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Authors: Arthur C. Clarke & Gentry Lee

Tags: #Ciencia ficción

El jardín de Rama (21 page)

BOOK: El jardín de Rama
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—Nuestro enfoque básico entraña el envío de naves espaciales de observación a misiones de reconocimiento, con la esperanza de atraer a los navegantes espaciales hacia nosotros, de modo que se los pueda identificar y se pueda establecer su fenotipo. Naves espaciales de reiteración se envían más tarde al mismo blanco, primero para expandir el grado de interacción, y, por último, para capturar un subconjunto representativo de la especie viajera por el espacio de modo que, en un ambiente de nuestra elección, puedan tener lugar observaciones de largo plazo y detalladas.

El Águila dejó de hablar. Tanto la mente como el corazón de Nicole funcionaban a un ritmo frenético. Tenia tantas preguntas: ¿por qué se la había seleccionado especialmente a ella para regresar? ¿Podría ver a Genevieve? Y exactamente ¿qué quería decir El Águila cuando usó la palabra “captura”? ¿Entendía él que, por lo general, a esa palabra se la interpretaba de manera hostil? ¿Por qué él…?

—Creo que entendí la mayor parte de lo que usted dijo —Richard habló primero—, pero omitió cierta información crucial. ¿Por qué están reuniendo todos estos datos sobre las especies capaces de viajar por el espacio?

El Águila sonrió.

—En nuestra jerarquía de información hay tres niveles básicos. El acceso a cada nivel, por parte de un individuo o de una especie, se permite o se niega sobre la base de un conjunto de criterios establecidos. Con mis declaraciones anteriores les he dado, en su calidad de representantes de su especie, información de Nivel Dos por primera vez. Es un tributo a su inteligencia el que su pregunta inicial requiera una respuesta que está clasificada como del Nivel Tres.

—¿Todo este palabrerío significa que no nos lo va a decir? —preguntó Richard, riendo nervioso.

El Águila asintió con una leve inclinación de cabeza.

—¿Nos va a decir por qué a mí sola se me exige que haga el viaje de regreso? —preguntó ahora Nicole.

—Existen muchas razones —respondió El Águila—. En primer lugar, creemos que usted es la más apta, desde el punto de vista físico, para el viaje de regreso. Nuestros datos también indican que sus aptitudes superiores de comunicación van a ser invalorables, después de que se complete la fase de captura de la misión. También existen consideraciones adicionales, pero esas dos son las más importantes.

—¿Cuándo nos iremos? —preguntó Richard.

—Eso no es seguro. Parte del horario depende de ustedes. Les haremos saber cuando se haya establecido una fecha de partida en firme. Les diré, empero, que casi con seguridad será dentro de menos de cuatro de sus meses.

Nos vamos a ir pronto
, pensó Nicole,
y por lo menos dos de nosotros se tienen que quedar aquí. Pero… ¿quiénes?

—¿
Cualquier
par reproductor puede quedar aquí, en El Nodo? —inquirió ahora Michael, siguiendo la misma pauta de razonamiento que Nicole.

—Casi, señor O'Toole —respondió El Águila—. La niña más joven, Ellie, no seria admisible con usted como compañero. No lo podríamos mantener a usted vivo y fértil hasta que ella llegara a la madurez sexual, pero cualquier otra combinación estaría bien. Tenemos que contar con una probabilidad elevada de producir con éxito una descendencia saludable.

—¿Por qué? —preguntó Nicole.

—Existe una probabilidad muy pequeña, pero finita, de que la misión de ustedes no tenga éxito y de que el par que quede en El Nodo sean los únicos seres humanos a los que podamos observar. En su calidad de navegantes espaciales que dieron los primeros pasos en ese terreno y que llegaron a esa etapa sin la ayuda usual, nos resultan especialmente interesantes.

La conversación pudo haber durado indefinidamente. Sin embargo, después de varias preguntas más, El Águila bruscamente se puso de pie y anunció que su participación en la conferencia había terminado. Alentó a los seres humanos a atender con prontitud el tema de la “asignación”, como la denominaba, pues pretendía empezar a trabajar de inmediato con aquellos miembros de la familia que fueran a regresar en dirección a la Tierra. Sería el trabajo de esos miembros ayudarlo a diseñar el “módulo Tierra dentro de Rama”. Sin otra explicación adicional, salió de la sala.

Los tres adultos acordaron no contarles a los niños los detalles más importantes de su reunión con El Águila durante, por lo menos, un día, hasta que hubieran tenido la oportunidad de reflexionar y conversar entre ellos. Esa noche, después de que los niños se fueron a dormir, Nicole, Richard y Michael hablaron, en voz baja, en la sala de estar de su departamento.

Nicole abrió la conversación, admitiendo que se sentía enojada e impotente. Dijo que a pesar del hecho de que El Águila había sido muy agradable al respecto, básicamente, les había ordenado que participaran en la misión de regreso. ¿Y cómo se podían rehusar? Toda la familia dependía por completo de El Águila o, por lo menos, de la inteligencia a la que representaba para la supervivencia del grupo. No se habían proferido amenazas pero tampoco eran necesarias. No tenían otra alternativa más que cumplir las instrucciones de El Águila.

