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Authors: David Leavitt

El contable hindú (69 page)

BOOK: El contable hindú
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Para documentarme sobre J. E. Littlewood recurrí a su propio libro de memorias y ensayos,
A Mathematician’s Miscellany
(Methuen, 1953), y a
Littlewood's Miscellany
, de Béla Bollobás (Cambridge University Press, 1986), que añade al contenido del primer libro otros escritos de Littlewood y una fascinante remembranza del matemático por parte del propio Bollobás.

El relato de suicidio de Russell Kerr Gaye (y su efecto en Hardy) proviene de las cartas de Lytton y James Strachey sobre el tema y, en menor medida, del obituario de Gaye en el Times, aunque la historia de la enfermedad de su gata y de la artista de circo que atrapaba ratas con los dientes procede de las memorias de Leonard Woolf, Sowing (Harcourt, Brace & Co., 1960).

El poema de Gertrude Hardy
Versos escritos por una provocación
se publicó en octubre de 1933 (unos treinta años más tarde de la fecha que le atribuyo yo en la novela) en la St. Catherin’s Sehool Magazine. Robert Kanigel incluye esa vivaz obrita satírica en
The Man Who Knew Infinity
. Kanigel es también la fuente de numerosos detalles de la vida de Hardy que he dramatizado en la novela; entre ellos, el «bazar indio», la representación de Noche de Reyes, la conversación con el párroco sobre la cometa y la trágica historia del ojo de cristal de Gertrude. Kanigel también localizó el acertijo exacto de la revista Strand que Ramanujan resolvió tan rápidamente.

A aquellos que pretendan una amplia comprensión del mundo en el que nació Hardy (y a lo que dio lugar), nunca les recomendaré lo suficiente
The Edwardian Turn of Mind
, de Samuel Hynes (Princeton University Press, 1968); su continuación, menos conocida,
A War Imagined: The First World War and English Culturt
(Atheneum, 1990); y
The Great War and Modern Memory
, de Paul Fussell (Oxford University Press, edición del vigésimo quinto aniversario, 2000) [hay trad. esp.:
La Gran Guerra y la memoria moderna
, Turner, 2006].

Las actitudes que se tenían hacia la homosexualidad en la Inglaterra de esos años son astutamente cuestionadas por Graham Robb en
Strangers: Homosexual Love in the Ninteenth Century
(W. W. Norron, 2004) y por Matt Houlbrook en
Queer London: Perils and Pleasures in the Sexual Metropolis, 1918-1957
(University of Chicago Press, 2005). Aunque fueron una serie de novelas, la trilogía
Regeneration de Pat Barker
(
Regeneration
,
The Eye in the Door
y
The Ghost Road
, todas ellas publicadas por Plume), las que me permitieron hacerme una idea muy clara del modo en que se expresaba, explotaba y manipulaba el amor homosexual en Inglaterra durante la Primera Guerra Mundial.

Afortunadamente para los lectores, cuatro libros muy buenos sobre la hipótesis de Riemann han visto la luz estos últimos cuatro años. De ellos, los que recomendaría más vivamente son
The Music of the Primts
, de Marcus du Sautoy (HarperCollins, 2003) [hay trad. esp.:
La música de los números primos
, Acantilado, 2007], y
Stalking the Ritmann Hypothesis
, de Dan Rockmore (Pantheon, 2005). Hardy y Ramanujan aparecen también en la entretenida biografía del matemático Paul Erdos,
The Man Who Love Only Number
, de Paul Hoffman (Hyperion, 1998) [hay trad. esp.:
El hombre que sólo amaba los números
, Granica, 2000].

