»A éste el lobo del mar lo exaltará y lo acompañarán las selvas de África. La religión será destruida por segunda vez y cambiarán las sedes de los primados. La dignidad de Londres enaltecerá a Dorobernia y el séptimo pastor de Eboraco será visitado en el reino de Armórica. Menevia se cubrirá con el manto de Ciudad de las Legiones, y un predicador de Hibernia enmudecerá a causa de un niño nonato. Lloverá sangre, y una espantosa hambre afligirá a la humanidad. Gemirá el dragón rojo ante estos sucesos, pero, después de tanto infortunio, recuperará su vigor.
»La calamidad perseguirá entonces al dragón blanco, y se vendrán abajo los edificios de sus granjas. Siete portadores de cetro perecerán, y uno de ellos será santificado. Los vientres de las madres serán rajados y los niños nacerán antes de tiempo. Enormes sufrimientos padecerán los hombres, a fin de que los naturales del país recobren el poder perdido. Quien dará cumplimiento a estas cosas será un hombre vestido de bronce, y, durante mucho tiempo, guardará las puertas de Londres a lomos de un broncíneo caballo
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.
»Entonces volverá él dragón rojo a sus propias costumbres y se esforzará en dañarse a sí mismo. Sobrevendrá después la venganza del Tonante, por cuanto todas las campiñas defraudarán las esperanzas de los labradores. La muerte se apoderará de las gentes y destruirá todas las naciones. Los supervivientes abandonarán el suelo natal y sembrarán en campos extranjeros.
»Un santo rey
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equipará una flota, y será considerado el duodécimo en la corte de los bienaventurados. Una lastimosa desolación se enseñoreará del reino, y las eras de las cosechas se tornarán bosques impenetrables. Resurgirá de nuevo el dragón blanco, e invitará a la hija de Germania. Nuestros campos se llenarán de semilla extranjera y el dragón rojo languidecerá en un extremo del estanque. Entonces el gusano de Germania será coronado y el príncipe de bronce será abatido. Le fue asignado un límite que, no será capaz de traspasar.
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»Durante ciento cincuenta años permanecerá inquieto y sometido, pero a lo largo de trescientos más ocupará el trono.
»Entonces el aquilón se levantará contra él y arrancará las flores que el céfiro engendró. Se dorarán los templos, y el filo de la espada no descansará. A duras penas conseguirá escapar a sus cavernas el gusano germánico, pues caerá sobre él la venganza por su traición.
»Al final no durarán mucho sus fuerzas, pero una gran mortandad de Neustria lo perjudicará. Una raza
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vendrá en madera y en túnicas de hierro que tomará venganza de su perversidad. Devolverá sus casas a los primitivos habitantes, y se hará manifiesta la ruina de los extranjeros. La semilla del dragón blanco será arrancada de nuestros campos y los restos de su progenie serán diezmados. Llevarán el yugo de una perpetua esclavitud y herirán a su propia madre con arados y azadones.
»Seguirán dos dragones
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, uno de los cuales será asesinado por el aguijón de la envidia, mientras que el otro volverá bajo la apariencia de un hombre.
»Vendrá después un león de justicia
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a cuyo rugido temblarán las torres de Galia y los dragones de la isla. En sus días el oro se obtendrá a partir del lirio y de la ortiga, y la plata brotará de las pezuñas de los mugidores. Los que llevan el pelo rizado se vestirán de lanas de diversos colores, y sus ropas externas denotarán lo que hay en su interior. Se cortarán las patas a los animales que ladran; las fieras tendrán paz; la humanidad se quejará de su castigo. La forma del comercio se partirá en dos, y la mitad será redonda. Se perderá la rapacidad de los milanos, y los dientes de los lobos se embotarán. Los cachorros del león se transformarán en peces marinos, y su águila anidará sobre el monte Aravio
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. Enrojecerá Venedocia en sangre materna, y la casa de Corineo matará a seis hermanos. La isla se humedecerá con lágrimas nocturnas, y todos serán llamados a todo.