Pero, ¿quién, de entre toda la familia, debía quedarse en El Nodo?, se preguntó Nicole en voz alta. Michael dijo que era absolutamente esencial que un adulto, por lo menos, permaneciera en El Nodo. Su argumento era persuasivo: cualquier par de niños, incluidos Simone y Patrick, iba a precisar de la ventaja de la experiencia y la sabiduría de un adulto para tener alguna posibilidad de ser felices, dadas las circunstancias. Entonces, Michael se ofreció como voluntario para permanecer en El Nodo, y dijo que de todos modos era improbable que sobreviviera a un viaje de regreso.

Los tres estuvieron de acuerdo en que estaba claro que la intención de la inteligencia Nodal era la de hacer que los seres humanos durmieran durante la mayor parte del viaje de vuelta al Sistema Solar. De otro modo, ¿cuál era el propósito de todas las pruebas de sueño? A Nicole no le gustaba la idea de no estar con los niños en los períodos críticos del desarrollo. Sugirió que debía volver sola, y dejar a todo el resto de la familia en El Nodo. Después de todo, razonó, no era cierto que los niños fueran a tener una vida “normal” en la Tierra, después de hacer el viaje.

—Si estamos interpretando correctamente a El Águila —dijo Nicole—, quienquiera que regrese terminará, en última instancia, como pasajero de Rama, dirigiéndose hacia algún otro sitio de la galaxia.

—Eso no lo sabemos con certeza —arguyó Richard—. Por otro lado, quienquiera que permanezca aquí casi con seguridad está condenado a no ver jamás a otros seres humanos, aparte de los de su familia.

Richard agregó que pretendía hacer el viaje de regreso bajo cualquier circunstancia, no tan sólo para ser compañero de Nicole sino también, para experimentar la aventura.

Durante esa discusión de la primera noche, el terceto no pudo llegar a un acuerdo final sobre la distribución de los niños. Pero resolvieron firmemente qué iban a hacer: Michael O'Toole se iba a quedar en El Nodo. Nicole y Richard harían el viaje de regreso al Sistema Solar.

En la cama, después de la reunión, Nicole no podía dormir. Seguía rumiando en su mente todas las opciones. Estaba segura de que Simone habría de ser una madre mucho mejor que Katie. Además, Simone y el tío Michael eran extremadamente compatibles, y Katie no querría que se la separara de su padre. Pero, ¿a quién se debería dejar para que fuera la pareja de Simone? ¿Debería ser Benjy, que amaba a su hermana con locura, pero que nunca podría entablar una conversación inteligente?

Nicole dio vueltas y se agitó durante horas. Ciertamente, no le gustaba ninguna de las opciones. Entendía muy bien el origen de su desasosiego: no importaba cómo se resolviera el asunto, una vez más ella se vería forzada a separarse de modo probablemente permanente de, por lo menos, algunos miembros de la familia a los que amaba. Mientras yacía en la cama, en la mitad de la noche, los fantasmas y el dolor de pasadas separaciones volvieron para acosarla. El corazón le dolía mientras se imaginaba la separación que tendría lugar dentro de unos pocos meses. Imágenes de su madre, su padre y Genevieve herían sus sentimientos.
Quizás eso sea todo lo que la vida es
, pensó durante su depresión temporal.
Una secuencia interminable de dolorosas separaciones
.

4

—Mamá, papá, despierten. Quiero hablar con ustedes.

Nicole había estado soñando: estaba caminando en el bosque que había detrás de la villa de la familia, en Beauvois. Era la primavera y las flores estaban espléndidas. Tardó algunos segundos en darse cuenta de que Simone estaba sentada en la cama matrimonial.

Richard se estiró y besó a su hija en la frente.

—¿Qué pasa, querida? —preguntó Richard.

—El tío Michael y yo estábamos diciendo nuestras oraciones matinales juntos y me di cuenta de que estaba muy acongojado. —Los serenos ojos de Simone de desplazaron lentamente, mirando a cada uno de sus padres. Me dijo todo lo relativo a la conversación que tuvieron ayer con El Águila.

Nicole se incorporó con rapidez, mientras Simone proseguía.

—He tenido más de una hora para pensar cuidadosamente sobre toda la cuestión. Sé que sólo soy una chica de trece años, pero creo tener la solución para este asunto de la asignación, que hará que toda la familia esté feliz.

—Mi querida Simone —repuso Nicole, extendiendo la mano hacia su hija—, no es responsabilidad tuya el resolver…

—No, mamá —la interrumpió suavemente Simone—. Por favor, escúchame. Mi solución entraña algo que ninguno de ustedes, los adultos, siquiera entraría a considerar. Únicamente puede venir de mí. Y es, evidentemente, el mejor plan para todos aquellos a quienes atañe.

El entrecejo de Richard ahora estaba fruncido.

—¿De qué estás hablando? —preguntó. Simone inspiró profundamente.

