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Authors: Diego Armando Maradona

Tags: #biografía, #Relato

Yo soy el Diego (40 page)

BOOK: Yo soy el Diego
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Muchos años después nos enfrentamos con Alfredo, sí, él entrenador y yo jugador. Fue en el Nacional del '81, en La Bombonera, a la mañana: nos ganó River 3 a 2, pero aquella vez yo le hice un golazo a Fillol. Me la dio Perotti sobre la izquierda, amagué el centro una y otra vez y lo vi a Fillol jugado hacia el segundo palo, esperando eso. Entonces no dudé: le pegué fuerte buscando con exactitud el agujero que quedaba entre el Pato y el primer poste. Cuando reaccionó, la pelota ya estaba adentro. Lo más cómico fue que el Pato después dijo ¡que se había resbalado!

En España nos seguimos enfrentando, aunque eso, entre nosotros era únicamente una cuestión futbolera. El me mandó a marcar de dos maneras: primero, en zona, no me pudieron agarrar nunca; en la segunda, lo pegó a Sanchís encima mío como una estampilla, pero lo volví loco. En el '83, en una final bárbara, nos quedamos con la Copa del Rey. Ellos también nos ganaron, nos ganaron, ojo, ¿eh? Pero él y yo pensábamos y pensamos siempre lo mismo: todas las tácticas valen, pero los que desequilibran son los jugadores.

Los jugadores que surgen, justamente, son tantos, que para formar un equipo, para decir quiénes me han deleitado, para confesar quiénes me han decepcionado, para todo, me resulta más sencillo ir tirando nombres. ¿Ping pong le dicen a eso? Bueno, yo mejor le voy a dar a la pelota contra la pared, con zurda una vez, con la derecha la otra. Ahí va,
pic, pac, pic, pic, pac...
Cien pelotazos. No es un ranking, ¿eh?, les tiro el número sólo para que no tengan que contar, para que comprueben que les mando cien nombres, cien jugadores, y unas palabritas sobre cada uno. Y son cien, ¡nada más!, quedan otros tantos para algún libro futuro, qué le voy a hacer.

1. Pelé:
como jugador fue lo máximo, pero no supo aprovechar eso para enaltecer el fútbol. El pensó políticamente, pensó que podía ser el presidente de los brasileños. Y yo no creo que un jugador de fútbol, o un ex jugador de fútbol, tenga que pensar en ser presidente de un país. Me hubiera gustado que se propusiera, como yo, para presidir una asociación que defienda los derechos de los jugadores, que se ocupara de Garrincha y no lo dejara morir en la ruina, que luche contra todas las acciones de los poderosos que nos perjudican. No me comparo con él, siempre lo dije y lo repito. Y cuando digo que no me comparo, no hablo sólo de cuestiones futbolísticas. Tuve oportunidades de cruzarme con él varias veces. La primera, en 1979, cuando
El Gráfico
me llevó a conocerlo a Río. Después, en algunos partidos homenaje y esas cosas. La última, cuando se dio la posibilidad de hacer un negocio juntos, en el '95. Era una cuestión de piel, chocábamos demasiado; nos veíamos y saltaban las chispas.

2. Roberto Rivelinho:
siempre lo menciono como uno de los más grandes y muchos se sorprenden. No sé por qué... Era la elegancia y la rebeldía para salir a una cancha de fútbol. Las cosas que me cuentan de Rivelinho son increíbles. Y también se rebelaba contra los poderosos. Me enamoré del jugador y me sedujo como persona cuando lo conocí. Hay una anécdota muy linda, que lo pinta de cuerpo entero. Resulta que él estaba en la concentración de Brasil, en México 70. Haciendo nada, porque aquéllos no necesitaban nada para jugar. Y estaba ahí, sentado con Gerson, con Tostao... Entonces, apareció Pelé. Y ellos pensaron:
Este negro de mierda, ¿qué le podemos decir? ¡Si hace todo bien, el hijo de puta!
Entonces a Rivelinho, que siempre tenía respuesta para todo, se le ocurrió qué decirle. Lo miró fijo a Pelé, que ya era el mejor del mundo, y le dijo:
Decime la verdad, te hubiera gustado ser zurdo, ¿no?

