Read James Potter y La Maldición del Guardián Online
Authors: George Norman Lippert
Damien asintió gravemente con la cabeza.
—A todo lo que pude sobreponerme yo fue al ardiente deseo de recortarle la parte superior de la oreja.
James notó que Petra no estaba sentada con el resto de los Gremlins. En vez de eso estaba al final del pasillo, varias filas más abajo. Clavaba la mirada inexpresivamente en el escenario.
Finalmente, la profesora Tina Curry subió los escalones hasta el escenario. Vestía una capa azul de sport sobre la túnica. Su cabello crespo había sido domado en un moño suelto.
—Saludos, estudiantes —llamó, alzando la mano hacia su garganta. Su voz amplificada resonó por el anfiteatro. El balbuceo de voces se apaciguó.
—Gracias por asistir a esta bastante inusual primera clase —continuó Curry—. Ya que casi todos estáis dando Estudios Muggles este año, siguiendo el nuevo plan de estudios específico de este curso, pensé que sería bastante interesante para todos comenzar el curso juntos. Como la mayoría ya sabéis, soy Tina Curry, profesora de Estudios Muggles, y el objetivo de esta clase es enseñarnos a entender los métodos y costumbres del mundo muggle. Hacemos esto por una variedad de razones, pero primordialmente porque, siendo brujas y magos, tenemos el beneficio de conocer el mundo muggle, mientras ellos no saben nada de nosotros. Nos incumbe a nosotros, por tanto, estudiar el mundo muggle, entenderlo tan bien como sea posible, para poder, si fuera necesario, mezclarnos en ese mundo y trabajar cómodamente dentro de él. Además, debemos recordar que compartimos una humanidad, apreciando nuestras diferencias sin crear prejuicios acerca de ellas. Así, como ejercicio, esta clase nos anima a sumergirnos en el mundo muggle, utilizando algunas de las ingeniosas herramientas y métodos que han desarrollado para compensar su naturaleza no-mágica. El año pasado, muchos de vosotros recordaréis que jugamos a un deporte muggle llamado "futbol", utilizando solo los pies y una simple pelota no-encantada. Este curso, intentaremos algo a una escala mucho mayor. Esta empresa requerirá la cooperación de todas las clases. Cada uno de nosotros tendrá una tarea específica y acometeremos estas tareas sin utilizar hechizos, pociones, o encantamientos. Este curso, estudiantes, llevaremos a cabo una representación teatral de la famosa obra mágica, El Triunvirato.
Una oleada de charla atravesó la asamblea. James no podía decir si la respuesta general era positiva o negativa.
—¿De qué trata? —preguntó Ralph.
Rose susurró:
—Es una historia sobre un triángulo amoroso entre una joven princesa bruja llamada Astra y dos magos, Treus y Donovan. Donovan en más viejo y más rico, Treus es joven, un capitán del ejército del rey. La vi con mi madre una vez cuando era pequeña. Tiene un enorme elenco. Debería ser interesante.
Cerca de la parte delantera de la asamblea, Havelock Baumgarten, uno de los golpeadores de Slytherin, se levantó, alzando la mano perentoriamente.
—Profesora Curry, El Triunvirato es una producción clásicamente mágica —dijo con su voz culta y bastante zalamera—. A causa de su naturaleza, depende de elementos mágicos cruciales. La secuencia del sueño, por ejemplo, requiere que la heroína vuele, imaginando ejércitos fantasma, y que presencie la predicción del hundimiento del galeón de Treus en un huracán. ¿Cómo podemos esperar ser fieles a la historia si se insiste en métodos estrictamente muggles?
—Una preocupación legítima, señor Baumgarten —replicó Curry—. Sin embargo, acabo de volver de una gira por algunas de las mejores producciones teatrales muggles, y debo decir que la pura ingeniosidad e inventiva de estas representaciones me han asombrado. De hecho, puede que les interese saber que incluso los muggles se refieren a ello como la "magia" del teatro.
Desde la multitud, Victoire habló.
—¿Pero cómo puede volar Astra sin levitación?
—Le sorprendería lo que puede lograrse con cuerdas y poleas, señorita Weasley —dijo Curry, sonriendo—. De hecho, creo que todos quedarán bastante impresionados por la cantidad de "magia" mundana que puede hacerse simplemente con pintura, vestuario, soportes, luces, y un aparentemente interminable número de personal tras el escenario. Por eso he pedido a toda la escuela que involucre a todas sus clases en esta producción bastante extensa. El gran número de equipos y habilidades requeridas asegura que todos nosotros tendremos un papel vital en la producción. Yo serviré de directora, por supuesto. La producción se representará una sola noche, en este mismo anfiteatro, la última semana del curso. Sus padres y familias serán todos invitados a asistir. Será, estoy bastante segura, una noche que nunca olvidaremos.
