Descansa en Paz (14 page)

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Authors: John Ajvide Lindqvist

Tags: #Terror

BOOK: Descansa en Paz
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—Cariño, voy a llamar a un médico, a alguien que pueda ayudarte.

Sonó el móvil.

En la pantalla aparecía el número del periódico. Esta vez contestó la llamada.

—Sí, soy...

Benke parecía que estaba a punto de echarse a llorar cuando le interrumpió:

—¿Dónde has
estado?
Primero pones en marcha toda esta mierda y luego te esfumas, ¿no?

Mahler no pudo evitar una sonrisa.

—Benke, no he sido yo quien ha «puesto en marcha» todo esto. Soy inocente del todo.

Se hizo un silencio al otro lado del teléfono. Mahler pudo oír que había gente hablando por allí, pero no identificó ninguna de las voces.

—¿Gustav? —le interrogó Benke—. ¿Está Elias...?

Lo que le hizo tomar la decisión no fue que confiara en Benke, que lo hacía, por supuesto, sino el darse cuenta de que necesitaba algún modo de comunicarse con el mundo exterior. Mahler respiró profundamente y le confesó:

—Sí. Está aquí. En mi casa.

El ruido de fondo cambió, y Mahler comprendió que Benke se había ido con el teléfono a hablar a algún sitio donde los demás no pudieran oírle.

—¿Está... en mal estado?

—Sí.

Ahora el silencio era total alrededor de Benke. Probablemente se había metido en algún despacho vacío.

—Bueno, Gustav. No sé qué decirte.

—No tienes que decirme nada, pero quiero saber qué están haciendo. Si hago bien.

—Están reuniéndolos a todos. Los llevan a Danderyd. Han empezado a abrir las tumbas por todas partes. Han pedido ayuda al ejército, recurriendo a una disposición que hace referencia al riesgo de epidemia. La verdad es que nadie sabe nada. Yo creo... —Benke hizo una pausa—. No sé, pero yo también tengo nietos, como tú sabes. A lo mejor haces bien. Reina un cierto... pánico.

—¿Sabe alguien por qué pasa esto?

—Nadie. Y ahora, Gustav... voy al otro tema.

—Benke, no puedo. Estoy completamente destrozado.

Benke resopló en el auricular; Mahler se dio cuenta del esfuerzo que le suponía mantener la calma y no empezar a gruñir.

—¿Tienes las fotos? —le preguntó.

—Sí, pero...

—Entonces —dijo Benke—, ésas son las únicas fotos no intervenidas que se han tomado dentro del hospital y tú el único periodista que ha conseguido entrar antes de que lo cerraran. Gustav, con todo el respeto debido a la situación que estás viviendo, y que yo no puedo imaginarme siquiera, el caso es que yo estoy aquí y hago un periódico. Estoy hablando en estos momentos con mi mejor periodista, que está en posesión del mejor material existente. ¿Acaso puedes tú ponerte en
mi
situación?

—Benke, tienes que entender que...

—Te entiendo. Pero, por favor, Gustav, por favor, ¿no puedes hacer algo...? Lo que sea. ¿Las fotos y un pequeño texto directo? ¿Por favor? Y si no puede ser, pues las fotos, sólo las fotos.

Si hubiera podido reírse, Mahler se habría echado a reír, pero en esos momentos sólo le salió un gemido. En los quince años que ambos habían trabajado juntos no lograba recordar ni una sola vez en la que Benke hubiera
pedido
nada. La expresión «por favor» con signos de interrogación no existía en su vocabulario.

—Lo intentaré —le contestó.

Como si no se hubiera esperado otra cosa, Benke le espetó:

—Reservo las páginas centrales. Tienes cuarenta y cinco minutos.

—¡Por Dios!, Benke...

—Que sí. Y, gracias, Gustav. Gracias. Ya puedes empezar.

Colgaron. Mahler miró a su nieto, que no se había movido. Se acercó y le puso el dedo en la mano. Se lo agarró. A Mahler le habría gustado sentarse a su lado, dormirse así, con el dedo en la mano de Elias.

«Cuarenta y cinco minutos...».

Era una locura. ¿Por qué había dicho que sí?

Porque no había otra alternativa: él había sido periodista toda su vida, y sabía que lo que Benke le había dicho era cierto. Él tenía en sus manos el mejor material existente de la noticia más importante... que había producido nunca. No podía dejarlo pasar. De ninguna manera.

Se sentó frente al ordenador, fue seleccionando las imágenes en su cabeza y los dedos empezaron a moverse sobre el teclado.

El ascensor arranca con una sacudida. Oigo gritos a través de las gruesas paredes de cemento. La planta del depósito de cadáveres aparece a través del cristal que hay en la puerta.

SEGUNDO INFORME

00:22.
El ministro de Sanidad y Asuntos Sociales llega al ministerio. Bajo su dirección se ha nombrado con carácter temporal una comisión integrada por representantes de varios ministerios y de la policía, así como médicos especialistas en diversas materias.

