2. PIEL CON BRILLOS EN LA ZONA T
La zona T es la parte de la cara que va desde la frente y la nariz hasta la barbilla.
Si tienes esa zona especialmente grasa, te aconsejo que uses un antioxidante por la mañana, una crema matificante en la zona T y en el resto de la cara una crema ligera pero muy hidratante.
Por la noche, dos veces a la semana, usa retinol y una crema que te equilibre las glándulas sebáceas en la zona central.
Este tipo de piel suele aparecer en gente joven y en aquellos lugares donde hace mucho calor.
3. PIEL ACNEICA
Puede darse tanto en la piel grasa como en la seca. El descubrimiento de la vitamina A ácida fue el gran avance en este campo en el siglo XX; se dieron cuenta de que era fundamental eliminar las células muertas para oxigenar la piel y así eliminar la grasa de forma natural. La podemos encontrar en cosmética y en el famoso medicamento Roacután.
Sí aconsejaría a las personas que tienen este problema que acudan a un centro de confianza para que les hagan un diagnóstico preciso y se les dé el tratamiento adecuado.
La higiene es fundamental. Limpiarse la piel mañana y noche es muy importante. Y, ojo: el pelo no debe estar en contacto con la piel de la cara (ni tampoco las manos). Y, por supuesto, nada de tomar el sol, porque los granos infectados acabarán en marca. Mucho cuidado también con los maquillajes: nunca te apliques uno denso, y siempre retíralos nada más llegar a casa.
En cuanto a la alimentación, es muy importante beber mucha agua. Ya existen productos en herbolarios, en farmacias y en centros de estética (nutricosméticos) que tratan el acné de forma interna.
4. PIELES SECAS
En estos casos la piel tiene el poro muy cerrado, poca luminosidad y se marca mucho la línea de expresión (arrugas).
Para tratarla son muy importantes los antioxidantes por la mañana (vitaminas C y E) y las cremas muy hidratantes. Por la noche aplícate dos días a la semana retinol, y el resto de la semana usa un sérum con productos muy activos como la soja, vitaminas A, E y C, silicio, ácido hialurónico y células madre. Además, habrá que sumarle una crema nutritiva o antiedad.
CONSEJO
La crema nocturna nunca se debe aplicar en el orbicular de los ojos porque produce más bolsa.
5. PIEL GRASA
Es aquella con exceso de segregación, poro muy dilatado, y con mucho brillo.
Prohibido aplicar alcohol ni productos astringentes y tomar alimentos picantes.
Lo que hay que hacer es limpiarse muy bien. A mí me gusta mucho la doble limpieza japonesa y aplicar una cosmética con doble acción: para reequilibrar las glándulas sebáceas y para tratar la hidratación y la nutrición de la piel.
Se debe prevenir mucho la flacidez porque la grasa produce esta tendencia.
6. PIEL DESHIDRATADA
Es una piel seca pero que presenta, superficialmente, una estructura de pequeñas arrugas, que no son de expresión sino por falta de protección y de agua y que se da a menudo en personas muy estresadas.
Para cuidarla, hay que beber mucha agua, tener una alimentación equilibrada (nada de comida basura) y darse muy buenas cremas hidratantes con protecciones por la mañana, y cosmética rica en ácido hialurónico, para evitar la evaporación del agua; por la noche ponte un suero rico en productos activos hidratantes, junto con una buena crema nutritiva.
Los grandes avances de la nutricosmética han añadido una diversidad de productos para tratar todo tipo de pieles pero desde el interior, así que aprovéchate de ello.
LA PIEL SE DIVIDE (DEL EXTERIOR AL INTERIOR) EN TRES PARTES
Epidermis
: aquí es donde actúan los cosméticos, mejorando su apariencia e hidratación y también atenuando las arrugas más finas y superficiales, o sea, rebajando los efectos causados por el envejecimiento extrínseco, el cronológico y el genético. Es importante que sepas que gracias a la nanotecnología cada vez las partículas de los principios activos que contienen las cremas son más pequeñas, y por tanto, capaces de llegar a capas más profundas de la piel.
Dermis
: aquí actúa la mesoterapia facial, como las inyecciones de relleno de ácido hialurónico. Otras inyecciones, como las de bótox, no actúan en la piel sino en el músculo.
Hipodermis
: en esta y otras capas más profundas actúa la nutricosmética.
¿QUÉ LA HACE ENVEJECER?
No es que me apasionen las estadísticas, pero algunos datos hablan por sí solos (y seguro que, al igual que a mí, se te quedará grabado). Al contrario de lo que creemos, la genética no es la mayor responsable de los signos de envejecimiento en la piel. Su contribución es de un 25 por ciento, mientras que los factores externos influyen ¡en el 75 por ciento restante! Es decir, nuestro mayor deterioro es prematuro, no biológico.
