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Authors: Noelia Amarillo

Tags: #Erótico

Cuando la memoria olvida

BOOK: Cuando la memoria olvida
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En la vida de Ruth no hay sitio para nadie más… de hecho, ni siquiera hay sitio para ella misma. Cuida su casa, a sus hermanos (ya adultos) y a su padre, que no tiene las ideas muy claras. La mayor parte del día se le escapa en un centro para mayores, donde no sólo hace su trabajo sino también el de la arpía de su jefa. Su única vía de escape son las contadas reuniones con sus amigas y pasar algún sábado que otro con un amigo especial que le hace hermosos “diseños de interiores”.

La vida de Marcos es un cúmulo de experiencias y viajes. Imprevisible, impaciente y visceral hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere (así le va). Tras varios años vagando sin rumbo fijo, decide volver a España, su país natal. La falta de previsión y la búsqueda de la comodidad se confabulan para que acabe viviendo en la casa de su madre, una mujer obsesionada con las telenovelas que vive por y para la ficción.

De niños eran los mejores amigos y los más fieros enemigos. Pero el destino los separó. Ahora vuelven a encontrarse, todo sigue igual y a la vez todo ha cambiado…

Noelia Amarillo

Cuando la memoria olvida

Falsas apariencias 2

ePUB v1.0

Enylu
22.02.12

Autor: Noelia Amarillo

Editorial: El Maquinista

Junio 2011

ISBN: 978-84-938526-2-7

Género: Erótico

Páginas: 388

¿Cuántas veces la memoria olvida?

¿Cuántas veces los recuerdos no son reales?

¿Cuántas veces anhelamos que nuestra memoria se equivoque

y borre actuaciones que nunca debieron existir?

La memoria, esa parte intangible de nuestra existencia, revoltosa y mentirosa,

sagaz y cruel, nos muestra día a día recuerdos que quisiéramos olvidar y olvida

recuerdos que deberían permanecer por siempre en nuestras mentes.

Esta es una historia sobre la memoria, porque como dice Jorge Luis Borges:

Somos nuestra memoria,

somos ese quimérico museo de formas inconstantes,

ese montón de espejos rotos.

Cuando decidí escribir esta historia... o más bien debería decir cuando esta historia me eligió a mí para que la escribiera, solo tenía una cosa clara, una única exigencia...

Mi madre es la mejor madre del mundo, aunque supongo que todas las hijas pensamos eso de nuestras madres... espero que mis hijas piensen eso de mí algún día.

Mi madre está ahí día a día escuchando mis neuras, sin mostrarse jamás aburrida ni impaciente, siempre cariñosa, siempre dispuesta. Aunque esté en el fin del mundo, o a la vuelta de la esquina, siempre está AHÍ.

Ella que tantas y tantas veces me ha alentado, escuchado y animado solo me reprocha una cosa... Y ese reproche que me hace continuamente es mi uso indiscriminado de tacos y palabras malsonantes...

Un buen día leí una cita de Borges y acto seguido Marcos y Ruth aparecieron en mi cabeza, me contaron su historia durante mis sueños, me "poseyeron" con sus palabras, sus recuerdos y sus actos... Día a día he escrito sus frases en mi teclado... y sólo les puse una condición...

De los labios de Ruth jamás saldría un insulto, una palabra malsonante... Va para ti, mamá.

CAPÍTULO 01

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño:

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

CALDERÓN DE LA BARCA

24 de febrero de 1991.

Era un día de pleno invierno como otro cualquiera, hacía demasiado frío y el sol no se molestaba en brillar para calentar la tierra helada. Los relojes marcaban las cinco y cuarto de la tarde. Las escuelas habían cerrado hacía más de una hora, los comercios mantenían las puertas entornadas con las calefacciones encendidas a la espera del cliente despistado que saliera a la gélida calle a comprar; en las fábricas los trabajadores apuraban las escasas dos horas que quedaban hasta el toque de fin de turno, y todas aquellas personas que no se contaran entre las anteriormente mencionadas, se hallaban de manera cabal y coherente encerradas en sus acogedoras y cálidas casas buscando la comodidad del hogar.

Toda España refugiada en casa y huyendo del frío helador.

¿Toda? ¡No!

Cuatro cabecitas asomaban tras unos arbustos de la plaza de la Constitución, en Alcorcón. Unos gemelos de opereta con más años que aumentos, pasaban de una pequeña mano a otra.

