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Authors: Fernando Vallejo

La puta de Babilonia (26 page)

BOOK: La puta de Babilonia
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Redactada por el superior de los dominicos el cardenal Zigliara y los secretarios papales Boccali y Volpini (que quiere decir "volpinos", "zorrunos") y pregonada como la "encíclica obrera" del "papa de los trabajadores", la Rerum novarum es uno de los documentos más mendaces que haya parido la Puta. Mientras hubo reyes, con ellos cohabitó. Una vez que entraban en proceso de extinción, taimadamente se ponía entonces al servicio de los nuevos detentadores del poder, los barones de la revolución industrial que había producido por toda Europa una miseria monstruosa. Su pretexto era que defendía a los obreros de sus explotadores. Nada más lejos de la verdad. La Rerum novarum fue escrita para mantener el statu quo, la sujeción de siempre de los muchos al dominio de los pocos.

Tan solapada como la vulpina encíclica Rerum novarum es la Providentissimus Deus en que el mismo papa leonino que en aquella defendía a los pobres de los ricos en ésta les autorizaba a los eruditos católicos el estudio científico de las Sagradas Escrituras. ¿Científico? "Los libros que la Iglesia ha recibido como sagrados y canónicos —afirmaba la Providentissimus Deus—, todos e íntegramente, en todas sus partes, han sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo. Síguese que quienes piensan que en los libros sagrados puede haber algo falso, o destruyen el concepto católico de inspiración divina, o hacen a Dios mismo autor del error". Y punto. El resto era "peligro de engañarse", "deseo de novedades", "libertad de opiniones". Entonces simplemente el estudio de las Sagradas Escrituras no puede ser científico, toda investigación de la Biblia sale sobrando y de paso la taimada encíclica. El sucesor de Pío Nono, el enciclípedo León XIII, padre de un hijo, cazador de pájaros y pergeñador de encíclicas era un solemne hipócrita.

—Niños, ¿cuántos y cuáles son los papas modernos o papas tartufos?

—Los papas modernos o papas tartufos son once, a saber: Pío Nono, León XIII, Pío X, Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI, quien hoy por la gracia de Dios vive y reina.

—¿Y cuál es el más bueno de todos ellos?

—El menos malo de todos ellos es Juan Pablo I porque sólo reinó treinta y tres días.

—¿Y por qué sólo treinta y tres días?

—Porque lo mataron.

—¿Y quién lo mató?

—Lo mataron la Curia y el Espíritu Santo.

—Muy bien, niños. Seguid así de aplicados y vais a ver como cuando crezcáis os van a dar una beca para estudiar teología en Roma en el Santo Tomás de Aquino.

"Hoy nuestros principales adversarios son los racionalistas. Ellos niegan toda divina revelación o inspiración; niegan la Sagrada Escritura; proclaman que todas estas cosas no son sino invenciones y artificios de los hombres; miran a los libros santos no como el relato fiel de acontecimientos reales, sino como fábulas ineptas y falsas historias. A sus ojos no han existido profecías, sino predicciones forjadas después de haber ocurrido los hechos, o presentimientos explicables por causas naturales; para ellos no existen milagros verdaderamente dignos de este nombre, manifestaciones de la omnipotencia divina, sino hechos asombrosos pero en ningún modo superiores a las fuerzas de la naturaleza, o bien ilusiones y mitos; los evangelios y los escritos de los apóstoles han de ser atribuidos a otros autores". Y así es, en efecto. Con gran sentido de síntesis y en el mejor estilo de las sentencias de la Inquisición o del Syllabus de Pío Nono que anunciaban una serie de verdades como mentiras, en su Providentissimus-Deus León XIII nos estaba dando toda una lección de claridad expositiva. No hay milagros, ni profecías, ni libros santos, ni revelación, ésos son cuentos.

—¿Cuáles son los más grandes enemigos de la Biblia aparte de la Biblia?

—Los más grandes enemigos de la Biblia aparte de la Biblia son: la arqueología, la filología, la paleografia, el análisis textual y el estudio de las lenguas semíticas.