¿Y qué entendemos por factores externos?
El sol, el tabaco (las mujeres fumadoras, por ejemplo, tienen un riesgo casi tres veces mayor de presentar arrugas que aquellas que no fuman), el alcohol (y otras drogas), el estrés y la comida basura (o mala alimentación).
Del tabaco, alcohol y alimentación te hablaré en el apartado «Si tienes menos de 25 años», y para el sol reservo un capítulo entero.
¿Los daños que producen?
Falta de luminosidad en la cara, arrugas prematuras en todo el rostro, piel poco hidratada, sin luminosidad, manchas, dificultad de cicatrización, ojeras, acné...
Preguntas y respuestas
¿Q
UÉ diferencia hay entre usar un cosmético en casa o ir a un centro estético?
Básicamente, que la efectividad en el centro es mayor. Por un lado, te estás poniendo en manos de un profesional, lo cual te garantiza el mejor diagnóstico para tu problema. Al igual que hemos aprendido que automedicarnos es malo, y nos sentimos más seguros tomándonos lo que nos ha recetado el médico que lo que nos haya podido recomendar la amiga o vecina, el cuidado de la piel -y esto también sirve para el cuerpo- siempre será más seguro si está en manos de gente experta. Un pequeño problema puede convertirse en uno mayor si no utilizamos el cosmético adecuado. Por otro lado, los centros de estética cuentan con aparatos y formulaciones -que tienen muchos años de investigaciones detrás- que trabajan de un modo y con una efectividad imposible de obtener en casa. Además, en los centros te pueden enseñar a masajearte del modo correcto -para activar la microcirculación, que es clave para que cualquier producto funcione- y que luego puedes repetir tú en casa.
¿Eso significa que si no paso por un centro de estética no podré llegar a estar estupenda?
En absoluto. Hay muchísimas mujeres que están maravillosas y que no han necesitado nunca acudir a uno. Hay otras que lo necesitan, y hacen buen uso de ello. Y para las que también lo necesitan pero no pueden permitírselo o no tienen uno cerca de casa, está este libro. El cuidado diario, fuera del centro, es tan importante ¡o más! De nada sirve un tratamiento reductor si no va acompañado de algo de ejercicio y una dieta saludable. O hacerse una mascarilla antimanchas en el centro, ¡pero no ponerse protector solar al salir de casa! Por eso digo siempre que lo ideal es la combinación de todos los factores: acudir al especialista y ser a la vez responsable de tu belleza. En el equilibro está la virtud. Te diría que no son excluyentes, sino complementarios. Me lo leerás varias veces: en cosmética todo es «además de».
¿Valen todos los cosméticos para cualquier edad?
¡No! Te sorprendería saber cuántas chicas jóvenes que pasan por el centro se aplican sueros potentísimos que no les ayudan en nada. Yo les digo: «Y cuando tengas mi edad, ¿qué piensas ponerte?». Las necesidades de ampliar el uso de cosméticos suelen darse cada década: de 30 a 40 años, de 40 a 50... Y digo ampliar porque según cumplimos años vamos añadiendo problemas y, por tanto... más cremas que sumar al estante del baño. Por supuesto, siempre hay gente que a los 27 puede tener una piel con necesidades de una de 35. O al revés. Yo recomiendo leer todas las etapas en las que he dividido el cuidado de cara y cuerpo, tengas la edad que tengas. Sabrás de dónde vienes y lo que te espera (y por tanto, cómo prevenirlo). Si eres madre o abuela, además podrás ayudar a tu hija o nieta con las recomendaciones propias de su edad.
¿Las cremas más caras son mejores?
Lo más importante es darse la crema más adecuada para tu tipo de piel. Los ingredientes activos de una crema no justifican tampoco un precio desorbitado (a veces se paga la marca o el
packaging
), pero lo que sí suele garantizarte un alto precio son los años de investigación en laboratorio y la calidad de los ingredientes utilizados, ya sean naturales o sintéticos. En el capítulo de «Cosmética de lujo» te explico más sobre ello.
¿Se pueden mezclar cosméticos de distintas marcas?
No tiene por qué pasar nada, pero no se conseguirán los resultados que las firmas, tras toda la investigación que llevan a cabo, prometen. Cuando se utilizan los productos de la misma marca se consiguen mejores resultados. Por cierto, ya que hablamos de marcas, no es cierta esa leyenda de que hay que cambiar de marcas para que la piel no se acostumbre. Lo que hay que cambiar es el tipo de cremas según edad y necesidades, y por temporadas (no es lo mismo primavera, verano u otoño que invierno).