Mi investigación sobre la historia del
tripos
matemático y la lucha de Hardy para abolirlo se centró en información de primera mano, incluyendo las cartas al Times, artículos pertenecientes a la columna «University Intelligence» de ese mismo periódico, y obituarios. También leí (y aprendí mucho de él)
Matemáticas en Cambridge y más allá
, de Jeremy Gray, en Cambridge Minds, en edición de Richard Mason (Cambridge University Press, 1994), y varios de los ensayos personales recogidos en los tres volúmenes de
Mathematies: People, Problems, Results
, en edición de Douglas M. Campbell y John C. Higgins CWadsworth, 1984):
Los viejos días del tripos en Cambridge
, de A. R. Forsyth;
Los viejos días de Cambridge
, de Leonard Roth;
John Edensor Littlewood
, de J. C. Burkill;
A Mathematician Apology de Hardy
, de L. J. Mordell, y
algunos matemáticos que he conocido
, de George Pólya. Hablando de Pólya, el entretenido
Pólya Picture Album: Encounters of a Mathematician
(Birkhauser, 1987) contiene la mayor selección de fotos que he encontrado hasta ahora de Hardy, que siempre se resistió a dejarse fotografiar.

La historia del triunfo
de Philippa Fawcett en el
tripos
matemático se mencionó sólo de pasada en el Times de Londres, pero fue una auténtica noticia en el New York Time. Agradezco a Jill Lamberton el haber compartido conmigo una carta de 1980 en la que Helen Gladstone le describió el acontecimiento a Mary Gladstone Drew.

Gran parte de lo que D. H. Lawrence dice a Hardy en la novela proviene de cartas que él mismo escribió a David Garnett y Bertrand Russell, antes y después de su desastrosa visita a Cambridge. Se pueden encontrar en
The Letters of D. H. Lawrence, volumen II
, junio de 1913-1916, en edición de George J. Zytaruk y James T. Boulton (Cambridge University Press, 1981). Que Lawrence «tuvo una larga discusión amistosa» con Hardy durante su visita, y que por lo visto sólo le cayó bien Hardy entre todos los catedráticos que conoció, lo confirman distintas fuentes, incluyendo D. H. Lawrence:
A Composite Biography
, de Edward Nehls (University of Wisconsin Press, 1957-1959).

La mayoría de los platos vegetarianos a los que hago referencia figuran realmente en libros de cocina vegetariana de la época. A aquellos interesados en explorar este tema tan fascinante, les recomendaría vivamente
Vegetarianism: A History
, de Colin Spencer (Four Walls Eight Windows, 2002).

En cuanto a las cosas inventadas y las medias verdades: Aunque mi relato de la iniciación de Ludwig Wittgenstein en los Apóstoles es fiel a la realidad a grandes rasgos, retrasé ese acontecimiento tres meses para ajustarlo a la cronología de la novela.

Eric Neville tuvo realmente una esposa llamada Alice, cuya amabilidad con Ramanujan, y preocupación por su bienestar, recordó Ranganathan con cariño en su libro. Dicho esto, no hay razón para sospechar que Alice Neville hablase sueco, se enamorase de Ramanujan, trabajase para Dorothy Buxton, cantase a Gilbert y Sullivan, o leyese a Israfel.

Israfel existió de verdad; los párrafos citados están extraídos de su libro
Ivory Apes Peacocks
(At the Sign of the Unicorn, 1899). Dorothy Buxton también existió, y tras dedicarse durante toda la Primera Guerra Mundial a publicar sus «Notas para la Prensa Extranjera» en la Cambridge Magazine, procedió a fundar el Save the Children Fund con su hermana, Eglantyne Jebb.

Si bien el grupo de amigos de Ramanujan en Cambridge incluyó a hombres llamados Chatterjee, Mahalanobis y Ananda Rao, no hay motivo para suponer que se asemejaran en absoluto a los personajes a quienes he dado su nombre. Y a pesar de que Ramanujan se escapó de verdad de la cena que dio en honor de Chatterjee y su prometida, Ha Rudra, ninguna fuente insinúa que Hardy estuviera presente.

S. Ram también fue, por sorprendente que parezca, alguien de verdad. Sus monólogos proceden de las largas cartas que escribió a Ramanujan y a Hardy.

A pesar de ser un personaje totalmente inventado, Anne Chase está vagamente basada en la señora Streatfeild, una señora casada residente en Treen, con la que Littlewood tuvo un largo idilio y, al menos, un hijo. Sin embargo, el auténtico Littlewood, por lo que yo sé, no conoció a la señora Streatfeild hasta después de la muerte de Ramanujan.

Thayer es completamente ficticio, igual que Richards.

Y soy el único responsable de todos los demás errores, adornos o fallos imaginativos que puedan aparecer. La musa de la historia probablemente no me los perdonará; espero que el lector sí.

