Trilogía de la Flota Negra 2 Escudo de Mentiras

BOOK: Trilogía de la Flota Negra 2 Escudo de Mentiras
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Los defensores de la Nueva República siguen enfrentándose a la peor crisis conocida por ésta desde la derrota del Imperio, y luchan desesperadamente contra el implacable transcurrir del tiempo y unas circustancias cada vez más sombrías.

Lando Calrissian, el fiel ciborg Lobot y los androides Cetrespeó y Erredós, que siguen prisioneros a bordo del misterioso navío qella conocido como Vagabundo de Telkjon, intentan desentrañar los misterios de la enigmática nave alienígena y hacerse con su control antes de que se les agote el oxígeno y la energía. Pero el interior del Vagabundo de Telkjon es un mundo enloquecido que parece existir al margen de las leyes físicas conocidas, y cada paso que el valeroso equipo de exploradores da por sus sombríos pasillos trae consigo una nueva y todavía más incomprensible revelación.

Luke, mientras tanto, sigue recorriendo la galaxia en compañía de la hermosa Akanah. La Babosa del Fango, el pequeño esquife espacial de Akanah, lleva a la pareja de un planeta a otro en una tenaz búsqueda de los fallanassis, el misterioso pueblo conocedor de los secretos de la Corriente Blanca que tal vez pueda responder a las oscuras preguntas sobre el pasado de Luke que han estado atormentándole desde que se convirtió en el mayor Maestro Jedi de todos los tiempos. La búsqueda encierra sus propios peligros, pero a medida que se vaya prolongando, Luke descubrirá que tal vez haya presencias todavía más oscuras agitándose a su alrededor. Cada nuevo descubrimiento parece contradecir todo lo que había creído saber sobre la Fuerza hasta aquel momento, y cada respuesta que surge de los labios de Akanah origina nuevas preguntas que vienen a aumentar su perplejidad.

Y de todos los defensores de la Nueva República, quizá sea Leia la que tiene que librar la batalla más dura y la que se ve en una situación más peligrosa, pues su lucha debe desarrollarse en dos frentes a la vez. Nil Spaar, el temible virrey de la Liga de Duskhan, está firmemente decidido a expulsar a todas las especies alienígenas del Cúmulo de Koornacht y a reclamar la zona del espacio que los yevethanos conocen como el Todo para su raza, y la crisis iniciada con el salvaje aniquilamiento de varias colonias parece dirigirse hacia una escalada incontenible si la oleada de conquistas de los Puros, como se llaman a sí mismos los depredadores yevethanos, no es detenida inmediatamente.

Pero Leia también tiene que enfrentarse al enemigo interior. Las intrigas y vacilaciones políticas están a punto de paralizar a la Nueva República precisamente cuando es más apremiante permanecer unidos y responder con decisión a las acciones militares de Nil Spaar y su poderosa flota. En una reacción desesperada, Leia confía el mando de la fuerza expedicionaria a Han, pero los yevethanos consiguen capturar a su esposo antes de que asuma el mando. Leia y la Nueva República, impotentes, se tambalean al borde del abismo.

Michael P. Kube-McDowell

Escudo de mentiras

Trilogía de la Flota Negra 2

ePUB v1.0

LittleAngel
02.11.11

Título Original:
The Black Fleet Crisis: Shield of Lies

1997, Editorial Martínez Roca

Traducción: Albert Solé

Lista de personajes

En Coruscant, capital de la Nueva República:

Princesa Leia Organa Solo
, presidenta del Senado y jefe de Estado de la Nueva República.

Alóle
, ayudante de Leia.

General Han Solo
, en excedencia del servicio regular.

Almirante Hiram Drayson
, jefe de Alfa Azul.

General Carlist Rieekan
, director del Servicio de Inteligencia de la Nueva República.

Primer Administrador Nanaod Engh
, director administrativo de la Nueva República.

Senador Behn-kihl-nahm
, presidente del Consejo de Defensa y amigo y mentor de Leia.