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»Los descendientes se esforzarán por sobrevolar las cosas más altas, pero el favor de los recién llegados se elevará muy alto. La piedad perjudicará al que ha heredado bienes de impíos, hasta que se revista de su propio padre. Armado de los dientes del jabalí, escalará las cumbres de las montañas y la sombra del hombre con casco. Arderá Albania en indignación y, convocando a sus vecinos, se dedicará a derramar sangre. Le será impuesto un freno a sus fauces, y será fabricado en la bahía de Armórica. El águila del pacto roto lo dorará, y se regocijará en su tercera nidada. Los cachorros de la bestia rugiente despertarán y, dejando los bosques, cazarán dentro de las murallas de las ciudades. No pequeña matanza sembrarán entre sus adversarios, y cortarán las lenguas de los toros. Cargarán de cadenas los cuellos de las bestias rugientes y renovarán los tiempos de sus antepasados.
»A partir de entonces, desde el primero al cuarto, del cuarto al tercero, del tercero al segundo, el pulgar girará en aceite. El sexto derribará las murallas de Hibernia y convertirá en llanura sus bosques. Unificará las diferentes partes y será coronado con la cabeza de un león. Su comienzo dependerá de su inestable estado de ánimo, pero su final se remontará hacia los que están en lo alto. Restaurará, en efecto, las sedes de los santos a lo largo y ancho del país, y establecerá pastores en los lugares convenientes. Dotará de dos palios a las ciudades y ofrecerá a las vírgenes regalos virginales. Se hará acreedor con ello al favor del Tonante y ocupará un lugar entre los santos.
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»Saldrá de él un lince que todo lo penetra, y se cernirá sobre la ruina de su propia raza. Neustria perderá por su culpa ambas islas
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y será despojada de su anterior grandeza. Después regresarán a la isla sus habitantes, pues surgirá una disensión entre los extranjeros. Además, un anciano de níveos cabellos, a lomos de un caballo blanco como la nieve, desviará el curso del río Perirón
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y, junto a su corriente, medirá un molino con su vara blanca. Llamará Cadvaladro a Conan y hará una alianza con Albania. Entonces será el exterminio de los extranjeros; entonces los ríos manarán sangre; entonces entrarán en erupción las montañas de Armórica y serán coronadas con la diadema de Bruto. Cambria exultará de alegría y reverdecerán los robles de Cornubia. La isla volverá a llamarse por el nombre de Bruto y se perderá la denominación que los extranjeros le dieron.
»De Conan surgirá un belicoso jabalí que ejercitará sus afilados colmillos en los bosques de Galia: cercenará los robles grandes y protegerá a los pequeños. Lo temerán los Árabes y los Africanos, pues llegará en el ímpetu de su carrera hasta los más remotos confines de Hispania.
»Lo sucederá el macho cabrío del castillo de Venus, con áureos cuernos y argéntea barba. Tanta niebla despedirá por sus narices que la superficie de la isla quedará ensombrecida por entero. Habrá paz en sus días, y la fertilidad de la tierra multiplicará las cosechas. Las mujeres caminarán como serpientes, y cada uno de sus pasos estará lleno de arrogancia. Los castillos de Venus serán restaurados y las saetas de Cupido no cesarán de herir. Se volverán de sangre las fuentes del Amne
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, y dos reyes combatirán cuerpo a cuerpo por la leona del Vado del Báculo
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. La tierra dará frutos en exceso y la humanidad no dejará de fornicar.
»Tres generaciones serán testigos de todo esto, hasta que los reyes sepultados en la ciudad de Londres sean desenterrados. Entonces volverá de nuevo el hambre, volverá la muerte, y los ciudadanos lamentarán la ruina de sus ciudades.
