados por homicidio. Los condenados por homicidio trabajarán diez horas al día, las restantes condenas se pagarán can dinero, así que trabajarán en libertad durante ocho horas al día, hasta que hayan terminado de pagar la condena; todos podrán disfrutar de la reducción por buena conducta, y los que estén en libertad trabajarán un máximo de cinco horas de las 24 de la jornada.

4. A los parados se les pagará la jornada como si trabajaran.

5. A los jubilados por ancianidad, los infortunados y los enfermos, se les pagará la jornada como cuando trabajaban, además de todas las curas, medicinas y alojamiento gratis.

6. Pueden llevar el uniforme todos los jóvenes de cualquier talla y sexo, con tal de que no hayan sido condenados por homicidio.

7. Siempre que sea posible, en cada lugar de trabajo habrá aire acondicionado, muebles siempre nuevos, máxima limpieza, etcétera.

8. Todos después de su vigésimo primer año de edad tendrán derecho a un alojamiento nuevo gratuito, en el país donde les permita la residencia su profesión.

9. Todos hablaremos una misma lengua, y se castigará con multa hablar en dialecto.

10. Mi nuevo sistema de automóviles, etcétera, nos permitirá evitar el 90 por ciento de todos los accidentes.

11. Nadie seguirá pagando impuestos porque todo dependerá de la primera Dirección Mundial.

12. El desierto podrá ser habitado y cultivado. (Una sencilla idea mía nos permitirá evitar las discordias entre el Norte y el Sur de cada Nación).

13. Se admite el divorcio, por lo que resulta mucho mejor dejar de casarse.

14. Haré apagar cuanto antes los volcanes porque aparte del peligro queman una cantidad de subsuelo muy útil para la evolución de hoy y tal vez la de mañana.

15. Será muy probable que consiga sacar el agua del mar dejando la necesaria para la irrigación, porque amenaza un gran peligro para el planeta Terrestre, ejemplo: si alguien instala en el mar unas gigantescas batidoras, moriremos todos en menos de lo que canta un gallo.

16. Prometo la inmortalidad con noventa probabilidades sobre cien de éxito, y por tanto: un joven puede seguir siendo joven y un viejo puede volverse joven.

17. Quienquiera que esté de acuerdo con estas leyes, haga algo por ayudarme de la manera que pueda, en el campo financiero, enviando una aportación a esta dirección: Aprile Armando — en casa de Giglio (243) St. Nicholas Av. Brooklyn N. Y. (11237) América. Ayudándome a esparcir por el Mundo en el mayor número de lenguas posibles este mensaje e impidiendo al mismo tiempo que nuestros enemigos hagan circular leyes falsas.

18. Mis señas de identidad son: altura 1,54 m, sin zapatos ni sombrero, delgado, moreno, rojizo de piel, cicatriz en la parte derecha del tórax, un labanillo junto a la oreja derecha, la cara dividida en dos mitades por una señal natural casi invisible, apellido y nombre: Aprile Armando nacido el 29-12-1940.

FRANZ PIET VREDJUIK

A la prolongada discusión
post-mortem
entre Huygens y Newton sobre la naturaleza de la luz se apuntaron, entre otros muchos, obispos, locos, farmacéuticos, una princesa de Thurn und Taxis, un entomólogo de la Sagrada Puerta, Goethe; sus títulos académicos no siempre eran los que el tema exigía, pero nadie los tuvo más escasos que Franz Piet Vredjuik, enterrador de Udenthout en los Países Bajos, si es cierto que, como él mismo manifiesta, en toda su vida sólo había leído dos libros: la Biblia y las obras completas de Linneo. Esta presunción suya, que le hace único en el irregular campo de la filosofía post-newtoniana, se lee de manera explícita, y es difícil decir si petulante o modesta, en el prefacio del único opúsculo suyo que ha llegado hasta nosotros:
El Pecado Universal, o Discurso sobre la identidad entre sonido y luz
(1776, Utrecht). Como cualquiera puede deducir del título, el objetivo del breve tratado consiste en demostrar —o más exactamente afirmar, sin otra demostración que una serie de precisos llamamientos a la intuición— que el sonido es luz, luz degenerada.

Desde el punto de vista meramente estructural, admitida posteriormente la hipótesis llamada ondulatoria, la propuesta de Vredjuik podría parecer defendible; mucho menos aceptable parece, no obstante, su motivación, que es la siguiente: la causa eficiente y universal de la transformación regresiva y recurrente de la luz en sonido es el pecado original.

