Guía de la Biblia. Nuevo Testamento (64 page)

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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Histórico

BOOK: Guía de la Biblia. Nuevo Testamento
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Al igual que 2 Pedro, Judas denuncia ciertas herejías. Es original en cuanto contiene citas de la literatura apócrifa, que presenta como autorizada. Así, el autor compara a los herejes con el demonio, pues desacreditan a los verdaderos creyentes como Satanás difamó a Moisés. El autor ni siquiera se molesta en citar los detalles de la calumnia, suponiendo que sus lectores la conocen bien:

Judas 1.9.
El arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo contendiendo sobre el cuerpo de Moisés...

Por lo visto, se trata de una referencia a «La Asunción de Moisés», libro escrito por un palestino judío en vida de Jesús. Se propone contar la muerte de Moisés, el entierro y la asunción a los cielos. El pasaje acerca de Miguel y el diablo no se encuentra en las copias fragmentarias que quedan, pero el tema puede complementarse por referencias antiguas.

La tarea del diablo consiste en actuar como fiscal en el juicio de las almas. En el caso de Moisés, el diablo exige que se le niegue la entrada en el cielo por asesino, pues había matado a un capataz egipcio:

Éxodo 2.11.
Cuando ya fue grande. Moisés... vio cómo un egipcio maltrataba... a un hebreo;

Éxodo 2.12.
miró a uno y otro lado, y no viendo a nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena.

Éste es otro argumento a favor de la composición tardía de Judas, pues sería de esperar que pasara algún tiempo antes de que un escrito tan tardío como «La Asunción de Moisés» empezara a obtener marchamo de autoridad.

Enoc

El autor de Judas también cita del libro de Enoc, que contiene una profecía del futuro castigo divino a los herejes:

Judas 1.14.
De ellos también profetizó el séptimo desde Adán, Henoc
(Enoc),
cuando dijo: «He aquí que viene el Señor con sus santas miríadas

Judas 1.15.
para ejercer un juicio contra todos...

Ni judíos, ni católicos ni protestantes aceptan como canónico el libro de Enoc, escrito hacia el 100 aC, pero según parece Judas lo considera inspirado. Incluso le impresiona su supuesta antigüedad, porque subraya que Enoc es «el séptimo desde Adán»; es decir, pertenece a la séptima generación después de la creación: Adán, Set, Enós, Cainán, Mahaleel, Jared y Enoc.

31. 2 Esdras

El profeta Esdras • Uriel • El mar sodomítico • Behemot y Leviatán • El Mesías • El águila • Las diez tribus • Doscientos cuatro libros • Egipto • Los carmanianos

El profeta Esdras

La literatura apocalíptica era popular entre los judíos de los períodos griego y romano. Su producción no cesó ni después de la destrucción del Templo. En efecto, el incremento de la miseria iba a agudizar el ansia mesiánica y el sueño de que el mundo se enderezaría al fin mediante la intervención divina.

Una generación después de la destrucción se escribió un apocalipsis judío que llegó a formar parte de algunas versiones de la Biblia.

Como es habitual en la literatura apocalíptica, se atribuyó a un sabio antiguo: Esdras, en este caso, el escriba que durante un tiempo dominó Jerusalén tras la vuelta del Exilio unos cinco siglos y medio antes de que se escribiera el apocalipsis (v. cap. I. 15). Aunque de enfoque enteramente judío, ese apocalipsis interesó a los cristianos por el énfasis que pone en las profecías mesiánicas.

Un cristiano desconocido modificó el libro hacia el 150 añadiendo lo que ahora son los capítulos primeros. Un siglo después, otro copista, probablemente también cristiano, agregó lo que ahora son los dos capítulos finales.

La parte central del libro se escribió en arameo traduciéndose luego al griego. Los dos primeros y los dos últimos capítulos se escribieron en griego.

Han desaparecido las versiones aramea y griega. Pero sobrevivió una traducción latina que se incluyó en las versiones católicas de la Biblia, pero no como parte integrante de ella, sino como una especie de apéndice al Nuevo Testamento. Por tanto, se incluyó en los apócrifos; la versión de la King James es traducción del latín.

Pero también quedan otras traducciones en varias lenguas orientales, y la Revised Standard Versión las utiliza junto con la latina.

El apocalipsis empieza dando el nombre de su supuesto autor:

2 Esdras 1.1.
El segundo libro del profeta Esdras...

El primer libro es, por supuesto, 1 Esdras (v. cap. I, 16).

Uriel

Los dos capítulos primeros del libro, de enfoque cristiano, describen el modo en que los judíos dejaron sistemáticamente de escuchar a los profetas. Rechazan la circuncisión, y advierten a los judíos de que quedarán desamparados y otros serán elegidos en su lugar. A veces utilizan a propósito una fraseología que recuerda mucho a los evangelios.