Se ha puesto a disposición de dicha comisión una sala de conferencias para que funcione provisionalmente como su sede central. Pronto será conocida como la Sala de los Muertos.

00:25.
El primer ministro recibe la noticia en Ciudad del Cabo. La situación se considera tan extraordinaria que se suspende un encuentro con Nelson Mandela programado para el día siguiente, y el avión oficial se prepara para iniciar el viaje de regreso. El vuelo durará once horas.

00:42.
A la Sala de los Muertos llegan los primeros datos irrefutables sobre resurrecciones en los cementerios. Ya se han barajado algunas cifras. Hay unas 980 personas más. La policía hace pública su falta de recursos para hacerse cargo de las exhumaciones.

00:45.
Aumenta la necesidad de emitir un comunicado desde la Sala de los Muertos. Reina una cierta confusión en la terminología. Tras un breve encuentro, deciden que en adelante se utilizará el término «redivivo» para referirse a los muertos que han despertado.

00:50.
El ejército se hará cargo del problema de las exhumaciones. Y puesto que la ley prohíbe la colaboración entre el ejército y la policía, los representantes de los militares no podrán pasar a formar parte de la comisión. A los militares se les otorga la misma autoridad que en los supuestos de intervención para hacer frente a una catástrofe, y podrán actuar en este asunto como juzguen más oportuno.

01:00.
El hospital de Danderyd informa de que 430 redivivos se hallan bajo su custodia en la sección de Infecciosos, y han comenzado el desalojo de algunas secciones con el fin de habilitar espacio. En cada hospital sólo se han reservado dos ambulancias para las urgencias, el resto de su parque móvil está recogiendo a los redivivos. Se solicitan refuerzos.

01:03.
En la Sala de los Muertos se discute si no deberían pedir ayuda a las empresas de pompas fúnebres para recoger a los redivivos. Esta decisión podría considerarse de mal gusto y, en vez de eso, se hace un llamamiento a todos los taxis libres para que trasladen a los pacientes del hospital de Danderyd hasta otros centros sanitarios.

01:05.
Las declaraciones hechas a la prensa por el coronel Johan Stenberg, a quien el ejército ha puesto al frente de la fuerza de emergencia, llegan a la Sala de los Muertos. «En estos momentos consideramos los cadáveres como un problema estrictamente logístico», había declarado el coronel. Un secretario de prensa del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales se encarga de informarle de los términos correctos que se deben utilizar.

01:08.
El personal sanitario y el sacerdote de una ambulancia son amenazados con una escopeta en Tyresö al tratar de recoger a una rediviva. Solicitan presencia policial.

01:10.
La CNN es la primera cadena de televisión extranjera que informa de lo sucedido en Estocolmo. Sólo ofrecen imágenes del caos formado en las inmediaciones de Danderyd y en el reportaje se dice erróneamente que los pacientes trasladados a otros hospitales son los «living dead».

01:14.
Tras el reportaje de la CNN aumenta la presión de los medios extranjeros hacia la Sala de los Muertos. Se designa a un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores para que se haga cargo de la información vía teléfono.

01:17.
Sale la primera unidad militar encargada de las exhumaciones. La forman un experto en la desactivación de minas y demás personal militar que ha tomado parte en los trabajos de exhumación de tumbas colectivas en Bosnia bajo el mandato de la ONU. A la espera de que puedan formarse más grupos de características similares, se dirigen al cementerio de Skogskyrkogården para empezar allí las tareas.

01:21.
El hombre de Tyresö que se negaba a entregar a su esposa rediviva abre fuego contra la policía. Nadie ha resultado herido.

01:23.
El ministro de Sanidad, asesorado por juristas expertos en la materia, decide aplicar en la situación actual las leyes previstas para los casos de riesgo de pandemia, lo cual otorga a la policía similares competencias, todo ello a la espera de que lleguen los análisis médicos. Se ha pedido al Instituto de Medicina Forense que agilice al máximo sus trabajos.

01:24.
Se autoriza a la policía de Tyresö el uso de gas lacrimógeno, pero se decide no hacerlo, ya que el hombre armado es un anciano y podría resultar gravemente afectado. Un mediador se pone en contacto telefónico con el hombre mientras se acerca al lugar.

01:27.
El primer informe médico indica que los redivivos al parecer no utilizan los órganos respiratorios ni los de la circulación sanguínea. Las primeras biopsias hablarían, no obstante, de que pueden darse ciertas reacciones y procesos físico-químicos asimilatorios. «Todo es imposible totalmente, pero hacemos cuanto podemos», asegura el especialista en medicina interna que dirige la investigación.

01:30.
En Danderyd hay ingresados 640 redivivos y se solicita la llegada de nuevos refuerzos procedentes de otros hospitales. Por razones que hasta ahora no han trascendido, surgen constantes conflictos entre el personal sanitario, lo cual dificulta la colaboración.