La asamblea irrumpió en un balbuceo apagado otra vez, mientras todo el mundo consideraba este plan bastante inusual. La profesora Curry se aclaró la garganta.
—Para terminar —dijo, alzando la voz sobre la charla de la multitud—, he pegado varias hojas de inscripción en el pasillo inmediatamente adyacente al anfiteatro. Todo el que lo desee puede solicitar un papel. Las audiciones serán en horario de clase, y los papeles serán otorgados al final de la próxima semana. Aquellos que no deseen actuar sobre el escenario puede apuntarse para la orquesta, el departamento de tramoyistas, vestuario, el equipo de luces, el equipo de utileros, etcétera. Estoy segura de que todo el mundo encontrará un área en la que disfrutar trabajando. Y ahora, ¡permitidme ser la primera en daros a todos la bienvenida al mundo del teatro! La asamblea concluirá ahora, permitiendo que todos tengáis tiempo suficiente para considerar vuestras opciones y apuntaros en lo que deseéis. Gracias, estudiantes, y buenas noches.
Mientras la asamblea se dispersaba y goteaba hacia el enorme arco abovedado que daba al castillo, Rose dijo:
—Deberías apuntarte para un papel, James. Eres alto para tu edad. Apuesto a que podrías hacer de Treus.
James hizo una mueca.
—Ni hablar.
—¿Por qué no? —insistió Rose—. No me digas que te da miedo subirte a un escenario delante de todo el mundo.
—No —dijo James, mientras su cara enrojecía un poco—. Simplemente es una tontería. Quiero decir, si hiciéramos El último asalto a Keirkengard, podría apuntarme. Al menos en esa historia hay luchas de espadas y explosiones. Estaba pensando en apuntarme en el equipo de utileros.
—Sí —estuvo de acuerdo Ralph—. Yo voy a apuntarme en ese o en el departamento de tramoyistas. Hasta podría ser divertido. Vi una obra en Londres cuando era niño. Fue genial. Siempre creí que estaría bien trabajar tras el escenario.
—Yo me apunto para Donovan —proclamó Noah—. Ya me veo como esa apariencia de granuja mayor y misterioso. Debería encajarme bien.
—Qué pena que no esté Ted este año —comentó Sabrina—. Esto le encantaría. Me pregunto cómo le va con su entrenamiento.
Damien dijo:
—Le vimos en Hogsmeade el fin de semana. Tenemos planeado encontrarnos con él en las Tres Escobas.
—Mientras sigua trabajando con los Weasleys —intervino Noah—. He oído que George le hace trabajar como a un perro. Aunque Ted no se queja. Le pagan a comisión, y está hecho un anuncio ambulante? ¿Verdad?
La multitud de estudiantes se atascó cerca del arco mientras todo el mundo se arremolinaba alrededor de las hojas de inscripción. Rose se alejó, presionando hacia el final del pasillo.
—Voy a apuntarme para Astra —gritó—. Probablemente sea un tiro a la desesperada, pero siempre puedo acabar en vestuario si eso no me sale.
Ralph también se abrió paso a empujones entre la multitud, dirigiéndose hacia la hoja de inscripción de los tramoyistas. James observó marchar a su amigo, y después estudió las hojas cercanas. La multitud finalmente había disminuido un poco ya que la mayoría de los estudiantes habían encontrado felizmente su camino hacia una cena temprana. James miró alrededor, todavía remoloneando junto a las hojas de inscripción. Convencido de que nadie estaba mirando, se deslizó rápidamente hacia las hojas de los actores. Las repasó, encontrando la que estaba buscando. Agarrando la pluma que colgaba de un trozo de cadena, puso su nombre en el pergamino titulado TREUS.
Era una completa estupidez, se tranquilizó a sí mismo. Nunca conseguiría el papel. Solo era un capricho, un desafío personal. Aun así, había algo excitante y frívolo en la idea de actuar como el elegante protagonista masculino. No se resignaba a admitirlo ante Rose o Ralph. Si por pura suerte conseguía el papel, probablemente reconocería que en el fondo deseaba actuar. De otro modo, nadie lo sabría nunca, y eso sería todo. Antes de alejarse, James leyó el resto de los nombres de la hoja de inscripción. Había estado casi seguro de que el nombre de Scorpius estaría en la lista. No estaba, y se sintió un poco tonto por buscarlo.
James se paseó tan casualmente como fue posible hasta el grupo todavía reunido alrededor de la hoja de utileros. Ralph estaba justo terminando de poner su nombre en ella.
—Estoy en utileros y tramoyistas —dijo Ralph—. Espero poder entrar en ambos. ¿Tú en qué te has apuntado, James?
James terminó de poner su nombre en la hoja de utileros. Se giró, y mantuvo la cara inexpresiva, y gesticuló con la pluma antes de dejarla caer de vuelta en su cadena.