Pero con el capítulo tercero empieza 2 Esdras en su versión original, conteniendo la primera de una serie de siete visiones:

2 Esdras 3.1.
En el año trigésimo de la destrucción de la ciudad, me hallaba en Babilonia, acostado con inquietud en mi cama...

2 Esdras 3.2.
pues vi la desolación de Sión y la riqueza de los que moraban en Babilonia.

Por lo que parece, esto sería treinta años después de la destrucción de Jerusalén y del Templo por Nabucodonosor; es decir, el año 556 aC. Pero esa fecha es anterior en un siglo a la verdadera época de Esdras.

Es probable que ello obedezca a la elipsis que utiliza el autor para referirse al hecho de que escribía treinta años después de la destrucción por Roma de Jerusalén y del Templo, alrededor del 100 dC. Tal vez estaba visitando Roma, entonces en el –apogeo de su poder y de su lujo mundano, y el contraste entre esa ciudad y la Jerusalén destruida fue más de lo que pudo soportar, moviéndole a escribir el libro.

Se describe a Esdras interrogando a Dios, queriendo saber si los babilonios (romanos) no eran igual de pecadores que los judíos, si no más, y por qué eran entonces prósperos mientras los judíos, que al menos conocían a Dios si bien no siempre eran enteramente virtuosos, se encontraban en tal desgracia.

Se le envió un ángel para que respondiera a la pregunta:

2 Esdras 4.1.
Y el ángel que me fue enviado, cuyo nombre era Uriel, me dio una respuesta...

Uriel («mi luz es Dios») no aparece en los libros canónicos del Nuevo Testamento. Es una creación apócrifa, surgida de las elaboradas leyendas angélicas y demoníacas de los tiempos posteriores al Exilio por influencia persa. Uriel era uno de los siete arcángeles enumerados en el libro apócrifo de Enoc.

Debido al significado de su nombre, Milton le imagina en
El paraíso perdido
como el ángel que estaba a cargo del sol. Los mahometanos identifican a Uriel con Israel, el ángel encargado de la música, que tocará la trompeta final en el día del juicio (el papel de Gabriel en la leyenda cristiana).

El mar sodomítico

Uriel comunica a Esdras que la inteligencia humana es demasiado limitada para aprehender los propósitos de Dios, pero que todo quedará por fin claro en el día del juicio con la llegada del estado ideal celestial. Lo que sobrevendría pronto, pero sólo después de que el mal alcanzara su punto culminante. Entonces:

2 Esdras 5.4. ...
el sol volverá a brillar de pronto en la noche, y la luna tres veces en el día;

2 Esdras 5.5.
y manará sangre del árbol, y la piedra gritará...

2 Esdras 5.7.
Y el mar sodomítico arrojará peces...

Es decir, sucederán cosas imposibles anunciando el fin del orden natural. El mar sodomítico es, claro está, el mar Muerto, en cuyas costas se levantaba Sodoma en otro tiempo (v. cap. I, 1). En las profundidades salinas del mar Muerto no hay peces, de manera que encontrarlos sería tan imposible como que el sol luciera por la noche, que los árboles sangraran o que las piedras gritaran.

Behemot y Leviatán

En su segunda visión, Uriel describe más delirios que anunciarán el fin del mundo. Luego, en una tercera, Esdras narra el orden de la creación tal como viene dado en el capítulo primero del Génesis. Pero añade más detalles de acuerdo con las leyendas bíblicas que surgieron en época griega.

2 Esdras 6.47.
Al quinto día...

2 Esdras 6.49.
Entonces creaste dos criaturas vivas llamando Enoc a la primera y a la otra Leviatán.

2 Esdras 6.51.
A Enoc le diste una parte... donde hay mil colinas,

2 Esdras 6.52.
pero a Leviatán le diste la parte séptima, es decir, las aguas; y lo hiciste para ser devorado cuando tú quisieras según tu voluntad.

«Behemot» (v. cap. I, 18) es una palabra más adecuada que «Enoc», que es la utilizada en la Revised Standard Versión. La existencia de esos monstruos primordiales es un ejemplo de las leyendas pintorescas que los rabinos elaboraban con placer. Encontraban justificación bíblica en una sola frase del Génesis sobre el quinto día:

Génesis 1.21.
[1]
Y crió Dios las grandes ballenas...

«Ballenas» es una traducción de la palabra hebrea «tannin», que en sentido más preciso significa grandes criaturas marinas en general. En efecto, la Revised Standard Versión traduce así la frase: «y Dios creó los grandes monstruos marinos...».

Es interesante que 2 Esdras se refiera al mar como la séptima parte de la superficie terrestre. Los antiguos geógrafos, incapaces de adentrarse mucho en el mar, no tenían idea de la extensión real del océano. Efectivamente, no fue hasta las exploraciones del capitán Cook en el siglo XVIII cuando al hombre se le ofreció la extensión plena del océano; y no ocupaba el 15 %, sino el 70 % de la superficie planetaria.