Por su ayuda y apoyo en muchos aspectos, quisiera dar las gracias a Krishnaswami Alladi, del departamento de matemáticas de la Universidad de Florida; a George Andrews, Amy Andrews Alznauer, Liz Calder, Dick Chapman, Vikram Doctor, Maggie Evans, Michael Fishwick, Sunil Mukhi, K. Srinivasa Rao, John Van Hook de la biblioteca de la Universidad de Florida, Greg Villepique, y al generoso cuerpo docente de la Sastra University, Kumbakonam, Tamil Nadu.

Por la cuidada edición de esta novela, les estoy inmensamente agradecido a Colin Dickerman y Beena Kamlani. También quiero agradecer a Prabhakar Ragde que hiciera una lectura tan cuidadosa y atenta de la novela y corrigiera algunos de los errores matemáticos más llamativos.

Estoy especialmente en deuda con el infatigable R. Balusubramanian («Balu»), del Instituto de Ciencias Matemáticas de Chennai, quien me llevó de paseo en un rickshaw eléctrico por Triplicane, me permitió sostener los cuadernos originales de Ramanujan en las manos, y me presentó al hijo adoptivo de Janaki.

Como siempre, agradezco a mis agentes, Jin Auh, Tracy Bohan y Andrew Wylie, su apoyo y aliento infinitos.

Adenda a la edición de bolsillo:

Desde la publicación de la primera edición de
El contable hindú
, me han escrito numerosos lectores para advertirme de una serie de pequeños errores (matemáticos, gramaticales, de puntuación e históricos) en el texto original. He hecho todo lo posible por corregirlos en la edición de bolsillo. Mi más sincero agradecimiento a dichos lectores.

Notas

[1]
Siguiendo el criterio prevalente en la actualidad, he empleado el término indio para los naturales de la India, así como para todo lo perteneciente o relativo a ese país asiático, y utilizado únicamente hindú en su sentido religioso original, también aplicable en el caso concreto de Ramanujan. (N del T.)

[2]
Aliteración intraducible. En castellano: Hardy apenas. A lo largo del texto, el autor va recalcando en cursiva entre paréntesis los juegos de palabras que se le ocurren a Hardy con los nombres de las personas. (N. del T.)

[3]
Soldado nepalí que servía en el ejército inglés o indio. (N. del T.)

[4]
Los Apóstoles de Cambridge eran una sociedad secreta de universitarios intelectuales, fundada por George Tomlinson en 1820. (N del T.)

[5]
En la Universidad de Cambridge, estudiante que ha completado el tercer curso del tripos matemático con la máxima nota. (N. del T.)

[6]
Hardy: «resistente, duro, robusto». (N. del T.)

[7]
En alemán en el original: «casa consistorial, ayuntamiento». (N. del T.)

[8]
De arch: «arca, baúl» (N. del T.)

[9]
Rubber squirrel, «ardilla de goma», y lovers' quarrel. «pelea de enamorados». suenan muy parecido en inglés. (N. del T.)

[10]
En alusión a Henry John Roby, el Apóstol disidente ya citado. (N del T)

[11]
En el sentido religioso del término, dado que Ramanujan afirmaba que sus fórmulas matemáticas se las escribía la diosa Namagiri en la lengua. (N. del T)

[12]
Asistente personal, en ambos casos. (N. del T.)

[13]
Nombre empleado a veces en singular con significado plural, para designar a los soldados alemanes, o a los alemanes en general. (N. del T.)

[14]
En inglés, jam. (N. del T.)

[15]
En inglés, dear jam. (N. del T.)

[16]
En inglés Marsh, en referencia a Eddie Marsh. (N. del T.)

[17]
The Derby Scheme fue un sistema de reclutamiento voluntario creado por Lord Derby en 1915. Según el cual a los que se alistaran voluntariamente solamente se les llamaría a filas en caso de necesidad. (N. del T.)

[18]
Juego de palabras intraducible entre Namagiri, el nombre de la diosa hindú. Y namby pamby, persona de poco carácter. (N. del T.)

[19]
Literalmente en inglés. indian summer: el equivalente del veranillo de San Martín. (N. del T.)

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