Ralph asintió y sonrió.
—Tal vez trabajemos juntos. Trenton se ha apuntado en utileros también, y Beetlebrick. Él no es tan malo si esquivas el tema del Quidditch. ¿Has visto en qué se ha apuntado Albus?
James sacudió la cabeza. De hecho, no había visto a su hermano en toda la asamblea.
—Podemos preguntarle en la cena —replicó James—, vamos.
No era la primera vez que James se sentaba en la mesa Slytherin. El año anterior, se había unido frecuentemente a Ralph y Zane para las comidas en la mesa bajo el estandarte verde y plata. Solo ahora, sin embargo, comprendió James lo reconfortante que había sido tener a su travieso amigo americano, que había sido un Ravenclaw, junto a él en estos casos. No había asientos cerca de Albus, que insistía en ser un personaje bastante popular en su nueva Casa. James se sentó a regañadientes con Ralph y Trenton Bloch cerca del final de la mesa.
James estuvo distraído durante la comida. Estaba molesto por tener que ir tan lejos para atraer la atención de su hermano pequeño. Se suponía que tenía que ser al contrario, ¿no? Albus estaba siendo simplemente ingenuo. Creía que los Slyterins se sentían atraídos por él por su ingenio y personalidad, pero James sabía que solo estaban utilizándole. Tener a un Potter entre los Slytherins era una especie de victoria moral para Tabitha Corsica y su estúpido club Garra y Colmillo. James quería advertir a Albus que las amistades Slytherins no eran sinceras, pero también estaba un poco enfadado con él por dejarse engañar tan fácilmente.
Finalmente Albus se levantó de la mesa junto con el grupo de Slytherins mayores que siempre parecían acompañarle. James apartó su plato y se levantó también, con intención de alcanzar a Albus cerca de la puerta. Quería advertirle sobre la escoba de Tabitha, pero no era eso todo lo que quería decirle. Albus estaba aceptando todo esto de la asignación a Slytherin demasiado fácilmente, y James no podía evitar sentir que eso suponía una traición a su familia. Apretó la mandíbula mientras se giraba para alcanzar a los Slytherins junto a la puerta.
—James —sonó una voz. James miró a su espalda y se detuvo. Tabitha Corsica se aproximaba a él desde detrás, sonriendo encantadoramente. Aparentemente se había separado del perseverante cortejo de Albus. James simplemente la miró.
—Me alegra ver que todavía te sientes cómodo cenando en la mesa Slytherin —dijo Tabitha, con una cálida sonrisa—. Sé que hubo algunos... desacuerdos el año pasado. Me alegro de ver que eso no ha supuesto tiranteces en las relaciones entre las Casas.
James sacudió la cabeza, su furia se alzaba.
—Déjalo ya, Corsica. No hay "relaciones entre las Casas". Solo porque Ralph sea mi amigo eso no significa que vaya a mostrarme todo sonrisas contigo y tu panda. No he olvidado lo del debate.
—Ni yo te perdono que intentaras robar mi escoba antes del partido del campeonato el año pasado —dijo Tabitha, batiendo las pestañas coquetamente—. Pero he decidido dejar lo pasado en el pasado. He creído que tú podrías sentirte igual, considerándolo todo.
—¿Considerando que Albus terminó yendo a Slytherins en vez de Scorpius? —Espetó James—. No sabe lo que está haciendo. Y tú te aprovechas de él.
Tabitha frunció ligeramente el ceño.
—Lamento que te sientas así, James. Ocurre que creemos que Albus encaja muy bien con nosotros. Me contó que presenciaste su notable práctica de vuelo la otra noche, y quería que supieras que me alegro mucho de que lo hicieras. No hubo trampa allí. Albus tiene talento. Será una valiosa adición al equipo de Quiddtich de Slytherin. Y ya que mencionas a Scorpius Malfoy, yo creía que su Selección te probaría precisamente lo que he estado diciendo todo el tiempo.
James miró hacia la puerta. Albus se marchaba sin poco más que una mirada atrás.
—¿Qué tiene que ver Scorpius con todo esto? —preguntó.
—Bueno —replicó Tabitha, arqueando las cejas—. Scorpius ha roto también con la tradición de su padre, escogiendo el valor y la lealtad sobre la ambición, eso prueba su valía como Gryffindor. O los Slytherins han cambiado, ya no son la casa de la avaricia y la corrupción, como era el caso en los días del padre de Malfoy. De cualquier modo... —sonrió, esperando a que James le dedicara toda su atención—, eso prueba que el Sombrero Seleccionador sabe lo que hace. Tu hermano es un Slytherin porque, James, es allí a donde pertenece. De verdad espero que no sientas la continua necesidad de interferir en eso.