3. Johan Cruyff:
yo sólo lo pude ver en el ocaso, pero me pareció un jugador fantástico. Era más veloz que los demás, física y mentalmente, y era con eso que sacaba la ventaja. Aceleraba como Caniggia, de 1 a 100, y se frenaba. Y tenía una visión de toda la cancha impresionante. Alguna vez dijo giladas de mí, sin conocerme bien.

4. Ángel Clemente Rojas:
¡Rojitas! En la piecita en Fiorito tenía una lámina de él pegada en la pared. Me encantaba cómo movía la cintura, cómo amagaba. Claro, en mi casa eran todos de Boca. A mí, después, me picó el bichito de Bochini, pero el primero, el primero que miré fue Rojitas.

5. Ubaldo Matildo Fillol:
el mejor arquero que vi en mi vida, sencillamente.

6. Daniel Alberto Passarella:
el mejor defensor que vi en mi vida, también. El mejor cabeceador, y en las dos áreas, algo que le falta al fútbol argentino de hoy. Lo que nos pasa afuera de la cancha no tiene nada que ver con lo que yo pienso de él como futbolista.

7. Mario Alberto Kempes:
un fenómeno como tipo, lo adoro, y también como jugador. Todos estamos muy agradecidos con el Flaco Menotti por lo del 78 y está bien; pero hemos sido muy desagradecidos con Mario, que fue el goleador, fue el alma, fue todo... Hemos sido injustos con él, se merece un homenaje de la Argentina y no tener que andar recorriendo el mundo, dirigiendo aquí y allá, con los técnicos que hay trabajando. Lo amo.

8. René Orlando Houseman:
el Loco fue el más grande que yo vi como habilidad, como gambeta, como invento. René se divertía con la pelota y eso, hoy, lo hacen pocos. Y cuento algo de él que me llena de orgullo, porque me habla de la confianza cuando yo era un pibe, porque se daba cuenta de que yo también era como él, compartíamos el origen: en el 78, cuando se emborrachaba, me llamaba desde donde estaba tomado y me pedía que lo
cargara
en el lomo, a caballito, y lo llevara hasta el segundo piso, donde estaba su habitación. Lo acompañábamos con Bertoni y a mí no me dejaba ir de la pieza hasta que no se quedaba dormido: quería que yo le hablara... Para mí, eso es algo inolvidable que me dejó el fútbol, la mejor gente del fútbol. Por aquellos años yo era capaz de pagar la entrada sólo para ver una genialidad del Loco.

9. Michel Platini:
gran nivel, un fenómeno. En Italia ganó todo, pero siempre me quedó la imagen de que jugando al fútbol no se divertía. Era muy frío, demasiado.

10. Hristo Stoitchkov:
se hizo un gran jugador en España, cuando estuvo en el Barcelona. Antes era solamente un goleador, pero después se hizo un fenómeno. Aparte, gran tipo, gran persona.

11. Antonio Cabrini:
me gustó siempre... Era lindo el hijo de puta. En Italia le decían "Il Fidanzato d'Italia", el novio de Italia. La rompía, jugaba muy bien al fútbol.

12. Antonio Careca:
un fenómeno y un amigo. Uno de los mejores socios que tuve en mi carrera.

13. Zico:
un director de partidos. Le tiraron la diez de Pelé y se la puso, sin problemas: tenía la jerarquía de un grande. Un tipo sensacional y un jugador fantástico.

14. Enzo Francescoli:
no necesitó ser campeón del mundo para estar entre los más grandes, sin envidiarle nada a ninguno. Y como tipo, el mejor. Lo siento mi amigo.