»Y vendrá el jabalí del comercio, y guiará otra vez los dispersos rebaños a los pastos perdidos. Su pecho servirá de alimento al hambriento y su lengua aliviará la sed del sediento. De su boca brotarán ríos que bañarán las secas gargantas de los hombres. Entonces nacerá un árbol en lo alto de la torre de Londres. Ufano con sólo tres ramas, ensombrecerá la isla entera con la amplitud de sus hojas. Contra él vendrá Bóreas y, con su aliento pernicioso, le arrebatará la tercera de sus ramas; pero las dos restantes ocuparán el lugar de la arrancada, hasta que la primera aniquile a la segunda debido a la abundancia de sus hojas; la última rama obtendrá después el lugar de las otras dos, y ofrecerá sustento a los pájaros venidos de países extranjeros; será considerado nocivo para las aves patrias, pues por miedo a su sombra perderán su poder de volar libremente.
»Lo sucederá un asno de iniquidad, ligero contra los orfebres, pero lento contra la rapacidad de los lobos.
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»En esos días arderán las encinas por los bosques y brotarán bellotas en las ramas de los tilos. El mar del Severn fluirá a través de siete bocas y el río Usk hervirá durante siete meses: los peces morirán a causa del calor y de ellos nacerán serpientes.
»Se enfriarán los baños de Bath y sus salubres aguas engendrarán muerte.
»Londres deplorará la muerte de veinte mil y el Támesis se mudará en sangre. Los que llevan cogulla serán llamados al matrimonio y sus gritos se oirán en las montañas de los Alpes.
»En la ciudad de Güintonia tres fuentes brotarán, dando origen a tres arroyos que dividirán la isla en tres partes. El que bebiere del primero disfrutará de una larga vida y nunca se verá afligido por ningún tipo de enfermedad; el que bebiere del segundo perecerá víctima de una insaciable hambre, y el horror y la palidez se reflejarán en su rostro; el que bebiere del tercero morirá de muerte repentina, y su cuerpo no podrá ser sepultado. Queriendo evitar voracidad tan grande, se esforzarán en ocultar las corrientes dañinas con diferentes envolturas; pero cualquiera que fuere el material empleado para taparlas, adquirirá la forma de otra sustancia. Tan pronto como fueren colocadas allí, la tierra se mudará en piedras, las piedras en linfa, la madera en cenizas, la ceniza en agua.
»No obstante, de la ciudad del bosque de Canuto
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será enviada una muchacha para poner remedio a este problema. Después de utilizar todas sus artes, logrará secar con su solo aliento las fuentes nocivas. Después, cuando haya repuesto fuerzas por medio de un licor vigorizante, se llevará en su mano derecha el bosque de Calidón
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y en la izquierda las defensas de las murallas de Londres. Por donde pase, dejará huellas sulfúreas que humearán con una doble llama. Ese humo excitará a los Rutenos y proporcionará alimento a las criaturas submarinas. Verterá ella numerosas lágrimas de compasión, y llenará la isla con el clamor horrible de sus lamentos. La matará un ciervo de diez astas, cuatro de las cuales llevarán coronas de oro; las seis restantes se tornarán cuernos de búbalos que agitarán con abominable sonido las tres islas de Britania.
»Despertará el bosque Daneo
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y, prorrumpiendo con voz humana, exclamará:
»—“Ven, Cambria. Trae contigo a Cornubia. Di a Güintonia: ‘Te tragará la tierra. Traslada la sede de tu pastor allí donde las naves abordan, y que los demás miembros sigan a la cabeza. Se acerca el día en que tus ciudadanos perecerán debido a sus crímenes de perjurio. La blancura de tus lanas te ha dañado, y la variedad de sus tinturas. ¡Ay del pueblo perjuro, pues su ilustre ciudad se vendrá abajo por su culpa!’”.