—Quiero permanecer en El Nodo con tío Michael. Me convertiré en su esposa y seremos el “par reproductor” de El Águila. Nadie más necesita quedarse pero a Michael y a mí nos haría felices conservarlo también a Benjy con nosotros.


¿¡Quée!?
—gritó Richard. Estaba pasmado—. ¡El tío Michael tiene setenta y dos años! Tú ni siquiera catorce. Es descabellado, ridículo… Repentinamente se quedó en silencio.

La madura niña-mujer que era su hija sonrió.

—¿Más descabellado que El Águila? —repuso—. ¿Más ridículo que el hecho de que hayamos viajado a ocho años luz de la Tierra para reunimos con un gigantesco triángulo inteligente que ahora va a enviar a algunos de nosotros de vuelta en la dirección opuesta?

Nicole contemplaba a Simone con asombro y admiración. No dijo nada pero extendió los brazos y estrechó a su hija con mucha fuerza. Las lágrimas inundaron los ojos de Nicole.

—Todo está bien, mamá —dijo Simone después de separarse del abrazo—. Cuando se recobren de la conmoción inicial se van a dar cuenta de que lo que estoy sugiriendo es, sin duda, la mejor solución. Si tú y mi padre hacen el viaje juntos —tal como creo que deberían hacerlo—, entonces Katie, Ellie y yo debemos permanecer aquí, en El Nodo, y formar pareja con Patrick, Benjy o el tío Michael. La única combinación genéticamente lógica es la de Katie o la mía con el tío Michael. He meditado sobre todas las posibilidades: Michael y yo nos tenemos mucho afecto. Tenemos la misma religión. Si nos quedamos y nos casamos, entonces cada uno de los otros niños tiene libertad de elegir: pueden optar por quedarse aquí con nosotros o regresar al Sistema Solar contigo y papito.

Simone puso la mano sobre el antebrazo del padre.

—Papito, sé que, en muchas aspectos, esto te va a ser más difícil a ti que a mamá. Todavía no le mencioné mi idea al tío Michael. Por cierto que él no la sugirió. Si tú y mamá no me brindan su apoyo, entonces no puede funcionar. Este matrimonio ya le va a resultar lo bastante difícil de aceptar a Michael, aun si ustedes no ponen objeciones.

Richard meneó la cabeza, en gesto de abatimiento.

—Eres sorprendente, Simone. —La abrazó—. Por favor, déjanos pensarlo un rato. Prométeme que no dirás ni una palabra más sobre esto hasta que tu madre y yo hayamos tenido la oportunidad de hablar.

—Lo prometo —dijo Simone—. Muchas gracias a ambos. Los amo —agregó, ya en la puerta del dormitorio.

Se volvió y caminó por el iluminado corredor. Su largo cabello negro casi le llegaba hasta la cintura.
Te convertiste en mujer
, pensó Nicole mientras observaba la garbosa marcha de Simone,
y no sólo en lo físico. Eres mucho más madura que lo que te correspondería por tus años
. Nicole imaginó a Michael y Simone como marido y mujer y se sorprendió por no encontrar la idea en absoluto censurable:
Dadas las circunstancias
, se dijo Nicole a sí misma, dándose cuenta de que, después de protestar, Michael O'Toole se iba a sentir muy feliz,
tu idea puede ser la opción menos desdichada en nuestra difícil situación
.

Simone no vaciló en su intención aun cuando Michael objetó vigorosamente lo que llamaba el “martirologio propuesto” para ella. Simone le explicó, pacientemente, que su matrimonio con él era el único posible, ya que Katie y él eran, según la apreciación de todos, personalidades incompatibles y, de todos modos, Katie todavía no era más que una niña a un año o dieciocho meses de la madurez sexual. ¿Preferiría él que ella se casara con uno de sus mediohermanos y cometiera incesto? Él respondió que no, de manera categórica.

Michael asintió cuando vio que no había otras opciones viables y que ni Richard ni Nicole planteaban fuertes objeciones al matrimonio. Richard, claro está, formuló su aprobación con la frase «en estas anormales circunstancias», pero Michael se pudo dar cuenta de que, por lo menos en forma parcial, el padre de Simone había aceptado la idea de que su hija de trece años se casara con un hombre lo suficientemente viejo como para ser su abuelo.

En el lapso de una semana quedó decidido, con la participación de los niños, que Katie, Patrick y la pequeña Ellie harían el viaje de regreso en Rama con Richard y Nicole. Patrick estaba renuente a abandonar a su padre, pero Michael O'Toole graciosamente coincidió en que su hijo de seis años probablemente iba a tener una vida “más interesante y completa” que si se quedaba con el resto de la familia. Eso sólo dejaba a Benjy. Le dijeron al adorable niño, cronológicamente de ocho años pero mentalmente equivalente a un niño promedio de tres, que sería bienvenido por igual en Rama o en El Nodo. A duras penas podía comprender qué le iba a pasar a la familia y, ciertamente, no estaba preparado para hacer una opción tan trascendental. La decisión lo asustó y confundió; quedó muy perturbado y se sumió en una profunda depresión. Como resultado, la familia pospuso las discusiones sobre el destino de Benjy hasta un momento indefinido en el futuro.

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