15. José Luis Chilavert:
me parece un gran arquero, pero yo no voy con los que dicen un día una cosa y al otro día otra. Incluso yo lo llamé cuando lo sentenciaron porque me pareció demasiado y creía que en mi país se estaba cometiendo una injusticia. Pero que él me venga a decir cómo tengo que vivir en mi país, ya me parece demasiado. No me va como persona, pero debo decir que es un arquerazo y un delantero más en cada tiro libre, porque le pega un fenómeno... Eso sí: en eso, no inventó nada, Higuita fue el primero.

16. Ronaldo:
el pibe es un gran jugador, pero lo agarró el tren de la fama. Y los contratos publicitarios le metieron tanto en la cabeza que tenía que ser el campeón que, antes de la final de Francia '98, le agarró un ataque de... asma. Yo no me la como: el pibe no la tocó, se lo comió la ansiedad de jugar bien y él no tiene la culpa; todos podemos jugar mal. Pero le exigían que hiciera un gol y que saliera revoleando el botín Nike como Patoruzito con las boleadoras. Le metieron tantas cosas en la cabeza que lo consumieron. Creo que superará esto y ojalá también lo de la última lesión, aunque esto último parece muy difícil. Pero no llegó a ser más que Romario ni más que Rivaldo. Me dio mucha pena cuando se volvió a lesionar: lo vi llorando en la cancha y me partió el alma. Le mandé un telegrama al hospital de Francia, donde lo operaron, sólo para estar un poco más cerca.

17. Marco Van Basten:
una máquina de hacer goles que se rompió justo cuando estaba por convertirse en el mejor de todos. Lo fue, igual, pero no llegó a número uno.

18. Romario:
un gran jugador, tengo una gran estima por él. No he visto otro definidor igual, le he visto hacer cosas increíbles adentro del área: rapidísimo, terrible. Cuando encaraba para el arco, te vacunaba. Nunca tuve dudas con él: está en mi equipo ideal.

19. Edmundo:
está loco, con una locura linda, y es un jugador fantástico. Yo no estuve de acuerdo con Batistuta cuando se enojó con él porque se fue al carnaval de Río y dejó por un partido a la Florentina. Eso estaba en su contrato, porque así son los brasileños: cuando yo jugaba allá y llegaban los carnavales desaparecían todos, Falcáo, Toninho Cerezo. Nos quedábamos sólo los argentinos, que tenemos menos carnaval que Santiago del Estero.

20. Paolo Maldini:
otro gran jugador que se equivocó de profesión; debió ser actor, es demasiado lindo para jugar a la pelota.

21. Ruud Gullit:
un toro... Era más bruto que técnico, pero suplía todo con su potencia, con su preparación física.

22. Christian Vieri:
es un gitano, pasa de un equipo a otro y se va llenando de plata. En todos lados hizo goles, pero es muy reciente como para decir si es un grande.

23. Gabriel Omar Batistuta:
un animal, un animal que, como digo yo, gracias a Dios es argentino. Nuestro fútbol no lo sabe valorar y si no hacíamos la movida que hicimos todos los que lo queremos, Passarella no lo llevaba al Mundial.

24. Roberto Baggio:
Il Bello (el bello, así le dicen en Italia) es un grande. Aun cuando nunca terminó de explotar del todo.

25. Paul Gascoine:
arrancó como para ser una gran figura y después se quedó... Volcó.

26. Gary Lineker:
un gran goleador, pero sin la trascendencia que se merecía.

27. Zinedine Zidane:
yo quiero defenderlo, porque tiene una visión del juego extraordinaria, pero cada día que pasa me parece que tiene menos ganas de jugar. Igual que Platini: no se divierten, les falta alegría para jugar.

28. Alessandro Del Piero:
ahí está, éste es distinto a Zidane, le gusta jugar, lo siente en el alma; entre él y el francés, me quedo con él.

29. Michael Owen:
para mí, lo único que dejó el Mundial de Francia '98. Velocidad, picardía, huevos... Espero que no lo arruinen las lesiones.