—Pásamelos Pili, tía, que no me entero de nada —solicitó una cabeza rubia de pelo liso y bastante alborotado.

—Te esperas Enar, que "El dandi" va a chutar, verás como mete gol —contestó excitada otra cabecita rubia, con el pelo ondulado e impecablemente peinado.

—Pili está por Javi
lala lalala
—entonó la cabecita castaña de pelo cortado casi al rape por culpa de un ataque de piojos de la semana anterior.

—Obviamente, Luka. Y lo cierto es que no entiendo tanto afán por espiar a los chicos, no veo por qué no podemos jugar al fútbol con ellos directamente. —La voz de marisabidilla pertenecía a la última de las cabezas, adornada con dos coletas dispares de pelo negro y enredado que caía a trasquilones por debajo de los hombros.

—No te jode la lista. A ti te dejan jugar porque corres más que ellos y siempre que chutas metes gol, pero a nosotras no nos dejan ni "hartos de grifa", así que cierra la boca y punto. —Enar "Boca cloaca" siempre soltaba perlas por su ídem.

Estos últimos comentarios ocasionaron, por enésima vez, roces encontrados. Por una parte Pili y Ruth, y por la otra Enar. Luka, en mitad del huracán, intentó calmar los ánimos. Lo malo, es que como niñas de nueve y once años que eran, pronto los susurros enfadados se convirtieron en gritos que acabaron alertando al objeto de su atención. Al cabo de unos cuantos alaridos y bastantes tacos, una mano apartó las pocas hojas del arbusto que aún resistían al invierno y observó a las amigas discutir.

—Ya están las mosconas espiando otra vez —comentó medio irritado, medio divertido, un chaval de ojos azules y pelo rubio cayendo sobre los ojos.

—¿Qué te hace pensar que os estamos espiando? ¿Acaso no podemos jugar aquí igual que vosotros? No seas tan engreído Marcos, el mundo no gira alrededor de ti —contestó Ruth alzando su aristocrática nariz.

—Ya está Ruth "Avestruz" con su charla —cortó Marcos enfadado. ¿Por qué Ruth no podía hablar como todo el mundo?

—Vete a la mierda Marcos "Cara de asco" —soltó Luka enfurruñada mientras Enar reía y Ruth y Pili se ofendían.

—¡Anda! Si estáis aquí chicas. —Javi "El dandi" se acercó a ver qué pasaba—. ¿Te apuntas al partido Ruth? —Todo el barrio sabía que Ruth "Avestruz", aparte de un cuello larguísimo tenía un chute super potente.

—¡Ves! —gritó Enar pateando el suelo y mirando a su amiga con envidia—. ¡Os lo dije! ¡Ruth, siempre Ruth!

—Me apunto si jugamos todas —terció Ruth diplomáticamente, ignorando a Enar.

—Vale —aceptó Javi de inmediato—, Pili viene en mi equipo.

—Ruth, tú conmigo. —Marcos la agarró de la muñeca y se dirigió hacia el improvisado campo de fútbol en mitad de la plaza.

—Pues yo paso. —Enar estaba enfadada, no le gustaba nada ser postre.

—Vamos tía, que nos han dicho que podemos jugar, no lo fastidies ahora —rogó Luka siempre pendiente de su amiga más pequeña mientras las dos mayores se alejaban con los chicos.

—Y una mierda "pincha" en un palo. Javi hará ojitos tiernos a Pili —comentó pestañeando burlona y poniendo morritos—, y Marcos y Ruth discutirán por cada gilipollez que se les ocurra —dijo dándose la vuelta y yendo hacia un banco—. Ve tú si quieres, yo paso.

—Bueno, vale. —La siguió Luka suspirando: hoy también se quedaba sin jugar. Enar y Luka vieron el "partido" sentadas en el banco más pintarrajeado de toda la Plaza de la Constitución. Luka animando a sus amigas y Enar escribiendo tacos con un Bic en cada trozo de madera libre de dibujos.

Efectivamente, Javi hizo "ojitos tiernos" a Pili, pasó por alto cada uno de sus fallos, que eran bastantes, y no se rio cuando una de las veces Pili resbaló y cayó de culo sobre la arena seca. Marcos y Ruth, por su parte, se enzarzaron en mil y una discusiones, todas sin sentido. Ambos eran los que mejor jugaban al balón en todo el barrio, los que corrían más rápido, los que más chutaban a meta... Solo había una diferencia entre ellos: que Marcos no practicaba el juego limpio y Ruth por el contrario era incapaz de cometer una falta, la pillaran o no.