—Muy bien, niños. En premio a vuestra aplicación, mañana viernes no vendréis a clase. ¡Todo el fin de semana libres!

"Por medio de libros, de opúsculos y de periódicos propagan el veneno mortífero; lo insinúan en reuniones y discursos; todo lo han invadido, y tienen numerosas escuelas arrancadas a la tutela de la Iglesia, en las que depravan miserablemente, hasta por medio de sátiras y burlas chocarreras, las inteligencias aún tiernas y crédulas de los jóvenes, excitando en ellos el desprecio hacia las Sagradas Escrituras". Y así es, en efecto. La Providentissimus Deus fue una encíclica luminosa.

Dos veces han hablado los mayordomos de la Puta ex cathedra, o sea infaliblemente: en 1854 Pío Nono para promulgar el dogma de la Inmaculada Concepción de María de que ya tratamos, y en 1950 Pío XII para promulgar el de la Asunción que dice que al final de su vida la madre de Jesús fue llevada en cuerpo y alma al cielo. "Y si alguien, y Dios no lo quiera, se atreve a negar lo que hemos definido o a dudar de ello, sírvase saber que ha apostatado y se ha apartado por completo de la divina fe católica". ¡Ay qué miedo! Eso es un anatema. ¡Más venenoso que neurotoxina de pez! ¡Qué obsesión la de estos Píos con esa señora que ni existió! Pues para que haya habido madre de Dios primero tuvo que haber Dios, y eso sigue sin probarse. Muy ladradorcito este decimosegundo Pío, si bien no mordía por lo desdentado. El año anterior había declarado en una proclama amenazante que los católicos que apoyaran al comunismo quedaban excomulgados "de forma automática". O sea: como cuando uno toca un timbre y le suena. Y en su mensaje cristiano de 1950 anunció oficialmente el hallazgo de la tumba del apóstol Pedro bajo el altar mayor de la Basílica de San Pedro en Roma, que acababan de excavar. ¡Qué buena nueva! Si existen los huesos de Pedro es que Pedro existió. Y si existió Pedro, el apóstol de Cristo, es que Cristo existió. Y si existió Cristo, el Hijo de Dios, es que Dios existe. Sin Padre no hay Hijo y sin Hijo no hay apóstol. Así que los huesos de Pedro eran de una importancia capital. Los encontraron completamente petrificados. Tanto que cuando se les pudo hacer la prueba genética con el ampliador de ADN ¡resultaron que eran piedra! La Puta no volvió a hablar ex cathedra ni a mencionar el asunto de los huesos. No había huesos, no había Pedro, no había Cristo, no había Dios. Lo que sí había era una piedra sobre la que se construyó una iglesia.

Pero antes de que se me olvide, de muchacho visité la Basílica de San Pedro en Roma. Entrando está la estatua del apóstol sentado en su trono al alcance de los fieles, que se acercan a besarle los pies. Una señora bajita, chiquitita, gordita no alcanzaba. Miró en torno a ver quién había y no me vio: sólo la inmensa catedral vacía y encajonado en su oquedad el eco. Dio entonces un saltito la señora para darle su besito a San Pedro ¡y que se da tremendo trancazo contra los salientes dedos de los pies del santo! Se alejó cabizbaja, dolida, corrida, con un chichón en la frente. Me acerqué entonces e increpé al grandullón: "¡Negaste a Cristo tres veces, apóstol collón! Y acabas de maltratar a una anciana. Aquí te va en castigo". ¡Y que le lanzo su bien nutrido escupitajo!