30. Lothar Matthaus:
el mejor rival que tuve en toda mi carrera, con eso creo que es suficiente para definirlo.

31. Jorge Alberto Valdano:
un tipo extraordinario con el que me gustaba, me gusta y me gustaría jugar al fútbol y hablar. Eternamente.

32. Ricardo Enrique Bochini:
fue mi ídolo. Me volvía loco verlo jugar. Cuando entró contra Bélgica, en el Mundial, lo primero que hice fue buscarlo y darle la pelota. Me acuerdo que dije: "Fue como tirar una pared con Dios".

33. Claudio Paul Caniggia:
lo quiero como un hermano. Desde que lo vi sentí la necesidad de protegerlo. El cambio de ritmo de él no se lo he visto a nadie. El me reemplazó en el corazón de la gente.

34. Alemao:
yo lo había pedido al Checho Batista cuando él llegó a Napoli. Pero el brasileño después me demostró todo lo que valía. Un jugadorazo.

35. Michael Laudrup:
fue uno de los que más me gustó en México '86. Jugaba a un toque, lo hacía todo muy fácil.

36. Hugo Sánchez:
era un buen jugador dentro del área. Pero no me van todos esos firuletes que hacía cada vez que metía un gol. Era muy tribunero, demasiado.

37. Emilio Butragueño:
un enano mortal, un tipo con el que me hubiera gustado mucho jugar. Con Valdano desarmaban cualquier defensa. Formaban un dupla bárbara.

38. Paolo Rossi:
un artista del contraataque. El italiano la tenía clarísima, en España '82 se hizo un festín. Eso sí: era uno de los que decía que él no podía jugar en el Napoli; era demasiado fino.

39. Oscar Ruggeri:
un ganador, el Cabezón. Desde pibe siempre iba para adelante. Tiene unos huevos de la puta madre.

40. Sergio Javier Goycochea:
es un tipo sensacional. En el Mundial de Italia nos salvó a todos. Los argentinos lo aman.

41. Rene Higuita:
un personaje hermoso, un loco. Ya lo dije: él fue, en serio, el que inventó eso de que los arqueros patearan penales, tiros libres y también hicieran goles. Que no venga nadie a sacarle la patente, ¿se entiende, no?

42. Juan Sebastián Verón:
es uno de los mejores jugadores que tenemos en Argentina. Tiene mucho panorama de juego y mucha personalidad. Se le escapó la tortuga con algunas declaraciones que hizo sobre mí, pero se le escapó feo, muy feo. Por eso, es un tema sin solución.

43 y 44. Javier Saviola y Pablo Aimar:
esos dos me encantan, lástima que juegan en River. Son rapidísimos. Al pobre Saviola le querían meter en la cabeza que era el nuevo Maradona. Saviola es Saviola, no lo jodan más.

45. Juan Román Riquelme:
me gusta mucho, es capaz de cargarse la diez de Boca. Le costó al principio, porque tiene un estilo especial, pero se fue metiendo, se fue metiendo... Y hoy es fundamental. No tiene la velocidad que tenía yo, ese pique corto con el que desequilibraba, entonces tiene que aprovechar otras cosas.

46. George Best:
era un gran jugador, pero estaba más loco que yo.

47. Ciro Ferrara:
una vez le dije que era el mejor defensor del mundo. No sé si era cierto, pero lo quiero tanto que yo lo sentía así. El mejor amigo que me dejó el Napoli.

48. Osvaldo Ardiles:
otro de los tipos a los que me encanta escuchar hablar, como a Valdano. Se preocupaba más por el equipo que por él. Un fenómeno.

49. Diego Simeone:
en Sevilla corría por mí. Cuando estábamos juntos en la Selección, se mataba por la camiseta como yo. Después... no sé qué le pasó después. Me parece que Passarella le lavó la cabeza, pero lo cierto es que no me llamó más. Se habrá asustado, no sé.

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