Cuando dieron las seis de la tarde se despidieron unos de otros y se dirigieron a sus casas. Enar se quedó en la Plaza de la Constitución, ya que vivía justo allí. Javi acompañó, cómo no, a cada una de las chicas a su respectivo portal; al fin y al cabo ellos vivían en la plaza San Juan de Cobas. Marcos por su parte siguió camino hacia la Torre José Antonio en el "exclusivo" Parque Lisboa.

Enar "Boca cloaca" halló a su madre atareada con las mil y una tareas de casa mientras escuchaba la radio. Se dirigió a su cuarto y no se molestó en abrir la mochila para ver sus deberes. Eso no iba con ella. Cuando su madre la requirió para preparar la cena, la ignoró soberanamente. No había problema en hacerlo. Irene era una mujer sosegada y tranquila, incapaz de decir una palabra más alta que otra, y su padre estaba trabajando de sol a sol, como todos los días. Se recostó en la cama y soñó despierta... Cuando ella fuera mayor vigilaría atentamente a sus hijos y jamás les dejaría tanta libertad... pero mientras tanto... ¡Haría lo que la diera la real gana!

Luka "La loca" entró en casa corriendo y saltando, balanceando la mochila y poniendo en peligro adornos y personas al mismo tiempo. Recibió sendos besos cariñosos por parte de sus "acostumbrados—a—sus—locuras" padres y una vez en su cuarto sacó la libreta de los deberes... Mientras pasaba las hojas, pensaba en alguna que otra diablura que podría hacer a su hermano pequeño para divertirse. ¡Cuando fuera mayor inventaría tales bromas que entraría en el gran libro de los récords!

Pili "Repipi" llegó a casa escoltada por Javi. Siempre la acompañaba en último lugar, según él para aprovechar los bocadillos de sardinas que preparaba la madre de Pili; según la madre de ésta porque era un chico encantador que cuidaba de su hija; según Luka, Ruth y Enar porque "estaba por Pili"; y según Pili, porque eran grandes amigos... Solo el tiempo dirá quién tiene razón.

Pili soñaba con un futuro cercano lleno de niños perfectos, que estarían acostados en sus impecables camitas de ositos, mientras ella esperaba a su mando bordando cuadros a punto de cruz... Su marido por supuesto sería Javi.

Marcos "Cara de asco" atravesó el salón intentando pasar desapercibido, pues no le apetecía someterse al interrogatorio diario de su padre: "¿Te has portado bien en el colegio? ¿Has estudiado en la biblioteca?" —en realidad la biblioteca significaba que Marcos había mentido como un bellaco y se había ido a jugar a la plaza— "¿Te has juntado con la gente adecuada?" Pero parecía que hoy se iba a librar del tormento, Felipe se hallaba en su despacho creando su obra maestra.

Su madre, recostada en el sillón del comedor, se secaba los ojos con un Kleenex, inmersa en la última telenovela que hubiera grabado en video. Se sonó delicadamente antes de saludar a su hijo y preguntarle —por enésima vez— si algún niño se había portado mal con él. Marcos respondió que no, como siempre, y su madre soltó un suspiro desesperanzado, pues en su última telenovela el protagonista había sido vilipendiado de niño por ser hijo bastardo, y desde entonces vivía con la esperanza de que a su hijo lo trataran mal —más que nada, porque era imposible convertirlo en bastardo— y poder comportarse como la madre del sufrido protagonista... Marcos pensó en comentarla si no se había dado cuenta de que esa sufrida madre solo había durado cinco capítulos, los justos para que el protagonista se hiciera mayor, pero pasó del tema. Estaba demasiado acostumbrado a las rarezas de su progenitora como para dar pie a otra dramática escena. Se dirigió a su habitación, sacó los libros de la mochila y repasó sus estudios con la mente puesta en todos los países que visitaría y todas las fotos que haría cuando se convirtiera en un fotógrafo famoso del
Nathional Geographic
. Frunció el ceño al recordar que su padre se oponía terminantemente a ese sueño. Los únicos estudios que le pagaría serían los de una ingeniería, le dejaba elegir cual, pero tenía que ser ingeniero. ¡Para eso se estaba dejando un dinero en colegios privados! No para que soñara con animales repelentes y se mezclara con los niños pobretones y sin ambición de San José de Valderas.

BOOK: Cuando la memoria olvida
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