Con los santuarios de Lourdes y Fátima en cambio les ha ido de maravilla: la Virgen le ha hecho el milagro a la Puta de llenarle sus arcas de oro más de lo que ya las tenía. A lo cual hoy se le suma lo que saca con su Istituto per le Opere di Religione, nombre pío del Banco Vaticano, que no paga impuestos y lava miles y miles de millones de dólares de dinero sucio italiano, más lo que les producen los mil apartamentos que tiene el papa en Roma, más lo que le mandan las veinte mil parroquias norteamericanas (unos ocho mil millones) y las diócesis alcahuetas alemanas y sígale y sígale y sígale con las limosnas que le llueven de todos los confines del planeta como maná del cielo en tiempos de Moisés. Lourdes está en el sur de Francia, en los Pirineos; Fátima en el distrito de Santarem, en el centro de Portugal. Lourdes fue primero, Fátima vino luego. El 11 de febrero de 1858, en la gruta Massabielle cerca al pueblito de Lourdes, la Virgen se le apareció a la niña de 14 años Bernadette Soubirous, hija de un molinero, y se le identificó diciéndole, palabras textuales: "Je suís l'Immaculée Conceptíon". ¡Si ése no es un milagro yo no sé cuál sea! Sólo tres años y dos meses antes Pío Nono había promulgado el dogma de la Inmaculada Concepción, con que estrenó la infalibilidad papal, procedimiento novedosísimo para conocer la verdad y más seguro que el método experimental inventado por Galileo. ¡Cómo una niña campesina, iletrada, que sufría de asma y otros padecimientos mayores y menores y que para colmo había contraído el cólera en la epidemia de 1854, cómo iba a saber esa criatura de tan profundo dogma! Si esto no es milagro... ¡Caraja, entonces qué!

Varias veces más se le apareció la Virgen en los meses siguientes a Bernadette. En el pueblo nadie le creía. Ni el cura, ni el alcalde, ni el lechero, ni el cabrero, ni su papá el molinero. Hasta que intervino el papa y declaró que las visiones de la niña eran auténticas. ¡Qué triunfo para la criatura! ¡Qué triunfo para Lourdes! ¡Qué triunfo para Francia! ¡Qué triunfo para la cristiandad! ¿Querían prueba? Ahí la tenían: "Yo soy la Inmaculada Concepción", o como dirían los argentinos, la Inmaculada Concha. El culto a Nuestra Señora de Lourdes quedaba instaurado. Y que empiezan las curaciones milagrosas y la avalancha de peregrinos. El manantial subterráneo que surge de la gruta lo curaba todo: ceguera, sordera, cojera, parálisis, tuberculosis, sífilis, reumatismo, lepra. Sida no porque aún no había, mas no porque la fuente se quedara corta en sus virtudes curativas. Peregrinos de toda Europa llegaban en trenes atestados, que no se daban abasto. En 1869 un libro sobre los primeros doscientos milagros de Lourdes vendió ochocientos mil ejemplares, y en 1876 se construyó una basílica sobre la gruta. Desde entonces millones de devotos la visitan anualmente, en su mayoría enfermos. En 1933 Pío XI canonizó a Bernadette. Adivinen qué día. ¡El 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concha! Tal fue el éxito de Lourdes, tales las multitudes que atraía, que en 1958 hubo que construir una segunda iglesia al lado de la basílica para acomodar al gentío. ¡Cómo no va a vivir feliz la Puta con semejante fuente! ¡Claro! "Siempre es mucho mejor estar bien que mal", como decía mi amigo la Maricuela, que murió de sida por no ir a Lourdes. O como me contestó el doctor Barraquer, el oftalmólogo, cuando le dije que veía poco: 'Todos queremos ver más, pero no se puede". ¿No se puede? El año entrante me le voy al doctor Barraquer de peregrinación a Lourdes y va a ver si se puede o no se puede. Santa Bernadette de Lourdes murió joven, en 1879 a los 35 años y después de haberse enclaustrado los últimos trece con sus múltiples dolencias en el convento de las hermanitas de la Caridad de Nevers donde entregó el espíritu en medio de indecibles dolores. Nuestra Señora de Lourdes, que curó a tantos, se olvidó de ella. Así pasa. En casa de herrero cuchillo de palo.