01:32.
Tras duras presiones de los medios nacionales e internacionales, el portavoz de la Sala de los Muertos informa de que se ofrecerá una rueda de prensa en el Parlamento, Riksdagshuset, a las 06.00.

01:33.
La llegada de familiares con ataques de ansiedad en diverso grado sobrecarga los servicios de urgencias de psiquiatría y de los centros médicos. La unidad de psiquiatría de la policía empieza a recibir a policías psíquicamente exhaustos.

01:35.
La búsqueda de los redivivos fugitivos parece que puede darse por terminada. No obstante, se han pedido refuerzos desde el albergue de la ONG Stadsmissionen, donde algunos de los usuarios se han opuesto a que la policía se hiciera cargo de un mendigo fallecido hace dos semanas, que ha regresado ahora.

01:40.
En el cementerio de Skogskyrkogården se desentierra al primer redivivo. Se informa de que se encuentra «en el estado más lamentable que pueda imaginarse», ya que ha sido sacado de una fosa en la que la tierra aún estaba húmeda.

01:41.
El intermediario llega a Tyresö. Lo último que el hombre de la escopeta dice por teléfono es: «Ahora me voy con ella», tras lo cual se pega un tiro. El personal de la ambulancia se hace cargo de la esposa rediviva mientras la policía acordona la zona. El hombre no da ninguna señal de volver a la vida.

01:41.
Desde el cementerio de Skogskyrkogården se ruega la ayuda de personas animosas. El hombre exhumado intenta escaparse de allí.

01:45.
Danderyd empieza a perder el control. En estos momentos hay ingresados 715 redivivos, han surgido disputas y en algunos casos incluso peleas entre el personal que está en contacto directo con los redivivos.

01:50.
El ejército, sin consultar con la Sala de los Muertos, solicita la presencia de unidades de zapadores para construir en Skogskyrkogården un cercado provisional donde retener a los exhumados mientras esperan el transporte.

01:55.
Después de hablar con el personal de Danderyd parece claro que los conflictos surgen, según aseguran, a causa de la capacidad de leerse los pensamientos los unos a los otros.

02:30.
Los redivivos de especial interés para la resolución de este misterio son trasladados a la Dirección Nacional de Medicina Forense en el Instituto Karolinska de Solna. Dentro de ese grupo se encuentran Eva Zetterberg, capaz de hablar, y Rudolf Albin, el redivivo que llevaba más tiempo muerto antes de resucitar.

02:56.
Tomas Berggren, catedrático de Neurología, realiza la primera entrevista a Eva Zetterberg.

PRIMERA CONVERSACIÓN

Lo que sigue a continuación es una transcripción de la cinta grabada durante la primera conversación que mantuve con la paciente Eva Zetterberg. El interés por esta paciente es especial puesto que transcurrió un espacio de tiempo muy breve entre la pérdida de sus funciones vitales y su despertar sin el apoyo de dichas funciones.

La capacidad de la paciente para comunicarse oralmente ha ido mejorando continuamente desde que revivió.

La conversación se realizó en la Dirección Nacional de Medicina Forense en Solna, el miércoles 14 de agosto de 2002, de 02:56 a 03:07.

TB: Me llamo Tomas. ¿Cómo te llamas?

EZ: Eva.

TB: ¿Puedes decirme tu nombre completo?

EZ: No.

TB: ¿Puedes decirme cómo te apellidas?

EZ: No.

[Pausa]

TB: ¿Puedes decirme tu nombre?

EZ: No.

TB: ¿Cómo te llamas?

EZ: Eva.

TB: Eva es tu nombre.

EZ: Eva es mi nombre.

TB: ¿Puedes decirme tu nombre?

EZ: Eva.

[Pausa]

TB: ¿Sabes dónde te encuentras?

EZ: No.

TB: ¿Qué hay aquí?

EZ: ¿Dónde es aquí?

TB: Aquí es el sitio donde está Eva.

EZ: No.

TB: ¿Dónde está Eva?

EZ: Eva no está aquí.

TB: Tú eres Eva.

EZ: Yo soy Eva.

TB: ¿Dónde estás?

[Pausa]

EZ: Hospital. Un hombre blanco. Se llama Tomas.

TB: Sí. ¿Dónde está Eva?

EZ: Eva no está aquí.

[TB toca la mano de EZ]

TB: ¿De quién es esta mano?

EZ: Mano. La mano de yo.

TB: ¿Quién es Yo?

EZ: Tomas.

[Pausa]

TB: ¿Quién eres tú?

EZ: Soy Eva.

[TB toca la mano de EZ]

TB: ¿De quién es esta mano?

EZ: Mano de... Eva.

TB: ¿Dónde está Eva?

EZ: Eva está aquí. [Pausa] No.

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