La referencia a que Leviatán será «devorado cuando tú quisieras según tu voluntad», alude a una leyenda rabínica que dice que cuando llegara el Mesías y se instaurara el reino ideal, los justos lo celebrarían con un gran festín en el que devorarían a Leviatán.

Esdras sigue su narración para explicar que toda la maravillosa conducta de la creación se hizo en beneficio de Israel, y sin embargo (queja que repite una y otra vez), esa nación ha sido devastada por el triunfo de los paganos.

El Mesías

Uriel condena el pecado original de Adán en el jardín de Edén, y sigue dando detalles del fin del mundo. Después que se hayan manifestado todos los signos:

2 Esdras 7.28. ...
se revelará mi Hijo Jesús... y los que quedarán se regocijarán durante 400 años.

2 Esdras 7.29.
Después de esos años mi hijo Cristo morirá y todos los hombres vivos.

La palabra «Jesús» sólo se encuentra en la versión latina, revelando la intervención del copista cristiano. En las versiones en lenguas orientales, la expresión es «mi hijo el Mesías», y de ese modo lo leemos en la Revised Standard Versión.

En esta visión el reino mesiánico no viene después del día del juicio, sino antes. Es el último acto del mundo moderno.

La versión latina atribuye una duración de 400 años al reino mesiánico. Una traducción árabe da 1.000 años. El Apocalipsis cristiano también habla de 1.000 años respecto a la permanencia del reino mesiánico, con dos resurrecciones, una al principio y otra al final de tal reino:

Apocalipsis 20.6. ...
el que tiene parte en la primera resurrección... serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinaran con él por mil años.

Por ese motivo suele hablarse del «milenio» (de términos latinos que quiere decir mil años) como el momento de felicidad ideal. Esta doctrina se denomina «milenarismo». Los que creen que el milenio está cerca, y han debido ser muchos en cada generación de los últimos dos mil años, se llaman «milenaristas».

Luego, en la cuarta visión, a Esdras se le permite ver la gloria de una Jerusalén celestial que finalmente sucedería a la destruida en la tierra.

El águila

La quinta visión es complicada, al estilo que hizo popular el libro de Daniel:

2 Esdras 11.1.
Entonces tuve un sueño, y he aquí que salió de los mares un águila con doce alas de plumas y tres cabezas.

Uriel interpreta esta última como la cuarta bestia en la visión de Daniel:

2 Esdras 12.11.
El águila que viste... es el reino que apareció en la visión de tu hermano Daniel.

2 Esdras 12.12.
Pero a él no se le explicó, y por eso la interpreta para ti.

En Daniel se describe el cuarto reino de la maneta siguiente:

Daniel 7.7. ...
vi la cuarta bestia, terrible, espantosa, sobremanera fuerte, con grandes dientes de hierro... y tenía diez cuernos.

Para el autor de Daniel, que escribía en tiempos de Antíoco IV, esta bestia representaba al imperio seléucida, y sus diez cuernos eran los diez reyes de esa dinastía que habían vivido hasta el momento de la composición del libro. Pero ya hacía mucho tiempo que había desaparecido el imperio seléucida, siendo necesario dar a la bestia la representación del imperio romano. Las doce alas eran los doce emperadores romanos que vivieron hasta la época de redacción de 2 Esdras:

2 Esdras 12.14.
En lo mismo reinarán doce soberanos, uno tras otro;

2 Esdras 12.15.
pero el segundo... estará más tiempo que cualquiera de los doce.

2 Esdras 12.16.
Y esto es lo que significan las doce alas que viste.

Para explicar esto debemos considerar a Julio César como el primer emperador. En realidad no lo fue, pero así se le consideraba con frecuencia en la antigüedad. (El historiador romano Suetonio escribió un libro famoso que aún se conserva, llamado
Vida de los doce cesares,
una generación después de la composición de 2 Esdras. Trata de los primeros emperadores y también empieza con Julio César.)

Los doce son: Julio, Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón, Galba, Otón, Vitelio, Vespasiano, Tito y Domiciano. Domiciano reinó del 81 al 96, y como el águila sólo tiene doce alas, parecería que 2 Esdras se compuso al final del reinado de Domiciano.

Augusto, el segundo emperador de la lista, reinó cuarenta y un años, mucho más que cualquiera de los once restantes, de modo que el segundo efectivamente «estuvo más tiempo que cualquiera de los doce». De hecho, el reinado de Augusto sería más largo que el de cualquier otro emperador en la historia del imperio romano.

Finalmente aparecen las tres cabezas del águila:

2 Esdras 11.29.
...Se despertó una de las cabezas..., la que estaba en el medio; pues era mayor que las otras dos cabezas.

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