Misterio del gato desaparecido (19 page)

BOOK: Misterio del gato desaparecido
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—La encontramos fuera de la jaula, inspector —dijo—. Esa fue una de nuestras primeras pistas. La otra fue el olor a aguarrás que había en la casa de los gatos. La pequeña Bets lo descubrió. Ha sido una estupenda Pesquisidora,

Bets se puso roja de alegría. El inspector le sonrió y luego miró de nuevo al pañuelo.

—Este pañuelo está marcado con un nombre —dijo—. Supongo que es el nombre del ladrón...

Fatty asintió y Luke inclinóse hacia delante.

—¿Quién es? —preguntó—. ¡Siga! Dígame quién es.

—Sí, ¿quién es? —preguntó la señorita Harmer.

El inspector miró solemnemente a toda la concurrencia. Tupping se había puesto muy pálido y tragaba saliva con dificultad. Toda su insolencia y desparpajo habían desaparecido... estaba mucho más «acoquinado» que Luke lo estuviera jamás.

Uno a uno todos fueron mirando a Tupping adivinando que era el ladrón.

—Tupping, ¿qué tiene usted que decir a todo esto? —le dijo el inspector con voz de hierro.

—¡Qué! ¿Ha sido «Tupping»? —exclamó Goon atónito y mirando al jardinero con odio—. ¡«Usted»! ¡Engañándome, llevándome a la jaula y contándome una sarta de mentiras para ponerme en ridículo!

—Bien le dijo Bets que teníamos dos pistas, un olor y una piedra manchada de pintura —replicó Fatty—. Y usted se echó a reír.

—Tupping, ¿dónde está el gato? —dijo el inspector con el mismo tono duro—. ¿Se da usted cuenta de que no cabe posibilidad alguna de que la acusación hecha contra usted sea falsa? Hay otras cosas en su pasado que concuerdan con ésta.

Tupping se desmoronó por completo. De un hombre duro, cruel y malhumorado se convirtió en un cobarde sollozante nada agradable de ver.

—Los «matones» son siempre cobardes —susurró Fatty al oído de Larry—. ¡Ahora puedes ver lo que escondía debajo!

—Está usted acoquinado —dijo Luke a Tupping con el mayor desprecio—. Mucho más de lo que yo haya podido estarlo en mi vida. Lo tiene bien merecido.

Esto era lo que todos estaban pensando, y de pronto Tupping comenzó su confesión. Sí, él había robado a «Reina Morena». Debía dinero a alguien y se le ocurrió robar el gato. Diría quién lo tenía y la policía podría recuperarlo. Quiso que las sospechas recayeran sobre Luke y por eso pintó la cola del gato y empleó el aguarrás para quitar luego la pintura rápidamente. Lo hizo así dos veces, pues la primera el gato se le escapó y regresó. Estaba muy arrepentido y dijo que jamás volvería a hacer nada semejante.

—Estoy seguro de que no volverá a hacerlo, por lo menos durante algún tiempo —dijo el inspector Jenks sonriendo—. Estará usted en lugar seguro, fuera del camino del mal, y no creo que nadie lo sienta. Goon, lléveselo.

Goon puso una mano firme sobre el hombro de Tupping obligándole a ponerse en pie y mirándole con gran desprecio.

—Venga conmigo —le dijo en tono firme.

El inspector se dirigió a Goon con voz fría.

—No parece haberse destacado gran cosa en este caso, Goon —dijo—. Se ha hecho enemigo de quienes estaban sobre la verdadera pista y amigo del propio ladrón. Espero que en el futuro tenga usted más cuidado. ¿Está de acuerdo conmigo?

—Er... sí, señor; desde luego, inspector —dijo el pobre Goon muy angustiado—. Hice cuanto pude, señor.

—Bien, por fortuna estos niños lo hicieron un poco mejor que usted, Goon —replicó el inspector—. Creo que debemos estarles muy agradecidos por haber resuelto el Misterio del gato desaparecido. Espero que será usted de mi opinión, ¿Goon?

—Oh, sí, inspector —exclamó Goon con el rostro enrojecido—. Son unos niños muy inteligentes, y celebro conocerlos.

—¡Ah! Me alegro que esté de acuerdo conmigo —dijo el inspector Jenks en tono más amable—. Ahora, haga el favor de llevarse a ese hombre.

Goon se llevó a Tupping y los niños exhalaron un suspiro de alivio.

—¡Vaya, ya se ha ido! —exclamó Daisy—. Y espero que no vuelva jamás.

—Desde luego que aquí ya no volverá —dijo lady Candling, que lo había escuchado todo con el mayor asombro—. Y en cuanto al pequeño Luke me duele pensar todo lo que ha tenido que sufrir por culpa de ese malvado de Tupping.

—No se preocupe su señoría —replicó Luke con el rostro resplandeciente y olvidado todo su enojo contra Tupping al oír la voz amable de lady Candling—. Si usted me conserva en su casa, señora, trabajaré de firme hasta que encuentre otro jardinero. Y nunca olvidaré a estos niños tan listos... Me asombra saber cómo descifraron este misterio.

—En realidad fue Bets quien nos puso sobre la verdadera pista —dijo Fatty—. ¡La buena de Bets!

—Oh, fuimos todos —replicó la niña—. Y «Buster» también. Bueno, me alegro de que todo haya salido bien, y espero que la devuelvan pronto su gato, lady Candling.

—Nosotros cuidaremos de eso —intervino el inspector poniéndose en pie—. Bien; debo marcharme; y una vez más permitidme que os diga que estoy muy satisfecho de la ayuda de los Cinco Pesquisidores... y el Perro. Confío en tener vuestra ayuda también en el futuro. ¿Estáis de acuerdo, amigos?

—¡Oh, «sí»! —replicaron los Cinco Pesquisidores saliendo para acompañar al inspector hasta el automóvil—. ¡En cuanto tengamos otro misterio que resolver le avisaremos!

¿Otro misterio? Pues, espero que lo encuentren, y en cuanto esto ocurra os lo contaré.

FIN

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