Senador Tolik Yar de Oolidi
.

Senador Tig Peramis de Walalla
.

Senador Cion Marook de Hrasskis
.

Ayddar Nylykerka
, jefe de analistas del Departamento de Seguimiento de Recursos, Inteligencia de la Flota.

Plat Mallar
, único superviviente de la incursión yevethana contra Polneye.

Belezaboth Ourn
, cónsul extraordinario de Paqwepori.

Con el Quinto Grupo de Combate de la Flota de Defensa de la Nueva República, en el Sector de Farlax:

General Etahn Ábaht
, comandante de la Flota.

Capitán Morano
, comandante del
Intrépido
, navío insignia de la Quinta Flota.

Esege «Tuke» Tuketu
, piloto de un bombardero ala-K.

Con la Fuerza Especial de Telkjon:

General Lando Calrissian
, agregado de la Flota a la expedición

Lobot
, administrador en jefe de la Ciudad de las Nubes, de vacaciones.

Cetrespeó
, androide de protocolo

Erredós
, androide astromecánico.

Coronel Pakkpekatt
, comandante de la expedición, Inteligencia de la Nueva República.

Capitán Bijo Hainmax
, comandante del grupo de incursión.

En N'zoth, mundo-cuna de los yevethanos, en el Cúmulo de Koornacht, Sector de Farlax:

Nil Spaar
, virrey del Protectorado Yevethano.

Eri Palle
, ayudante personal de Nil Spaar.

Vor Duull
, Guardián de información científica del virrey.

Viajando por el espacio en el esquife Babosa del Fango después de haber partido de Lucazec:

Luke Skywalker
, un Maestro Jedi.

Akanah
, una adepta de la Corriente Blanca.

En Kashyyyk, mundo natal de los wookies:

Chewbacca
, asistiendo a la ceremonia de mayoría de edad de su hijo Lumpawarump.

Primera parte
Lando
1

El Vagabundo de Telkjon había reanudado su veloz huida..., pero esta vez llevaba unos cuantos polizones a bordo.

—¿El hiperespacio? —repitió Cetrespeó en un tono lleno de consternación mientras hacía desesperados esfuerzos para incorporarse. El androide de protocolo y Lobot, Erredós y el trineo del equipo habían acabado amontonados en un rincón de la escotilla del Vagabundo, una cámara que se había convertido repentinamente en una prisión capaz de viajar por el espacio—. Debe de estar equivocado, amo Lobot.

—No —dijo Lobot, apartando una temblorosa pierna dorada de su conector facial—. Todas mis conexiones de datos se interrumpieron de repente en el mismo instante, y exactamente de la manera que asocio con un salto hiperespacial.

—También hubo un cambio de curso durante la aceleración —dijo Lando desde el rincón opuesto de la escotilla mientras flexionaba su mano derecha, que carecía de la protección del guante, en un intento de expulsar aquel frío que le roía los huesos de sus cada vez más doloridos dedos.

—¡Amo Lando! —exclamó Cetrespeó con su voz más quejumbrosa—. ¿No puede detener esta nave?

—No tengo ni idea de cómo funcionan los motores de esta nave, Cetrespeó, pero no he sido yo quien los ha puesto en marcha —replicó secamente Lando.

—Con todos los respetos, amo Lando, no cabe duda de que sí lo hizo —dijo Cetrespeó—. Le ruego que tenga la bondad de volver a meter la mano en ese agujero y deshacer lo que sea que haya hecho, y lo más deprisa posible. Estoy seguro de que al coronel Pakkpekatt no le va a gustar nada que salgamos huyendo con su navío estelar.

—En estos momentos el coronel Pakkpekatt probablemente está muy ocupado inventando nuevas palabras en hortek —dijo Lando—. Pero por lo menos, y a diferencia de nosotros, se encuentra a bordo de una nave que puede controlar. ¿Estáis enteros? ¿Lobot? ¿Erredós?