Pero pasemos a Fátima, el Lourdes del siglo XX. ¡Qué exitazo! ¡Qué taquillón! Como venta de empanadas en atrio de iglesia de Medellín, Colombia. Fátima está a un paso de Cova da Iría, que fue donde se les apareció la Virgen, el 13 de mayo de 1917, a tres pastorcitos: Lucía dos Santos y sus primitos Francisco y Jacinta Marta, a quienes, mientras apacentaban sus ovejas, "una señora vestida de blanco, más brillante que el sol" se les presentó diciéndoles: "Yo soy Nuestra Señora del Rosario".

—Compadre, si es así, entonces hay dos Vírgenes: la Inmaculada Concepción y Nuestra Señora del Rosario. ¿Cuál de las dos es la madre de Dios?

—Ni la una ni la otra. Ambas las dos juntas al mismo tiempo y a la vez pero sucesivamente y según proceda y convenga.

—¡Ah, qué bien! Así sí me queda muy clara la cosa.

Fueron seis las apariciones, una cada 13 de cada mes, menos en agosto que ocurrió el 19 porque los niños estaban siendo interrogados por las autoridades civiles en el pardo de Valinhos, cerca a Aljustrel. Importancia especial tuvo la aparición del 13 de julio, cuando la Virgen confió a los tres niños un mensaje sobrecogedor: el anuncio de guerras y calamidades, entre las cuales la Revolución bolchevique. Más una invitación solícita a la humanidad a orar y a convertirse. En la última aparición, la del 13 de octubre, setenta mil creyentes reunidos en Fátima presenciaron un "milagroso fenómeno solar" que se dio inmediatamente después de que la Virgen se les apareciera a los pastorcitos, para despedirse de ellos.

—¿Y qué quería la Virgen con todas esas apariciones?

—Una capillita. Eso. Que le construyeran una simple capillita.

Una basílica fue la que le construyeron, entre 1928 y 1953, cuando la consagraron, con plaza enfrente y hoteles, hospitales, ancianatos, un Museo del Tesoro, un Museo de las curaciones milagrosas, un Centro de donativos, ofrendas y herencias, una Venta de monaguillos para pederastas, un Centro de recepción de scouts. Capillitas, iglesitas, librerías, bibliotecas, dark rooms... Para todos los gustos, lo que quieran. ¿Curaciones milagrosas? Las que usted guste y mande. La de Lourdes al lado de la de Fátima resultó una Virgen tontona, lerda. En fin, en tanto avanzaba la construcción y agarraban ímpetu los peregrinajes, el 13 de octubre de 1930 el obispo de Leiria, diócesis a que pertenece Fátima, aceptó las visiones de los niños, mientras el papa, desde Roma, reforzaba al obispo con indulgencias plenarias para los peregrinos. Pero ay, cuánto hacía que para entonces se nos habían ido los dos primitos al cielo: poco después de las apariciones, Nuestra Señora del Rosario los llamó a rezar con ella. ¡Adiós Francisquito! ¡Adiós Jacintita! Saludos a San Pedro.

—¡Ah vieja mala esa Virgen de Fátima! ¡Cómo pudo haberse llevado a esos pobres niños!

—No sea injusto, compadre. La Virgen simplemente se los llevó a rezar el rosario con ella y a cantar en los coros celestiales. Niños aquí abajo es lo que sobra. ¡O qué! ¿Va a hacer ahora un escándalo por dos mocosos?

El 13 de mayo de 1967, quincuagésimo aniversario de la primera aparición de Nuestra Señora del Rosario, un millón de peregrinos se congregó en Fátima para oír la misa que ofició Pablo VI en favor de la paz. ¿Y quién creen que estaba ahí en el santuario con Pablo VI? >¡Lucía dos Santos! Lucía dos Santos robando cámara en primera fila.

—¡Cómo! ¿Todavía viva?

—Vivita y coleando. Y por muchos años más. Se nos acaba de morir de viejita. Por poco y no entierra a Juan Pablo II. Sor Lucía murió el 13 de febrero de 2005. Y Juan Pablito el 12 de abril siguiente.

—¡Qué vieja más verraca! Hubiera muerto el 13 de mayo...

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