»Las naves se regocijarán ante tanta ganancia, y de dos cosas no quedará más que una. La reconstruirá un erizo cargado de frutas, a cuyo olor acudirán volando los pájaros de muchos bosques. Un palacio enorme añadirá, y lo rodeará de seiscientas torres. Londres lo verá con envidia y reforzará el triple sus murallas. La ceñirá por todas partes el río Támesis, y la noticia de esta gran obra de ingeniería traspasará los Alpes. El erizo ocultará sus frutas en Güintonia y trazará caminos subterráneos. En ese tiempo las piedras hablarán, y el mar por el que se navega rumbo a Galia se reducirá a un estrecho canal. Desde ambas orillas podrá un hombre oír a otro hombre, y la superficie de la isla aumentará. Se revelarán los secretos de las criaturas submarinas, y Galia temblará de miedo.
»Después saldrá del bosque de Calaterio una garza que sobrevolará la isla por espacio de dos años. Llamará con nocturno graznido a los seres volátiles y reunirá consigo a todo género de aves. Irrumpirán en los campos de cultivo de los mortales y devorarán todos los granos de las mieses.
»El hambre se enseñoreará del pueblo y, tras el hambre, una terrible mortandad. Pero, tan pronto como la calamidad hubiere cesado, el detestable alado se dirigirá al valle de Gálabes, y lo levantará hasta convertirlo en una altísima montaña. Plantará en su cumbre una encina y anidará en sus ramas. Tres huevos pondrá en el nido, y de ellos nacerán un zorro, un lobo y un oso. Devorará el zorro a su madre y llevará una cabeza de asno. De esta monstruosa guisa, aterrorizará a sus hermanos y los pondrá en fuga hasta Neustria. Allí, a su vez, éstos harán salir al jabalí colmilludo y, al volver juntos en un navío, combatirán de nuevo con el zorro. Éste, en cuanto comenzare la lucha, se fingirá muerto y suscitará la piedad del jabalí. Se acercará en seguida al cadáver y, poniéndose encima, soplará sobre sus ojos y su cara. El zorro, no olvidando su vieja astucia, le morderá la pata izquierda y se la arrancará por completo del cuerpo; y, dando un salto, le arrebatará también la oreja derecha y la cola, e irá a ocultarse en las cavernas de los montes. El burlado jabalí requerirá del lobo y del oso que le sean restituidos sus miembros amputados. Éstos, una vez hecha suya la causa, le prometerán dos patas, y orejas, y cola, con las cuales componer auténticos miembros de puerco. El jabalí convendrá en ello y esperará la prometida restitución. Entretanto, descenderá el zorro de las montañas, se transformará en lobo y, con el pretexto de mantener una conversación con el jabalí, se acercará taimadamente a él y lo devorará por entero. Después se convertirá en jabalí y, fingiendo haber perdido los antedichos miembros, esperará la llegada de sus hermanos. Y, al llegar éstos, los matará de improviso a dentelladas y será coronado con una cabeza de león.
»En los días del zorro nacerá una serpiente que amenazará con la muerte a los seres humanos. Rodeará Londres con su larguísima cola y devorará a los transeúntes. Un buey montaraz se pondrá una cabeza de lobo y blanqueará sus dientes en el taller del Severn. Agrupará en su torno a los rebaños de los Albanos y de Cambria, que beberán de las aguas del Támesis hasta secarlo. Un asno llamará a un macho cabrío de larga barba, y ambos intercambiarán sus apariencias. Se indignará entonces el montaraz y, llamando al lobo, se convertirá en toro provisto de cuernos contra ellos. Tras haber descargado su rigor, devorará sus carnes y huesos, pero será incinerado en la cumbre del Urián
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. Las cenizas de la pira funeraria se mutarán en cisnes que nadarán sobre terreno seco igual que sobre un río. Peces devorarán y engullirán hombres. Cuando les llegue la vejez, se convertirán en linces submarinos, y submarinas asechanzas maquinarán. Hundirán los astilleros y acumularán numerosa plata.