¿Sirven los multifuncionales o es mejor usar los específicos?
Depende de tus circunstancias. Por multifuncionales entendemos esas cremas que te aseguran bastantes beneficios a la vez. Si tu ritmo de vida es muy ajetreado y te es imposible dedicarle a tu belleza un tiempo digno, o eres muy perezosa (que unos cuantos casos conozco también), entonces un tratamiento que ataca varios frentes a la vez te viene bien. Al menos medio matas varios pájaros de un tiro. Pero es preferible que uses productos específicos para cada problema (contorno de ojos, labios, sérum, noche...), porque sus principios activos tienen concentraciones más altas y, por tanto, funcionan mejor.
¿Las cremas naturales o de herbolario producen menos alergias?
No tiene por qué, lo más importante es que la persona no sea alérgica a ninguno de sus componentes, ya que son plantas, aceites esenciales y otros activos. De todas formas, siempre que te compres un cosmético bio fíjate en que tenga una certificación o sello oficial para saber que está regulado. Ya que hablamos de cremas naturales, déjame decirte que, aunque te daré algunas ideas de cómo elaborar tus propias cremas en casa, desde ya advierto que su efectividad será bastante menor que la de un cosmético hecho con tecnología avanzada. De todas formas, hacerse una mascarilla en casa puede ser divertido y ¡mejor que nada si no se tiene otra cosa a mano!
Sigue el protocolo: manual de uso
T
AN importante como saber lo que te pones es cuándo te lo pones. A veces me pregunto por qué se gastarán un dineral las marcas en los prospectos si son poquísimas las mujeres que los leen. Pues es un error fatal. Siguiendo el mismo ejemplo de antes, ¿te tomarías un medicamento sin ton ni son, a cualquier hora de día y en cualquier cantidad? Seguro que no. Pues debes intentar aplicarte lo mismo para los cosméticos. Cada uno tiene una recomendación específica sobre el modo, e incluso hora, en que se debe aplicar. Además de lo que te diga el papelito (si usas unos cuantos cosméticos, como yo, mejor guárdalos en sus cajas para no perder los prospectos), hay unos protocolos que siempre -y repito, siempre- debes seguir... O acatar. En esto hay que ser tan firmes como en la disciplina militar.
TODOS LOS DÍAS
¡Limpiar!
El paso fundamental y básico, antes de aplicar ningún producto, es la higiene facial. Por favor, grábatelo a fuego. Sin este paso los demás no sirven de nada, o de muy poco.
Existen dos tipos de limpieza de cutis: la de todos los días y la que debes hacer periódicamente (mínimo una vez al año) con ayuda de un especialista. ¿Por qué es tan importante? Porque la suciedad se acumula en los poros generando impurezas y exceso de sebo, y las células muertas van generando una capa que entorpece el proceso de regeneración. Un ejemplo que a mí me resulta muy gráfico: imagínate que quieres pintar un habitación que está llena de escombros. ¿Qué es lo primero que haces? Sacar todos los bártulos y luego pintar. No podrás hacerlo bien si tienes las paredes llenas de cuadros, ¿verdad? Pues con la cara pasa igual. Para que las cremas que te des (tanto por la mañana como por la noche) te funcionen, deben poder penetrar. Si la piel está llena de impurezas no tienen por dónde hacerlo.
¿Cómo consigo una buena limpieza?
Desde luego, no con agua y jabón (el tradicional, además de resecar, puede dañar la delicada piel de la cara).
Lo ideal es usar diariamente un limpiador facial: un producto, normalmente en crema o leche, que ayuda a eliminar de tu rostro el maquillaje, impurezas superficiales o grasa que tu rostro haya generado. ¿Por qué debes usar una leche limpiadora y no te sirve otra cosa? Porque la grasa no se disuelve con el agua.
Tras retirarlo, aplícate un buen tónico (que no lleve alcohol) para eliminar los restos de leche limpiadora. Escógelo en función de tu tipo de piel: sensible, madura, deshidratada, grasa.Y si puede ser, que guarde cierta sinergia con la leche y la crema que vayas a aplicarte después.
Al menos una vez a la semana debes exfoliarte: existen
peelings
faciales incluso de uso diario. Busca un exfoliante que limpie tu piel sin provocar lesiones microscópicas en el cutis (no uses uno de cuerpo). Existen varios tipos de exfoliantes, dependiendo del grosor del gránulo. También están los exfoliantes enzimáticos, que son para pieles más sensibles. Así limpiarás tu cutis en profundidad, arrastrarás las pieles muertas y regenerarás la piel.