Dicha tesis presuponía, para comenzar, una relación jerárquica entre sonido y luz tan evidente que casi no merece otras aclaraciones: la luz era por definición mucho más noble que el sonido. Todavía hoy subsiste esta tácita prerrogativa, cuando no tiende a exasperarse. Casi nadie ha leído a Vredjuik, pero todos están de acuerdo en reconocer los privilegios de la luz; nada, por ejemplo, puede superarla en velocidad; de no existir la luz, no habría ninguna otra cosa en el universo; sólo la luz consigue prescindir de la materia; y así sucesivamente. Nadie, sin embargo, sostiene actualmente, como Vredjuik, que esto sucede simplemente porque sólo la luz, entre todas las manifestaciones del cosmos, no ha sufrido las consecuencias del pecado de Adán. Apenas es rozada por el pecado, la luz se estropea y se convierte en calor, suciedad, bestialidad, ruido.

La idea de la fundamental identidad entre luz y sonido se le había ocurrido a Vredjuik, como explica él mismo, pocos días después de la llegada al mundo de su segunda hija, Margarethe. Una noche, a eso de las dos de la madrugada, su hija había comenzado a chillar, como solían hacer los recién nacidos holandeses por aquellos tiempos, cuando de repente sus chillidos alcanzaron una intensidad y un diapasón tan poco habituales, que el padre, con las mantas estiradas hasta cubrirle los oídos, vio en la negra oscuridad encenderse tres estrellas como centellas: era un primer ejemplo de sonido convertido en luz. Posteriores reflexiones llevaron a Vredjuik a presuponer una directa relación entre ese fenómeno y el hecho de que Margarethe hubiera sido bautizada aquel mismo día: no habiendo cometido después la niña ningún pecado, sus cuerdas vocales mantenían, y seguirían manteniendo durante un breve tiempo, la bivalente capacidad de emitir tanto sonido como luz; en efecto, el fenómeno fue disminuyendo con el tiempo, a medida que la recién nacida iba siendo, como le corresponde al destino humano, una cada vez más acendrada pecadora.

Otra prueba decisiva, según Vredjuik, era la prueba del disparo de mosquetón lejano: si se sitúa un mosquetón sobre un barril o sobre el techo de una casa, y a unos centenares de pasos se sitúa un observador encima de otro barril o sobre el techo de otra casa (en Holanda escasean las alturas), cuando el mosquetón dispara un tiro —mejor si es de noche— el observador ve una lucecita y al cabo de un instante no despreciable de tiempo le llega el ruido del disparo. Obviamente se trata en ambos casos del mismo fenómeno: reconducible a la ignición de una cierta cantidad de pólvora: una parte de esta luz, sin pecado, llega inmediatamente al observador; la parte contaminada —quién sabe qué manos han tocado esa pólvora— llega en cambio con dificultades, bajo la capa del estallido. De la misma manera, aclara más bien oscuramente Vredjuik, el sifilítico camina con bastón.

Otros ejemplos de luz sin pecado son: las estrellas, de las que los paganos afirman que suelen producir una música, pero que evidentemente no la producen en los países cristianos, porque el autor las ha escuchado en Udenhout más de una noche, cuando callan los animales y los ríos; el sol, del que nunca se ha oído un solo estallido, y la luna, notoriamente silenciosa; la niebla, que nunca hace ruido; las lámparas de las iglesias reformadas holandesas (las de las otras despiden una crepitación característica); los cometas (Vredjuik admite que nunca ha visto ni escuchado ninguno, pero se lo han dicho); los ojos de los niños mudos (el cuarto hijo del autor era mudo); el famoso faro de Nueva Amsterdam, hoy Nueva York, y en general toda la cadena de faros entre Zelanda y Frisia; algunos tipos benignos de fantasmas y fuegos fatuos.

El libro del olvidado sepulturero de Brabante se cierra con una «Advertencia al lector», sobre la intrínseca inmoralidad del ruido, de la música, del canto y de la conversación.

CHARLES CARROLL

Según Charles Carroll de Saint Louis, autor de
El negro es una bestia
(
The Negro a Beast,
1900) y
¿Quién tentó a Eva?
(
The Tempter of Eve,
1902), el negro fue creado por Dios junto con los animales con el único fin de que Adán y sus descendientes no carecieran de camareros, lavaplatos, limpiabotas, encargados de letrinas y suministradores de servicios semejantes en el Jardín del Edén. Al igual que los restantes mamíferos, el negro manifiesta una especie de mente, algo entre el perro y el mono, pero está totalmente desprovisto de alma.

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