El pequeño androide astromecánico emergió de la confusión de cuerpos y emitió un corto trino electrónico.

—Erredós informa que todos sus sistemas se hallan en condiciones de funcionar —tradujo Cetrespeó.

—Estoy ileso, Lando —dijo Lobot—. Mi traje absorbió el impacto cuando choqué con el trineo del equipo. Pero todas mis conexiones de datos siguen cortadas, y la sensación general de desorientación resulta bastante desagradable.

Lando asintió.

—¿Puedes ayudar a Lobot a establecer una conexión de salida, Erredós? —preguntó.

El androide giró en el aire con ayuda de sus micro toberas, y emitió un estridente y nada agradable canturreo.

—No seas grosero —le riñó Cetrespeó.

—Eh, ¿qué le pasa?

—Erredós dice que prefiere preservar la intimidad de sus sistemas, amo Lando.

—Oh, claro. Bueno, Erredós, a mí tampoco me gustan los telépatas —dijo Lando—. Pero te aseguro que ahora me encantaría poder enviarle un mensaje mental al coronel. Permite que Lobot acceda a tu archivo de acontecimientos, ¿de acuerdo? Puede que haya registrado algo que nos permita entender qué ha ocurrido. ¿Alguien ha visto mi guante derecho?

Lobot se estaba agarrando al trineo del equipo con una mano.

—Me parece que tu guante salió despedido al espacio durante la descompresión.

—Estupendo. —Lando echó un vistazo a su mano, que se estaba empezando a poner de color púrpura, y examinó la gruesa banda hinchada del sello que rodeaba su muñeca y estaba manteniendo la estanqueidad de su traje—. ¿Qué presión atmosférica tenemos aquí dentro en estos momentos?

—Seiscientos cuarenta milibares —respondió Lobot—. El proceso de represurización se inició justo después de que la entrada volviera a quedar sellada.

—¿Represurización? Eh, eso es interesante. ¿Y de dónde sale el aire? —Lando estiró el cuello y contempló la lisa desnudez de los mamparos—. A ver si puedes encontrar los conductos, Erredós.

El androide acusó recibo de la orden con un pitido y subió hacia el techo para iniciar un lento recorrido de los mamparos, manteniéndose lo más cerca posible de ellos.

—Bien, voy a explicaros cómo veo yo la situación —dijo Lando—. Hemos dejado de ser unos huéspedes a los que se había invitado, y ya no somos bienvenidos a bordo. El Vagabundo se ha quitado de encima el
Dama Afortunada
, y además ha intentado expulsarnos al espacio abriendo la escotilla del compartimiento. Si no hubiera estado tratando de huir de la flotilla de Pakkpekatt al mismo tiempo, probablemente lo habría conseguido.

—Lo cual nos plantea una pregunta —dijo Lobot—. ¿Por qué el Vagabundo ha interpretado nuestra presencia a bordo de una manera tan errónea

—Te escucho.

—Yo diría que se trata de un claro error. Dos rutinas de defensa fueron activadas sin que se tomara en consideración el efecto combinado que producirían. La represurización de este compartimiento parece ser otra inconsistencia.

—¿Tienes alguna explicación?

—Estos acontecimientos me sugieren que o la nave se encuentra bajo el control de unos sistemas de inteligencia limitada, o que se encuentra bajo el control de unos seres de inteligencia limitada. En este momento —se apresuró a añadir al ver la cara que estaba poniendo Lando—, no resulta posible distinguir entre esas dos posibilidades.

—Si logramos averiguar cuál de esas dos posibilidades es la buena, entonces quizá sepamos algo que nos ayude a salir de este lío —dijo Lando—. De una cosa sí estoy seguro, Lobot: esa escotilla se cerró debido al salto, y no para hacernos ningún favor. Te repito que no somos bienvenidos a bordo. Y si no hemos salido de este compartimiento cuando el Vagabundo vuelva al espacio real, creo que lo pasaremos bastante mal.

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